Historia de la industria en la Argentina para niños
La industria en Argentina tiene una historia muy interesante, que comenzó hace mucho tiempo. Al principio, cuando Argentina era parte del Imperio Español (en el Virreinato del Río de la Plata), no se permitía que se desarrollaran muchas fábricas. La idea era que las colonias solo produjeran materias primas (como cuero o algodón) para que España las transformara en productos terminados.
A pesar de estas reglas, algunas personas en el Virreinato intentaron fabricar cosas. Por ejemplo, el 2 de septiembre de 1587, se exportaron por primera vez productos elaborados desde Santiago del Estero hacia Brasil, como telas y sombreros. Por eso, el 2 de septiembre se celebra el Día de la Industria Argentina. Sin embargo, este comercio no duró mucho porque España lo prohibió.
Contenido
- La Industria en los Inicios de Argentina
- La Industria en la Argentina Moderna (1860-1930)
- La Industria en la Época Radical (1916-1930)
- Industrialización por Sustitución de Importaciones (1930-1970)
- La Desindustrialización de la Década de 1970
- Regreso de la Democracia y Desafíos Económicos
- La Década de 1990 y la Privatización
- La Crisis de 2001 y la Recuperación
- La Industria en la Actualidad
- Galería de imágenes
La Industria en los Inicios de Argentina
Primeros Talleres y Fábricas
Después de la Revolución de Mayo en 1810, cuando Argentina empezó a formarse como país, la relación entre Buenos Aires y las provincias del interior no era fácil. Los comerciantes de Buenos Aires querían importar productos de Gran Bretaña, lo que preocupaba a las provincias del interior, que fabricaban sus propios productos artesanales.
A pesar de esto, la aduana de Buenos Aires recaudaba mucho dinero con las importaciones, lo que ayudaba a financiar al nuevo gobierno. Con el tiempo, las manufacturas británicas llegaron a todo el país, afectando a las pequeñas industrias del interior.
En la década de 1820, surgieron los saladeros en provincias como Buenos Aires y Entre Ríos. Estos lugares procesaban carne, cuero y sebo, que se exportaban. Personajes importantes de la época, como Juan Manuel de Rosas, eran dueños de saladeros.
Hacia 1830, con la llegada de inmigrantes europeos, se mejoraron algunas técnicas de producción. Las fábricas de esos años eran principalmente talleres artesanales que producían para el consumo local, como panaderías, fábricas de fideos, jabones y cervezas. Eran productos básicos y no se exportaba nada.
En 1846, se inauguró en Buenos Aires el Molino Harinero San Francisco, el primer molino a vapor de Argentina, lo que marcó un avance técnico importante. El barrio de La Boca se convirtió en un centro de astilleros (lugares donde se construyen barcos), aprovechando los ríos como principal medio de transporte.
El Cultivo de la Caña de Azúcar
En 1821, comenzó el cultivo de la caña de azúcar en la provincia de Tucumán. Al principio, se usaban trapiches de madera impulsados por mulas para extraer el azúcar. Con el tiempo, la técnica mejoró, y la producción de azúcar fue aumentando lentamente.
La Industria en la Argentina Moderna (1860-1930)

La década de 1860 marcó el inicio de la industria moderna en Argentina, en el contexto de la Segunda Revolución Industrial. Antes, la industria se limitaba a los saladeros y a la producción artesanal de tejidos, harinas, vinos y azúcar. La falta de población, capitales y transportes había impedido el desarrollo de un mercado nacional.
Con la unificación del país, la llegada del ferrocarril y el aumento de la inmigración, comenzaron a establecerse las primeras fábricas modernas, principalmente en las grandes ciudades. Los inmigrantes, con sus conocimientos técnicos y capitales, fueron clave en este proceso.
En 1859, se instaló el primer ingenio azucarero mecanizado de Argentina. La producción de azúcar creció significativamente, especialmente después de que el ferrocarril llegara a Tucumán en 1876.
En 1864, Melville Sewell Bagley lanzó la Hesperidina, una bebida que se hizo muy popular. Esta empresa, Bagley, se convirtió en una de las más importantes en el rubro alimenticio y de galletas en Argentina.
En 1860, el alemán Emilio Bieckert fundó la primera fábrica de hielo en Argentina. Luego, a principios de la década de 1880, creó la primera fábrica de cerveza del país. Otro alemán, Otto Bemberg, fundó en 1888 la famosa cervecería Quilmes.
En 1872, se instaló La Forestal, una empresa que producía y exportaba postes y durmientes para el ferrocarril, así como tanino.
En 1875, el italiano José Canale fundó la panadería que se transformaría en la fábrica de bizcochos Canale. En 1882, la Cristalería Rigolleau comenzó a producir vidrio, principalmente para las cervecerías.
A fines del siglo XIX, Argentina se integró al sistema económico mundial como un gran exportador de materias primas, como carne y cereales. Con los ingresos de estas ventas, el país importaba los productos manufacturados que necesitaba, lo que limitaba el desarrollo de la industria local.
La Crisis de 1890 y el Impulso Industrial

En 1890, Argentina sufrió una fuerte crisis económica. Las exportaciones de productos agropecuarios disminuyeron porque otros países comenzaron a producirlos en mayor cantidad y a menor costo. Esto llevó a una crisis económica y a algunos conflictos políticos.
Tras la renuncia del presidente Miguel Juárez Celman, asumió el vicepresidente Carlos Pellegrini. Pellegrini, que ya había expresado ideas a favor de la industria, tomó medidas para estabilizar la economía. Creó el Banco de la Nación Argentina y la Caja de Producción para apoyar a los inversores. Él creía que, aunque la agricultura y la ganadería eran importantes, ninguna nación alcanzaba su máximo desarrollo económico solo con ellas; la industria fabril era clave.
Los primeros pasos industriales se dieron en los saladeros, que procesaban y exportaban carne y cueros. Con el desarrollo del ferrocarril, se mejoró el transporte, lo que impulsó el sector agrario y, a su vez, la compra de locomotoras y rieles a fábricas británicas.
El sector textil también creció. En 1885, se instaló en Buenos Aires la Fábrica Argentina de Alpargatas, una empresa grande y moderna para la época.
En 1887, se fundó la Unión Industrial Argentina, una organización que agrupaba a los industriales del país.
A principios del siglo XX, surgieron empresas importantes como la láctea La Martona (1901) y Molinos Río de la Plata (1901), dedicada a la molienda de granos. También se mejoraron los puertos, lo que facilitó la exportación de carne a Inglaterra por parte de frigoríficos como Bovril y Swift.
En 1911, nació la famosa empresa argentina Siam Di Tella, que se dedicó a la fabricación de máquinas para amasar pan y luego se expandió a otros productos metalmecánicos. Ese mismo año, Remington Rand (máquinas de escribir) y en 1913, Ford Motor Company se instalaron en Argentina.
En 1912, un joven de 12 años, Felipe Fort, fundó la empresa argentina Felfort, que hoy es líder en chocolates y golosinas.
Para 1913, la industria ya representaba el 15% del Producto Interno Bruto (PBI) de Argentina, mostrando un crecimiento importante.
La Industria en la Época Radical (1916-1930)

En 1916, Hipólito Yrigoyen fue elegido presidente. Durante su gobierno, se impulsó la expansión de los ferrocarriles estatales y se construyó una gran obra de ingeniería, el "Tren a las Nubes", que conectaba Salta con el océano Pacífico.
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) afectó el comercio internacional. Argentina mantuvo su neutralidad y exportó alimentos y algunos productos industriales a los países en guerra. Como las importaciones de manufacturas europeas disminuyeron, comenzaron a surgir industrias locales para producir lo que antes se compraba en el exterior.
En el sector metalúrgico, empresas como Tamet y La Cantábrica crecieron, convirtiéndose en importantes referentes. También se destacaron la fábrica de sanitarios Ferrum y la Compañía General de Fósforos.
El Gobierno de Marcelo T. de Alvear
En 1922, asumió el presidente Marcelo Torcuato de Alvear. Su gobierno coincidió con el fin de la crisis mundial de la posguerra, lo que permitió una mejora económica. Argentina alcanzó un gran crecimiento del PBI, llegando a ser una de las economías más prósperas del mundo en ese momento.
En 1923, se creó el primer frigorífico estatal, el Frigorífico Lisandro de la Torre, para competir con los frigoríficos extranjeros. También se proyectó la creación de fábricas militares para producir material de defensa nacional y reducir la dependencia del exterior.
En 1922, comenzó la construcción de la planta automotriz General Motors en Argentina, y en 1924, se ensamblaron las primeras unidades. En 1925, se estableció HAFDASA, que fabricaba automóviles y motores de alta tecnología.
En 1927, se construyó la Fábrica Militar de Aviones, la primera empresa de alta tecnología en Argentina. Durante este período, muchas empresas extranjeras importantes como Standard Electric, General Electric, Standard Oil, Colgate Palmolive, Philips e IBM se instalaron en el país.
Para 1930, la industria representaba el 18,6% del PBI de Argentina.
Industrialización por Sustitución de Importaciones (1930-1970)

En 1930, hubo un cambio de gobierno por la fuerza, y comenzó un período conocido como la "Década Infame". La caída de las importaciones debido a la crisis mundial llevó a que la industria local creciera para cubrir la demanda de productos que antes se compraban en el exterior. Este proceso se conoce como "industrialización por sustitución de importaciones".
Empresas como Bunge y Born instalaron fábricas textiles, y la actividad algodonera en el Chaco despegó. En 1935, un censo industrial mostró que Argentina tenía más de 40.000 establecimientos industriales con casi 600.000 trabajadores. Por primera vez, la producción industrial superó a la agrícola.
En 1933, la fábrica de instrumentos de escritura Pelikan abrió su filial en Argentina. En 1935, OSRAM y Philips comenzaron a fabricar lámparas incandescentes y luego otros electrodomésticos en el país.
En 1941, se creó la Dirección Nacional de Fabricaciones Militares, y en 1944, el Banco de Crédito Industrial para apoyar a las industrias.
El Gobierno de Juan Domingo Perón
En 1946, asumió la presidencia Juan Domingo Perón. Durante su gobierno, se impulsó fuertemente la industrialización. Se crearon fábricas de equipamientos militares y se instalaron industrias pesadas, como las automotrices y metalmecánicas, con apoyo del Estado.
Se fundaron empresas como Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME) en Córdoba, que produjo aviones, motores, tractores (como el Tractor Pampa) y motocicletas (como la Puma).
En 1952, Siam Di Tella comenzó a producir motonetas y otros electrodomésticos, como heladeras, que tuvieron una gran demanda.
En 1953, se firmó una ley para atraer empresas a la producción metalmecánica en Córdoba, lo que llevó a la instalación de fábricas como Fiat e Industrias Kaiser Argentina (IKA). Córdoba se convirtió en un importante centro industrial.
La Obra Siderúrgica del General Savio
El general Manuel Savio fue clave en el desarrollo de la industria pesada en Argentina. En 1941, creó la Dirección General de Fabricaciones Militares y, bajo su dirección, se inauguró Altos Hornos Zapla en Jujuy en 1945, que produjo la primera fundición de arrabio (un tipo de hierro).
Savio impulsó la industria química pesada y la minería, buscando que el país produjera su propio acero y otras materias primas importantes.
Hacia la Argentina Moderna (Gobierno de Frondizi)
En 1958, asumió el presidente Arturo Frondizi, quien impulsó una gran expansión industrial. Su gobierno promovió las inversiones extranjeras y los contratos petroleros.
Argentina tenía un gran consumo de petróleo, pero producía poco. Una de las metas de Frondizi fue lograr el autoabastecimiento de petróleo, lo que se consiguió en tres años. La producción de petróleo y gas natural se triplicó, y Argentina pasó de importar a exportar petróleo.
La inversión extranjera se multiplicó, y la industria se modernizó con la compra de nuevas máquinas y equipos. La industria automotriz tuvo un gran crecimiento gracias a leyes de promoción industrial. Se instalaron muchas empresas automotrices multinacionales y también algunas argentinas, como Siam Di Tella Automotores. La producción de automóviles y camiones aumentó drásticamente, y Argentina pudo abastecer su propio mercado.
En 1960, se inauguró el alto horno de San Nicolás de los Arroyos, para la producción de acero, lo que impulsó la siderurgia y la petroquímica en el país.
Gobiernos Posteriores y Crecimiento Industrial
En 1963, asumió Arturo Umberto Illia. Durante su gobierno, la fábrica nacional Siam Di Tella comenzó a producir camionetas. Se sancionó la ley del salario mínimo, vital y móvil, buscando mejorar los ingresos de los trabajadores.
Las industrias continuaron creciendo, y el desempleo y la pobreza disminuyeron. En 1964, la fábrica Fiat comenzó a exportar autopartes a Chile, y Citroën a Uruguay y España. En 1966, comenzó a producirse el famoso Torino por Industrias Kaiser Argentina.
En 1967, se fundó la fábrica de papel Ledesma, que utiliza la fibra de caña de azúcar como materia prima.
La Desindustrialización de la Década de 1970

En marzo de 1976, hubo un nuevo cambio de gobierno por la fuerza, que trajo un gran cambio en la economía. Este período, junto con el gobierno de Carlos Saúl Menem en la década de 1990, es considerado como uno de los más perjudiciales para la industria argentina.
Se redujeron los impuestos a las importaciones, lo que permitió la entrada masiva de productos extranjeros. Esto tuvo un efecto muy negativo en la industria local, ya que muchas grandes empresas como General Motors, Peugeot, Citroën, Chrysler y Siam cerraron sus plantas. Para 1980, la producción industrial había disminuido significativamente.
El ministro de Economía de ese período, José Alfredo Martínez de Hoz, buscó detener la inflación y aumentar las inversiones extranjeras. Sin embargo, sus políticas, como la congelación de sueldos y la apertura a las importaciones, provocaron una fuerte caída en los ingresos de los trabajadores y el cierre de muchas fábricas.
Regreso de la Democracia y Desafíos Económicos
Después de siete años, en 1983, Argentina volvió a la democracia con la elección de Raúl Alfonsín como presidente. El nuevo gobierno tuvo que enfrentar una economía muy debilitada, con alta inflación y una gran deuda externa.
En 1987, Ford Motor Argentina y Volkswagen Argentina se unieron para formar la empresa Autolatina. Mercedes-Benz Argentina revolucionó el transporte público con el diseño de nuevos colectivos.
Durante la década de 1980, la actividad industrial tuvo muchos altibajos, con períodos de caída y recuperación.
La Década de 1990 y la Privatización

En 1989, Carlos Menem asumió la presidencia en medio de una gran crisis económica. Su gobierno implementó políticas basadas en el "Consenso de Washington", que incluían la privatización de empresas públicas y una mayor apertura a la inversión extranjera.
Se sancionó la Ley de Convertibilidad, que fijó el valor de un peso igual a un dólar estadounidense. Esto trajo estabilidad económica y baja inflación, lo que atrajo algunas inversiones extranjeras. Sin embargo, la industria local se vio afectada por la competencia de productos importados, especialmente de China, lo que llevó al cierre de muchas fábricas.
La deuda externa del país aumentó considerablemente, y el desempleo creció. Muchas empresas estatales fueron privatizadas, como Aerolíneas Argentinas y YPF. Hacia el final de la década, la situación económica se deterioró, y miles de fábricas cerraron.
La Crisis de 2001 y la Recuperación

En 1999, Fernando De la Rúa asumió la presidencia, pero su mandato estuvo marcado por un rápido deterioro económico que culminó en la crisis de 2001, una de las más grandes de la historia argentina.
Muchas fábricas cerraron, y el desempleo se disparó. La producción industrial cayó drásticamente, especialmente en sectores como los electrodomésticos. Empresas con más de cien años de historia, como la fábrica de alfajores Balcarce, también cerraron.
En enero de 2002, Eduardo Duhalde asumió la presidencia de forma interina y logró estabilizar la crisis. Después de la crisis, algunas industrias comenzaron a recuperarse.
Durante el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), la industria argentina creció a un promedio anual del 10,3%, un avance significativo después de décadas de bajo rendimiento.
Fábricas Recuperadas
Un fenómeno particular que surgió después de la crisis de 2001 fueron las "fábricas recuperadas". Esto ocurre cuando una fábrica cierra, y los trabajadores la reabren y la ponen en funcionamiento por sí mismos, sin ayuda del gobierno o de otras empresas. Un ejemplo famoso es la fábrica de baldosas Zanon en Neuquén, que fue ocupada y puesta en marcha por sus obreros en 2002.
Efectos de la Crisis Mundial de 2008

En 2008, estalló una crisis económica mundial que afectó a Argentina. Sin embargo, entre 2003 y 2012, la producción de vehículos, minerales no metálicos, insumos para la construcción y metalmecánica tuvo un gran avance. La industria automotriz, por ejemplo, creció un 17% anual en esa década.
La empresa estatal INVAP se destacó por proveer a otros países sistemas para reactores nucleares y tecnología aeroespacial, como el diseño y construcción de satélites.
En 2010, la industria automotriz tuvo un crecimiento récord, fabricando más de 724.000 unidades. También hubo récords en la producción de calzado y el crecimiento de la industria textil.
La industria farmacéutica también creció notablemente entre 2003 y 2012, aumentando su producción en un 228% y creando miles de nuevos puestos de trabajo.
En 2013, se alcanzó un récord en la fabricación y patentamiento de motocicletas, con el 80% de las unidades producidas en Argentina.
El gobierno argentino implementó medidas para frenar las importaciones de ciertos artículos electrónicos, motocicletas, productos metalúrgicos y automóviles, para proteger la industria local que podía satisfacer esa demanda.
La Industria en la Actualidad
La victoria presidencial de Mauricio Macri en 2015 trajo un nuevo modelo industrial. Una de las primeras medidas fue la eliminación de la Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI), que se usaba para proteger la industria nacional.
En 2016, la actividad industrial disminuyó un 4,6% debido a la apertura de importaciones, la alta inflación y un tipo de cambio menos competitivo. Sectores como el textil, papel y celulosa, alimentos y bebidas, y metalmecánica sufrieron caídas.
En 2017, la actividad industrial creció un 1,8%, impulsada por la industria metálica básica, metalmecánica, productos minerales no metálicos y automotriz. Sin embargo, otras industrias como la textil y el tabaco siguieron en contracción.
En 2018 y 2019, la actividad industrial continuó cayendo debido a la disminución del consumo interno, las altas tasas de interés y la devaluación. Sectores como la fabricación de motocicletas y automóviles fueron los más afectados. La capacidad industrial instalada ociosa (fábricas que no estaban produciendo a su máxima capacidad) era del 40.6% a fines de 2019.
Galería de imágenes
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Fábrica Militar de Aviones, Córdoba, 1950.
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Laminador continuo de chapas en caliente, modelo único en Sudamérica en ese momento.
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Juan Domingo Perón sale al palco a ver a la gente vestido de civil.
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La fiebre de la soja en Argentina produjo el crecimiento de las empresas que se dedican a hacer productos derivados de ella.