Convento de Nuestra Señora de la Merced (Valladolid) para niños
Datos para niños Convento de NuestraSeñora de la Merced |
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![]() Portada del convento de la Merced Calzada en Valladolid (patrimonio perdido). Dibujo realizado por Ventura Pérez para ilustrar la Historia de Valladolid de Antolínez de Burgos. Siglo XVIII. Portada del convento de la Merced Calzada en Valladolid (patrimonio perdido). Dibujo realizado por Ventura Pérez para ilustrar la Historia de Valladolid de Antolínez de Burgos. siglo XVIII
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Localización | ||
País | ![]() |
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Comunidad | ![]() |
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Localidad | Valladolid | |
Coordenadas | 41°38′57″N 4°43′07″O / 41.64926667, -4.71874444 | |
El convento de Nuestra Señora de la Merced fue un importante edificio religioso en Valladolid, España. Fue la casa de los frailes Mercedarios Calzados desde el siglo XIV hasta el siglo XIX.
La Orden de la Merced se dedicaba a una misión muy especial: ayudar a liberar a personas que estaban prisioneras. Esta labor comenzó a principios del siglo XIII. Después de más de quinientos años, los edificios del convento fueron vendidos, desmantelados y destruidos. Hoy forman parte del. Algunas de sus obras de arte y objetos se perdieron, y solo se sabe el paradero de muy pocas. En el lugar donde estuvo el convento, se construyeron viviendas en el siglo XX.
Contenido
Historia del Convento de la Merced en Valladolid
Origen de la Orden de la Merced
La Orden de la Merced fue fundada por Pedro Nolasco (alrededor de 1179-1249) en España. Su objetivo principal era rescatar a personas que habían sido capturadas y estaban prisioneras en el norte de África. El Papa Gregorio IX aprobó la fundación de la orden el 17 de enero de 1235.
La orden creció rápidamente en la Corona de Aragón y luego en la Corona de Castilla. A principios del siglo XIV (1319), se dividió en dos grandes grupos: la Provincia de Aragón y la Provincia de Castilla con Portugal.
Fundación del Convento en Valladolid
El origen exacto del primer convento de la Merced en Valladolid no está claro. Diferentes historiadores antiguos dan fechas distintas, pero todas se sitúan entre 1220 y 1270. Incluso un líder del convento, fray Joseph de las Llagas, tuvo dudas en 1770 porque no encontró documentos claros.
Existe una tradición que dice que el convento original fue fundado por el propio Pedro Nolasco. Otros documentos añaden que fue ampliado por fray Amerio (o Pedro Amer), quien fue el cuarto líder general de la orden en 1277. Este fraile trabajó en la expansión de la orden desde 1272, por lo que algunos historiadores creen que el convento se fundó durante su liderazgo.
El historiador Rafael de Floranes menciona que el primer lugar del convento estaba en unas casas cerca del río Esgueva. Desde allí, los monjes se mudaron varias veces hasta que finalmente ocuparon las casas que Leonor de Portugal había donado en su testamento.
La Reina Leonor de Portugal y el Convento
Leonor Téllez de Meneses, reina madre de Portugal, tuvo una vida complicada. Después de algunos conflictos políticos, el rey Juan I de Castilla la envió al monasterio de Tordesillas. Tras la muerte del rey castellano, Leonor se mudó a Valladolid, a unas casas de su propiedad.
Según la tradición de Valladolid, Leonor Téllez tuvo una hija llamada María. En su testamento, Leonor deseaba que sus casas se usaran para fundar un convento de monjas donde su hija pudiera vivir. Sin embargo, su hija María decidió casarse. Así, las casas fueron entregadas al convento de la Merced Calzada, que necesitaba un espacio más grande.
Se cree que Leonor fue enterrada en la capilla original del convento. El historiador Juan Antolínez de Burgos cuenta que en 1626, durante unas reformas, se encontró el nicho con dos cajas: una de la reina y otra más pequeña de un niño. Se colocó una piedra con el escudo de Portugal y una inscripción que decía que ella había fundado el convento.
Por estos hechos, se considera a Leonor Téllez como la primera protectora del convento, aunque no fuera una fundación real en el sentido estricto. Más tarde, Rodrigo de Villandrando (1378-1448), primer conde de Ribadeo, se convirtió en el segundo protector, comprando el patronato de la capilla mayor alrededor de 1445 y encargando la construcción de un nuevo templo.
El Fin del Convento
La historia del convento terminó en el siglo XIX, primero por la invasión francesa y luego por la Desamortización. Los edificios sufrieron daños durante la invasión. En 1809, se tuvieron que retirar las pocas puertas que quedaban para evitar que fueran quemadas.
Después de que los frailes tuvieran que abandonar el convento durante la Desamortización, el Ayuntamiento de Valladolid quiso usar el terreno para ampliar calles. En 1849, se logró la demolición de la iglesia, y su solar se usó para abrir una calle que hoy se llama "calle de la Merced", el único recuerdo que queda del convento. Durante el resto del siglo XIX, el edificio conventual fue usado por el Ejército. En 1950, los dos claustros que quedaban en pie fueron demolidos.
Personajes Importantes del Convento
El convento fue un lugar de mucha actividad intelectual. Algunos de sus miembros fueron personas muy destacadas:
- Fray Francisco Zúmel: Era de Valladolid, teólogo e historiador. Fue líder general de la Orden y profesor en la Universidad de Salamanca. Fue retratado por el famoso pintor Zurbarán.
- Fray Hernando de Santiago: Conocido como "pico de oro" por su habilidad para hablar en público. Era teólogo de la Universidad de Valladolid. También fue retratado por Zurbarán.
Propiedades Fuera de Valladolid
El convento también tenía propiedades fuera de la ciudad, como la jurisdicción de Bambilla, cerca de Zaratán. Estas tierras fueron donadas por Isabel Castañón en 1521. Los frailes tuvieron algunos problemas legales, pero finalmente se quedaron con la propiedad. En la parroquia de Zaratán, todavía se puede ver un cuadro de la Virgen de la Merced del siglo XVII que perteneció a esta finca.
El Edificio del Convento
El Terreno
Al principio, el terreno del convento no era muy grande, por lo que los monjes pedían continuamente más espacio al Ayuntamiento. En el siglo XVII, el complejo tenía una iglesia grande, dos claustros (patios rodeados de galerías) y las habitaciones de los monjes. El resto del terreno lo ocupaban edificios de servicio, una huerta y un jardín.
Construcción y Ampliaciones
La mayor parte de las obras y ampliaciones se realizaron en el siglo XVII. Arquitectos como Pedro de Mazuecos el Mozo y Francisco de Praves trabajaron en el convento. También participaron maestros canteros y escultores como Pedro de la Cuadra, quien hizo los escudos del claustro y el retablo mayor. El pintor Tomás de Prado decoró el claustro.
En la década de 1620, se construyeron el coro, el claustro, una sala para orar antes de comer, la fachada y se restauró la escalera. También se hicieron celdas, algunas usadas como prisión. En 1620 se construyó la biblioteca y en 1650 se terminó la portería.
La Iglesia del Convento

La iglesia que se demolió en el siglo XIX no era la original. El primer templo era pequeño, una capilla construida en el zaguán de la casa de Leonor de Portugal. Más tarde, con el apoyo del conde de Ribadeo, se amplió.
La fachada de la iglesia fue diseñada por el arquitecto Pedro de Mazuecos el Mozo en 1606. Gracias a un dibujo de Ventura Pérez, sabemos cómo era: tenía dos niveles con columnas, una puerta principal con un arco y el escudo de la orden. Arriba, había una ventana y nichos con estatuas de santos. La fachada terminaba con un frontón triangular y dos torres de campanas. Cuando la iglesia fue demolida, su portada se trasladó, pero también se perdió más tarde.
La iglesia tenía una capilla mayor con un retablo importante. En los lados, había varias capillas, cada una con su propia historia y patrocinadores.
La Capilla Mayor
Rodrigo de Villandrando, el primer conde de Ribadeo, patrocinó la nueva iglesia y, en especial, la capilla mayor. Su hijo había entrado en el convento, lo que motivó su apoyo. El conde dejó dinero en su testamento en 1448 para la construcción de la nueva iglesia y para que sus restos y los de su esposa fueran enterrados allí.
La capilla mayor tuvo un retablo de gran valor artístico. Fue encargado a escultores como Isaac de Juni y Pedro de la Cuadra. El retablo era muy grande, con varios niveles y columnas. En el centro, se colocaría una escultura de la Virgen de la Merced. En 1603, el pintor Tomás de Prado se encargó de dorar y pintar el retablo con oro fino.
Obras de Arte Dispersas
Con la Desamortización, la estructura del retablo y algunas esculturas se perdieron. Sin embargo, se pudieron salvar algunas obras de arte, aunque se dispersaron por diferentes lugares. Un documento de 1845 describe algunas de estas obras, como siete relieves sobre la vida de la Virgen, un crucifijo de tamaño natural con estatuas de la Virgen y San Juan, y otras esculturas.
En 1845, estas esculturas se llevaron al Museo Provincial de Bellas Artes. El crucifijo se colocó en otra iglesia y, finalmente, en 1997, se trasladó al Museo Nacional de Escultura de Valladolid para su conservación.
Capillas del Lado del Evangelio
La iglesia tenía cinco capillas en el lado norte (lado del Evangelio), todas bajo el patrocinio de personas importantes o adineradas:
- Capilla de la Concepción: Tuvo varios dueños y se usaba para enterramientos y misas.
- Capilla de Loreto: Tenía una renta anual y los frailes debían decir una misa diaria.
- Capilla del Cristo: Patrocinada por Inés Álvarez, esposa de un consejero de los Reyes Católicos.
- Capilla de San Antonio: Su retablo fue obra de Pedro de la Cuadra y Tomás de Prado.
- Capilla de los Esclavos o de la Piedad: Fue la sede de la Cofradía de la Piedad. Aquí se encontró la lápida y el enterramiento de la reina Leonor.
Capillas del Lado de la Epístola
El muro de la iglesia en este lado estaba junto a la huerta de una casa vecina. Se construyeron capillas y se abrieron ventanas para la luz, lo que causó un conflicto con la dueña de la casa. Finalmente, se acordó que las ventanas tendrían vidrieras fijas para solo dar luz.
- Capilla del Dr. Hernán García: Con enterramientos de su familia.
- Capilla de Nuestra Señora de la Cerca: Llamada así por una imagen de la Virgen encontrada milagrosamente durante unas obras. Esta imagen se hizo muy famosa y fue nombrada segunda patrona de la ciudad. La capilla fue patrocinada por Jerónimo Remírez de Arellano, quien donó mucho dinero y objetos valiosos.
- Capilla de Santiago: Decorada con escudos de la familia Godínez-Alcaraz. El historiador Antonio Ponz la describió, aunque no le gustó la escultura de Santiago. En la iglesia de la Magdalena de Valladolid hay un retablo que se cree que procede de esta capilla.
- Capilla de San Ramón Nonato: Fundada y patrocinada por García Gómez de Castro en 1494.
- Capilla de San Pedro Nolasco: Tenía un retablo neoclásico que hoy se encuentra en la parroquia de Villabáñez.
- Capilla de San Juan de Letrán: Se decía que visitar esta capilla daba los mismos beneficios espirituales que visitar la de San Juan de Letrán en Roma.
Los Claustros
El convento tenía un claustro primitivo y un "claustro grande" posterior. El claustro grande era un patio rectangular con arcos en sus galerías, parecido a otros claustros importantes de la época.
El claustro procesional se empezó a construir en el siglo XVII. Pedro de Mazuecos hizo los planos, y la construcción fue supervisada por maestros canteros. Se añadieron detalles como cornisas y escudos. El escultor Pedro de la Cuadra trabajó en el escudo del claustro alto, y Gregorio Fernández ayudó a terminarlo. Tomás de Prado se encargó de pintar y dorar las paredes y bóvedas. A cambio de su trabajo, el convento le dio una capilla para el enterramiento de su familia.
Las paredes del claustro estaban decoradas con cuadros de santos de la orden y escenas de los milagros de San Pedro Nolasco.
En el siglo XX, los claustros y otras dependencias se usaron como cuartel militar. En 1950, se vendieron a los jesuitas para construir una escuela gratuita. El terreno, después de la demolición, se usó para campos de deporte del colegio San José. Más tarde, en el último cuarto del siglo XX, todo el espacio se vendió para construir viviendas.
Obras de Arte y Objetos Litúrgicos
El convento poseía muchas obras de arte, como esculturas, pinturas y objetos de plata. Después de la exclaustración, la mayoría de estas obras se perdieron o se dispersaron. Aunque se intentó seguirles la pista, muy pocas se pudieron localizar y conservar.