Arsenio Martínez Campos para niños
Datos para niños Arsenio Martínez-Campos |
||
---|---|---|
![]() Como gobernador general de Cuba (c. 1878).
|
||
|
||
Presidente del Consejo de Ministros | ||
7 de marzo de 1879-9 de diciembre de 1879 | ||
Monarca | Alfonso XII | |
Predecesor | Antonio Cánovas del Castillo | |
Sucesor | Antonio Cánovas del Castillo | |
|
||
Gobernador general de Cuba | ||
1878-1879 | ||
Predecesor | Joaquín Jovellar Soler | |
Sucesor | Cayetano Figueroa | |
|
||
1895-1896 | ||
Predecesor | Emilio Calleja | |
Sucesor | Valeriano Weyler | |
|
||
Información personal | ||
Nacimiento | 14 de diciembre de 1831 Segovia (España) |
|
Fallecimiento | 23 de septiembre de 1900 Zarauz (España) |
|
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar y político | |
Lealtad | España | |
Rango militar | General | |
Conflictos | Guerra de África, Guerra de los Diez Años, Tercera Guerra Carlista, Guerra de Independencia cubana y Batalla de Peralejo | |
Partido político | Partido Conservador (-1880) Partido Liberal (1880-) |
|
Distinciones |
|
|
Firma | ||
![]() |
||
Arsenio Martínez-Campos Antón (nacido en Segovia el 14 de diciembre de 1831 y fallecido en Zarauz el 23 de septiembre de 1900) fue un importante militar y político español. Es conocido por haber liderado un movimiento militar que ayudó a que la monarquía de los Borbones regresara al trono de España.
Contenido
¿Quién fue Arsenio Martínez-Campos?
Arsenio Martínez-Campos nació en Segovia en 1831. En 1852, comenzó su carrera en el ejército. Participó en varias campañas militares, como la Guerra de África (1859–1860) y una expedición a México en 1862. En ambas ocasiones, estuvo bajo las órdenes de Juan Prim.
En 1868, la reina Isabel II fue destronada. Un año después, Martínez-Campos fue enviado a Cuba, donde había comenzado un conflicto conocido como la Guerra de los Diez Años. Regresó a España tres años después como brigadier, un rango militar importante, por sus logros en la guerra.
Una vez en España, se le dio el mando de una brigada para luchar en Cataluña contra los carlistas. En 1873, el presidente Nicolás Salmerón le pidió que controlara algunas zonas rebeldes en Almansa y Valencia, lo cual logró sin mucha dificultad.
El 3 de enero de 1874, el general Manuel Pavía disolvió el Parlamento, lo que marcó el final de la Primera República.
El regreso de la monarquía
Martínez-Campos apoyaba el regreso de la familia real de los Borbones al trono de España. A diferencia de Cánovas del Castillo, él no quería esperar a que los cambios políticos ocurrieran de forma pacífica.

El 29 de diciembre de 1874, el gobierno, que sospechaba de Martínez-Campos, decidió enviarlo lejos. Pero él, en lugar de ir a Ávila, se dirigió a Sagunto. Allí, con el apoyo de algunos seguidores de la monarquía, proclamó al príncipe Alfonso, hijo de Isabel II, como el nuevo rey de España, Alfonso XII. El gobierno de entonces, liderado por Serrano, aceptó al nuevo rey.
Después de que Alfonso XII llegara a España, Martínez-Campos recibió el mando de las tropas que luchaban contra los carlistas en Cataluña y Navarra. En marzo de 1875, ocupó Olot y luego sitió Seo de Urgel, que cayó en agosto. El levantamiento carlista en Cataluña terminó el 19 de noviembre. El ejército se centró entonces en Navarra, el último lugar donde los carlistas seguían activos. El 28 de febrero de 1876, Alfonso XII entró en Pamplona. Al finalizar este conflicto, Martínez-Campos fue ascendido a capitán general por sus méritos.
Fue elegido diputado por Sagunto en las elecciones de 1876, pero dejó su cargo en noviembre.
Su papel en Cuba: la Paz de Zanjón

En 1876, Martínez-Campos fue enviado de nuevo a Cuba. Como capitán general de la isla, estaba al mando de las tropas que luchaban contra los rebeldes desde hacía ocho años. Con unos 20.000 hombres, logró vencer a los rebeldes en Santiago de Cuba y Las Villas.
Poco después, se dio cuenta de que la guerra había debilitado a todos y estaba dañando a la población de la isla. Martínez-Campos, que prefería una política de tolerancia, empezó a hablar con los rebeldes. Ofreció un perdón total a todos los que dejaran las armas. Los rebeldes, cansados de la guerra, comenzaron a rendirse.
El 7 de febrero de 1878, se reunió en secreto con Vicente García González, uno de los líderes rebeldes, y le presentó sus condiciones para que dejaran de luchar. Finalmente, el 10 de febrero, se firmó la Paz del Zanjón, que puso fin a diez años de guerra.
Martínez-Campos conocía la valentía de los cubanos que luchaban por su libertad. Por eso, ordenó una tregua y buscó acercarse a ellos, prometiendo la libertad a todos los que habían sido esclavos y luchaban en el ejército rebelde. Esta política de paz de España se dio también porque habían llegado muchos refuerzos militares a Cuba.
Un grupo de cubanos negoció con Martínez-Campos y firmó el Pacto del Zanjón el 10 de febrero. Este acuerdo significó el fin de la lucha armada sin haber logrado la independencia total ni la abolición completa de la esclavitud en ese momento.
Sin embargo, no todos los líderes cubanos estuvieron de acuerdo. Máximo Gómez se negó a aceptar una paz que consideraba deshonrosa, aunque no se opuso a ella. Martínez-Campos le ofreció dinero y puestos importantes, pero Gómez los rechazó y solo pidió un barco para irse a Jamaica.
Por su parte, el Mayor General Antonio Maceo, conocido como "Titán de Bronce", también se opuso al acuerdo. El 18 de febrero, junto con otros jefes militares, declaró su desacuerdo y decidió continuar la lucha. Maceo se reunió con Martínez-Campos el 15 de marzo de 1878 en Mangos de Baraguá. Allí, Maceo le dijo claramente que no aceptaban el pacto porque no lograba la independencia de Cuba ni la abolición de la esclavitud. Maceo impidió que Martínez-Campos leyera el documento del acuerdo, diciendo: "Guarde usted ese documento, que no queremos saber de él…".
Como no llegaron a un acuerdo, Maceo decidió reiniciar la guerra. Esta acción, conocida como la Protesta de Baraguá, permitió que la lucha por la independencia de Cuba continuara. Maceo consideró el Pacto del Zanjón como una "rendición vergonzosa". Poco después, Maceo dejó el país en una misión, pero regresó en 1895 para seguir luchando hasta su fallecimiento en combate en 1896.
Además de Maceo, en el centro de la isla, Ramón Leocadio Bonachea Hernández también siguió luchando por la independencia de Cuba. Se reunió con Martínez-Campos y le comunicó su oposición al Pacto del Zanjón, convirtiéndose en uno de los últimos combatientes importantes de la guerra de 1868.
Presidente del Gobierno y otros cargos
En 1879, Martínez-Campos regresó a España. El 7 de marzo, fue nombrado presidente del Consejo de Ministros y ministro de Guerra por el Partido Conservador. El 9 de diciembre, fue reemplazado por Cánovas. Al darse cuenta de que Cánovas lo había utilizado, dejó el Partido Conservador y se unió al Partido Liberal de Sagasta.

Formó parte del gobierno de Sagasta de 1881 a 1883, nuevamente como ministro de Guerra. Durante su tiempo en el cargo, impulsó la creación de la Academia General Militar. El 20 de febrero de 1882, se publicó el decreto que fundaba la Academia en el Alcázar de Toledo.
En 1893, mientras era capitán general de Cataluña y presenciaba un desfile militar en Barcelona, sufrió un ataque del que salió ligeramente herido.
Desde 1890, los enfrentamientos entre las tropas españolas en Melilla y las tribus de la zona del Rif aumentaron. En octubre de 1893, un grupo de soldados y trabajadores fue atacado. La situación empeoró hasta que, el 27 y 28 de octubre de 1893, el fuerte de Cabrerizas Altas fue atacado, y el gobernador militar de Melilla, general Juan García Margallo, falleció junto con algunos de sus hombres. El gobierno español organizó un ejército de 20.000 hombres con Martínez-Campos al frente.
Para evitar una guerra mayor, el sultán Hassan I envió a su hermano con tropas para controlar a las tribus del Rif. El 5 de marzo de 1894, Martínez-Campos firmó un tratado con el sultán que puso fin al conflicto.
Últimos años y regreso a España
En 1895, cuando la guerra en Cuba estalló de nuevo, fue nombrado otra vez gobernador de Cuba. Sin embargo, esta vez sus intentos de lograr la paz no tuvieron éxito. Como no quiso tomar medidas más duras contra los rebeldes, fue reemplazado al año siguiente por el general Valeriano Weyler y regresó a España.
El 19 de enero de 1896, fue nombrado presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina, pero renunció a este cargo un mes después. Arsenio Martínez-Campos falleció el 23 de septiembre de 1900 en Zarauz.