Cerco de Aranda (1306) para niños
Datos para niños Cerco de Aranda |
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Parte de Conflictos por la posesión del señorío de Vizcaya (1305-1307); | ||||
Aranda de Duero, vista desde la orilla sur del rio, donde tuvo lugar la batalla.
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Fecha | Abril de 1306 | |||
Lugar | Aranda de Duero | |||
Resultado | Indecisa | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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El Cerco de Aranda fue un conflicto militar que ocurrió en la ciudad de Aranda de Duero en abril de 1306. En este enfrentamiento, el rey Fernando IV de Castilla se opuso a los seguidores de Juan Núñez de Lara el Menor y Diego López V de Haro, quienes eran importantes nobles de la época.
Contenido
¿Por qué ocurrió el Cerco de Aranda?
La situación política en Castilla en 1295
Cuando Fernando IV de Castilla se convirtió en rey en 1295, solo tenía nueve años. Esto causó que varios grupos de nobles quisieran tener más poder e influencia sobre el joven rey. Esta situación llevó a un periodo de inestabilidad en el reino.
Aranda de Duero y el Señorío de Vizcaya
Aranda de Duero era una ciudad que pertenecía directamente al rey. Sin embargo, en 1295, Diego López V de Haro intentó cobrar impuestos allí, como si la ciudad fuera suya. Esto provocó una revuelta y sus hombres fueron expulsados.
Más tarde, Diego López de Haro cambió su estrategia. Dijo ser partidario del rey y ocupó Aranda en nombre de Fernando IV. Así, Aranda quedó bajo el control de Diego López de Haro, aunque legalmente seguía siendo una ciudad del rey.
Los conflictos entre los nobles
Para el año 1301, había dos grupos principales de nobles compitiendo por el favor del rey. Uno estaba liderado por el infante Juan, hermano del rey. El otro grupo, al que pertenecía Diego López de Haro, estaba liderado por Enrique, tío del rey y su tutor.
Diego López de Haro había tomado el Señorío de Vizcaya en 1295, después de la muerte de Lope Díaz III de Haro. Este señorío le correspondía a María Díaz de Haro, hija de Lope, quien estaba casada con el infante Juan. Esto causó un gran conflicto. Hubo intentos de resolverlo con negociaciones y apelaciones al Papa, pero no se llegó a un acuerdo.
El camino hacia el asedio
En abril de 1306, el rey Fernando IV estaba en desacuerdo con Juan Núñez de Lara el Menor. El infante Juan convenció al rey de declarar la guerra a Juan Núñez, sabiendo que este era aliado de Diego López V de Haro. El infante Juan quería aprovechar la situación para que su esposa, María Díaz de Haro, recuperara el Señorío de Vizcaya.
Juan Núñez de Lara el Menor se encontraba en Aranda. Por eso, el rey y el infante Juan se dirigieron hacia allí con sus tropas para sitiar la ciudad. El rey salió de Valladolid y se encontró con el infante Juan en Burgos, quien le prometió apoyo. Luego, se dirigieron a Roa y finalmente a Aranda.
¿Cómo fue el Asedio de Aranda?
El rey y sus tropas se colocaron al norte de Aranda, mientras que el infante Juan se acercó desde el sur, rodeando completamente la ciudad. Juan Núñez de Lara envió a dos caballeros a hablar con el rey y, al ver la situación, rompió su lealtad al monarca.
Después de tres días de asedio, el infante Juan ordenó a sus tropas tomar el puente sobre el Río Duero. Para evitarlo, Juan Núñez ordenó a sus caballeros salir de la ciudad y luchar en el puente. La batalla se extendió por todo el puente. El infante Juan intentó cortar la retirada de Juan Núñez enviando hombres para derribar un pilar del puente.
Al darse cuenta de esto, Juan Núñez ordenó la retirada. Sus tropas regresaron a la ciudad. Tras este enfrentamiento y viendo que el cerco se hacía más fuerte, Juan Núñez decidió escapar. Días después, aprovechando la noche, él y cien de sus caballeros lograron cruzar las líneas del rey por el norte y huyeron hacia Cerezo de Río Tirón, donde estaban sus aliados Diego y Lope de Haro.
¿Qué pasó después del Cerco de Aranda?
La persecución y nuevas tensiones
Cuando el rey se enteró de la fuga de Juan Núñez, levantó el cerco y ordenó al infante Juan perseguirlo. Pero como el puente había sido derribado, el infante tuvo que cruzar por Roa, lo que dio tiempo a Juan Núñez para llegar a Cerezo y alertar a sus aliados.
El rey y el infante Juan acamparon en Villasur de Herreros, donde surgieron desacuerdos entre ellos. Ofrecieron una tregua a los rebeldes, pero estos, al saber que las tropas reales seguían avanzando, cruzaron el Río Ebro. El rey, al enterarse de que habían cruzado por el puente de la Rada en Santa Gadea del Cid, ordenó derribar un arco y proteger todos los puentes del Ebro.
Luego, el rey se retiró a Frías y después a Medina de Pomar. Allí, recibió la noticia de que Juan Núñez había logrado cruzar el Ebro usando vigas de madera y que estaba de nuevo en Aranda, saqueando los alrededores. Furioso, el rey regresó a Medina del Campo y ordenó al infante Juan acampar en Roa.
Mientras se preparaba para enfrentar de nuevo a Juan Núñez en Aranda, el rey se enteró de que Lope de Haro estaba cerca con muchos caballeros y hombres. El rey salió en su persecución, pero al alcanzar a las tropas de Lope, se dio cuenta de que no tenía suficientes fuerzas para enfrentarlos. Ambos ejércitos se observaron y luego se retiraron, y el rey volvió a Medina del Campo.
Acuerdos de paz y el futuro de Vizcaya
Después de estos eventos, comenzaron las conversaciones de paz. Se acordó una tregua. Juan Núñez se retiró de Aranda y fue a Cerezo con sus aliados para negociar con el rey en Pancorbo. La reina madre, María de Molina, representó al rey, ya que el infante Juan quería seguir el conflicto para obtener el Señorío de Vizcaya.
La reina madre logró calmar al infante Juan e instó a Diego López de Haro a esperar la decisión del rey en Aranda. El rey propuso un acuerdo en febrero, pero no se logró un consenso debido a la negativa del infante Juan y Diego López de Haro, quienes llevaron el asunto al Papa Clemente V.
El Papa confirmó que el infante Juan había renunciado al Señorío de Vizcaya en 1300, confirmando su posesión para Diego López de Haro y permitiendo que su hijo Lope lo heredara. Sin embargo, esto no puso fin a los conflictos, que continuaron en las Cortes de Valladolid de 1307.
Finalmente, la reina madre convenció a María Díaz de Haro, la esposa del infante Juan, de aceptar el acuerdo propuesto por el rey. Diego López V de Haro y su hijo Lope Díaz de Haro firmaron el acuerdo. Se estableció que Diego López V de Haro conservaría el Señorío de Vizcaya durante su vida. A su muerte, el señorío pasaría a María Díaz de Haro, excepto Orduña y Valmaseda, que serían para Lope Díaz de Haro. Él también recibiría Miranda y Villalba de Losa del rey Fernando IV.
El impacto en Aranda de Duero
Debido a este acuerdo sobre Vizcaya, Juan Núñez de Lara el Menor se sintió ignorado por el rey y su madre, y se retiró de las Cortes. Por ello, el rey nombró a Diego López V de Haro como su Mayordomo Mayor. Esto hizo que el infante Juan abandonara la corte, diciendo que no ayudaría al rey hasta que los castillos de Diego López de Haro reconocieran a su esposa, María Díaz de Haro, como futura señora.
Poco después, el infante Juan, Juan Núñez de Lara el Menor, Diego López V de Haro y su hijo Lope Díaz de Haro se reunieron en Lerma, donde estaba María Díaz de Haro. Allí acordaron que se le rendiría homenaje a María Díaz de Haro en Vizcaya como futura señora, y lo mismo se haría en los castillos que recibiría Lope Díaz de Haro.
La consecuencia más importante para Aranda fue que mantuvo su categoría de Villa Real (ciudad del rey). Sin embargo, la creciente influencia de la familia Haro la puso bajo su control de facto. Durante los siguientes dos siglos, Aranda cambió varias veces de ser una villa real a estar bajo el control de nobles, aunque siempre conservó sus privilegios como Villa Real. Incluso llegó a formar parte de la Corona de Aragón y Navarra a principios del siglo XV, antes de regresar definitivamente a Castilla en 1444.