Fermín María Álvarez para niños
Datos para niños Fermín María Álvarez |
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Fermín María Álvarez Mediavilla | |
Nacimiento | 1833 Zaragoza (España) |
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Fallecimiento | 15 de julio de 1898 Barcelona (España) |
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Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Compositor, pianista y abogado | |
Género | Música de cámara y sardana | |
Instrumento | Piano | |
Fermín María Álvarez Mediavilla (Zaragoza, 1833 — Barcelona, 15 de julio de 1898) fue un abogado, compositor y pianista amateur español de origen aragonés. Famoso por sus composiciones de música de cámara, especialmente para piano solo y para voz y piano, así como por las reuniones que celebraba en su salón particular en la Calle de Fuencarral, Madrid.
Biografía
A pesar de haber nacido en Zaragoza, su familia se trasladó a Palamós (Gerona) cuando él era un niño. En esa ciudad comenzó una formación musical rutinaria. Se sabe que realizó un viaje a Cuba, donde conoció a músicos como Nicolás Ruiz Espadero y Teresa Carreño.
Después de dicho viaje se estableció en Madrid, donde contrajo matrimonio con Eulalia Goicoerrotea, aristócrata y excelente cantante aficionada. Desde el momento en que se afincó en la capital española se dedicó a la promoción de jóvenes artistas, ofreciendo a esta finalidad grandes sumas de dinero. De igual forma contribuyó a la dinamización de la vida musical de la ciudad celebrando reuniones filarmónicas que al tiempo se volverían famosas.
Sus reuniones de salón fueron una plataforma de impulso para músicos como Felipe Pedrell, José Inzenga y Miguel Marqués. En ellas se celebraban conciertos, audiciones, primicias de estrenos próximos y, ocasionalmente, se representaba alguna obra teatral u operística, tal como fue el caso de la ópera cómica El médico a palos de Gounod, que se interpretó en 1872 en su salón situado en la Calle de Fuencarral, en una versión reinstrumentada por el propio Álvarez.
Cabe agregar que a estas tertulias no solamente asistieron músicos, sino también poetas, periodistas y pintores tales como Manuel del Palacio y Eusebio Blasco, entre otros. Fue en una de estas reuniones que Pedrell tuvo la ocasión de trabar amistad con Álvarez. Fruto de esto fue una audición de obras inéditas del músico catalán, con motivo de su próximo estreno en el Teatro Real de Madrid en 1876. En dicho encuentro, Pedrell pudo conocer a Hilarión Eslava, Francisco A. Barbieri, Emilio Arrieta y José Inzenga.
Cada año la familia de los Álvarez realizaba un viaje a París, donde se relacionaban con la élite musical de dicha ciudad, destacando su amistad con Rossini, Auber y Meyerbeer.
Murió el 15 de julio de 1898 en su casa de Gracia, Barcelona.
Obra
La música que se interpretaba en las tertulias de los Álvarez era usual en los salones de la segunda mitad del siglo XIX: algunas obras de cámara, música para piano (generalmente obras virtuosas del género de la variación y la fantasía sobre temas operísticos conocidos), y también música para voz y piano. Estas últimas solían ser interpretadas por los asistentes, ya fuesen amateurs o profesionales, y solían ser arias o cavatinas de ópera, así como romanzas de zarzuelas, o canciones españolas.
Según Begoña Gimeno Arlanzón, entre la década de 1840 y la Revolución de 1868 la actividad musical se centra en los teatros y, con máximo auge, en los cafés y los salones de la aristocracia y de la burguesía. En estos espacios de entretenimiento germinaron muchas veces distintas sociedades musicales, dedicadas a la programación de conciertos.
Las melodías de Álvarez alcanzaron popularidad inmediata y gran reputación, lo que le valió el reconocimiento unánime por parte de los críticos y personalidades importantes de la España de la Restauración.
A penas un año antes de Por nuestra música (1891), Pedrell confesó en un artículo publicado en la revista La Ilustración Musical Hispano-Americana que consideraba las canciones de Álvarez como una especie de oasis en el marasmo de la "basura de salón" del momento, "una chispa de luz entre la niebla del mal gusto". Por su parte, Antonio Peña y Goñi afirmaba en un artículo publicado en la Crónica de la Música (1879) que la obra de Álvarez suponía la antítesis de las "alcantarillas antimusicales de Don Op", en referencia a la obra de Antonio de la Cruz.
Según Francesc Gras i Elies (escritor y poeta catalán), Álvarez compuso más de trescientas canciones, catorce de ellas sobre textos del citado poeta. Sin embargo Joaquim Pena i Costa e Higinio Anglès afirman que fueron solamente unas cien. Se ha catalogado aproximadamente un centenar de obras para voz y piano de este compositor.
También realizó diversas incursiones en el género sacro, entre las cuales cabe destacar su Stabat Mater, compuesto en 1866, y un Ave María.
Otro género importante en su obra fue la composición para piano solo. José Subirá informa que Álvarez era un excelente pianista. Sus obras para piano son esencialmente bailes: polkas, mazurkas y valses de salón.
Según Celsa Alonso, un primer aspecto a tener en cuenta es el protagonismo del piano, que en la obra de Álvarez se convierte en un elemento de primer orden. La musicóloga es de la opinión de que "sus canciones tienen una personalidad definida a título individual, ya que fue capaz de no circunscribirse únicamente a un tipo de sonoridad populista, sino que absorbió igualmente la delicadeza e intimismo de la romanza francesa y el lied alemán".
Cabe destacar las siguientes composiciones:
- Margarita, ópera.
- El médico a palos, adaptación de una obra de Charles Gounod.
- Obertura capricho.
- Los ojos negros, canción de salón. Fue su primera publicación, en la revista La Ilustración Musical Hispano-Americana.
- No volverán, canción de salón (1873), basada en la rima Las golondrinas de Bécquer destacada por Felipe Pedrell.
- La partida, canción de salón, pieza obligada de los recitales de canto hasta la guerra civil en 1936.
- A Granada, canción española, grabada por Francisca Pomar de Maristany en 1929.
Véase también
En inglés: Fermín María Álvarez Facts for Kids