Rafael Casanova para niños
Rafael Casanova i Comes (nacido alrededor de 1660 en Moyá y fallecido el 2 de mayo de 1743 en San Baudilio de Llobregat) fue un importante abogado español. Apoyó al archiduque Carlos de Austria para que fuera rey de España durante la Guerra de Sucesión Española. Fue el Conseller en Cap (una especie de alcalde principal) de la ciudad de Barcelona y la máxima autoridad militar y política de Cataluña durante el asedio de Barcelona por las tropas de Felipe V.
Rafael Casanova fue herido en la batalla final del 11 de septiembre de 1714. Después de la guerra, fue perdonado y pudo volver a trabajar como abogado hasta poco antes de su muerte. Mantuvo contacto con otros líderes de la ciudad y con personas que se habían exiliado en el Imperio Austríaco. Se cree que escribió un folleto en 1736 que apoyaba al archiduque Carlos.
Hoy en día, Rafael Casanova es una figura muy importante para el catalanismo, que lo considera un gran patriota. En 1863, la ciudad de Barcelona le dedicó una calle, y en 1888 se erigió una estatua en su honor. Durante algunas épocas, como las dictaduras de Miguel Primo de Rivera y Francisco Franco, los homenajes a Casanova fueron prohibidos y su estatua fue retirada. Desde que la estatua fue devuelta en 1977, es el lugar donde las principales instituciones y asociaciones catalanas depositan flores cada Día de Cataluña.
Datos para niños Rafael Casanova i Comes |
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![]() Estatua en honor de Rafael Casanova en el Ayuntamiento de Barcelona
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Rafael Casanova y Comas | |
Nacimiento | 1660 Moyá, España |
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Fallecimiento | 2 de mayo de 1743 San Baudilio de Llobregat, España |
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Residencia | Moyá (1660 - 1674) Barcelona (1674 - 1737) San Baudilio de Llobregat (1737 - 1743) |
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Nacionalidad | Española (desde 1716) | |
Religión | Católico | |
Educación | ||
Educación | Doctor en Derecho civil español y Derecho canónico | |
Información profesional | ||
Ocupación | Conseller en Cap de Barcelona | |
Cargos ocupados | Conseller en cap (1713-1714) | |
Rango militar | Coronel | |
Título | Coronel de la Coronela Gobernador de Barcelona Gobernador de Montjuic Presidente de la Junta 9.ª de Guerra Miembro Junta Gobierno Miembro Junta Secreta |
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Predecesor | Manuel Flix | |
Firma | ||
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Contenido
- La vida de Rafael Casanova
- Sus primeros años
- La Guerra de Sucesión Española
- Cataluña decide seguir luchando
- La formación del Ejército de Cataluña
- Rafael Casanova como Conseller en Cap
- El gobierno de Casanova durante el asedio de Barcelona
- El 11 de septiembre
- Negociación de la capitulación
- La vida de Rafael Casanova después de la guerra
- Homenajes a Rafael Casanova
- Galería de imágenes
La vida de Rafael Casanova
Sus primeros años
Rafael Casanova nació en Moyá, un pueblo en Cataluña. Su familia, los Casanova, tenía una buena posición económica. Eran dueños de tierras y se dedicaban al comercio de grano y lana. La familia de Rafael siempre había participado en asuntos públicos. Su abuelo, Francesc Casanova, fue Capitán de la Santa Unión y luchó contra bandidos. Su padre, también llamado Rafael Casanova, fue jefe del somatén (una especie de milicia local) y alcalde de Moyá.
Rafael Casanova estudió Derecho en la Universidad de Barcelona y ejerció esta profesión durante toda su vida. En 1696 se casó con María Bosch y Barba, con quien tuvo cuatro hijos. Sin embargo, solo uno de ellos, también llamado Rafael, llegó a la edad adulta.
La Guerra de Sucesión Española

La Guerra de Sucesión Española comenzó cuando el rey Carlos II murió sin dejar herederos. Dos candidatos principales querían el trono: Felipe de Anjou (de la Casa de Borbón) y el archiduque Carlos de Austria (de la Casa de Austria). Esta disputa se convirtió en una guerra internacional y luego en una guerra civil en España.
En Cataluña, muchos apoyaban al archiduque Carlos. En 1702, Felipe V juró respetar las leyes y privilegios de Cataluña. Sin embargo, en 1704, el virrey (gobernador) Francisco de Velasco no respetó estas leyes, lo que hizo que más gente apoyara al archiduque Carlos.
En 1705, los líderes catalanes firmaron el Pacto de Génova con Inglaterra. En este acuerdo, Cataluña se comprometía a luchar por el archiduque Carlos, y a cambio, Inglaterra prometía defender las leyes catalanas. Ese mismo año, las tropas del archiduque Carlos tomaron Barcelona, y él fue proclamado rey como Carlos III de España. Barcelona se convirtió en el centro de los partidarios de Austria durante el resto de la guerra.
En enero de 1706, Rafael Casanova fue elegido Conseller Terç (consejero tercero) de Barcelona. La ciudad era gobernada por seis magistrados, llamados Consellers, elegidos por sorteo cada año. El Conseller en Cap era el principal, y los otros tenían responsabilidades específicas. Rafael Casanova, como jurista, ocupó el puesto de consejero tercero.
En abril de 1706, las tropas de Felipe V intentaron reconquistar Barcelona. Durante el asedio, hubo un motín en la ciudad y el Conseller en Cap murió. Rafael Casanova y el consejero segundo, Francisco Gallart, lograron controlar la situación. El 8 de mayo, la llegada de la flota inglesa hizo que las tropas de Felipe V huyeran. Un año después, el archiduque Carlos le dio a Rafael Casanova el título de "Ciudadano Honrado" por su buen trabajo.
La guerra continuó, pero la situación para los partidarios del archiduque Carlos se volvió difícil. En 1711, el archiduque Carlos se fue a Viena para convertirse en emperador. En las negociaciones de paz, los ingleses llegaron a un acuerdo con Felipe V en el Tratado de Utrecht en 1713. En este tratado, Felipe V prometió perdonar a los catalanes y darles los mismos derechos que a los habitantes de Castilla. Poco después, las tropas inglesas se fueron de Cataluña.

Cataluña decide seguir luchando
Cuando se supo que los ingleses se retiraban, se reunió en Barcelona una asamblea llamada Junta de Brazos el 30 de junio de 1713. Debían decidir si Cataluña se rendía a Felipe V o seguía la guerra sola. Rafael Casanova, como Ciudadano Honrado, participó en estas reuniones. El 5 de julio, se decidió continuar la guerra.
La decisión de seguir luchando se hizo pública el 9 de julio de 1713. Muchos ciudadanos, incluso algunos que apoyaban al archiduque Carlos, se fueron de Barcelona porque no estaban de acuerdo con la decisión de resistir hasta el final. Sin embargo, Rafael Casanova decidió quedarse en la ciudad.
Para contrarrestar la propaganda de Felipe V, la Generalidad de Cataluña publicó folletos como Despertador de Catalunya y Crisol de Fidelidad. En estos textos, se explicaba que Cataluña luchaba no solo por sus propias libertades, sino también por las de la Corona de Aragón y de toda España. Felipe V se enojó mucho por la negativa de Cataluña a la paz.
La formación del Ejército de Cataluña
Después de declarar la guerra, se empezó a formar el Ejército de Cataluña. Se reclutaron soldados para los regimientos de infantería de la Generalidad y de Barcelona. Antonio de Villarroel y Peláez, nacido en Barcelona, fue nombrado general comandante. Él aceptó con la condición de tener suficientes tropas y la aprobación del rey Carlos III.
El ejército se organizó en regimientos, algunos para catalanes y otros para refugiados de otras partes de España. También se reorganizó la Coronela de Barcelona, una milicia formada por los gremios de la ciudad. El Conseller en Cap de Barcelona era el coronel de la Coronela.
En agosto de 1713, se creó una Junta Secreta para trabajar directamente con el general Villarroel y estar informada de las operaciones militares. Esta junta incluía al general Villarroel, al Conseller en Cap de Barcelona y a Juan Francisco de Verneda y Sauleda, un enviado secreto del archiduque Carlos en Barcelona.
Rafael Casanova como Conseller en Cap
El 25 de julio de 1713, las tropas de Felipe V, al mando del duque de Pópoli, llegaron a Barcelona y exigieron la rendición, pero la ciudad se negó. Las tropas borbónicas comenzaron el asedio, bloqueando la ciudad por tierra.
Dentro de Barcelona, las tensiones políticas aumentaron. El 30 de noviembre de 1713, Rafael Casanova fue elegido Conseller en Cap de Barcelona, convirtiéndose en la máxima autoridad de la ciudad. Este cargo también lo hacía coronel de la Coronela, la milicia ciudadana, que era la parte más grande de la defensa de la ciudad.
El gobierno de Rafael Casanova cambió la estrategia. Antes, el general Villarroel había optado por una defensa conservadora, esperando ayuda externa. Casanova le exigió que lanzara ataques continuos contra el bloqueo para desgastar a las tropas borbónicas. También hubo un conflicto sobre quién tenía la autoridad militar, pero el Consejo de Ciento decidió que Casanova era el gobernador de la plaza y de la fortaleza de Montjuic, aunque Villarroel seguía siendo el general comandante y debía rendir cuentas a Casanova.
El gobierno de Casanova también se centró en el frente exterior. A finales de diciembre, se ordenó al coronel Antonio Desvalls, marqués del Poal, que organizara una expedición para levantar el país en armas y atacar las rutas de suministro de las tropas borbónicas. Esta operación fue un éxito.
En febrero de 1714, hubo un intento de golpe de estado por parte del inspector general del ejército, Ramon de Rodolat, pero fue detenido. Poco después, la Generalidad de Cataluña cedió todas sus responsabilidades militares a los Consellers de Barcelona. Rafael Casanova concentró todo el poder militar, tanto dentro como fuera de Barcelona.
Después de casi un año de bloqueo, la estrategia del duque de Pópoli había fallado. En mayo de 1714, Pópoli cambió su estrategia y bombardeó Barcelona día y noche. Finalmente, el 6 de julio de 1714, el duque de Pópoli fue reemplazado por el mariscal de Francia duque de Berwick, quien inició el asedio final de 61 días.
El gobierno de Casanova durante el asedio de Barcelona
Durante la primavera de 1714, hubo tensiones dentro del gobierno de Casanova. El Conseller en Cap Rafael Casanova tuvo un desacuerdo con su segundo, Salvador Feliu de la Peña, encargado de los suministros. Casanova lo acusó de mezclar sus intereses personales con los de la ciudad y ordenó fijar los precios de los productos básicos.
El 6 de julio de 1714, el duque de Berwick llegó con 39.000 hombres, incluyendo veteranos franceses, y una gran cantidad de artillería. La flota francesa bloqueó el puerto de Barcelona, asfixiando la ciudad. La situación era desesperada para los 40.000 civiles dentro de Barcelona.
Para mantener la moral, se aumentaron los ritos religiosos. Se decía que la guerra era justa y que Dios ayudaría a la ciudad. Rafael Casanova y los otros Consellers hicieron votos religiosos, esperando un milagro. El filósofo Voltaire describió la profunda fe religiosa de los sitiados, diciendo que los sacerdotes y capellanes luchaban como si fuera una guerra de religión.
Berwick cambió la estrategia y se centró en la muralla de Llevant. El 12 de julio, comenzó a cavar trincheras. El general Villarroel intentó atacar estas trincheras para retrasar el avance, pero las tropas francesas continuaron. El 28 de julio, Casanova decretó la militarización total de la población civil masculina.
El 12 de agosto, el duque de Berwick lanzó el primer asalto general contra Barcelona. Las tropas borbónicas tomaron el baluarte de Santa Clara y el Portal Nou, pero fueron rechazadas. Al día siguiente, 13 de agosto, lanzaron otro asalto por la noche y lograron conquistar el baluarte de Santa Clara. Sin embargo, las tropas catalanas lo recuperaron al día siguiente. A pesar de la victoria, las bajas catalanas fueron muy altas. La falta de alimentos y suministros provocó deserciones masivas.
El 11 de septiembre
El 1 de septiembre, el general Villarroel se reunió en secreto con los generales y coroneles para hablar de la grave situación. Les dijo que el asalto final era inminente y que la ciudad no podía resistir. Propuso buscar una rendición honorable. El 3 de septiembre, Villarroel convenció a Rafael Casanova de que debían buscar una capitulación por el bien de los miles de civiles.
El 4 de septiembre, el duque de Berwick pidió la capitulación. Los Tres Comunes de Cataluña se reunieron para decidir. Rafael Casanova propuso escuchar la oferta, pero la mayoría decidió no aceptar ninguna negociación pacífica. El general Villarroel, al ver esta decisión, renunció a su cargo el 6 de septiembre, diciendo que no quería ser "cómplice" de una resolución tan drástica. Los Consellers le agradecieron sus servicios y le dijeron que la Virgen de la Merced sería la nueva generala comandante.
A las 4:30 de la mañana del 11 de septiembre, más de cuarenta batallones borbónicos lanzaron el asalto final sobre Barcelona. El ataque fue feroz y la defensa, obstinada. Las tropas borbónicas lograron romper las defensas en varios puntos.
Los Consellers de Barcelona, al ver que la defensa se derrumbaba, decidieron salir a combatir a las calles. En ese momento, el teniente mariscal Antonio de Villarroel retomó el mando militar. Pasadas las seis de la mañana, Rafael Casanova emitió su último bando como Conseller en Cap, ordenando a todos los hombres mayores de catorce años que tomaran las armas para defender la ciudad y la bandera de Santa Eulalia, en servicio del Rey y de la Patria.
Varias compañías de la Coronela de Barcelona se reunieron en la Plaza de Junqueras. A la orden de Rafael Casanova, quien llevaba la bandera de Santa Eulalia (una reliquia que solo se sacaba en momentos de gran peligro), lanzaron un contraataque. Las tropas catalanas embistieron con gran fuerza, haciendo retroceder a las tropas borbónicas. Durante este contraataque, Rafael Casanova cayó herido de un balazo en el muslo. Fue trasladado a un hospital de campaña. Con la caída de Casanova, el avance se detuvo.
El teniente mariscal Antonio de Villarroel, aunque herido, también intentó un contraataque con la caballería, pero fue masacrado por las tropas francesas. Los combates fueron extremadamente violentos.
Negociación de la capitulación
Al mediodía, con los líderes políticos y militares heridos, los miembros de la Junta de Guerra se reunieron para analizar la situación. Se enteraron de que el coronel Pablo Tohar, siguiendo órdenes de Villarroel, había pedido la capitulación. Los combates se detuvieron y se acordó una suspensión de armas hasta las cinco de la tarde.
Los Tres Comunes se reunieron y, a pesar de la indignación de algunos, el coronel Juan Francisco Ferrer explicó que debían detener los combates antes de la noche para evitar un saqueo general y la masacre de civiles.
A las tres de la tarde, se emitió un bando por las calles de Barcelona, exhortando a todos a luchar por la libertad de Cataluña y de toda España. Sin embargo, también decía que si no había suficiente gente para seguir luchando, sería necesario pedir la capitulación antes de la noche para evitar la ruina de la ciudad.
Como no hubo respuesta suficiente, a las cinco de la tarde, el duque de Berwick extendió la suspensión de armas. Los Tres Comunes nombraron comisionados para negociar la capitulación. A la una de la noche del 12 de septiembre, los comisionados informaron que Berwick no aceptaba que Cataluña y Mallorca conservaran sus leyes. Finalmente, a las tres de la tarde del 12 de septiembre, se pactó la capitulación de Barcelona.
Según la capitulación, el 12 de septiembre se entregó la fortaleza de Montjuic. El 13 de septiembre, Barcelona fue ocupada por las tropas francesas. El asedio había causado muchas bajas en ambos bandos y había destruido un tercio de la ciudad.
La vida de Rafael Casanova después de la guerra
El 15 de septiembre, el Consell de Cent de Barcelona fue abolido. Los bienes de Rafael Casanova fueron embargados, y él se fue a vivir a la casa de su hijo en San Baudilio de Llobregat. Se le ordenó entregar el título de Ciudadano Honrado que le había dado el archiduque Carlos.
En 1719, Rafael Casanova fue perdonado y regresó a Barcelona, donde volvió a trabajar como abogado hasta 1737, cuando se retiró. Murió seis años después, el 2 de mayo de 1743, en San Baudilio de Llobregat, y fue enterrado en la iglesia parroquial de la localidad.
Después de la derrota, Casanova mantuvo contacto con otros líderes del asedio y con exiliados en Viena. Sin embargo, nunca más habló con Salvador Feliu de la Peña, su segundo durante el asedio.
En 2010, la familia Barraquer, descendientes directos de Rafael Casanova, donó sus documentos al Archivo Nacional de Cataluña. Entre ellos, se encuentran el acta de entrega de su título de Ciudadano Honrado y documentos sobre el juicio que se inició en su contra.
Homenajes a Rafael Casanova
En el siglo XIX, la figura de Rafael Casanova fue recuperada como símbolo de la lucha por las libertades de Cataluña. En 1863, una calle del Ensanche de Barcelona fue nombrada en su honor. En 1888, se inauguró una estatua en su memoria en Barcelona. La estatua se convirtió en un punto de encuentro para las organizaciones catalanistas durante la conmemoración del Día Once de Septiembre.
En 1914, con motivo del bicentenario del asedio, la estatua fue trasladada a la Ronda de San Pedro, cerca del lugar donde Casanova fue herido. En 1916, se añadió una inscripción en la base de la estatua que dice: "Aquí cayó herido el Conseller en Cap Don Rafael Casanova defendiendo las Libertades de Cataluña. 11 de septiembre de 1714".

Durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, los homenajes a Rafael Casanova fueron prohibidos. En 1924, el gobernador civil de Barcelona prohibió cualquier conmemoración del 11 de septiembre y la colocación de flores en la estatua. La Mancomunidad de Cataluña, una institución de autogobierno, también fue suprimida.
Después de la Segunda República Española y la restauración de la Generalidad de Cataluña, los homenajes se retomaron. Sin embargo, durante el franquismo, la Diada fue suprimida nuevamente y la estatua de Casanova fue retirada.

Tras la muerte de Francisco Franco en 1975, se volvió a permitir la conmemoración del 11 de septiembre. El 27 de mayo de 1977, la estatua de Rafael Casanova fue colocada de nuevo en su lugar. La conmemoración del 11 de septiembre fue oficializada como el Día de Cataluña por el Parlamento de Cataluña. Cada año, se realizan ofrendas florales ante la estatua de Rafael Casanova, lo que tiene un gran valor simbólico y político para la defensa de las instituciones de autogobierno catalanas. También se le rinden honores en su tumba en San Baudilio de Llobregat.