República (Platón) para niños
Datos para niños República |
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de Platón | ||
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Género | Diálogo | |
Tema(s) | Filosofía política | |
Idioma | Griego antiguo y griego | |
Título original | Πολιτεία | |
País | Antigua Grecia | |
Fecha de publicación | Siglo IV a. C. | |
Texto en español | ||
La República (en griego, Πολιτεία Politeia) es la obra más famosa e importante de Platón, un filósofo de la Antigua Grecia. Este libro es como un resumen de sus ideas más importantes. Está escrito como un diálogo, donde Sócrates (el maestro de Platón) y otros personajes conversan sobre diferentes temas.
La obra se divide en diez partes, llamadas libros. Aunque el tema principal es la justicia, también explora muchas otras ideas de Platón. Algunas de estas ideas son la alegoría de la caverna, la teoría de las ideas, y cómo debería ser una ciudad ideal, gobernada por principios filosóficos. La República trata sobre la "filosofía de las cosas humanas", incluyendo temas como el estudio del ser (ontología), el conocimiento (gnoseología), la forma de gobernar (filosofía política) y el comportamiento correcto (ética).
La República es una obra completa y bien organizada. Aunque Sócrates es el personaje principal, muchos expertos creen que el Sócrates de este libro presenta las ideas de Platón, no las del Sócrates real.
Contenido
- Contenido de la obra
- Libro I: ¿Qué es la justicia?
- Libro II: La justicia y el Estado ideal
- Libro III: La educación de los guardianes
- Libro IV: La felicidad del Estado
- Libro V: Roles en la ciudad ideal
- Libro VI: El filósofo gobernante
- Libro VII: La alegoría de la caverna y la educación
- Libro VIII: Tipos de gobierno
- Libro IX: El hombre tiránico y el alma
- Libro X: La poesía y la vida después de la muerte
- Temas principales
- Historia de la obra
- Personajes principales
- Un texto antiguo encontrado
- Filódoxos
Contenido de la obra
Libro I: ¿Qué es la justicia?
Sócrates y su amigo Glaucón visitan el puerto de Atenas, llamado Pireo. Allí, son invitados a la casa de Polemarco, donde conocen a su padre, Céfalo. La conversación comienza con una pregunta muy importante: ¿qué es la justicia?
- Céfalo dice que la justicia es dar a cada uno lo que se merece.
- Polemarco cree que la justicia es dar a cada uno lo que le corresponde.
- Trasímaco, otro personaje, afirma que la justicia es lo que le conviene al más fuerte.
Sócrates no está de acuerdo con ninguna de estas ideas. Explica que la justicia no puede ser simplemente devolver algo si eso causa daño. Tampoco puede ser hacer el bien solo a los amigos y el mal a los enemigos, porque eso llevaría a la injusticia. Finalmente, dice que la justicia no es solo para el gobernante, sino para todo el pueblo.
Trasímaco insiste en que es mejor ser injusto que justo, pero Sócrates lo rechaza. Al final, Sócrates admite que aún no han encontrado una definición clara de justicia.
Libro II: La justicia y el Estado ideal
Glaucón y Adimanto, otros amigos de Sócrates, argumentan que la justicia es solo un acuerdo para evitar problemas. Creen que la gente es justa solo por la recompensa o por tener una buena imagen. Para demostrarlo, cuentan el mito del anillo de Giges. Este anillo hacía invisible a quien lo usaba. Ellos dicen que si la gente pudiera ser invisible, elegiría no ser justa.
Glaucón y Adimanto le piden a Sócrates que defienda la justicia. Sócrates propone buscar la justicia en una ciudad ideal para entenderla mejor en una persona. Explica que en una ciudad ideal, cada persona se dedica a lo que mejor sabe hacer. Esto trae bienestar y riqueza. Cuando la ciudad crece, necesita un ejército, creando así la clase de los guardianes.
El libro termina hablando de cómo deben ser educados los guardianes y la importancia de controlar lo que se les enseña.
Libro III: La educación de los guardianes
La educación de los guardianes debe evitar la cobardía, la violencia, la mentira y la avaricia. Se busca que no perciban estas cosas en las historias o representaciones.
Las historias se dividen en tipos. En este estado ideal, solo se permiten las que imitan a personas buenas.
También se regula la educación física para que los guardianes estén sanos y no necesiten muchos médicos.
Tanto los guardianes hombres como las mujeres recibirán la misma educación. Ningún guardián tendrá posesiones propias.
Los gobernantes serán elegidos entre los guardianes más ancianos, inteligentes y eficientes. Ellos siempre buscarán el bien del estado. Serán entrenados desde pequeños para ser trabajadores y valientes. Los gobernantes pueden decir una mentira si es para el bien del pueblo.
Esta división de roles se explica con el "mito de los metales". Los gobernantes tienen oro en la sangre, los guardianes tienen plata, y los productores tienen bronce y hierro. Se puede cambiar de clase si se demuestra tener el metal adecuado.
Libro IV: La felicidad del Estado
En este libro, Platón explica cómo el estado ideal, y cada persona en él, puede alcanzar la felicidad.
Dice que, en cuanto a las riquezas, debe haber un equilibrio. Ni mucha pobreza ni demasiada riqueza.
La clave para que este estado dure es la buena educación de los niños.
Este estado ideal es sabio, valiente, moderado y justo. Puede ser una monarquía (si gobierna uno) o una aristocracia (si gobiernan varios).
Libro V: Roles en la ciudad ideal
Polemarco pregunta sobre el papel de las mujeres y los niños en este estado.
Sócrates responde que las mujeres pueden tener los mismos roles que los hombres. Por eso, niños y niñas deben recibir la misma educación.
Se busca que las mejores personas tengan hijos para asegurar que la siguiente generación sea fuerte. Para esto, se organizan uniones entre los mejores. Se establece la mejor edad para tener hijos.
La fecha de nacimiento determina cómo se llamarán entre sí las personas. Por ejemplo, todos los nacidos en cierta fecha se llamarán "abuelos" y llamarán "hijos" a la siguiente generación. Esto crea un sentido de unidad y familia entre todos.
Los niños que nacen débiles no serán criados por el estado. Los hijos de guardianes irán a la guerra con sus padres para aprender. Los niños serán cuidados por personas sabias y se les enseñará a montar a caballo para escapar si es necesario.
Los guardianes cobardes perderán su puesto. Los prisioneros serán abandonados. A los valientes se les honrará, y a los que mueren en batalla se les enterrará con honores.
Para evitar la violencia, se distingue entre guerra (contra extranjeros) y conflictos internos (entre griegos). Los conflictos internos deben resolverse de forma amistosa. No debe haber esclavitud, saqueo ni destrucción de casas o campos en conflictos internos. El único castigo será quitar la cosecha de un año.
Todo esto solo es posible si el estado es gobernado por un rey filósofo.
Libro VI: El filósofo gobernante
El filósofo, por naturaleza, tiene buena memoria, facilidad para aprender, un espíritu noble y es amigo de la verdad, la justicia, la valentía y la moderación. Sócrates usa la "alegoría del barco" para explicar por qué el filósofo es a veces despreciado. El filósofo es como el capitán que sabe guiar el barco mirando las estrellas, pero sus compañeros lo ven como un loco y quieren tomar el control.
Pocas personas pueden llegar a ser filósofos, y menos aún completan esta educación. Pero es necesario que algunos lo hagan para que puedan entender el "sol del bien". Aquí, Sócrates usa la "alegoría del sol" y la "línea dividida".
Libro VII: La alegoría de la caverna y la educación
Este libro comienza con la famosa alegoría de la caverna. En ella, los hombres están encadenados en una cueva y solo pueden ver sombras. El filósofo es el único que puede salir y ver la realidad (las Ideas). Pero debe regresar para intentar liberar a los demás.
Solo el filósofo puede gobernar porque ha entendido lo que es el bien. Para llegar a ser filósofo, se necesitan estudios adicionales a los de los guardianes. Estos incluyen matemáticas, geometría, astronomía y dialéctica (el arte de razonar).
El estado debe asegurarse de que solo las personas adecuadas estudien filosofía a la edad correcta (unos veinte años). A los treinta, se enseña dialéctica, y a los cincuenta, se puede empezar a gobernar.
Las mujeres también pueden seguir este mismo camino.
Libro VIII: Tipos de gobierno
Platón investiga cuatro tipos de gobierno que son menos ideales y se corrompen con el tiempo. Estos regímenes se corrompen por la búsqueda de riqueza y por mezclar las clases sociales. El tipo de gobierno es un reflejo de cómo son las personas.
- En la timocracia, la gente busca el honor, pero también puede ser avariciosa.
- En la oligarquía, la gente busca las riquezas.
- En la democracia, la gente busca el placer, y la clase baja tiene mucho poder.
- En la tiranía, el gobernante es el peor de todos. Busca la libertad, pero termina esclavizando a los demás. El tirano es violento y elimina a los mejores.
Libro IX: El hombre tiránico y el alma
Se analiza más a fondo al hombre tiránico, que se deja llevar por sus deseos. Este tipo de persona comete actos malos para mantener su estilo de vida. No tiene amigos, solo seguidores.
El libro termina con la idea de que el alma tiene tres partes:
- La parte que busca la comida, la bebida y las riquezas.
- La parte que busca la victoria, el poder y los honores.
- La parte filosófica, que ama aprender.
Cada persona decide qué parte de su alma domina.
Libro X: La poesía y la vida después de la muerte
Platón critica la poesía que solo imita la realidad, porque la considera una copia de una copia. Dice que Dios es la fuente de las Ideas, y el artista solo imita lo que ya existe. La única poesía válida es la que honra a los dioses y a los hombres valientes.
El libro concluye hablando de que el alma es inmortal y de lo que le espera a las personas después de la vida. Se cuenta el mito de Er, una historia sobre un hombre valiente que murió y vio cómo las almas eran juzgadas y elegían una nueva vida. Esto demuestra que ser justo trae felicidad tanto en esta vida como en la siguiente.
Temas principales
La justicia en la ciudad y en el individuo

El tema principal de la República es entender qué es la justicia y cómo se manifiesta en las personas. Esto lleva a Platón a describir cómo debería organizarse una ciudad-Estado ideal.
Cuando Sócrates visita El Pireo con Glaucón, Polemarco lo invita a su casa. Glaucón sugiere que la justicia se originó en acuerdos sociales y que la gente la practica por miedo al castigo. Para apoyar su idea, usa el mito del anillo de Giges. Glaucón quiere que Sócrates demuestre que la justicia es valiosa por sí misma y por sus buenas consecuencias.
Sócrates propone buscar la justicia en una ciudad para luego entenderla en una persona. Así, Sócrates empieza a describir un Estado ideal. Para que la ciudad sea justa, debe tener tres clases sociales con funciones diferentes. La justicia, entonces, es que cada persona cumpla con su rol asignado en la sociedad. En general, la justicia es el orden correcto. Sócrates argumenta que "es peor cometer una injusticia que sufrirla", porque la injusticia daña el alma.
Al final de la obra, Sócrates refuta el mito de Giges con el mito de Er. Esta leyenda habla del universo y de la vida después de la muerte, mostrando que la justicia es recompensada.
Clases sociales en la ciudad ideal
Según Platón, la ciudad ideal debe estar dividida en tres clases:
- Los trabajadores manuales (en la parte inferior).
- Los guerreros (en el medio).
- Los dirigentes (en la cima).
Los dirigentes son filósofos que han sido entrenados para entender el "Bien absoluto". Salen de la clase de los guerreros. Así, se podría decir que hay dos grupos principales: los guardianes (guerreros y filósofos) y los productores.
Platón justifica esta división diciendo que una misma persona no puede hacer bien dos trabajos a la vez. Esto va en contra de la idea de ciudadano en la polis griega clásica y cuestiona la democracia. Él dice: "Por eso es característico de nuestro Estado que el zapatero sea solo zapatero y no a la vez timonel, el labrador sea labrador y no sea a la vez juez, y el guerrero, guerrero, y no comerciante a la vez que guerrero". La justicia, para Platón, es que "cada uno haga lo que le corresponde hacer".
El mito de los metales
Para que todos acepten su lugar en la sociedad, especialmente la clase de los productores, los guardianes-filósofos pueden usar una "mentira piadosa". Solo los gobernantes pueden mentir para engañar al enemigo o a los ciudadanos si es para el bien del Estado. Deben inventar un mito para justificar la división de clases, como este:
"Vosotros, ciudadanos del Estado, sois todos hermanos. Pero la divinidad, cuando os moldeó, puso oro en la mezcla con la que se generaron aquellos capacitados para gobernar, siendo de tal forma del más alto valor; plata en los auxiliares; hierro y bronce en los campesinos y demás artesanos". Si alguien desafiara este orden, sería castigado.
La vida en la ciudad ideal
En la ciudad ideal de Platón, los guardianes (guerreros y dirigentes-filósofos) viven bajo un sistema de comunidad. Esto significa que no tienen posesiones propias. Así, evitan el deseo de riquezas, que es causa de muchas injusticias. Este sistema no se aplica a la clase de los trabajadores.
La educación de los guardianes debe ser controlada por el Estado. No solo se enfoca en lo físico, como en Esparta, sino también en lo intelectual. Esto les ayuda a encontrar la verdad detrás de las apariencias. El Estado también asignaría compañeros a los guardianes para tener hijos. Platón justifica esta comunidad de compañeros y niños como una forma de controlar los nacimientos y mantener la paz entre los guardianes. Así, estarán "libres de todas las discusiones que el dinero, los hijos y los familiares provocan".
El Estado es quien decide las uniones para asegurar que los mejores individuos tengan hijos. Los hijos de los mejores ciudadanos serán criados en un lugar común por niñeras. Los hijos de los ciudadanos de menor rango, o los que nazcan con alguna dificultad, serán ocultados. La educación de los niños "aptos" estará a cargo del Estado, sin relación con sus padres.
Platón describe este modelo de ciudad ideal, pero también dice que es difícil de lograr. Sócrates explica: "No habrá, mi querido Glaucón, menos problemas en los Estados, ni siquiera para la humanidad, a menos que los filósofos sean reyes, o que los que ahora se llaman reyes se conviertan en verdaderos y serios filósofos. Y que se unan en los mismos hombres el poder político y la filosofía, junto con una ley estricta que aparte de los asuntos públicos a la gran cantidad de hombres cuyo talento los lleva a dedicarse a una u otra cosa exclusivamente; antes de todo esto, la constitución que idealmente acabamos de describir, en la medida en que sea posible, no nacerá ni verá la luz del día."
Sócrates analiza cuatro tipos de gobiernos injustos: la timocracia, la oligarquía, la democracia y la tiranía. Argumenta que una sociedad mal gobernada decaerá y pasará por cada uno de estos gobiernos, hasta convertirse en una tiranía, que es el peor de todos. Usando la Analogía del Sol y la Línea dividida en el Libro VI, Sócrates rechaza cualquier forma de arte que solo imite la realidad, diciendo que esos artistas no tienen lugar en la ciudad justa. También defiende la inmortalidad del alma y una teoría de la reencarnación. Termina explicando las recompensas de ser justo, tanto en esta vida como en la siguiente.
La alegoría de la caverna
En este diálogo, se usa la "alegoría de la caverna" para explicar de forma metafórica la situación del ser humano respecto al conocimiento. Platón explica cómo podemos entender la existencia de dos mundos: el mundo sensible (que conocemos con los sentidos) y el mundo inteligible (que solo podemos alcanzar con la razón).
El símil de la línea
El símil de la línea o analogía de la línea fue propuesto por Platón en el libro VI de la República (509d–511e). En este, se aborda la cuestión de los grados de ser (ontología) de la Teoría de las Ideas y su relación con los modos de conocimiento (epistemología) en la filosofía platónica. Existen diferentes formas o grados de ser según la pertenencia del objeto de conocimiento en cuestión al Mundo Sensible (Kosmos Aistethós) o al Mundo Inteligible (Kosmos Noetós), teniendo las entidades del Mundo Inteligible, las Ideas (εἶδος, eidos), un grado de ser mayor y más perfecto que los objetos del Mundo Sensible, con propiedades como la inmutabilidad y la eternidad. En el plano epistemológico, Platón habla de un ascenso en el conocimiento desde la dóxa (que contiene a la imaginación (eikasía) y la creencia (pistis)) hasta la episteme (que contiene a la diánoia o pensamiento discursivo (proceso deductivo descendente) y la nóesis o intuición intelectual (proceso intuitivo-abstractivo ascendente que permite la intelección y aprehensión directa de las Ideas)). Según Platón, el filósofo se serviría en este proceso del dominio tanto de la diánoia como de la nóesis para alcanzar el verdadero conocimiento (episteme), si bien afirma que la nóesis juega un papel superior en la obtención del conocimiento más elevado y, en última instancia, del conocimiento de la Idea Suprema, que en la República identifica con el Bien, aunque en el Banquete la identificaría con la Belleza. Algunos han propuesto en este punto que Platón en realidad está entendiendo que lo bueno es lo bello y lo bello es lo bueno. En cualquier caso, según Platón, es el conocimiento de la Idea Suprema el que constituiría el conocimiento más elevado y completo que se puede alcanzar, y que permitiría al filósofo vislumbrar todas las relaciones entre cada ente. Además, Platón enfatiza la dialéctica como una herramienta clave en el proceso filosófico de elevación al conocimiento y de comprensión de las Ideas. (Ver Juego de lenguaje).
El símil de la línea es una idea que Platón presenta en el Libro VI de la República. Explica los diferentes niveles de la realidad y cómo los conocemos. Platón dice que hay dos mundos: el Mundo Sensible (lo que vemos y tocamos) y el Mundo Inteligible (el mundo de las Ideas, que solo entendemos con la razón). Las Ideas son más perfectas y eternas que los objetos del mundo sensible.
Platón describe un camino para ascender en el conocimiento. Desde la opinión (que incluye la imaginación y la creencia) hasta el conocimiento verdadero (que incluye el pensamiento lógico y la intuición intelectual). Para Platón, el filósofo usa estos procesos para alcanzar el conocimiento más alto, que es el de la Idea Suprema, identificada con el Bien. Este conocimiento permite al filósofo entender todas las relaciones entre las cosas. La dialéctica es una herramienta clave en este proceso para elevar el conocimiento y comprender las Ideas.
Historia de la obra
La primera vez que se publicaron juntos los diálogos de La República fue alrededor del año 315 a.C., gracias a la Academia de Platón.
Según Cicerón, un famoso escritor romano, La República de Platón es el primer libro importante sobre filosofía política. Sin embargo, más tarde, un autor llamado Aristóxeno acusó a Platón de copiar ideas de otra obra. Aulo Gelio cuenta que los dos primeros libros de La República se publicaron por separado. Esto podría indicar que los diferentes libros se escribieron en momentos distintos, aunque la obra en su conjunto parece muy unida.
Personajes principales
En la obra participan varios personajes importantes:
- Sócrates: Es el filósofo ateniense y maestro de Platón. Él es quien introduce y profundiza en el tema de la justicia y la ciudad ideal.
- Trasímaco: Un estudiante de Sócrates que inicia la discusión. Al principio del Libro I, él sostiene que la justicia es lo que más le conviene al más fuerte.
- Céfalo: Es un hombre mayor, dueño de la casa donde se desarrolla el diálogo. Él cree que la justicia y la felicidad se encuentran en haber acumulado bienes materiales.
- Glaucón: Un estudiante de Sócrates que lo acompaña a casa de Céfalo.
- Polemarco: Otro estudiante de Sócrates.
- Adimanto: También un estudiante de Sócrates.
Un texto antiguo encontrado
Entre unos escritos antiguos llamados manuscritos de Nag Hammadi, se encontró un fragmento de La República en copto. Este fragmento ya era conocido en la antigüedad y ha sido citado por otros filósofos.
Algunos expertos creen que la traducción de este fragmento es "inepta" o "un fracaso desastroso", lo que hizo difícil identificarlo al principio. Otros dicen que las palabras de Platón fueron "distorsionadas y malentendidas", quizás por alguien con poca educación. Sin embargo, se ha sugerido que esta "mala traducción" podría ser en realidad una forma de interpretar a Platón de una manera particular, relacionada con la situación política de la filosofía griega en ese momento.
Se piensa que este pasaje, por ser una descripción clara de la forma de pensar de Platón sobre el ser humano, pudo haber sido parte de una colección de textos filosóficos usados en las escuelas.
Fragmento conservado
- [48] Ya que hemos llegado a este punto en la discusión, retomemos las cosas que habíamos dicho, y encontraremos que dice: «Es bueno aquel al que se ha hecho perfectamente injusticia; es glorificado según derecho». ¿No es así como ha sido probado? Hasta aquí es cierto el modo que invita. Y yo digo: «Manteniendo la firmeza hemos tomado la palabra ya que él ha dicho que el que comete injusticia y el que actúa con justicia, tienen cada uno un poder». ¿Y cómo es eso? Él dice: «es una imagen parecida al logos del alma, para que comprenda aquel [49] 1 que [tiene] eso dice [...] [...] es en efecto aquél que [hace] 3 [...] o no [...] es por mí».
- Pero todos los [relatos] que han contado [...] 6 sobre arcontes, se han convertido en realidad y la Quimera y el can Cerbero y todos los otros de los cuales 10 se habla: bajaron 11 todos, produjeron las formas y las semejanzas y se convirtieron en 14 una sola semejanza. Ellos 15 dicen: «¡A mantener la obra!» Ciertamente, es una semejanza única la que se ha convertido en 18 imagen de una bestia, 19 mudable, con numerosas cabezas. Ciertos días se parece a una bestia salvaje. Pues, puede rechazar 23 el primer parecido de 24 todas estas figuras difíciles e incómodas y de ellas 26 emana en una 27 obra, 28 perfilándola 29 con esplendor, y 30 el resto de la 31 semejanza trabaja ahora 32 por la palabra. Ahora 33 en efecto, es un solo parecido, 34 otro es el parecido del león, 35 y otro soy el parecido del hombre [50] 1 [u]no [...] 2 [u]nir [...] este 3 [c]ambio, bien más que 4 [el prime]ro. Y el segundo 5 [...] ha sido trabajado. 6 [M]antenemos pues, unidos, uno 7 y el otro y los hacemos 8 únicos porque son tres modos 9 que crecen juntos 10 y todos ocurren en una presencia 11 única, al exterior de la imagen 12 del hombre, como por aquel 13 que no pueden ver 14 lo que está en su interior, pero es lo que 15 sólo soy al exterior que ve. 16 Y aparece que el ser 17 viviente es su parecido y 18 que ha sido trabajado 19 en un parecido de hombre.
- Y yo digo 20 al que ha dicho que es útil 21 al hombre cometer la injusticia: 22 Los que cometen la injusticia se interponen, 23 no sirven para nada ni 24 yo les soy de ningún provecho. Pero 25 lo que es ventajoso, es 26 rechazar el parecido de bestia 27 mala y destrozar 28 los parecidos con el león. 29 Pero el hombre es débil 30 y todo lo que él 31 hace es tan débil 32 que es arrastrado 33 hacia el lugar donde transcurre el día con las bestias. [51] 1 [Y] él [...] 2 [há]bito [de] 3 él en un [...] 4 pero hace 5 [...] las enemistades en [...] 6 tal como un combate por 7 él entablado a causa 8 de eso. Es todo eso 9 en efecto lo que digo a quien quiera hacer 10 la alabanza de la injusticia. 11 Por consiguiente, pues, ¿lo que dice 12 en cuanto a la justicia, 13 no es aprovechable? Si él 14 lleva estas cosas a la práctica y se refiere a ellas, 15 dentro del hombre 16 dominarán con fuerza. 17 Porque busca más allá de él 18 preocuparse por ellas y mantenerse 19 en vida, como también el 20 labrador mantiene en vida su 21 producción cada día y 22 las bestias salvajes 23 le impiden crecer.
Filódoxos
479e τοὺς ἄρα πολλὰ καλὰ θεωμένους, αὐτὸ δὲ τὸ καλὸν μὴ ὁρῶντας μηδ᾽ ἄλλῳ ἐπ᾽ αὐτὸ ἄγοντι δυναμένους ἕπεσθαι, καὶ πολλὰ δίκαια, αὐτὸ δὲ τὸ δίκαιον μή, καὶ πάντα οὕτω, δοξάζειν φήσομεν ἅπαντα, γιγνώσκειν δὲ ὧν δοξάζουσιν οὐδέν.ἀνάγκη, ἔφη.
τί δὲ αὖ τοὺς αὐτὰ ἕκαστα θεωμένους καὶ ἀεὶ κατὰ ταὐτὰ ὡσαύτως ὄντα; ἆρ᾽ οὐ γιγνώσκειν ἀλλ᾽ οὐ δοξάζειν?
ἀνάγκη καὶ ταῦτα.
οὐκοῦν καὶ ἀσπάζεσθαί τε καὶ φιλεῖν τούτους μὲν ταῦτα 480a φήσομεν ἐφ᾽ οἷς γνῶσίς ἐστιν, ἐκείνους δὲ ἐφ᾽ οἷς δόξα; ἢ οὐ μνημονεύομεν ὅτι φωνάς τε καὶ χρόας καλὰς καὶ τὰ τοιαῦτ᾽ ἔφαμεν τούτους φιλεῖν τε καὶ θεᾶσθαι, αὐτὸ δὲ τὸ καλὸν οὐδ᾽ ἀνέχεσθαι ὥς τι ὄν?
μεμνήμεθα.
μὴ οὖν τι πλημμελήσομεν φιλοδόξους καλοῦντες αὐτοὺς μᾶλλον ἢ φιλοσόφους?καὶ ἆρα ἡμῖν σφόδρα χαλεπανοῦσιν ἂν οὕτω λέγωμεν?—Por consiguiente, para los que ven la multitud de cosas bellas, pero que no distinguen lo bello en su esencia, ni pueden seguir a los que intentan demostrárselo, que ven la multitud de cosas justas, pero no la justicia misma, y lo mismo todo lo demás, diremos que todos sus juicios son opiniones y no conocimientos.—Sin duda —dijo. —Por el contrario, los que contemplan la esencia inmutable e idéntica a sí misma de las cosas tienen conocimientos y no opiniones. —Es igualmente indudable. —¿Unos y otros no gustan y abrazan, éstos las cosas que son objeto de la ciencia, y aquéllos las cosas que son objeto de la opinión? ¿No recuerdas lo que dijimos de estos últimos, que se complacen en oír preciosas voces, en ver preciosos colores, pero que no pueden sufrir que se les hable de la belleza absoluta como de una cosa real? —Me acuerdo.
—Ninguna injusticia les haremos, por tanto, llamándoles amigos de la opinión, más bien que amigos de la sabiduría. ¿Crees que se enojarán con nosotros si los tratamos de esta manera?República (Platón)