Daniel (personaje bíblico) para niños
Datos para niños Danielדָּנִיּאֵל |
||
---|---|---|
![]() Daniel, Miguel Ángel, Capilla Sixtina (1511-1512)
|
||
Información personal | ||
Nacimiento | Siglo VII a. C. probablemente Jerusalén |
|
Fallecimiento | Siglo VI a. C. Babilonia |
|
Religión | Judaísmo | |
Información profesional | ||
Ocupación | Líder religioso y profeta | |
Años activo | desde Siglo VII a. C., hasta Siglo VI a. C. | |
Información religiosa | ||
Festividad | 20 de marzo (Iglesia católica) 17 de diciembre (Iglesia ortodoxa) 3 de abril (Iglesia copta) |
|
Venerado en | Judaísmo Catolicismo Islam Fe Baha'i |
|
Santuario | Babilonia, Kirkuk, Muqdadiyah, Susa, Malamir y Samarcanda | |
reconocimientos
|
||
Daniel es un personaje muy importante de la Biblia. Se le considera el autor y protagonista principal del Libro de Daniel. Este libro se presenta como su propia historia, donde también se incluyen algunas visiones sobre el futuro.
En el judaísmo, Daniel es visto como el autor de este libro, que forma parte de los Escritos o Ketuvim. Sin embargo, no se le considera un profeta en la misma categoría que otros. Se han encontrado copias de su libro entre los Manuscritos del Mar Muerto, lo que muestra lo popular que era Daniel en la época del Período del Segundo Templo.
Los cristianos, por otro lado, sí lo incluyen entre los profetas mayores del Antiguo Testamento. En las Iglesias católica, ortodoxa y otras orientales, también se le respeta como santo.
Muchos historiadores creen que Daniel es un personaje de leyenda. Piensan que el libro fue escrito en el Siglo II a. C. y que las historias se refieren al reinado de un rey llamado Antíoco IV Epífanes.
Contenido
¿Qué significa el nombre Daniel?
El nombre Daniel viene del hebreo y tiene dos partes. La primera parte significa 'juzgar' o 'alegar'. La segunda parte, 'El', significa 'Dios' o 'divinidad'. Por eso, Daniel se traduce a menudo como 'Dios es mi Juez' o 'Juicio de Dios'. Algunos lo interpretan como 'Dios es el defensor de mi derecho'.
La vida de Daniel en la Biblia
La información sobre Daniel se encuentra principalmente en el libro bíblico que lleva su nombre. También hay algunos datos de Flavio Josefo, un historiador antiguo. Según Josefo, Daniel era de una familia importante del Reino de Judá, quizás relacionada con la realeza.
Su educación y preparación
El rey Nabucodonosor II de Babilonia ordenó elegir a un grupo de jóvenes hebreos para que le sirvieran. Estos jóvenes debían ser educados en las tradiciones de los escribas. Daniel y tres amigos de su misma tribu, Ananías, Misael y Azarías, fueron elegidos. Quedaron bajo el cuidado de Aspenaz, el jefe de los sirvientes del rey.
Los jóvenes aprendieron sobre la cultura de Mesopotamia, incluyendo su idioma y escritura. Por eso, recibieron nombres en acadio. Daniel fue llamado Beltsasar o Baltasar, que significa 'Protege su vida' o 'Bel, protege al rey'. Sus amigos fueron llamados Sadrac, Mesac y Abednego. Vivieron en el palacio real, que hoy se identifica con la zona arqueológica de Kasr.
Daniel y sus amigos mantuvieron sus costumbres de alimentación kosher (comida permitida por su religión). El libro dice que esta forma de comer los hacía más sanos que los otros jóvenes del palacio.
Después de tres años de estudio, Daniel y sus amigos fueron presentados ante Nabucodonosor. El rey encontró que eran "diez veces mejores que todos los magos y astrólogos de su reino".
En la corte de Babilonia
Un día, el rey Nabucodonosor tuvo un sueño que lo dejó muy preocupado. Llamó a sus sabios y les pidió que lo interpretaran. Para asegurarse de que no lo engañaran, les dijo que había olvidado el sueño y que debían decirle tanto el sueño como su significado.
Como los sabios no pudieron responder, el rey se enojó y ordenó que los ejecutaran. Daniel, que no estaba presente, fue arrestado. Al enterarse de lo sucedido, Daniel habló con Arioc, el jefe de la guardia, y pidió un tiempo para poder responder al rey. Su petición fue aceptada. Daniel y sus amigos oraron a Yahveh para que les revelara el misterio.
Esa noche, en una visión, Daniel conoció el sueño del rey. Al día siguiente, Daniel se presentó ante el rey y le contó el sueño de Nabucodonosor y su significado. Gracias a esto, Daniel fue reconocido y nombrado gobernador de la provincia de Babilonia y jefe de los sabios. Sus tres amigos también recibieron puestos importantes en el gobierno.
Daniel sirvió en la corte real durante todo el reinado de Nabucodonosor y también cuando Belsasar subió al trono. El libro de Daniel menciona otros eventos, como el episodio del ídolo de oro, donde los tres amigos fueron arrojados a un horno ardiente, y la historia de la transformación de Nabucodonosor en una bestia.
El banquete de Baltasar

El capítulo 5 del Libro de Daniel narra el famoso banquete de Baltasar. Baltasar, que era corregente de Babilonia (su padre Nabónido era el rey principal), celebraba una fiesta con sus nobles. Durante el banquete, decidió beber en los vasos sagrados que habían sido tomados del Templo de Jerusalén. De repente, una mano misteriosa apareció y escribió algo en la pared. Ninguno de los sabios del rey pudo interpretar la escritura.
La reina sugirió llamar a Daniel, recordando su sabiduría. Daniel fue llamado, y sin aceptar regalos, regañó al rey y descifró la escritura. El texto, en arameo, anunciaba que Babilonia caería en manos de los persas.
Baltasar cumplió su promesa y nombró a Daniel como el tercer señor del reino. Pero esa misma noche, la ciudad fue conquistada y el rey murió.
En el foso de los leones

Según el libro de Daniel, después de la caída de Babilonia, el sucesor de Belsasar fue Darío el Medo. Este personaje no es conocido por otras fuentes históricas.
Bajo el reinado de Darío, algunos funcionarios planearon algo contra Daniel. Se aprovecharon de la fidelidad de Daniel a Dios. Sugirieron al rey un decreto que prohibía pedir algo a cualquier dios o persona, excepto al rey, durante 30 días (Daniel 6:1-9). Cuando Daniel supo del decreto, siguió orando a Dios tres veces al día, como siempre lo hacía. Los hombres lo encontraron orando y lo acusaron de romper la ley del rey. Por esto, Daniel fue arrojado al foso de los leones, pero no sufrió ningún daño (Daniel 6:10-16).
A la mañana siguiente, Darío vio que Daniel estaba a salvo. Ordenó liberar a Daniel y echar al foso a sus acusadores. Estos murieron de inmediato al ser devorados por los leones (Daniel 6:19-28).
En una parte adicional del libro, la Historia de Bel y el Dragón, se cuenta cómo Daniel reveló un engaño de los sacerdotes de Bel. Ellos habían convencido al rey de que su dios comía las ofrendas, pero en realidad eran ellos quienes las comían.
Daniel como profeta

El libro de Daniel cuenta que él tuvo muchas visiones apocalípticas. Estas visiones, a través de símbolos y números, anunciaban el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra.
Una de las profecías más famosas de Daniel es la de las Setenta Semanas. La Biblia dice que en el primer año del rey Darío, Daniel leyó en los escritos de Jeremías que se acercaba el fin de los setenta años de desolación de Jerusalén. Entonces, el arcángel Gabriel le dio una revelación. Esta anunciaba la reconstrucción de la ciudad, la muerte de un Ungido (Mesías) y el cumplimiento de todas las profecías. La predicción usaba "semanas" que, según los expertos, representan períodos de siete años. Otra profecía conocida es la del carnero y el macho cabrío, que muestra la derrota de los imperios medo y persa por Alejandro Magno.
Más tarde, en el tercer año de Ciro (536 a. C.), Daniel tuvo nuevas visiones. En ellas, vio a los ángeles protectores de Persia, Grecia e Israel luchando por sus naciones. También se le anunciaron invasiones y guerras en la tierra de Israel, protagonizadas por personajes misteriosos llamados el rey del norte y el rey del sur, que podrían ser algunos de los gobernantes griegos.
Daniel describe un reino que oprimiría al pueblo elegido, imponiendo nuevas leyes y prohibiendo el culto según la Torá. Finalmente, este reino sería destruido por el poder de Dios. Según algunos estudiosos, este reino es el Imperio seléucida bajo Antíoco IV Epífanes, contra quien se levantaron los Macabeos. Otros creen que se refiere al Imperio Romano o a un futuro enemigo de Dios.
¿Fue Daniel un personaje real?
Existe una mención de Daniel en el libro de Ezequiel (capítulo 14:14). Allí se le presenta como un ejemplo de sabiduría. Esto ha llevado a algunos a pensar que se refiere a Dan-El, un héroe mítico de la antigua Canaán. Sin embargo, muchos expertos creen que el Daniel de Ezequiel es el mismo profeta bíblico.
Muchos estudiosos de la Biblia creen que el libro de Daniel es una historia popular. Su objetivo era resaltar temas importantes para el pueblo judío antes de la persecución de Antíoco IV Epífanes. El lenguaje del libro y algunas imprecisiones sobre la época en que se sitúa (el imperio neobabilónico y la conquista persa), en contraste con las descripciones detalladas de Antíoco, sugieren esta idea. Este es el punto de vista común entre historiadores y arqueólogos.
Por otro lado, algunos estudiosos religiosos consideran a Daniel un personaje histórico real. Ellos creen que el sabio mencionado por Ezequiel es el profeta, ya que Ezequiel lo presenta como un ejemplo de fidelidad a Dios.
La Encyclopædia Iranica tiene una postura intermedia. Sugiere que Daniel pudo haber sido un profeta histórico en el Siglo VI a. C.. Sin embargo, las historias bíblicas sobre él se desarrollaron siglos después, y el libro no tomó su forma final hasta la época de Antíoco (167-164 a. C.).
Celebraciones en su honor
La Iglesia ortodoxa celebra la fiesta de San Daniel, el Profeta, junto con la de Los Tres Jóvenes, el Domingo de los Santos Patriarcas, que suele ser entre el 11 y el 17 de diciembre. La profecía del capítulo 2 de su libro (D. 2:34-35), sobre la piedra que destruyó el ídolo de los pies de barro, se usa a menudo en los himnos como una metáfora de la Encarnación de Jesús.
En la Iglesia católica, su día se celebra el 21 de julio.
También se le conmemora en el Calendario de los Santos de la Iglesia Luterana de Misuri el 17 de diciembre, igual que en la celebración ortodoxa.
La Iglesia Copta lo celebra el 23 de Baramhat, que es el 3 de abril.
Daniel en la tradición islámica
Los musulmanes consideran a Daniel un profeta, aunque no se le menciona en el Corán. Las tradiciones islámicas dicen que predicó en Irak durante los reinados de los reyes persas Lahorasp y Ciro. Les enseñó sobre la unidad de Dios y animó a la gente a volver a su culto.
El historiador Al Tabari cuenta que Daniel, con sus oraciones, resucitó a muchas personas que habían muerto mil años antes. Esta historia se relaciona con la parábola de los huesos secos del libro de Ezequiel (capítulo 37).
Ciro le había encargado la enseñanza de la verdadera religión. Cuando Daniel le pidió permiso para reconstruir el Templo y regresar a Judea, el rey aceptó lo primero, pero no quiso dejarlo ir. Dijo: "si tuviera mil profetas como tú, quisiera que todos se quedasen conmigo".
En otras tradiciones, se cree que Daniel fue rey de Israel después del regreso de la Cautividad de Babilonia. También se le atribuye la invención de la geomancia (ilm al-raml) y la autoría de un libro sobre la interpretación de los sueños.
Al Masudi dice que hubo dos Daniel. El Antiguo, que vivió entre la época de Noé y Abraham, y Daniel el Joven, que era tío de Ciro y autor de un libro de adivinación y muchas predicciones sobre los reyes de Persia.
Daniel en el arte y la cultura occidental
Daniel ha sido una figura muy importante en la tradición cristiana. Esto se debe a la Profecía de las Semanas, que algunos teólogos creen que predijo con exactitud el nacimiento y la muerte de Jesucristo. Sus predicciones sobre guerras y la sucesión de imperios también lo hicieron popular entre quienes estudian el Juicio Final.
En el Renacimiento, Daniel aparece en obras de arte como un joven estudioso, lleno de fe en Dios. Un ejemplo famoso son los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.

Más información
- Libro de Daniel
- Libros proféticos
- Antiguo Testamento
- El Horno Ardiente
- El sueño de Nabucodonosor
- La escritura sobre la pared
- Profecía de las Setenta Semanas
- Hijo del Hombre
- Abominación desoladora
- Caída de Babilonia