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Guerra ruso-ucraniana (2014-actualidad) para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Guerra ruso-ucraniana
Parte de los conflictos postsoviéticos, las guerras ruso-ucranianas y la Nueva Guerra Fría
2022 Russian invasion of Ukraine.svg
Situación militar dentro de Ucrania tras la invasión rusa el 24 de febrero de 2022.

     Territorio controlado por Ucrania

     Territorio controlado por el ejército ruso y fuerzas prorrusas
Fecha
Lugar península de Crimea, Óblast de Donetsk, Óblast de Lugansk, Óblast de Jersón, Óblast de Járkov, Óblast de Kiev, Óblast de Chernígov, Óblast de Sumy, Óblast de Zaporiyia, Óblast de Mikolaiv, mar de Azov, Bélgorod y Rostov
Resultado

en curso

  • Adhesión de Crimea a Rusia
  • Cambios en el estatus de Donetsk y Lugansk
  • Anexión de territorios ucranianos por parte de Rusia
Beligerantes
Bandera de Rusia Rusia
Respaldados:
Bandera de Bielorrusia Bielorrusia
OTSC
Comunidad de Estados Independientes
Bandera de Ucrania Ucrania
Tártaros de Crimea

Respaldados:

Bandera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte OTAN
Flag of Europe.svg Unión Europea
Bandera de Estados Unidos Estados Unidos
Antecedentes históricos de los disturbios pro-rusos en Ucrania en 2014 y Euromaidán Guerra ruso-ucraniana

La guerra ruso-ucraniana es un conflicto bélico entre la Federación de Rusia y Ucrania, que se encuentra actualmente en curso y que se acrecentó tras el tenso período de la crisis ruso-ucraniana de 2021-2022, conflicto que el 24 de febrero de 2022 finalmente desembocó en la invasión rusa de Ucrania, si bien esta confrontación se ha desarrollado desde 2014 y ha tenido varias etapas entre las que se destacan la adhesión de Crimea a Rusia y la guerra del Dombás que comenzó ese mismo año y aún sigue en progreso. Asimismo, las manifestaciones de Euromaidán que marcan el inicio del conflicto ucraniano comenzaron en noviembre de 2013 en Kiev, la capital ucraniana, debido a la suspensión de la firma del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea.

El 22 de febrero de 2014, tras varios meses de protestas y disturbios y tras el llamado Jueves Negro (20 de febrero) los opositores tomaron las riendas del país y ocuparon irregularmente las principales instituciones con sede en Kiev. Seguidamente, la Rada Suprema tomó el control del país en ausencia de buena parte de sus miembros y Oleksandr Turchínov asumió la coordinación del Gobierno y la presidencia del Parlamento, cayendo así el gobierno de Víktor Yanukóvich. La Rada Suprema destituyó del cargo a Yanukóvich y tomó el control del país votando la vuelta a la Constitución de 2004, acordada el día anterior. Rusia no reconoció este gobierno como autoridad legítima de Ucrania y declaró que lo ocurrido fue un «golpe de Estado». En consecuencia, el Congreso de diputados y gobernadores regionales del Este y Sur de Ucrania hizo un llamamiento a la resistencia y acusó a la oposición de incumplir el acuerdo de paz que había sido firmado el 21 de febrero con el destituido presidente. A partir de entonces, residentes de la mitad suroriental de Ucrania se manifestaron en contra del nuevo gobierno de Kiev.

Por su parte, la crisis de Crimea de 2014 comenzó en febrero de ese año cuando el gobierno regional realizó el referéndum sobre el estatus político de Crimea. Entonces se produjo una intervención militar, donde las Fuerzas Armadas de Rusia se desplegaron en la península de Crimea —incluyendo Sebastopol— con el objetivo de garantizar la integridad de los ucranianos prorrusos habitantes de Crimea y las bases rusas estacionadas allí, hasta que se normalizara la situación socio-política; desoyendo las advertencias de no invadir lanzadas por Estados Unidos y Kiev. Así, el 17 de mayo, fue proclamada la independencia de la República de Crimea y al día siguiente fue aprobada la adhesión de Crimea a Rusia. Esto fue rechazado por la Unión Europea, Estados Unidos y otros países, mientras fue apoyado por Bielorrusia, Corea del Norte, Siria y Venezuela; la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante su resolución 68/262, rechazó la incorporación de Crimea. En los días posteriores, las tropas militares ucranianas se enfrentaron en contados incidentes con el ejército ruso hasta finalmente replegarse y hacer abandono de la península, aunque el gobierno de Kiev aún considera Crimea como parte de los territorios temporalmente ocupados de Ucrania.

Entre tanto, la guerra del Dombás comenzó el 6 de abril de 2014. El gobierno interino de Ucrania inició un operativo armado contra los grupos separatistas rusófonos del este de Ucrania tras la anexión de Crimea. Las tropas rusas invadieron el territorio del este de Ucrania y las tropas ucranianas lanzaron una operación antiterrorista. En el mes siguiente fueron realizados los referéndums sobre el estatus político de Donetsk y Lugansk por parte de los separatistas regionales que formaron la confederación de Nueva Rusia, un efímero Estado que sería disuelto en mayo de 2015.

Antecedentes

Evolución territorial de la RSS de Ucrania (1922-1954)
Rep. Autónoma de Crimea (amarillo) y distrito especial de la ciudad de Sebastópol (rosado).

Los antecedentes históricos de la guerra ruso-ucraniana corresponden a una variedad de factores sociales, culturales, étnicos y lingüísticos que contribuyeron a la formación de las chispas de las protestas prorrusas en el este y el sur de Ucrania en la secuela de principios de la revolución prooccidental de 2014 en Ucrania.

El proceso de la caída del muro de Berlín, la reunificación alemana y el colapso de los gobiernos comunistas (1989-1991) trajeron enormes cambios en los países del Bloque del Este, hasta entonces integrantes o aliados de la Unión Soviética, alterando la balanza geopolítica en Europa. Sin embargo, tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, Ucrania y Rusia mantuvieron estrechos vínculos y el gobierno ucraniano acordó abandonar su arsenal nuclear en 1994 —mediante el Memorándum de Budapest— con la condición de que los Estados Unidos, el Reino Unido y Rusia brindaran garantías contra las amenazas a la integridad territorial o la independencia política de Ucrania. Cinco años más tarde, Rusia fue uno de los signatarios de la Carta para la Seguridad Europea, que «reafirmó el derecho inherente de todos y cada uno de los Estados participantes a ser libres de elegir o cambiar sus arreglos de seguridad, incluidos los tratados de alianza, a medida que evolucionan».

Este artículo proporciona una visión general de los factores demográficos e históricos en las regiones afectadas desde la primera fase de la guerra ruso-ucraniana.

El Imperio ruso fue ganando control sobre esta zona gradualmente en tratados de paz con el Imperio otomano tras las guerras ruso-turcas de 1735–1739, 1768–1774, 1787–1792 y 1806–1812. La colonización de la tierra, a finales del siglo XVIII, fue dirigida por el príncipe Potiomkin a quien la zarina Catalina «la Grande» otorgó poderes de gobernación absolutos sobre el territorio. Las tierras se concedieron generosamente a la nobleza rusa (dvoryanstvo) y se trasladó a campesinos rusos y ucranianos, en régimen de servidumbre, para cultivar lo que hasta entonces era una estepa escasamente poblada. También vinieron colonos extranjeros invitados por Catalina «la Grande» de Alemania (los cuales se conocerían como alemanes del mar Negro), Prusia (menonitas de Rusia), Polonia, Italia, Grecia, Serbia y otros países.

Negociaciones Baker-Gorbachov

Archivo:Unterschriften 2+4
Firmas de las potencias aliadas

El Tratado Dos más Cuatro (en alemán: Zwei-plus-Vier-Vertrag), también llamado Tratado sobre el acuerdo final con respecto a Alemania (en alemán: Vertrag über die abschließende Regelung in Bezug auf Deutschland), fue un acuerdo firmado en 1990 entre la República Federal de Alemania (RFA), la República Democrática Alemana (RDA) y las cuatro potencias que controlaban las zonas de ocupación aliada en Alemania tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa: Francia, el Reino Unido, los Estados Unidos y la Unión Soviética.

El Tratado allanó el camino para la reunificación alemana y fue firmado en Moscú el 12 de septiembre de 1990, después de meses de negociaciones entre las partes. El 1 de octubre de 1990, las 4 potencias aliadas, mediante una declaración conjunta emitida en Nueva York, renunciaron a sus derechos en relación con la ciudad de Berlín, devolviéndole así a Alemania su plena y entera soberanía. Entró en vigor el 15 de marzo de 1991, fecha del depósito de los últimos documentos de ratificación en una ceremonia oficial.

Según el tratado, la Alemania reunificada podría pertenecer, si así lo deseare, a la OTAN. Además, las tropas soviéticas debían retirarse del este de Alemania antes del 31 de diciembre de 1994. A partir de entonces, el ejército alemán, y por tanto, efectivos alemanes de la OTAN, podrían ocupar la totalidad del territorio alemán, pero los efectivos de otros países miembros de la OTAN no podrían mantener tropas en las antiguas provincias germanoorientales. Las fuerzas armadas alemanas fueron reducidas a 370.000 integrantes. Además, Alemania renunció a la posesión de armas nucleares, biológicas y químicas. Así mismo, Alemania acordó confirmar su aceptación de la línea de control con Polonia como frontera definitiva con ese país, y aceptó que las fronteras de Alemania tras la reunificación corresponderían solo a los territorios entonces administrados por Alemania Occidental y Oriental, con la exclusión y renuncia de cualquier otro reclamo territorial. La “cuestión Óder-Neisse” fue regulada en un tratado separado (firmado 2 meses después), pero también fue incluida en el Tratado Dos más Cuatro.

Contexto

Rusos en Ucrania

La rusificación de Ucrania fue un cuerpo de leyes, decretos y otras acciones llevadas a cabo, primero por las autoridades imperiales rusas y después por las soviéticas, para fortalecer la posición rusa en los ámbitos nacional, político y lingüístico en Ucrania. La rusificación se ha visto como parte de una política de genocidio relacionada con la hambruna holodomor por Raphael Lemkin y otras fuentes.

La política de rusificación fue más intensa en Ucrania que en otras partes de la Unión Soviética, por lo que este país contiene ahora el grupo más grande de rusófonos que no son rusos étnicos: en 2009 había en torno a 5,5 millones de ucranianos cuya lengua materna era el ruso. Los hablantes de ruso son más numerosos en la mitad sudoriental del país, mientras que tanto el ruso como el ucraniano son usados por igual en el centro, y el ucraniano es la lengua dominante en el oeste. Algunos de estos "ucranianos rusificados" hablan ruso, mientras que otros hablan una mezcla de ucraniano y ruso conocida como "súrzhyk"; muchos de ellos también tienen cierto dominio del idioma ucraniano. Las estimaciones de su prevalencia en el país varían, pero según distintos estudios, los "ucranianos rusificados" constituyen entre un tercio y la mitad de la población total de Ucrania.

En la Ucrania postsoviética, el ucraniano sigue siendo el único idioma oficial en el país; sin embargo, en 2012, el presidente Víktor Yanukóvich introdujo un proyecto de ley reconociendo "lenguas regionales", en virtud del cual el idioma ruso en particular podría ser usado oficialmente en las zonas predominantemente rusófonas de Ucrania, en escuelas, tribunales e instituciones gubernamentales. Mientras que el proyecto de ley fue apoyado por los ucranianos en las regiones del este y el sur del país, esta legislación generó protestas en Kiev, donde los representantes de los partidos de la oposición argumentaron que esta ley dividiría aún más al país entre sus partes ucranianoparlantes y rusoparlantes, y haría del ruso un idioma oficial de facto allí.

Presencia de tropas rusas

Se atribuye la creación de la Flota del Mar Negro a Grigori Potiomkin el 13 de mayo de 1783, tras la anexión de Crimea bajo el reinado de Catalina la Grande y la creación de una importante base militar, ubicada en la ciudad de Sebastopol (recientemente anexionada a la Federación de Rusia desde marzo de 2014). La expansión hacia el sur del Imperio ruso a finales del siglo XVIII les llevó a enfrentarse con su mayor rival en la región del Mar Negro, el Imperio otomano. La Flota del Mar Negro venció a los turcos en 1790, combatió contra los otomanos durante la Primera Guerra Mundial, contra la flota rumana durante la Segunda Guerra Mundial y mantuvo breves combates contra la Armada de Georgia en el transcurso de la Guerra de Osetia del Sur de 2008.

La disolución de la Unión Soviética y la independencia de Ucrania en 1991 llevó a la firma de varios acuerdos para permitir la continuidad de la presencia de fuerzas de la Federación Rusa en Crimea y el mantenimiento de las bases de la Flota del Mar Negro.

Euromaidán

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La división norte-oeste vs. sur-este se manifiesta en el medioambiente; la zona en azul presenta un bioma de bosque caducifolio, mientras que en la zona en amarillo el paisaje es de estepas.
Archivo:Ukr elections 2012 multimandate okruhs
Elecciones al parlamento (2012)
En azul: voto mayoritario por el prorruso Partido de las Regiones (sureste del país, zonas fronterizas con Bielorrusia, y gran parte de Transcarpacia.)
En granate: voto mayoritario por Svoboda.
En magenta: voto mayoritario por Batkivshchyna.

El Euromaidán (en ucraniano, Євромайда́н, Yevromaidán; «Europlaza») es el nombre dado a una serie de manifestaciones y disturbios heterogéneos de índole europeísta y nacionalista de Ucrania que en su punto álgido derrocaron al presidente Víktor Yanukóvich, líder de la formación política prorrusa Partido de las Regiones. Los sucesos se desencadenaron en Kiev la noche del 21 de noviembre de 2013, un día después de que el Gobierno de Ucrania hubiera suspendido in extremis la firma del Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea (UE).

Aunque el 30 de marzo de 2012, Yanukóvich y los líderes de la UE habían acordado un estatuto de asociación de Ucrania con la UE, la entrada en vigor se fue aplazando y las negociaciones quedaron estancadas durante un año, entre otras razones porque una de las exigencias europeas era la liberación de Yulia Timoshenko y Yuri Lutsenko, opositores al Gobierno. Ello no impidió que durante los meses previos al inicio de las protestas, Yanukóvich prometiera realizar las reformas necesarias para seguir adelante con la negociaciones.

Sin embargo, sorpresivamente, el 21 de noviembre de 2013, el Gobierno ucraniano, encabezado por Mikola Azárov, publicó una nota oficial en la que informaba que el proceso de preparación de la firma del acuerdo quedaba «suspendido». Las razones esgrimidas fueron la caída en la producción industrial y el mantenimiento de relaciones con los países de la Comunidad de Estados Independientes. Yanukóvich asistió a la cumbre de la UE los días 28 y 29, tal como estaba previsto antes de la suspensión unilateral, pero solo para declinar la última oferta europea, de 600 millones de euros, por considerarla «humillante». Por su parte, Azárov reprochó a la UE y al Fondo Monetario Internacional la falta del apoyo económico que hubiera compensado el «divorcio comercial» con Rusia, a la vez que admitía que había sido Moscú quien había conminado a Kiev a no sellar el pacto.

Desde el 21 de noviembre, se producen en Kiev varias concentraciones en la plaza de la Independencia exigiendo al gobierno retomar el diálogo con la UE. La concentración aglomeró a cientos de miles de personas en todas las inmediaciones de la plaza, con discursos diarios de líderes políticos opositores así como íconos culturales ucranianos y extranjeros que venían en señal de motivación y apoyo. Entre los principales gestores se encontraban: organizaciones sociales, la oposición política —incluido el grupo ultra-nacionalista y de extrema derecha Sector Derecho, uno de los principales organizadores del movimiento en Kiev e instigador de los disturbios, y el partido parlamentario de extrema derecha Svoboda— y las Iglesias ucranianas —como la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Kiev—, con excepción de la Iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Moscú. En las manifestaciones también participaron representantes de minorías étnicas (rusos, tártaros de Crimea, judíos, georgianos, armenios y otros) y ciudadanos de otros países (de Polonia, Bielorrusia, Georgia, Rusia y otros).

Las protestas desembocaron en disturbios, que fueron creciendo en intensidad, al punto de que hubo días en que muchos manifestantes continuaban sus protestas toda la noche, lo que hacía imposible su desalojo del lugar por parte de las autoridades. El 16 de enero, la Rada ordenó penas contra los manifestantes, el bloqueo de edificios administrativos y la instalación de tiendas de campaña. Esto fue tomado por los manifestantes como un veto a su derecho de manifestarse y protestar. Entre tanto, las protestas se fueron expandiendo a lo largo del centro y oeste del país y con algunos focos en el este, mayoritariamente ruso. La exigencia no era solo el cambio económico a Europa, sino el cambio total de gobierno, lo que llevó a la dimisión de Azárov el 28 de enero y, a que Parlamento reunido en asamblea extraordinaria, derogara las polémicas leyes que limitaban los derechos de manifestación y reunión.

La noche del 19 y 20 de febrero, Yanukóvich y los principales líderes de la oposición (Vitali Klichkó, Arseni Yatseniuk y Oleh Tiagnibok) acordaron una tregua, y el desarme de las barricadas colocadas en la plaza de capital anteriormente como medida de contención a las fuerzas policiales. El 21 de febrero —tras el llamado “Jueves Negro” (20 de febrero) en el que murieron más de 60 manifestantes—, se aprobó un acuerdo entre ambas partes para adelantar las elecciones, formar un gobierno de transición, volver a la Constitución de Ucrania de 2004 y frenar la violencia. En la madrugada del 21 al 22 de febrero Yanukóvich, sin informar al parlamento, abandonó la capital y desapareció en dirección desconocida. El 22 de febrero, por la mañana, la Rada Suprema lo destituyó de su cargo por "abandono de sus funciones constitucionales" y tomó el control del país votando, por mayoría constitucional, la vuelta a la Constitución de 2004, acordada el día anterior. Sólo después de dicha vuelta al sistema político parlamentario, en lugar del presidencial, Oleksandr Turchínov asumió la presidencia del parlamento, previa renuncia por escrito del presidente anterior. Al día siguiente, Turchínov fue nombrado primer ministro en funciones con el fin de realizar la coordinación de tareas de gobierno. El 28 de febrero, Yanukóvich reapareció en Rostov del Don (Rusia), donde denunció un presunto golpe de Estado.

La víspera del Euromaidán, la población ucraniana se encontraba virtualmente dividida: una parte de los ucranianos apoyaba una asociación con Rusia, mientras que la otra prefería una con Europa. El mayor apoyo hacia la integración con la UE se encontraba en Kiev y en el oeste de Ucrania; el apoyo se reducía al centro de Ucrania, en el sur y en Crimea (sede de la Flota del Mar Negro) y en el este.

Intento de abolición de la Ley de Lenguas Cooficiales

Ruso como su lengua materna en el sur y oriente de Ucrania
Datos de 2001
Ukraine census 2001 Russian.svg
Sebastópol obtuvo el porcentaje más alto (90,6 %), seguido por Crimea con un 77,0 %.
Datos de 2005
Crimea: 97 % de toda la población
Óblast
Dnipropetrovsk 72 %
Donetsk 93 %
Zaporizhia 81 %
Lugansk 89 %
Mikoláyiv 66 %
Odesa 85 %
Járkov 74 %

En febrero de 2014, la Rada Suprema acordó abolir la Ley sobre las bases de la política lingüística estatal de 2012, que establecía que en los rayones donde un determinado idioma fuese hablado por al menos 10 % de los habitantes, dicho idioma podía adquirir el rango de lengua cooficial. Sin embargo, el 3 de marzo el presidente interino del parlamento, Oleksandr Turchínov, se negó a firmar la mencionada resolución acerca de la ley de política lingüística hasta que la Rada no elaborase una nueva, por lo que la ley siguió en vigor (en 2018 dicha ley dejó de estar vigente al ser declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional).

La abrogación de la Ley aprobada en 2012 eventualmente hubiera perjudicado a los hablantes de ruso (cooficial en todo el este y sur de Ucrania, además de algunos raiones en Kirovogrado, Cherníhiv, Sumy y Zhitómir), húngaro (cooficial en algunos raiones de Transcarpatia) y rumano (cooficial en algunos raiones de Transcarpatia, Chernivtsí y Odesa). La propuesta fue rechazada por una parte de las comunidades bilingües dentro de Ucrania, además de otros países vecinos con importantes minorías en el territorio ucraniano, en particular Rusia.

Por su parte, las autoridades de Crimea —de ideología prorrusa— habían solicitado la asistencia del gobierno de Moscú después de que el gobierno de Kiev introdujera la ley. No obstante, el primer ministro de Crimea, Serguéi Aksiónov, aseguró que la idea del pueblo de Crimea no era separarse de Ucrania, pero sí proteger sus intereses.

Primera fase

Adhesión de Crimea a Rusia

Archivo:Putin with Vladimir Konstantinov, Sergey Aksyonov and Alexey Chaly 4
Firma de la anexión de Crimea y Sebastopol a la Federación de Rusia. De izquierda a derecha: Serguéi Aksiónov, Vladímir Konstantínov, Vladímir Putin y Alekséi Chaly.

La anexión de Crimea por Rusia es el proceso de incorporación de las dos entidades que forman la península de Crimea, la República de Crimea y la ciudad autónoma de Sebastopol, como sujetos federales de la Federación de Rusia. De acuerdo con la Ley sobre Nuevos Territorios Federales de la legislación rusa que se aplicó en la península, esa legislación considera a Crimea parte de Rusia desde el momento de la firma del acuerdo interestatal del 18 de marzo de 2014. Además, el periodo transitorio se prolongará hasta el 1 de enero de 2015.

El proceso tiene su origen en el Euromaidán, la revolución ucraniana iniciada a finales de 2013, la cual culminó con la destitución de Víktor Yanukóvich en lo que unilateralmente para el gobierno ruso fue un golpe de Estado. Entonces se inició una serie de manifestaciones de rusófilos —en su mayoría rusos étnicos y ucranianos rusófonos— opuestos a los eventos ocurridos en Kiev y que anhelan estrechar sus vínculos (o inclusive integrarse) con Rusia. Luego varios gobiernos regionales propusieron referendos separatistas y se produjo una invasión militar, donde las Fuerzas Armadas de Rusia se desplegaron en Crimea, con el objetivo, según el Kremlin, de garantizar la integridad de los ucranianos prorrusos habitantes de Crimea y las bases rusas estacionadas allí, hasta que se normalizara la situación socio-política; desoyendo las advertencias de no invadir lanzadas por Estados Unidos y Kiev. Previamente, las autoridades de Crimea —de ideología prorrusa— habían solicitado la asistencia del gobierno de Moscú después de que el gobierno de Kiev introdujera una ley para abolir el uso oficial de toda lengua distinta al ucraniano.

La anexión de Crimea por Rusia no es reconocida por Ucrania, que la considera ilegítima y opuesta al derecho internacional, y asegura que el territorio sigue conformando la República Autónoma de Crimea y la ciudad especial de Sebastopol. Esta anexión por parte de Rusia, considerada ilegal por parte de Estados Unidos y de la Unión Europea, causó la peor crisis en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos desde el final de la Guerra Fría, empeorada drásticamente por la invasión rusa de Ucrania de 2022. Además, ya en marzo de 2014, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 68/262 llamada Integridad territorial de Ucrania en respuesta a la crisis de Crimea. Aprobada por 100 países, la resolución afirmó el compromiso de las Naciones Unidas para reconocer a Crimea como parte de Ucrania, rechazando el referéndum sobre el estatus político.

Invadiendo y anexando Crimea, Rusia violaba un tratado internacional y tres tratados bilaterales firmados con Ucrania: el Memorándum de Budapest —que ofrecía garantías de seguridad por parte de sus signatarios a Ucrania—; el Tratado de Amistad y Colaboración entre Ucrania y Rusia de 1997; el Tratado sobre la permanencia de la Flota del mar Negro rusa en territorio ucraniano hasta 2017 y el Tratado de Járkov por el que dicha permanencia se extendía hasta 2042.

Por otra parte, la Constitución de la República de Crimea fue aprobada el 11 de abril de 2014. El texto dice que la República de Crimea es un Estado democrático y de derecho dentro de la Federación de Rusia. Además, establece que la República de Crimea es una parte «inseparable» del territorio de Rusia.

Establecida el 21 de marzo de 2014, por orden del Ministro de Defensa de la Federación de Rusia se crea la medalla «Por el regreso de Crimea».

Guerra del Dombás

Archivo:Blown up railway bridge in Donbass
Dombás, el 25 de julio.
Archivo:2014-07-30. War in Donbass 03
Pro-separatista detenido por soldados ucranianos, 30 de julio.
Archivo:Burning apartment building in Shahtersk, August 3, 2014
Shajtarsk, el 3 de agosto.
Archivo:Shells hit residential building in Lugansk, August 7, 2014
Lugansk, el 8 de agosto.

La guerra del Dombás (alternativamente, del Donbás o del Donbáss), es un conflicto armado que se desarrolla en Ucrania oriental desde el 6 de abril de 2014, entre el gobierno de Ucrania y las fuerzas separatistas rusas del Dombás. Como parte de la guerra ruso-ucraniana, este conflicto ha pasado por diferentes etapas, la más reciente de las cuales evoluciona en el contexto de la ofensiva de Ucrania oriental dentro de la invasión rusa de Ucrania de 2022.

El origen directo del conflicto se remonta al inicio de las protestas del Euromaidán en noviembre de 2013, cuando miles de manifestantes salieron a protestar a la plaza de la Independencia de Kiev, debido a la polarización en torno a la negativa del gobierno nacional a firmar el Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea. En febrero de 2014, fue destituido el presidente Víktor Yanukóvich, pero en el este del país, región fronteriza con Rusia, numerosos manifestantes tomaron sedes de gobiernos proclamando de facto la independencia de diferentes localidades, lo que causó fuertes enfrentamientos armados entre europeístas, prorrusos y separatistas.

Las protestas prorrusas se intensificaron tras la adhesión de Crimea a Rusia a mediados de marzo y el 7 de abril, un grupo de manifestantes proclamó la República Popular de Donetsk (RPD) en un edificio de la administración regional en la ciudad del mismo nombre. El 13 de abril, las autoridades de Kiev pusieron en marcha una operación especial en el este del país con la participación de las Fuerzas Armadas. El 17 del mismo mes, se celebró una reunión en Ginebra, Suiza, entre los jefes de la diplomacia de Ucrania, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia, siendo aprobado un documento con medidas para poner fin al conflicto. También se acordaron revisiones a la Constitución de Ucrania. Sin embargo, esto no fue aceptado por las milicias prorrusas.

La República Popular de Lugansk (RPL) fue proclamada el 28 de abril. Esta república se unió a la RPD en su lucha contra el gobierno de Ucrania. Así, para el 1 de mayo, hasta 16 ciudades y pueblos del este ucraniano se hallaban parcial o totalmente en manos de los grupos armados prorrusos, al día siguiente de que Ucrania reconociera públicamente que la situación en los oblasts de Donetsk y Lugansk escapaba a su control y las autoridades de Kiev pusieron en marcha una nueva operación especial con la participación de las Fuerzas Armadas en Sloviansk. Ello no impidió que dos días después se llevaran a cabo los referéndums sobre el estatus político de Donetsk y Lugansk, en los que el 89 % de los electores del óblast de Donetsk votó a favor de la independencia de la RPD y el 96 % de los votantes del óblast de Lugansk optó por separarse de Ucrania. Ante la consolidación de un frente de combate, tras los sucesivos llamados de alto el fuego, los señores de la guerra ocuparon grandes extensiones de terreno en la zona prorrusa.

El Protocolo de Minsk fue un acuerdo para poner fin a la guerra en el este de Ucrania, firmado por representantes de Ucrania, la Federación Rusa, la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk el 5 de septiembre de 2014, bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Sin embargo, el acuerdo no fue respetado por las distintas partes y no logró su objetivo de cesar todos los combates en el este de Ucrania.

Desde el inicio del conflicto, la Unión Europea y Estados Unidos han apoyado al gobierno de Ucrania, alegando que Rusia es el único responsable de las tensiones separatistas. Por su parte, el Gobierno de Rusia ha condenado reiteradas veces las acciones del gobierno ucraniano, calificando los sucesos en Ucrania de genocidio. Ucrania acusó a Rusia de intervenir en el conflicto ayudando a los separatistas prorrusos, pero dichas acusaciones fueron negadas por Rusia. Por parte de Rusia, los opositores al gobierno de Kiev y medios de comunicación como Bild denuncian participaciones de la Agencia Central de Inteligencia y de Academi - Greystone Limited apoyando con hombres y material de inteligencia a los militares de Kiev. Por su parte, la OTAN desplegó sus tropas en países cercanos a las fronteras rusas y ucranianas: Polonia, Rumania y los países bálticos.

Hasta el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero de 2022, la guerra del Dombás había provocado más de 14 000 víctimas mortales entre civiles y combatientes de ambos bandos. Esta nueva fase del conflicto constituye el mayor ataque militar convencional en suelo europeo desde las guerras yugoslavas, generando miles de víctimas mortales, así como la mayor crisis de refugiados en el continente desde la Segunda Guerra Mundial, con más de cuatro millones de ucranianos abandonando el país y siete millones de desplazados internos.

Crisis de 2021-2022

Archivo:Russian forces near Ukraine, 2021-12-03 (crop)
Mapa de la evaluación de la inteligencia estadounidense sobre el movimiento de tropas rusas cerca de la frontera con Ucrania al 3 de diciembre de 2021. Se estimó que Rusia desplegó unas 70 000 tropas, la mayoría a una distancia de 150-200 km de la frontera con Ucrania. También se estimó que el número pudo aumentar a 175 000.

La crisis ruso-ucraniana de 2021-2022 tuvo sus inicios en marzo y abril de 2021, cuando Rusia reunió alrededor de 100 000 soldados y equipo militar cerca de su frontera con Ucrania, lo que representó la mayor movilización de fuerzas desde la anexión de Crimea por parte de ese país en 2014. Esto precipitó una crisis internacional y generó preocupaciones sobre una posible invasión. Las imágenes de satélites mostraron movimientos de tropas, misiles y otras armas pesadas. Las tropas se retiraron parcialmente en junio. La crisis se renovó en octubre y noviembre de 2021, al concentrarse nuevamente más de 100 000 soldados rusos cerca de la frontera en diciembre.

La crisis en curso se deriva de la prolongada guerra ruso-ucraniana que comenzó con disturbios a principios de 2014. En diciembre de 2021 Rusia presentó dos borradores de tratados que contenían solicitudes de lo que denominó "garantías de seguridad", incluida una promesa jurídicamente vinculante de que Ucrania no se uniría a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y una reducción de las tropas y del equipo militar de la OTAN estacionados en Europa del Este, y amenazó con una respuesta militar no especificada si esas demandas no se cumplían en su totalidad. La OTAN rechazó estas solicitudes y Estados Unidos advirtió a Rusia de sanciones económicas "rápidas y severas" en caso de que siguiera introduciéndose en Ucrania. La crisis también se centró en la guerra en curso en el Donbás y algunos comentaristas la han descrito como una de las más intensas desde la Guerra Fría.

El 21 de febrero de 2022, Rusia reconoció oficialmente las dos regiones separatistas en el este de Ucrania, la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, como estados independientes y desplegó tropas en el Donbás en un movimiento interpretado como la retirada efectiva de Rusia del Protocolo de Minsk. Las repúblicas disidentes fueron reconocidas en los límites de sus respectivos oblasts de Ucrania, que se extienden mucho más allá de la línea de contacto. El 22 de febrero Putin dijo que los acuerdos de Minsk ya no eran válidos. El mismo día, el Consejo de la Federación autorizó por unanimidad el uso de la fuerza militar en el exterior.

En la mañana del 24 de febrero, Putin anunció que Rusia estaba iniciando una «operación militar especial» en el Donbás y lanzó una invasión a gran escala en Ucrania.

Invasión rusa en Ucrania de 2022

Archivo:2022 Russian Invasion of Ukraine animated
Mapa animado de la invasión.

Poco antes de las 06:00 hora de Moscú (UTC+3) del 24 de febrero, se emitió en los canales rusos un mensaje a la Nación de Putin en la que informaba su decisión de lanzar una «operación militar especial» en el este de Ucrania ya que, en sus palabras, «Rusia no puede sentirse segura ante la amenaza ucraniana». Putin añadió que intentaría «desmilitarizar y desnazificar Ucrania», justificando la agresión militar con el objetivo de proteger a los habitantes de las autoproclamadas República Popular de Lugansk (RPL) y República Popular de Donetsk (RPD) —en la región predominantemente de habla rusa de Dombás— del supuesto genocidio por parte del gobierno ucraniano. En su discurso, Putin afirmó que no había planes para ocupar el territorio ucraniano y que apoyaba el derecho de los pueblos de Ucrania a la autodeterminación. Al final del discurso, Putin advirtió a terceros países que no interfirieran en el conflicto y dijo que «la respuesta de Rusia será inmediata y los llevará a consecuencias que nunca han experimentado en su historia», una frase que generó debate sobre su eventual referencia al uso de armas nucleares por parte de Rusia.

Inmediatamente después del ataque, el gobierno ucraniano anunció la introducción de la ley marcial; esa misma noche ordenó una movilización general de todos los hombres ucranianos de entre 18 y 60 años. Las tropas rusas ingresaron a Ucrania desde cuatro direcciones principales: al norte por la frontera bielorusa, en dirección a Kiev; al noreste desde la frontera rusa, en dirección a Járkov; al este por la antigua línea de frente de la RPD y la RPL; y al sur por la región de Crimea.

El 7 de abril, las tropas rusas se retiraron de la ofensiva de Kiev para un aparente reabastecimiento y posterior redespliegue a la región de Dombas para reforzar la los frentes sur y este en un renovado frente de invasión del sureste de Ucrania. Al día siguiente, el general Aleksandr Dvórnikov fue puesto a cargo de las operaciones militares durante la invasión. En julio, las fuerzas invasoras anunciaron haber tomado el control total sobre Lugansk.

Frente de Ucrania central (Ofensiva de Kiev)

La campaña de Ucrania central —dentro de la invasión rusa de Ucrania de 2022— fue un teatro de operaciones para el control de tres óblast (provincias) de esta región: Chernígov, KIev y Sumy. Las capitales de dos de estas óblast están a menos de 100 kilómetros de la frontera rusa a través de conexiones terrestres (Chernígov a 90 km y Sumy a 50 km).

Con el objetivo de tomar la capital del país, Kiev, la estrategia del ejército ruso en el norte de Ucrania se centró en una ofensiva desde la frontera bielorrusa a lo largo de la orilla occidental del río Dniéper con el objetivo de rodear la ciudad desde el oeste. En apoyo de la ofensiva principal, dos ejes de ataque dirigidos desde la frontera rusa sobre la orilla este del Dniéper, una occidental en dirección a Chernígov y otra oriental a Sumy, se lanzaban con el intento de cercar Kiev desde el noreste y el este.

En el primer día de invasión, las tropas rusas en marcha hacia Kiev tomaron el control de los pueblos fantasmas de Chernóbil y Prípiat, incluida la central nuclear de Chernóbil, donde el ejército ucraniano opuso una primera resistencia al avance ruso pesar de ser derrotado al final del día. Asegurada la Zona de exclusión de Chernóbil, la columna rusa alcanzó a primera de la hora de la mañana del día 25 de febrero la ciudad de Ivankiv, un suburbio al norte de Kiev, donde los ucranianos consiguieron frenar su avance al destruir el puente sobre el río Téteriv y presentar batalla a los rusos en la ciudad. Al mismo tiempo, las Fuerzas Aerotransportadas Rusas intentaban apoderarse de dos aeródromos estratégicos alrededor de Kiev: un asalto aerotransportado al Aeropuerto Antonov, situado al norte en Hostómel y que cayó finalmente en manos rusas el día 25, y otro desembarco en Vasylkiv, al sur de la capital, que fue finalmente repelido por el ejército ucraniano en la base aérea de la ciudad el día 26 de febrero. Estos ataques parecían haber sido un intento de Rusia de apoderarse rápidamente de Kiev y hacer caer al gobierno ucraniano presidido por Volodímir Zelenski, con Spetsnaz infiltrándose en la ciudad apoyados por operaciones aerotransportadas y un rápido avance mecanizado desde el norte, pero no tuvieron éxito, alargando la guerra más allá del plan de invasión inicial ruso.

Para principios de marzo, la defensa ucraniana había ralentizado en gran medida el avance ruso a lo largo del lado oeste del Dniéper. Al noroeste de la capital, la ofensiva rusa encontró una fuerte resistencia del ejército ucraniano en los suburbios de Bucha, Hostómel e Irpín, que no fueron cayendo en poder del ejército ruso hasta mediados de mes, donde el frente finalmente se estancó a las afueras de Kiev. Así mismo, el gran convoy militar ruso que se dirigía a la capital ucraniana, de más de 60 kilómetros de largo, se había dispersado y replegado para el día 11 de marzo, tomando posiciones cubiertas por el bosque, mientras la ofensiva que debía apoyar el cerco desde el noreste se había detenido en gran medida cuando comenzó el asedio de Chernígov, que las fuerzas rusas no habían conseguido culminar. El 16 de marzo, las fuerzas ucranianas consiguieron lanzar al fin una contraofensiva para repeler el ataque ruso a la capital desde las diferentes ciudades del extrarradio.

Frente de Ucrania oriental

Archivo:Наслідки обстрілу дитячої лікарні та пологового будинку в Маріуполі, 9 березня 2022 року
Ataque aéreo al hospital de Mariúpol (marzo de 2022).

Las operaciones iniciales probablemente consistieron en pequeñas operaciones de escaramuza que pretendían probar las defensas ucranianas, mientras que las campañas de bombardeo continúan destrozando las defensas ucranianas a lo largo de la línea del frente. La ofensiva toma lugar actualmente a lo largo de la línea Rubézhnoye - Izium - Guliaipole - Mariúpol con el objetivo de rodear a las tropas ucranianas en el Dombás y anexar la totalidad de las regiones de Donetsk y Lugansk a los cuasi-estados de la República Popular de Donetsk (RPD) y la República Popular de Lugansk (RPL), respaldados por Rusia. Dada su importancia estratégica, la ofensiva se ha comparado con la Batalla de Kursk (1943).

En la región del Dombás en particular se había producido una lucha prolongada entre separatistas apoyados por Rusia de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk y las Fuerzas armadas ucranianas. Por su parte, la óblast de Járkov también vivió las protestas prorrusas de 2014 y los rebeldes llegaron a proclamar la República Popular de Járkov, un efímero Estado independiente.

Desde el inicio de la ofensiva, las partes en conflicto han buscado abrir corredores humanitarios.

Frente sur

En el frente sur, actuando desde el Mar de Azov, el Mar Negro y la península de Crimea, Rusia avanza hacia el norte bloqueando las posibilidades de respuesta de las fuerzas navales ucranianas en el mar de Azov. El 24 de febrero, las tropas rusas tomaron el control del canal de Crimea del Norte, lo que permitió a Crimea obtener suministros de agua para la península, de la que había estado aislada desde 2014. El ataque también avanzó hacia el este, hacia Mariupol, iniciando un asedio de la ciudad y uniendo el frente con las repúblicas independentistas de Dombás.

El 1 de marzo, las fuerzas rusas ganaron la batalla de Melitópol y, el día siguiente la batalla de Jersón. Luego, las tropas rusas avanzaron hacia Nicolaiev, que se encuentra entre Jersón y Odesa. El 4 de marzo, los defensores ucranianos repelieron un ataque a la ciudad y recuperaron la base aérea de Kulbakino. Entre tanto, el 3 de marzo, los rusos iniciaron el asedio de Energodar en un intento de hacerse con el control de la central nuclear de Zaporiyia. Se desarrolló un incendio. La Agencia Internacional de Energía Atómica declaró que el equipo esencial no había sido dañado. El 4 de marzo, la central nuclear de Zaporiyia había sido capturada por las fuerzas rusas, pero aunque se informó de incendios, no hubo fugas de radiación.

Negociaciones de paz de 2022

El 28 de febrero, los negociadores ucranianos y rusos comenzaron a realizar rondas de conversaciones en Bielorrusia para alcanzar un alto el fuego y garantizar corredores humanitarios para la evacuación de civiles. Después de tres rondas de conversaciones, no se llegó a un acuerdo general. El 7 de marzo, como condición para poner fin a la invasión, el gobierno ruso exigió la neutralidad de Ucrania, el reconocimiento de la adhesión de Crimea a Rusia y el reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk como estados independientes. Entre tanto, el 6 de marzo se reportó que el servicio secreto ucraniano (SBU) había ejecutado a uno de los miembros de la delegación negociadora ucraniana, identificado como Denis Kireev, quien se reunió con una delegación rusa para intentar lograr un acuerdo y que fue acusado de traición.

El 8 de marzo, el gobierno ucraniano sugirió una reunión directa con presidente ruso Vladímir Putin para poner fin a la invasión y expresó su disposición a discutir las demandas rusas. Ya el 10 de marzo, los Ministros de Relaciones Exteriores Serguéi Lavrov y Dmytró Kuleba se reunieron en Turquía para conversar en el primer contacto de alto nivel entre las dos partes desde el comienzo de la invasión. El conjunto de las negociaciones ha permitido avances en un plan de 15 puntos que garantizaría un alto el fuego y la retirada de los rusos siempre que el gobierno ucraniano se comprometa con la neutralidad.

Víctimas e impacto humanitario

Las bajas en la guerra ruso-ucraniana incluye seis muertes durante la anexión rusa de Crimea en 2014, y miles de muertes de civiles y fuerzas militares durante la guerra del Dombás (2014–presente) y la invasión rusa a Ucrania en 2022.

2014

Archivo:Yasynuvata resident standing inside her shelled flat
Residentes de Ucrania oriental en un apartamento bombardeado, septiembre de 2014.
Archivo:Yasynuvata residents hiding in a makeshift bomb shelter
Residentes de Ucrania oriental escondidos en un búnker improvisado, septiembre de 2014.

A mediados de mayo de 2014, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó un informe en el que observaba un «deterioro alarmante» de los derechos humanos en el territorio controlado por insurgentes.

En mayo de 2014, la Misión de Observación de Derechos Humanos las Naciones Unidas denunció detenciones ilegales, secuestros e intimidación de funcionarios electorales. También advirtió de una crisis humanitaria debido al corte de los servicios sociales en la región, y un éxodo de personas de las zonas afectadas. Dijo que Donetsk estaba «al borde del colapso de sus servicios sociales» debido a la escasez de los suministros cruciales, incluyendo medicinas como la insulina. El Primer Ministro Arseni Yatseniuk habló también de la escasez de medicinas.

El 23 de julio, el Comité Internacional de la Cruz Roja, basado en Ginebra, dijo que consideraba que Ucrania estaba en un estado de guerra civil. Esta clasificación oficial significa que los participantes en los combates entre las fuerzas gubernamentales y los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, podrían en el futuro ser procesados por crímenes de guerra en los tribunales internacionales". El 24 de julio, Human Rights Watch acusó a las fuerzas del gobierno de Ucrania así como los batallones de voluntarios pro-gubernamentales de ser responsables por ataques indiscriminados con lanzacohetes múltiples "Grad" (cohetes imprecisos y no guiados) contra zonas civiles. Aunque el gobierno de Ucrania niega el uso de cohetes Grad, una investigación de Human Rights Watch descubrió que tanto el gobierno como las fuerzas separatistas han utilizado este sistema de cohetes en y alrededor de Donetsk.

Según el Ministerio de Sanidad de Ucrania, entre 15 000 y 20 000 refugiados llegaron a Sviatohirsk provenientes de Sloviansk tras la intensificación del bombardeo en la ciudad por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania a finales de mayo. El resto de los residentes de la ciudad sitiada se encuentran sin agua, gas ni electricidad. A pesar de la precaria situación, la mayoría de residentes se han quedado. Según fuentes rusas, 70 000 refugiados han cruzado la frontera hacia Rusia desde el inicio de los combates.

2022

Ha habido numerosos casos de tropas capturadas por las fuerzas ucranianas y rusas durante la invasión. El 8 de marzo, el gobierno ucraniano anunció que estaba trabajando para que los prisioneros de guerra rusos trabajaran para ayudar a reactivar la economía ucraniana, en pleno cumplimiento del derecho internacional.

En marzo, funcionarios ucranianos publicaron fotos y videos de soldados rusos capturados. Amnistía Internacional argumentó que el artículo 13 de la Tercera Convención de Ginebra prohíbe videos de soldados capturados.

Corte Penal Internacional

El 28 de febrero, Karim Khan, fiscal jefe de la CPI, dijo que planeaba abrir una investigación sobre las denuncias de crímenes de guerra en Ucrania "lo antes posible" tras el examen preliminar del caso por parte de la CPI. Treinta y nueve estados remitieron oficialmente la situación en Ucrania a la CPI. El 3 de marzo, Khan anunció que se estaban recopilando pruebas de presuntos crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio cometidos por individuos de todos los bandos durante la invasión y que se abriría una investigación completa.

Corte Internacional de Justicia

Ucrania presentó una demanda contra Rusia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Ucrania solicitó a la CIJ que adopte medidas provisionales, una orden que ordena a Rusia que detenga su ofensiva en Ucrania. La CIJ accedió a la solicitud de Ucrania de acelerar el procedimiento. Los representantes rusos se negaron a comparecer en una audiencia judicial en el Palacio de la Paz (La Haya).

Refugiados

Archivo:Ukrainian refugees from 2022, crossing into Poland
Refugiados llegando a Polonia en marzo de 2022.
Las cifras de personas que huyen de Ucrania pueden cambiar rápidamente y, a menudo, son solo estimaciones. Los viajes de un país a otro no necesariamente están registrados oficialmente. Los ucranianos pueden viajar a algunos países de Europa sin visa. Se les puede permitir permanecer en el país por un período prolongado, como 90 días, sin un permiso especial. En otros lugares, deben solicitar asilo. Además, cruzar la frontera de un país no significa que la gente se quedará en ese país (permanentemente).
Acogida en la Unión Europea
Archivo:Non-stop information and coordination point in Bucharest North Railway Station designed to provide aid to arriving Ukrainian refugees
Punto de coordinación sin escalas en una estación de tren de Bucarest diseñado para brindar ayuda a los refugiados ucranianos. Las compañías ferroviarias de varios países, incluidos Alemania y Austria, han permitido a los refugiados ucranianos viajar en tren de forma gratuita.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), entre febrero y mediados de octubre de 2022, más de 7,6 millones de ucranianos habían huido hacia Estados miembros de la Unión. Además, el Alto Comisionado Filippo Grandi, confirmó que este era el mayor flujo de refugiados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

El 27 de febrero anterior la Unión Europea acordó acoger a refugiados ucranianos durante un máximo de tres años sin que solicitaran asilo; adicionalmente, el 3 de marzo, fue aprobada la Directiva de Protección Temporal por primera vez en su historia para que los refugiados no tengan que pasar por el procedimiento estándar de asilo de la Unión.

No obstante, varios Estados miembros de la Unión ya habían iniciado acciones individuales con anterioridad. Ya el 24 de febrero, Letonia aprobó un plan de contingencia para recibir y alojar a unos 10 000 refugiados de Ucrania, y Hungría anunció que todas las personas que cruzasen la frontera desde Ucrania serían admitidas. Al día siguiente, para facilitar los cruces fronterizos, Polonia y Rumania levantaron las reglas de entrada por la pandemia de COVID-19. Dos días después, Belgíca anunció que se asignarán tres millones de euros para ayuda humanitaria adicional a Ucrania y, Eslovaquia aseguró que daría dinero a las personas que ayudaran a los refugiados ucranianos. Al final de la semana, los Países Bajos manifestó que los ucranianos en podían quedarse durante tres meses en este país y que durante este tiempo, básicamente tendrían que encontrar su propio alojamiento ya que, según el gobierno, los centros de asilo estaban superpoblados y la vida allí conllevaba restricciones.

Impacto en las infraestructuras de Ucrania

El impacto de la invasión rusa en las infraestructuras de Ucrania se refiere a la manera en que el conflicto bélico ha afectado a las construcciones de carácter histórico-artístico, público o estratégico, más allá de los incontables destrozos que los bombardeos han causado a multitud de edificios residenciales, carreteras y redes de suministro. Los enfrentamientos continúan, por lo que no se conoce el daño económico exacto que la invasión de Rusia implicará para Ucrania. No obstante, en la segunda semana de marzo, el ministerio de Infraestructuras ucraniano dio una estimación del golpe que han recibido las arcas del Estado a raíz del conflicto. Según el informe, tan solo la destrucción de las infraestructuras ucranianas —lo que incluye aeropuertos, carreteras, puentes y vías ferroviarias bombardeadas— ha provocado pérdidas de US$10 000 millones. Por ello, el gobierno estimó que al país le llevará uno o dos años reconstruir estas infraestructuras, siempre y cuando Ucrania reciba ayuda exterior.

Cobertura mediática, censura y desinformación al conflicto

Bajo amenaza de revocación de licencias, Ucrania prohibió a sus proveedores de televisión retransmitir una serie de canales de televisión rusos por «poner en peligro la seguridad informativa del país». El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso calificó este hecho de violación de la libertad de prensa. Al mismo tiempo diversos medios y políticos acusaron a los medios ucranianos de «desinformación» y «manipulación psicológica» de los ucranianos.

El 23 de julio el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia calificó de «tabú amoral e inhumano» la falta de información sobre cientos de víctimas de las autoridades de Kiev en los medios internacionales.

Los principales medios que informan en internet sobre el conflicto son Russia Today y Sputnik, acusados de propagar información a favor del bando "pro-ruso" y Rusia, como también Ukrinform, con la misma acusación sólo que en favor del gobierno ucraniano.

De manera regular se ha difundido desinformación relativa al conflicto, y la cobertura mediática no ha estado exenta de controversias. Desde inicio de los enfrentamientos, se reportaron bulos, como un video que reflejaba un supuesto bombardeo en territorio ucraniano que se viralizó en Internet, aunque las imágenes correspondían a un videojuego o las imágenes grabadas durante las explosiones de Tianjin de 2015, así como de otro videojuego presentado como bombardeos rusos en el programa Espejo Público (cadena Antena 3). Al mismo tiempo, se difundió una falsa portada de la revista Time con un fotomontaje del retrato de Vladímir Putin y Adolf Hitler con el título «The Return of History» (El regreso de la Historia). Entre tanto, las acusaciones rusas sobre un supuesto problema «neonazi» del gobierno ucraniano han sido desmentidas por organizaciones judías y cuestionadas por medios occidentales.

Por su parte, Meta —compañía que agrupa a Facebook, Instagram y WhatsApp— se involucró en una polémica al no censurar que se hagan llamados de violencia contra personas y tropas rusas en sus plataformas. Sin embargo, otras compañías sí han aplicado la censura: Microsoft y Alphabet —su filial Youtube bloqueó medios de comunicación financiados por el estado ruso, incluidos los canales RT y Sputnik— implementaron un bloqueo a varios medios rusos. En el Reino Unido, Twitter eliminó varios mensajes de la embajada rusa por negar «eventos violentos» en Ucrania. También, la plataforma Duck Duck Go anunció que degradaría a rangos inferiores los resultados de búsqueda que contengan desinformación rusa.

Reacciones

La Unión Europea y sus Estados miembros

La respuesta de la Unión Europea a la invasión rusa de Ucrania hace referencia a las diferentes medidas implementadas por esta organización internacional y sus Estados miembros para contrarrestar los efectos de la agresión rusa iniciada en febrero de 2022. Desde el inicio de la intervención militar, la UE y varios de sus aliados decidieron aumentar las sanciones contra el gobierno ruso iniciadas en 2014 en una medida que buscaba «paralizar» la capacidad rusa para «financiar su maquinaria de guerra» y dificultar su manejo de activos para obtener liquidez. Adicionalmente, varios gobiernos nacionales de los Estados miembros de la UE decidieron enviar armamento y ayuda económica al gobierno ucraniano, así como facilitar la entrada de refugiados ucranianos a sus respectivos territorios.

Con base en el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, el 28 de febrero de 2022 la Unión Europea dispuso la creación de una célula encargada de coordinar la compra de armamento para sostener al Gobierno ucraniano frente al ataque ruso. La Comisión Europea también decidió movilizar el Centro de Satélites de la Unión Europea para prestar servicios de inteligencia a Ucrania. De esta forma, la guerra ruso-ucraniana permitió a la UE reafirmarse como fuerza geoestratégica e implicarse en un conflicto militar.

Entre tanto el canciller alemán, Olaf Scholz, anunció un rearme del ejército de su país de proporciones nunca vistas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Además, Alemania negó la certificación de gasoducto ruso-alemán Nord Stream 2 —que eventualmente perjudicaría a Ucrania—, cuya construcción finalizó en 2021, pero que aún no había entrado en funcionamiento.

El 10 de julio de 2022, Josep Borrell, alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, sostuvo que «La batalla global de narrativas sobre la guerra de agresión contra Ucrania está en pleno desarrollo y por ahora no la estamos ganando... El G7 y los países de ideas afines están unidos para condenar y sancionar a Rusia y tratar de hacer que el régimen rinda cuentas. Pero otros países, y podemos hablar aquí de la mayoría del “Sur Global”, a menudo adoptan una perspectiva diferente.»

El gobierno ruso, por su parte, ha advertido con atacar cualquier convoy que entre con armas en territorio ucranio.

Opiniones de analistas y políticos de terceros países

[La expansión de la OTAN] fue simplemente una acción alegre de un Senado que no tiene ningún interés real en los asuntos exteriores [...] Me molestaron particularmente las referencias a Rusia como un país que se muere por atacar a Europa Occidental. [...] Nuestras diferencias en la Guerra Fría fueron con el régimen comunista soviético. Y ahora le estamos dando la espalda a las mismas personas que organizaron la mayor revolución incruenta de la historia para derrocar al régimen soviético. Y la democracia de Rusia está tan avanzada, si no más, que cualquiera de estos países que acabamos de firmar para defender de Rusia. Por supuesto que va a haber una mala reacción de Rusia, y luego [los expansores de la OTAN] dirán que siempre les dijimos que así son los rusos.

En 2009, el analista rumano Iulian Chifu y sus coautores opinaron que, con respecto a Ucrania, Rusia ha buscado una versión actualizada de la Doctrina Brézhnev, una política de Guerra Fría de intervención soviética en los países de la esfera de influencia soviética hacia fines de la década de 1980 y principios de los años 90.

Tras la adhesión de Crimea a Rusia en 2014, no han sido pocas las opiniones que predecían un conflicto a gran escala entre ambos países. Muchos académicos y expertos, especialmente entre los de enfoque realista, como John Mearsheimer, empezaron a anticipar que el desequilibrio estratégico y la imposibilidad de aplicar los acuerdos de Minsk degenerarían en guerra por la dificultad de encontrar una salida diplomática a la situación. Por otro lado, desde sectores contrarios a Occidente, se esperaba que el futuro conflicto tendría origen en provocaciones y expansionismo atlantista que forzarían la respuesta de Rusia.

No obstante, en 2021 y principios de 2022, las imágenes por satélite de la progresiva acumulación de tropas y equipos rusos cerca de la frontera con Ucrania y especialmente los posteriores informes de inteligencia estadounidenses prediciendo la invasión generaron un creciente debate entre los analistas y expertos acerca de las posiblidades de que Rusia estuviera preparándose para una agresión preventiva a Ucrania.

Mientras que una pequeña parte del sector realista calificó la invasión inminente como una posibilidad muy real, la mayoría de los académicos, aunque sí esperaban un conflicto entre los países en algún momento del futuro, no creían que los movimientos de tropas de Rusia fueran más que un instrumento de presión, pues una invasión sería un acto irracional que no encajaría con las teorías académicas de las relaciones de poder. Tampoco desde las posturas más favorables a Rusia se creía posible una acción militar semejante sin una agresión previa, considerando las advertencias sobre una posible invasión como alarmismo.

Entre tanto, varias personalidades políticas que anteriormente se habían mostrado afines a Vladímir Putin intentaron distanciarse de este como resultado de la crisis. En la Unión Europea, Marine Le Pen, dirigente de la Agrupación Nacional —quien recibió financiación de bancos rusos en su campaña para las elecciones presidenciales de Francia de 2017— buscó distanciarse de Putin de cara a las elecciones de 2022; y en Italia, Matteo Salvini, cuyo partido Liga Norte firmó acuerdos de cooperación con el partido Rusia Unida de Putin, condenó la agresión. Por otro lado, Alexander Gauland, de Alternativa para Alemania —partido que ha mostrado cercanía con Rusia, especialmente en la antigua Alemania Oriental, donde es popular—, culpó a la OTAN por la guerra.

Por su parte, el expresidente estadounidense Donald Trump elogió a Putin al igual que distintas figuras de la derecha estadounidense. En otro sentido, el político británico Nigel Farage, quien aseguró no creer que Rusia invadiría Ucrania, admitió públicamente su error.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Russo-Ukrainian War Facts for Kids

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Guerra ruso-ucraniana (2014-actualidad) para Niños. Enciclopedia Kiddle.