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Coronela de Barcelona para niños

Enciclopedia para niños

La Coronela de Barcelona fue una milicia de ciudadanos de Barcelona que tenía la importante tarea de defender la ciudad. Su principal misión era proteger las puertas y murallas de la ciudad. Este grupo existió hasta el año 1714, cuando fue desarmado y el ejército del rey tomó el control de la defensa de Barcelona.

El nombre "Coronela" se usaba para las milicias de otras ciudades importantes de Cataluña en la Edad Moderna, como Lérida, Tortosa, Tarragona y Gerona. Estas ciudades tenían la libertad de armarse y defenderse si eran atacadas, gracias a las leyes catalanas de la época.

La Coronela de Barcelona era la más grande y fuerte de todas. Estaba formada por ciudadanos que trabajaban en diferentes gremios (asociaciones de artesanos y comerciantes). Se organizaba en 6 batallónes, cada uno con un santo patrón. Podía movilizar rápidamente a unos 4.000 hombres para la defensa.

Historia de la Coronela

Orígenes y leyes antiguas

Barcelona tuvo el derecho de defenderse desde el año 801. Mucho tiempo después, el conde Ramón Berenguer I (1023-1076) reunió las leyes de su tiempo en los Usajes de Barcelona. Una de estas leyes, llamada Princeps Namque, permitía al conde de Barcelona llamar a las armas a todos los hombres libres de Cataluña, entre 16 y 50 años, si había una amenaza o invasión.

Durante la Edad Media, esta ley se usó varias veces para convocar a la gente a la guerra. Por ejemplo, Pedro III de Aragón la activó durante la Cruzada contra la Corona de Aragón (1284-1285) y Pedro IV de Aragón en la Guerra de los Dos Pedros (1356-1369). En 1395, se decidió que la ciudad de Barcelona pagaría a sus defensores hasta el punto de encuentro con el rey.

Las milicias en la Edad Moderna

Archivo:Compilacio-constitucions-catalunya-1493
Compilación de las constituciones catalanas pactadas con Fernando II de Aragón en las cortes de Cataluña de 1493, y publicada en 1494, que configuraron definitivamente el Usaje Princeps namque durante la Edad Moderna de Cataluña.

Después de la Guerra civil catalana (1462–1472), el rey Fernando II de Aragón reorganizó las leyes catalanas, incluyendo el Princeps Namque. Cataluña se convirtió en un lugar importante de batallas entre la Monarquía de España y Francia, por lo que la ley se activó muchas veces.

También existía el somatén, un grupo de autoprotección civil que podía ser activado por las ciudades para su defensa. Se activaba con un toque especial de campanas y el grito de "¡Via fora!". En los siglos XVI y XVII, el somatén fue clave para luchar contra bandidos y piratas. Los catalanes debían tener armas en sus casas y practicar su uso.

Sin embargo, los gobernantes a veces impedían que el somatén se reuniera. Esto llevó a las ciudades a formar otras milicias, como las "desenes" (decenas), que no necesitaban permiso del rey para movilizarse.

En 1542, el ejército francés invadió el Rosellón y la costa catalana sufrió ataques. La ciudad de Perpiñán armó una milicia de ciudadanos. En Barcelona, los líderes de la ciudad decidieron fortificar las murallas y armar a los gremios. La movilización fue muy rápida. En 1544, se confirmó que esta milicia estaba bajo el mando del Conseller en Cap de Barcelona, el principal líder de la ciudad. Una década después, en 1554, la organización de los gremios se mejoró, dividiendo Barcelona en "quartos" (zonas urbanas).

La milicia de Barcelona durante la Guerra de Cataluña (1640-1652)

Archivo:Asediodebarcelona1652
Pandolfo Reschi: Vista general del asedio de la ciudad de Barcelona por las tropas de Juan José de Austria. Las operaciones militares pusieron fin a la guerra, pactando el mantenimiento del ordenamiento constitucional catalán.

Desde 1544, los miembros de los gremios de Barcelona estaban listos para ser llamados a la acción. En 1635, al inicio de la Guerra franco-española (1635-1659), se ordenó movilizar a la milicia de Barcelona. La difícil situación llevó a la Sublevación de Cataluña (1640).

En octubre de 1640, la milicia de Barcelona se reorganizó en 4 "tercios" (unidades militares). También se formaron compañías de soldados profesionales que se unieron a la milicia de los gremios. Estas unidades fueron clave en la Batalla de Montjuic (1641), donde lograron una importante victoria.

Finalmente, en 1652, Juan José de Austria puso fin al sitio de Barcelona (1652) y a la guerra. Se acordaron condiciones favorables para Cataluña, manteniendo sus leyes. Sin embargo, el rey obtuvo el control de las puertas, murallas y la armería de Barcelona.

Hacia la recuperación de la autonomía militar (1652-1705)

Archivo:Setge-barcelona-1697
El Sitio de Barcelona (1697) puso fin definitivamente a la Guerra de los Nueve Años (1688-1697) pero dejó la simiente para el estallido de la siguiente guerra, la Guerra de Sucesión Española (1705-1714)

Después de 1652, la milicia de los gremios perdió su autonomía y el ejército del rey se encargó de la defensa de Barcelona. En 1675, en medio de la Guerra franco-holandesa, los líderes de Barcelona ofrecieron armar y pagar a 500 hombres si estaban bajo el mando directo del Conseller en Cap, pero la oferta fue rechazada.

En 1684, ante una nueva invasión francesa, el virrey (representante del rey) pidió a los líderes de Barcelona que armaran compañías para proteger la ciudad. Aprovechando la ausencia del virrey, el Consejo de Ciento (gobierno de la ciudad) y el Brazo militar de Cataluña (representantes de la nobleza militar) formaron una milicia de 46 compañías con 4.500 hombres, que tomaron el control de las murallas. Al regresar, el virrey ordenó desarmar la milicia.

No fue hasta la Guerra de los Nueve Años (1688-1697) que Barcelona obtuvo permiso real para levantar su milicia de nuevo. En 1697, el rey Carlos II de España autorizó la formación del "Tercio de los gremios" bajo el mando del Conseller en Cap.

Después del Sitio de Barcelona (1697), se desató la Guerra de Sucesión Española en 1702, una guerra por quién sería el próximo rey de España. En 1704, el rey Felipe V de España reorganizó su ejército. Ese mismo año, la armada inglesa intentó un desembarco en Barcelona (1704). El virrey Velasco movilizó de nuevo a la milicia de los gremios. Siguiendo las nuevas reglas, el Conseller en Cap recibió el título de "Coronel", y la milicia pasó a llamarse "Coronela" de Barcelona.

Archivo:Virrey-velasco-tirano-1705
«Clamores de Barcelona al tiránico gobierno de Velasco» (1705).
La política de detenciones indiscriminadas lanzada por el virrey Velasco en Barcelona tras la fracasada intentona inglesa de 1704, agravada por la detención del enviado Pablo Ignacio Dalmases en Madrid, provocaron un cambio y radicalización de la opinión pública catalana en contra de Felipe V.

Tras el fracaso del desembarco inglés, el virrey Velasco descubrió que algunos líderes catalanes habían ayudado a los ingleses. Por ello, desmovilizó la Coronela y comenzó a detener a quienes consideraba desleales a Felipe V. Estas detenciones, que violaban las leyes catalanas, hicieron que muchos ciudadanos se volvieran contra Felipe V y desearan el regreso de la Casa de Austria al trono español, con el archiduque Carlos de Austria.

El 3 de mayo de 1705, estalló una rebelión en Cataluña. En agosto, el ejército inglés desembarcó de nuevo en Barcelona para iniciar el sitio de Barcelona (1705). En septiembre, los líderes de Barcelona ofrecieron movilizar a la Coronela, pero el virrey Velasco se negó, temiendo un levantamiento desde dentro. Tras la Batalla de Montjuic (1705), el virrey Velasco se rindió en octubre de 1705. La ciudad recibió al archiduque Carlos de Austria como un libertador. Carlos III de Austria, como fue proclamado rey, restauró completamente el derecho de Barcelona a tener su propia milicia, que había perdido 50 años antes.

La Coronela de Carlos III de Austria (1705-1713): una fuerza militar completa

Archivo:Rafael-casanova-deidad-armada-mas-que-alejandro-cesar-jano-en-juntas-marte-en-campaña
Un poema de 1714 elogia al Conseller en Cap Rafael Casanova y a la Coronela, animándolos a luchar por la Patria.

A partir de 1705, se formó el Real Ejército de Carlos III de Austria para expulsar a la Casa de Borbón. La Coronela se organizó en febrero de 1706. Estaba formada por 44 compañías, con 3.200 combatientes elegidos entre los 4.525 miembros de los gremios de Barcelona. El 20 de marzo de 1706, el nuevo rey entregó el título oficial de coronel al Conseller en Cap de Barcelona, un título que pasaría a sus sucesores cada año.

En abril de 1706, Felipe V intentó recuperar Barcelona y comenzó el sitio de Barcelona (1706). Durante los combates, hubo un motín en Barcelona, y el Conseller en Cap de 1705-1706, Francisco Nicolás de Sanjuan, fue asesinado. Rafael Casanova, que era el conseller tercero, junto con Francisco Gallart, lograron controlar la situación. El 8 de mayo, la llegada de la flota inglesa hizo que las tropas de Felipe V huyeran, dejando atrás heridos y suministros. Un año después, Rafael Casanova recibió el título de Ciutadà Honrat (ciudadano honrado) por haber salvado la ciudad.

Los capitanes de las compañías de la Coronela eran elegidos entre la nobleza catalana del Brazo militar de Cataluña. El rey Carlos III de Austria pagaba el sueldo de los oficiales. El 22 de agosto de 1706, se decidió que los civiles de la Coronela estarían bajo jurisdicción militar mientras estuvieran de guardia. Para mantener el control, el Consejo de Ciento de Barcelona decidió que los consellers serían quienes decidirían quién hacía guardia y aplicarían las sanciones.

Entre octubre de 1706 y marzo de 1707, la milicia de los gremios se uniformó completamente y sus antiguos mosquetes fueron reemplazados por fusiles modernos. La Coronela de Barcelona se convirtió en una unidad híbrida civil-militar, con oficiales pagados por la Corona, uniformada y lista para el combate. Su misión era custodiar toda la ciudad, controlando las entradas y salidas y patrullando las murallas. Esto liberaba al Real Ejército de Carlos III de Austria para luchar en campo abierto.

La Coronela de Barcelona tenía una compañía de granaderos, formada por los 200 hombres más fuertes, para operaciones especiales fuera de la ciudad.

La Coronela de Barcelona (1713-1714): la defensa final

Archivo:Escuadras-cuartos-1713-08-01
Bando de movilización de las Escuadras de Cuartos del 1 de agosto de 1713. Las Escuadras de Cuartos se concibieron para encuadrar a los civiles inhábiles para el servicio de armas pero capacitados para servir como fuerza de trabajo, desescombro y reconstrucción en caso de bombardeo.

Cuando se supo que los ingleses abandonarían la guerra con la Paz de Utrecht, en Barcelona se decidió el 30 de junio de 1713 si Cataluña se rendiría a Felipe V o seguiría la guerra sola. Se decidió continuar la guerra. El 9 de julio de 1713 se proclamó públicamente la guerra, y al día siguiente se empezó a reclutar el Ejército de Cataluña. Antonio de Villarroel y Peláez fue nombrado general comandante.

El 2 de agosto, se aprobó una nueva organización para la Coronela. Se redujo a 6 el número de batallones, cada uno con un santo patrón:

  • I Batallón "Santísima Trinidad"
  • II Batallón "Inmaculada Concepción"
  • III Batallón "Santa Eulalia"
  • IV Batallón "Santa Madrona"
  • V Batallón "San Severo"
  • VI Batallón "Virgen de la Merced"
Archivo:Escuadras-cuartos-1713-09-16
Bando de reorganización de las Escuadras de Cuartos en septiembre de 1713. A finales del asedio, en 1714 y dadas la bajas entre las tropas de la Coronela de Barcelona, el conseller en Cap Rafael Casanova ordenó que los Batallones de Cuartos fueran agregados a la Coronela.

Los consellers de Barcelona querían que la Coronela tuviera un papel más importante en la lucha. Aunque el general Villarroel se negaba a usarla en operaciones fuera de la ciudad, la Coronela demostró ser una fuerza de combate muy potente durante los ataques de agosto de 1714.

Para mantener el orden público y ayudar en la ciudad, se crearon las Escuadras de Cuartos, formadas por ciudadanos que no podían luchar pero que ayudaban en trabajos como la limpieza de escombros después de los bombardeos.

Uniformes y armamento

Archivo:Recreación-historica-coronela-barcelona-1714
Recreación histórica de la 1ª compañía del VI Batallón de la Coronela de Barcelona en el Fossar de les Moreres (Barcelona)

En marzo de 1707, todos los miembros de la Coronela ya tenían uniforme militar. Cada gremio pagaba los uniformes de su compañía, eligiendo los colores, pero el color común para toda la unidad era el rojo carmesí en los detalles y el forro de la casaca. Los colores de las casacas variaban entre azul, amarillo, verde, blanco y rojo, según el batallón.

El sombrero de tres picos a veces llevaba galones de oro o plata. Todos usaban corbata blanca. En 1710, la mayoría de las compañías adoptaron diferentes tonos de azul, haciendo que el azul y el rojo fueran los colores principales de la Coronela hasta 1714.

Los tambores, que daban el ritmo para los cambios de guardia y ceremonias, vestían de rojo carmesí con galones de plata. Sus tambores estaban pintados con los colores de la ciudad y decorados con el escudo de Barcelona.

Archivo:Coronela-Barcelona-Gaspar-Ferran-1707
Gaspar Ferran, miliciano de la Coronela de Barcelona en la compañía del gremio de los plateros, en 1707, con el mayoritario uniforme militar azul-grana.

El arma principal del ejército catalán en 1713 era el fusil, la mayoría de fabricación inglesa o austríaca. En 1707, la Coronela de Barcelona había reemplazado sus antiguos mosquetes por fusiles modernos. También usaban bayonetas y espadas. Llevaban cartucheras con el escudo de Barcelona. Los granaderos usaban una gorra especial en lugar del tricornio para lanzar sus granadas. Los milicianos guardaban sus fusiles en casa, como permitían las leyes catalanas.

Banderas de la Coronela

Las banderas eran muy importantes para los regimientos, ya que representaban su identidad y ayudaban a los soldados a seguir las órdenes en la batalla. Capturar una bandera enemiga era un gran símbolo de victoria.

Archivo:Recreación-historica-coronela-barcelona-1714-2
Recreación histórica de la bendición de las banderas de la Coronela de Barcelona en el Fossar de les Moreres

Como la Coronela estaba formada por gremios, cada gremio tenía sus propias banderas para ceremonias y combate. Estas banderas de guerra medían unos 2 metros por lado y estaban decoradas con los símbolos del gremio.

Después de la reforma de 1713, cada uno de los 6 batallones de la Coronela recibió una bandera con la imagen de su santo patrón o misterio católico: Santísima Trinidad, Inmaculada Concepción, Santa Eulalia de Barcelona, Santa Madrona, San Severo de Barcelona y Virgen de la Merced.

La Bandera de Santa Eulalia de Barcelona era la bandera de guerra de Barcelona. Desde la Edad Media, la bandera de la ciudad era la cruz de San Jorge con el señal del rey de Aragón. Sin embargo, la bandera con la imagen de Santa Eulalia de Barcelona, copatrona de la ciudad, se adoptó como bandera de guerra. Esta bandera fue llevada por el Conseller en Cap Pedro Juan Rossell en la victoriosa batalla de Montjuic (1641) y, según los historiadores, fue la misma que llevó el Conseller en Cap Rafael Casanova el 11 de septiembre de 1714. Era de color rojo carmesí, con la imagen de Santa Eulalia y el escudo de la ciudad.

El final de la Coronela de Barcelona

El teniente mariscal Antonio de Villarroel, comandante del ejército de Cataluña, quería ganar tiempo en la defensa de Barcelona, esperando ayuda externa. Sin embargo, cuando Rafael Casanova se convirtió en Conseller en Cap el 30 de noviembre de 1713, la estrategia cambió. Casanova exigió ataques continuos para desgastar a las tropas enemigas.

Casanova, que tenía el control directo de la Coronela, quería que sus batallones atacaran las líneas enemigas. Aunque Villarroel se negaba a usar la Coronela en combates fuera de la ciudad, Casanova preparó una operación de asalto solo con la Coronela.

A medida que el sitio de Barcelona (1713-1714) avanzaba, la Coronela fue perdiendo miembros por las bajas y las deserciones. El 28 de julio, Rafael Casanova decretó que todos los jóvenes mayores de 14 años en Barcelona debían presentarse para la defensa de la ciudad, bajo pena de prisión. Esto añadió 2.165 nuevos miembros a la Coronela.

El asalto del 12 de agosto

El 12 de agosto, las tropas enemigas lanzaron un gran asalto sobre Barcelona. Fue la primera vez que la Coronela luchó abiertamente contra ellas. Los atacantes hicieron explotar una mina bajo el baluarte de la Puerta Nueva, que quedó en ruinas. Las compañías de la Coronela se retiraron ordenadamente, frenando el avance enemigo hasta que llegaron refuerzos del ejército. Luego contraatacaron y expulsaron a los atacantes.

Al mismo tiempo, el baluarte de Santa Clara también fue atacado. A pesar de estar en ruinas, fue defendido por tres compañías de la Coronela, incluyendo la de estudiantes de leyes. Los combates fueron muy intensos, y las compañías atacantes sufrieron muchas bajas. Los defensores, protegidos por las ruinas y barricadas, tuvieron menos pérdidas. El capitán Magín de Ninot murió y el capitán Ferrer resultó herido.

Segundo asalto del 13 de agosto

El 13 de agosto, las tropas enemigas lanzaron un nuevo asalto general. Las defensas fueron rotas y una compañía de la Coronela sufrió muchas bajas. El baluarte de Santa Clara fue tomado. En una situación desesperada, tres compañías del ejército y todo el II batallón de la Coronela lanzaron un contraataque. Las tropas del ejército lograron reducir a los atacantes, pero el batallón de la Coronela sufrió muchas pérdidas.

Los combates fueron muy duros. Villarroel ordenó detener los ataques hasta el amanecer, y luego solo usó unidades del ejército para el asalto. Después de horas de lucha, las tropas enemigas seguían fortificadas en el baluarte de Santa Clara.

La mañana del 14 de agosto, la Coronela relevó a las guardias. Villarroel ordenó traer artillería para atacar el baluarte desde dentro y dispuso 1000 hombres para el ataque. Finalmente, las tropas enemigas se retiraron. Después de tres días de combate, los defensores tuvieron entre 800 y 900 bajas, mientras que los atacantes tuvieron más de 3.000. A pesar de la victoria, las tropas catalanas habían perdido a muchos de sus mejores hombres. Las deserciones aumentaron y la defensa se hizo cada vez más difícil.

La última defensa de Barcelona el 11 de septiembre de 1714

El 1 de septiembre, ante la falta de munición y tropas, el general Villarroel propuso a los líderes catalanes que aceptaran una rendición. Sin embargo, los líderes decidieron no negociar y continuar la guerra.

El 10 de septiembre, Rafael Casanova volvió a recorrer las líneas de combate, animando a las tropas a resistir a pesar de las deserciones y el hambre.

Archivo:Sitio-barcelona-11-septiembre-1714
La última defensa de Barcelona el 11 de septiembre de 1714.
A la izquierda, detalle del bastión de Santa Clara, con la torre de San Juan totalmente ruinosa, y contiguo, el avance de las tropas francesas del mariscal Guerchois y del brigadier Reves por la brecha central.

A las 4:30 de la mañana del 11 de septiembre, más de cuarenta batallones enemigos lanzaron el asalto final sobre Barcelona. La defensa fue muy fuerte, y los atacantes sufrieron muchas bajas. A pesar de la resistencia, las tropas enemigas lograron romper las defensas en varios puntos.

Los Consellers de Barcelona, al ver que la defensa había colapsado, decidieron salir a combatir por las calles. Rafael Casanova ordenó a todos los hombres mayores de catorce años que defendieran la ciudad y la Bandera de Santa Eulalia.

Varias compañías de la Coronela se reunieron en la Plaza de Junqueras. Bajo el mando de Rafael Casanova, que llevaba la Bandera de Santa Eulalia (una reliquia venerada que solo se sacaba en momentos de gran peligro), lanzaron un contraataque. Las tropas catalanas atacaron con tanta fuerza que las tropas enemigas en ese sector comenzaron a retirarse desordenadamente.

Mientras dirigía el contraataque, Rafael Casanova fue herido de bala en el muslo. La Bandera de Santa Eulalia fue recogida por Juan de Lanuza y de Oms, y Casanova fue llevado a un hospital de campaña. Con la caída de Casanova, el avance se detuvo. Los combates se centraron en la posesión del convento de San Pedro, que fue reconquistado y perdido once veces. El duque de Berwick movilizó 6.000 hombres más de sus reservas.

Al mediodía, con los principales líderes heridos, la Junta de Gobierno se reunió para analizar la situación. Se decidió aceptar los términos de la rendición debido a la falta de gente y el hambre extrema en la ciudad. El 12 de septiembre, a las ocho de la mañana, se acordó la capitulación. El sitio de Barcelona causó muchas bajas en ambos bandos y destruyó un tercio de la ciudad.

La rendición y el desarme

Archivo:Eroberung von Barcelona 1714
Grabado austríaco denunciando la quema de banderas.
«Eroberung von Barcelona 1714. Die Standarten und Fahnen welche der Duc de Berwick nach Madrid gesendet, schickte Philip V wieder zurück, mit dem Beyfügen, daß er keine Fahne rebbelischer Unterthanen erkenne, worauf sie öffentlich durch den Hencker zu Barcellona verbrannt worden»
[La caída de Barcelona 1714. Los estandartes y banderas, las cuales el duque de Berwick había enviado a Madrid, fueron por Felipe V de nuevo retornadas, con la sentencia que el no reconocía a ninguna bandera rebelde, y que además fuesen quemadas públicamente por el verdugo de Barcelona].

El 13 de septiembre se realizó la ceremonia de rendición. El sargento mayor de la Coronela, Félix Nicolás Monjo y de Corbera, y el coronel Juan Francisco Ferrer entregaron las llaves de Barcelona al teniente general marqués de Guerchy. El duque de Berwick prohibió que sus tropas insultaran a los catalanes llamándolos "rebeldes".

El 14 de septiembre comenzó el desarme del ejército de Cataluña. Al día siguiente, 15 de septiembre, se desarmó a las tropas de la Coronela. Los gremios entregaron sus 42 banderas, el Consejo de Ciento la Bandera de Santa Eulalia, y la Generalidad de Cataluña la Bandera de San Jorge. Las banderas fueron enviadas a Madrid como trofeos de guerra, pero Felipe V de España las rechazó, diciendo que no reconocía banderas de "rebeldes", y ordenó que fueran destruidas públicamente en Barcelona.

El 22 de septiembre, Antonio de Villarroel y todo el estado mayor del ejército de Cataluña fueron detenidos y encarcelados, a pesar del acuerdo de rendición. Finalmente, el 3 de octubre de 1714, se ordenó el desarme total de todos los catalanes, quienes debían entregar todas sus armas.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: La Coronela Facts for Kids

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Coronela de Barcelona para Niños. Enciclopedia Kiddle.