Dámaso I para niños
Datos para niños Dámaso I |
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![]() Papa de la Iglesia Católica |
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1 de octubre de 366-11 de diciembre de 384 | ||
Predecesor | Liberio | |
Sucesor | Siricio | |
Culto público | ||
Canonización | Culto inmemorial | |
Festividad | 11 de diciembre | |
Información personal | ||
Nacimiento | 304 Lugo, Gallaecia, Hispania, Imperio romano |
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Fallecimiento | 11 de diciembre de 384 Roma, Imperio romano |
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Dámaso I (nacido en Gallaecia, en el año 304, y fallecido en Roma el 11 de diciembre de 384) fue el 37.º papa de la Iglesia católica. Ocupó este cargo desde el año 366 hasta su muerte en 384. Es considerado el santo patrón de los arqueólogos.
Su tiempo como papa fue el décimo octavo más largo en la historia, durando 18 años, 2 meses y 11 días. Su día de celebración es el 11 de diciembre. Su nombre en latín significa 'domador'. San Jerónimo, un importante estudioso, fue su secretario personal.
Dámaso I introdujo el uso de la palabra hebrea Aleluya y la oración Gloria Patri en la liturgia. También participó en la construcción de la Basílica de San Lorenzo Extramuros. Una de sus decisiones más importantes fue ordenar la traducción de la Biblia al latín, conocida como la «Vulgata».
Contenido
La vida de Dámaso I en el Imperio Romano
La vida de Dámaso I coincidió con momentos clave del Imperio Romano. Durante su tiempo, el emperador Constantino I subió al trono. El Imperio se dividió en dos partes: el Imperio Occidental y el Oriental.
En esta época, el cristianismo se expandió y fue reconocido por el emperador Constantino. Más tarde, el emperador Teodosio I lo adoptó como la religión oficial del Estado Romano. El papado de Dámaso I se enfocó en unir y fortalecer el poder de la Iglesia junto con el Imperio.
Su llegada al papado no fue fácil. Fue acusado de varias cosas por grupos que no estaban de acuerdo con él. Sin embargo, fue declarado inocente por la justicia y recibió el apoyo del emperador.
¿Cómo fue la infancia de Dámaso I?
Dámaso I nació en Gallaecia, una región que hoy forma parte de España. Creció en Roma. Después de que su padre enviudara, Dámaso se hizo clérigo. Fue ordenado como lector, luego como diácono y finalmente como presbítero en la Iglesia de San Lorenzo.
Su padre, Antonio, era sacerdote, probablemente de Gallaecia. El nombre de su madre, Laurencia, se descubrió a finales del siglo XIX. Dámaso también tuvo una hermana menor llamada Irene.
La elección de Dámaso I como papa
Dámaso había prometido no aceptar a ningún otro papa mientras Liberio viviera, ya que el emperador había nombrado a Félix II como un antipapa (una persona que se proclama papa sin ser reconocido por la Iglesia). Cuando Liberio fue desterrado en el año 354, Dámaso era archidiácono y lo siguió al exilio. Sin embargo, pronto regresó a Roma y fue nombrado secretario, formando parte del gobierno de la Iglesia.
Después de la muerte de Liberio el 24 de septiembre de 366, Dámaso fue elegido papa el 1 de octubre de 366, a los 62 años. Fue consagrado por Lorenzo, obispo de San Lucina.
Sin embargo, muchos seguidores de Liberio no estuvieron de acuerdo y eligieron a otro diácono, Ursicino. Ursicino fue consagrado al mismo tiempo, lo que causó una fuerte disputa por el puesto de papa. La situación fue tan violenta que las autoridades de Roma tuvieron que intervenir para restaurar el orden. Se dice que 137 personas murieron en un enfrentamiento en una basílica.
Finalmente, el emperador Valentiniano reconoció a Dámaso como el papa legítimo y desterró a Ursicino y sus seguidores. Aunque se les permitió regresar por un tiempo, al intentar causar problemas de nuevo, se les prohibió volver a Roma. Así, Dámaso se mantuvo como sumo pontífice con el apoyo de las autoridades.
Primeros años de su papado
Desde el inicio de su papado, Dámaso decidió no ceder ante otras ideas cristianas. Se centró en lograr la unidad y el control centralizado de la Iglesia. El Imperio Romano se estaba dividiendo, lo que hizo que la Iglesia se convirtiera en un puente entre las dos partes.
La Iglesia también empezó a tener un papel importante en la política y en la creación de conocimiento. Buscó unificar las ciencias y centralizar el poder, rechazando como herejía todo lo que consideraba "mágico" o contrario a la autoridad cristiana. Para lograr esto, Dámaso siguió una estrategia con varios puntos:
- Unificar las prácticas religiosas.
- Condenar otras interpretaciones de la doctrina.
- Obtener el apoyo del Imperio.
- Expulsar a los grupos que se oponían.
- Centralizar el poder en la figura del papa.
Acciones contra otras ideas cristianas

Dámaso condenó algunas ideas cristianas diferentes en dos reuniones en Roma en los años 368 y 369. En el año 370, organizó otra reunión para decidir cómo enfrentar a los grupos que tenían ideas distintas.
En el año 373, se condenó a algunos líderes y se les prohibió participar en la Iglesia. También se confirmaron las decisiones de una reunión anterior muy importante, el Concilio de Nicea I. En el año 374, Dámaso I estableció la lista oficial de los libros que forman la Biblia, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Para centralizar el poder de la Iglesia y del Imperio, su secretario San Jerónimo logró que el emperador Valentiniano prohibiera a los líderes religiosos y monjes recibir regalos o herencias de viudas y huérfanas. Dámaso se aseguró de que esta ley se cumpliera estrictamente.
La importancia de la Santa Sede (la sede del papa) fue defendida con leyes imperiales. Se afirmó que la autoridad de la Iglesia Romana venía de las propias palabras de Jesucristo. En el año 377, en otra reunión en Roma, Dámaso condenó a otros líderes que tenían ideas diferentes. La persecución de estas ideas hizo que muchos cambiaran de opinión y prometieran lealtad a la doctrina oficial para evitar ser condenados públicamente.
Las reformas de Dámaso buscaban unificar las prácticas religiosas y dieron origen a algunas tradiciones católicas antiguas. Por ejemplo, se introdujo la palabra hebrea aleluya para referirse a la resurrección de Jesús. También se reconoció al obispo de Roma como el más importante de todos.
El Vicariato Papal
Cuando una región llamada Iliria se separó del Imperio de Occidente en el año 379, Dámaso actuó para proteger la autoridad de la Iglesia romana. Creó una "vicaría apostólica" y nombró a Ascolio, obispo de Tesalónica, para dirigirla. Este fue el inicio del Vicariato papal, que estuvo conectado a la Santa Sede por mucho tiempo. Con su apoyo, Dámaso siguió condenando otras ideas y convocó una reunión en el año 381, donde se condenó a otros obispos.
Un caso especial fue el de Prisciliano, condenado en una reunión en Zaragoza en el año 380. Dámaso intentó ayudarlo, quizás porque ambos tenían orígenes en la región de Gallaecia.
El 27 de febrero de 380, el emperador Teodosio I declaró el cristianismo como la religión oficial del Estado Romano. Esto benefició directamente a Dámaso, quien era la cabeza suprema de la Iglesia.
Después de la muerte de Teodosio, el Imperio Romano se dividió. Para evitar conflictos religiosos, la Iglesia Oriental recibió ayuda económica y el apoyo de Dámaso. Dámaso también envió representantes a una reunión importante en Constantinopla en el año 381.
Dámaso continuó centralizando el poder de la Iglesia bajo su figura, incluso frente al poder imperial. Años después, apoyó la petición de senadores cristianos y del emperador Graciano para retirar un altar pagano del Senado.
Desafíos y acusaciones
Después de la muerte de Atanasio en el año 373, la presión de los grupos con ideas diferentes aumentó. El sucesor de Atanasio tuvo que buscar refugio en Roma. Durante este tiempo, el emperador Valentiniano murió y resurgió un antipapa, Ursicino, quien intentó desafiar la autoridad de Dámaso.
Los seguidores de Ursicino presentaron acusaciones sobre la conducta de Dámaso en el año 378 ante la corte imperial. Sin embargo, el emperador Graciano lo declaró inocente. Más tarde, una reunión de la Iglesia también confirmó su inocencia y condenó a quienes lo habían acusado.
Tiempo después, Ursicino, junto con otra persona, acusó al papa ante el emperador Teodosio. Teodosio consideró que la acusación era falsa y castigó severamente al acusador.
Aunque Dámaso no fue condenado, algunas personas, tanto dentro como fuera de la comunidad cristiana, pensaban que sus ambiciones terrenales eran más importantes que sus deberes religiosos. Un sacerdote pagano incluso bromeó diciendo: "Háganme obispo de Roma y me haré cristiano".
La Biblia y su canon
En una reunión de obispos en el año 374, Dámaso publicó una lista de los libros que debían considerarse parte oficial del Antiguo y Nuevo Testamento. Por ello, le pidió al historiador Jerónimo de Estridón que usara esta lista para hacer una nueva traducción de la Biblia. Jerónimo viajó al este para vivir como ermitaño y años después regresó a Roma, donde fue secretario de Dámaso por un tiempo. Finalmente, en una reunión en Roma en el año 382, bajo el liderazgo del papa Dámaso I, la Iglesia Católica estableció el Canon Bíblico. Esta versión fue traducida del griego al latín por San Jerónimo por encargo de Dámaso I, convirtiéndose en la primera Biblia completa en el sentido moderno.
La traducción de Jerónimo, conocida como la Vulgata, se hizo muy popular porque estaba escrita en latín. Esta versión fue aprobada oficialmente por la Iglesia Católica en el año 1546 y se usó en la liturgia durante casi quince siglos, haciendo del latín la lengua principal del culto.
Durante diez años, Dámaso y Jerónimo se escribieron cartas, discutiendo temas religiosos y de la Iglesia. Se conocen ocho de estas cartas.
Cartas entre Jerónimo y Dámaso
Carta XV a Dámaso

Esta carta, escrita alrededor del año 376 o 377, muestra el respeto de San Jerónimo por Roma y por Dámaso. En ella, Jerónimo se refiere a Roma como el lugar de su propio bautismo y como una iglesia donde la fe verdadera se ha mantenido. Pregunta a Dámaso sobre quién es el verdadero obispo entre tres que se disputan el puesto en Antioquía, y cómo se debe hablar de Dios, si como tres o como uno.
Carta XVI a Dámaso
Escrita unos meses después, esta carta es otra petición de Jerónimo a Dámaso para que se pronuncie sobre la creciente presión de los grupos con ideas diferentes. San Jerónimo declara su apoyo incondicional a Dámaso, diciendo que "únicamente quien se una a la silla de Pedro será aceptado por mí".
Carta XVIII a Dámaso
Este escrito de San Jerónimo, del año 381, explica detalles de una visión en el Libro de Isaías. También estudia el significado de la palabra "serafín" (ángeles con seis alas). Jerónimo analiza el texto original en hebreo y ofrece interpretaciones que a veces difieren de las ya aceptadas.
Carta XIX a Jerónimo
En esta breve carta, enviada a San Jerónimo en el año 383, Dámaso le pide una explicación sobre la palabra "Hosanna".
Carta XX a Dámaso
En esta carta escrita en Roma en el año 383, Jerónimo responde a la pregunta de Dámaso sobre "Hosanna". Explica que su verdadero significado es "redimir", basándose en las escrituras en hebreo.
Carta XXI a Dámaso
En esta carta, Jerónimo, a petición de San Dámaso, explica detalladamente la parábola del hijo pródigo.
Carta XXXV a Jerónimo
En esta carta, escrita en Roma en el año 384, Dámaso hace cinco preguntas a Jerónimo sobre pasajes de la Biblia, como el significado de algunas frases del Génesis y el Éxodo.
Carta XXXVI a Dámaso
Esta carta contiene las respuestas de San Jerónimo a las preguntas de Dámaso. Para algunas preguntas, Jerónimo remite a Dámaso a escritos de otros autores. Para otras, da respuestas concisas. Por ejemplo, sobre Isaac, Jerónimo afirma que "Ningún hombre, excepto aquel que se ha dignado a poner su carne para nuestra salvación, tiene un conocimiento total y un asimiento completo de la verdad".
Construcciones y escritos de Dámaso
Una de las construcciones más importantes de Dámaso fue la mejora de un oratorio (un lugar de oración) construido por Constantino I sobre la tumba de San Lorenzo. Este lugar se convirtió en su propia casa en el año 380 y hoy se conoce como "Casa de Dámaso". También pavimentó con mármol una parte de la Vía Apia que llevaba a la basílica de San Sebastián.
Dámaso construyó un baptisterio (lugar para bautizar) en honor a San Pedro, que aún se conserva en las criptas vaticanas. También secó esta zona subterránea para proteger los cuerpos allí enterrados de la humedad.
Se sabe que Dámaso compuso varios escritos cortos sobre mártires y santos, así como algunos himnos. Sin embargo, ninguna de estas obras se ha conservado. Solo han sobrevivido algunas cartas, aunque la mayoría no son auténticas.
Fallecimiento de Dámaso I
Dámaso I falleció el 11 de diciembre del año 384, a los 80 años, después de haber sido papa durante 18 años. Fue enterrado junto con su madre y su hermana en una de las catacumbas que él mismo había mandado construir. Sus restos fueron trasladados más tarde a la Iglesia de San Lorenzo.
Las ruinas de la Basílica de San Dámaso fueron descubiertas en 1902. Allí se encontró el epitafio de su madre, que reveló su nombre, Lorenza, y que había vivido 89 años.
Desde 2011, una universidad en Madrid, España, lleva el nombre de Universidad Eclesiástica San Dámaso. Es un centro católico donde se pueden estudiar Teología, Derecho Canónico, Ciencias Religiosas, Literatura Cristiana y Clásica, y Filosofía.