Formación del Ejército del Norte para niños
El Ejército del Norte, también conocido en su tiempo como el Ejército del Perú o Ejército Auxiliador de las Provincias Interiores, fue una fuerza militar muy importante al inicio de la guerra de Independencia Hispanoamericana. Se formó después de la Revolución de Mayo de 1810 en el Virreinato del Río de la Plata. La Primera Junta de Gobierno, que se había creado en Buenos Aires, envió este ejército para que las provincias del interior reconocieran su autoridad y para expulsar a los grupos que seguían siendo leales al rey de España, Fernando VII de España.
Contenido
¿Cómo se formó el Ejército del Norte?
Al principio, el gobierno de Buenos Aires tuvo un gran desafío: no había muchos militares con experiencia. El Virreinato del Río de la Plata, del que heredaron el control, solo tenía unas pocas fuerzas militares veteranas.
Los inicios de las fuerzas militares
Después de las Invasiones Inglesas al Río de la Plata en 1806, se habían creado batallones y escuadrones de milicias en Buenos Aires. Sin embargo, su número disminuyó después de un evento llamado la asonada de Álzaga en 1809.
El 11 de septiembre de 1809, el nuevo virrey, Baltasar Hidalgo de Cisneros, redujo aún más estas milicias. Además, el 4 de octubre, envió a parte de ellas a sofocar levantamientos en Chuquisaca y La Paz, en la región conocida como el Alto Perú.
La Primera Junta contaba con algunas unidades de infantería veterana, como el Regimiento de Infantería de Buenos Aires (conocido como El Fijo). Pero este regimiento también estaba reducido porque algunas de sus compañías habían sido enviadas al Alto Perú por el virrey Cisneros. La caballería incluía el Regimiento de Dragones de Buenos Aires y el Cuerpo de Blandengues de la Frontera. La artillería solo tenía unas pocas compañías del Real Cuerpo de Artillería distribuidas por el virreinato.
Nacimiento del Ejército Argentino
El 29 de mayo de 1810, la Primera Junta transformó los batallones de milicias existentes en regimientos. Esta fecha es considerada el nacimiento del Ejército Argentino. Se ordenó que los batallones militares se convirtieran en regimientos con 1.116 soldados. También se anunció una leva (reclutamiento obligatorio) para hombres sin ocupación de 18 a 40 años.
Las unidades militares que se formaron en ese momento fueron:
- Regimiento de Infantería n.º 1 (antes Batallón n.º 1 de Patricios)
- Regimiento de Infantería n.º 2 (antes Batallón n.º 2 de Patricios)
- Regimiento de Infantería n.º 3 (antes Cuerpo de Arribeños)
- Regimiento de Infantería n.º 4 (antes Tercio de Montañeses)
- Regimiento de Infantería n.º 5 (antes Tercio de Andaluces)
- Regimiento de Granaderos de Fernando VII
- Cuerpo de Artillería Volante
- Escuadrón de Húsares del Rey (o Húsares de Pueyrredón)
- Batallón de Castas (compuesto por indios y personas de ascendencia africana libres)
Muchos de los primeros líderes de estas unidades eran civiles o militares de bajo rango. Fueron elegidos por su compromiso con la causa de la revolución y su capacidad para liderar, más que por su experiencia militar.
El plan de la expedición
En el acta de formación de la Junta de Gobierno del 25 de mayo de 1810, se acordó que, una vez instalada la Junta, se organizaría una expedición de 500 hombres en un plazo de 15 días. Esta expedición tenía como objetivo auxiliar a las provincias del interior del reino. Los fondos para esta misión provendrían de los sueldos de algunas autoridades y de otros recortes que la Junta considerara necesarios.
El 27 de mayo, la Junta envió una carta a las provincias pidiendo que enviaran representantes a Buenos Aires. En esta carta, también mencionaban que enviarían una expedición de 500 hombres al interior para ayudar a mantener el orden y asegurar que las elecciones de los representantes se hicieran de forma libre y honesta.
Organización del Ejército Auxiliador
El 14 de junio, la Junta le pidió a Juan José Castelli que preparara una lista de las tropas para la expedición, cumpliendo así lo acordado el 25 de mayo. Se formó un ejército de 1150 hombres. Ese mismo día, la Junta nombró al coronel de Arribeños, Francisco Ortiz de Ocampo, como comandante general de la expedición. Le ordenaron que alistara a los soldados con urgencia y que el 17 de junio revisara las fuerzas reunidas.
También se nombraron otros cargos importantes para la expedición, como capellanes, cirujanos, un comisario de guerra y un auditor de guerra. El 16 de junio, se dieron instrucciones a la Junta de Comisión de la expedición. Estas instrucciones indicaban que en cada pueblo por donde pasaran, se debía hacer una revisión de todas las tropas, tanto veteranas como milicias, y se agregarían a la expedición. También se pedirían fondos a los cabildos (gobiernos locales) para continuar la expedición y se harían reclutamientos de hombres fuertes.
La Junta de Gobierno decidió hacer una colecta en Buenos Aires para equipar a los soldados. El secretario Mariano Moreno fue el primero en donar. La fuerza iba bien uniformada, con muchas municiones, buenas armas y con el sueldo pagado por adelantado. Todo esto se financió en parte con un préstamo del comercio, garantizado por el comerciante y vocal Juan Larrea.
Revista de las tropas
El 25 de junio se realizó una revista (inspección) de las tropas en la Plaza de la Victoria (hoy Plaza de Mayo). La fuerza estaba compuesta por las siguientes unidades:
La infantería tenía 11 compañías:
- 2 compañías de los Regimientos n.º 1 y 2 (antes Patricios).
- 2 compañías del Regimiento n.º 3 (antes Arribeños).
- 2 compañías del Regimiento n.º 4 (antes Montañeses).
- 2 compañías del Regimiento n.º 5 (antes Andaluces).
- 2 compañías del Regimiento de Castas (antes Pardos y Morenos).
Cada una de estas compañías tenía 50 soldados, 4 cabos, 1 tambor, 3 sargentos, un subteniente, un teniente y un capitán.
- 50 soldados del Regimiento de Infantería de Buenos Aires con sus oficiales.
La caballería tenía 3 compañías, cada una con sus oficiales: capitán, teniente y alférez.
- 50 soldados del Regimiento de Dragones.
- 50 soldados del Escuadrón de Húsares.
- 100 soldados del Cuerpo de Blandengues.
La artillería contaba con 4 cañones móviles, 2 obuses y 2 compañías. El capitán Diego Solano fue nombrado para comandar la artillería.
- 42 artilleros veteranos con sus oficiales del Real Cuerpo de Artillería.
- 64 artilleros de la Compañía n.º 7 del Batallón de Artillería Volante.
- 19 jinetes auxiliares para cuidar el equipo y los caballos.
Liderazgo del Ejército
La Junta tenía una Secretaría de Guerra a cargo de Mariano Moreno. Inspirándose en los ejércitos de la Revolución francesa, la Junta nombró a Hipólito Vieytes como su representante o comisionado en el ejército, quien tenía el mando político. El mando militar estaba bajo la autoridad del mando político.
La Junta designó a Francisco Ortiz de Ocampo como comandante general de la expedición. Como segundo al mando, fue nombrado el teniente coronel Antonio González Balcarce, quien recibió una formación rápida en dos meses.
Ortiz de Ocampo fue elegido porque era de La Rioja, lo que se esperaba que generara apoyo en el interior del virreinato. Además, los soldados confiaban en él y conocía bien las regiones a las que se dirigía el ejército por sus viajes como comerciante.
Otros miembros importantes del equipo de liderazgo fueron:
- José María Urien, ayudante de campo del comandante.
- Feliciano Antonio Chiclana, auditor de guerra.
- Antonio del Pino, comisario de guerra (encargado de la logística y finanzas).
Se creó una Junta de Comisión para tomar decisiones importantes sobre la conducta política con los pueblos y el gobierno militar de la expedición. Esta Junta estaba formada por el comandante, el auditor y el comisionado, y sus decisiones se tomaban por mayoría. El secretario de esta Junta fue Vicente López y Planes.
También acompañaban al ejército capellanes católicos, como el Dr. Manuel Albariños y fray Manuel Ezcurra. Los cirujanos eran Juan Madera y Manuel Casal, y el boticario Sisto Molouni.
El ejército comienza su marcha
Una vez que el ejército estuvo listo, las tropas salieron del Retiro el 6 de julio de 1810. Se dirigieron a un campamento en la finca de Juan Pedro Córdoba en Monte Castro, a unos 15 kilómetros de Buenos Aires, para ser inspeccionadas por la Junta el día 9.
El 12 de julio, las tropas comenzaron a marchar por el Camino Real hacia Córdoba. Su misión era enfrentar la Contrarrevolución de Córdoba, liderada por el exvirrey Santiago de Liniers. Ortiz de Ocampo tenía instrucciones claras de que el ejército debía detenerse en Jujuy hasta recibir nuevas órdenes, incluso si la expedición tenía éxito.
Los soldados llevaban en sus sombreros una cucarda con los colores amarillo y rojo, y en las bocas de sus fusiles, moños de cintas celestes y blancas. También llevaban una escarapela con el retrato de Fernando VII.
El 14 de julio, la fuerza llegó a Luján. Luego continuaron su camino, pasando por Salto (18 de julio), Pergamino (20 y 21 de julio), Guardia de la Esquina de Buenos Aires (actual San José de la Esquina) el 25 de julio, Fraile Muerto (actual Bell Ville) del 25 al 30 de julio, Paso de Ferreyra (actual Villa Nueva) el 1 de agosto, y finalmente llegaron a Córdoba el 10 de agosto.
El 8 de julio, Mariano Moreno ordenó que quienes se opusieran a la revolución fueran enviados a Buenos Aires. Sin embargo, el 28 de julio, dio una orden más estricta: que Santiago de Liniers, el Obispo Orellana y otros líderes de la contrarrevolución fueran ejecutados en el momento en que fueran capturados, sin demoras.
En la Guardia de la Esquina, la expedición recibió noticias de que Liniers había partido hacia el norte. Por ello, González Balcarce se adelantó con 300 hombres el 1 de agosto desde Paso de Ferreyra para buscarlo.
El 12 de septiembre, el teniente coronel Eustoquio Díaz Vélez fue nombrado tercer jefe de la expedición.