Benedicto XIII (antipapa) para niños
Datos para niños Benedicto XIII |
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![]() Antipapa de la Iglesia católica |
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28 de septiembre de 1394-12 de marzo de 1403 | ||
Predecesor | Clemente VII | |
Sucesor | Clemente VIII (como papa de Aviñón) Benedicto XIV (en secreto) |
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![]() Cardenal diácono de Santa María en Cosmedin |
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20 de diciembre de 1375-28 de septiembre de 1394 | ||
Predecesor | Guillaume de la Jugé | |
Sucesor | Guglielmo di Capua | |
Información religiosa | ||
Ordenación sacerdotal | 3 de octubre de 1394 por Jean de Neufchâtel |
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Ordenación episcopal | 11 de octubre de 1394 por Jean de Neufchâtel |
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Proclamación cardenalicia | 20 de diciembre de 1375 por Gregorio XI |
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Información personal | ||
Nombre | Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor | |
Nacimiento | 25 de noviembre de 1328 Illueca, Aragón |
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Fallecimiento | 23 de mayo de 1423 Peñíscola, Valencia |
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Padres | Juan Martínez de Luna, Señor Illueca y Maria Teresa Pérez de Gotor y Zapata | |
Alma mater | Universidad de Montpellier | |
![]() Escudo de Benedicto XIII
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Benedicto XIII (cuyo nombre real era Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor), conocido también como el papa Luna, fue una figura importante durante un periodo de división en la Iglesia Católica llamado el Cisma de Occidente. Nació en Illueca, Aragón, el 25 de noviembre de 1328, y falleció en Peñíscola, Valencia, el 23 de mayo de 1423. Fue cardenal desde diciembre de 1375 y luego fue elegido papa por una de las facciones en Aviñón.
La frase popular "mantenerse en sus trece" se originó por su firme decisión de no renunciar a su cargo de papa, a pesar de las presiones. A su muerte, fue sucedido por Clemente VIII.
Contenido
¿Quién fue Pedro de Luna?
Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor nació en Illueca, una localidad de la actual provincia de Zaragoza, en el Reino de Aragón. Su nacimiento fue el 25 de noviembre de 1328. Era hijo de Juan Martínez de Luna y María Teresa Pérez de Gotor y Zapata. Su familia, los Luna, era una de las más importantes de Aragón y estaba relacionada con arzobispos y reyes.
Aunque al principio siguió una carrera militar, como era común para los hijos menores de familias nobles, luego se dedicó a la Iglesia. Estudió leyes en la Universidad de Montpellier, donde más tarde se convirtió en profesor de Derecho Canónico (leyes de la Iglesia).
Su camino en la Iglesia
El papa Gregorio XI lo nombró cardenal durante un tiempo complicado para la Iglesia, cuando la sede papal estaba en Aviñón. Pedro de Luna acompañó al papa cuando este regresó a Roma, siguiendo el consejo de santa Catalina de Siena. El papa Gregorio XI murió mientras preparaba su regreso a Aviñón, huyendo de los problemas en Roma.
La elección de un nuevo papa en 1378
La reunión para elegir al sucesor de Gregorio XI comenzó el 7 de abril de 1378. Solo 16 de los 22 cardenales estaban presentes, ya que no esperaron a los que venían de Aviñón. Los cardenales estaban divididos en tres grupos, cada uno con su propio candidato. Solo Pedro de Luna y Roberto de Ginebra se consideraban neutrales.
La gente de Roma quería un papa romano o italiano y se manifestaba en la plaza de San Pedro. Incluso algunas personas entraron en la reunión de los cardenales, pero fueron expulsadas. Pedro de Luna, junto con otro cardenal, propuso elegir a Bartolomeo Prignano, el arzobispo de Bari. Él no era cardenal y no estaba en la reunión. La idea era contentar a los romanos y resolver el conflicto entre los grupos franceses. Así, el 8 de abril, Prignano fue elegido papa y tomó el nombre de Urbano VI.
El inicio de la división en la Iglesia
Al principio, nadie pensó que la elección de Urbano VI fuera inválida. Pedro de Luna y los demás cardenales que se quedaron en Roma participaron en la coronación del nuevo papa el 18 de abril de 1378.
Sin embargo, el carácter de Urbano VI no era muy diplomático. Esto hizo que varios cardenales empezaran a pensar que su elección podría ser declarada nula. Pedro de Luna no estaba de acuerdo al principio. Cuando supo que los cardenales franceses querían crear una división, se unió a ellos el 24 de junio para intentar convencerlos de que no lo hicieran. Él insistió en que había elegido a Urbano libremente. Solo cuando los demás le aseguraron que ellos habían votado bajo presión y por miedo, Pedro de Luna empezó a dudar.
Después de que llegaron los cardenales que no habían podido ir a Roma a tiempo, se le preguntó de nuevo a Pedro de Luna sobre la validez de la elección. Con la información que le dieron, se convenció de que la elección de Urbano no había sido legal porque se había votado por miedo y no por convicción. El 2 de agosto de 1378, firmaron un documento declarando nula la elección del papa.
Los cardenales se fueron a Fondi, donde el 20 de septiembre se reunieron y eligieron a Roberto de Ginebra como papa. Él tomó el nombre de Clemente VII y regresó a Aviñón. Pedro de Luna aceptó a este nuevo papa y así fue parte de uno de los periodos más difíciles de la historia de la Iglesia Católica, conocido como el Cisma de Occidente. Pedro de Luna fue representante de este papa durante 16 años.
Su tiempo como Benedicto XIII

Cuando Clemente VII murió en 1394, Pedro de Luna fue elegido papa por 20 de los 21 votos y tomó el nombre de Benedicto XIII. Sin embargo, Francia no estaba de acuerdo con este nuevo papa de Aviñón, porque no era tan fácil de controlar como los anteriores y era súbdito de la Corona de Aragón.
En 1398, Francia dejó de apoyar a la sede papal de Aviñón y presionó a Benedicto XIII para que renunciara. Él se negó, diciendo que sería un daño irreparable para la Iglesia.
Después de un bloqueo militar de los franceses a su palacio en Aviñón, Benedicto XIII logró escapar en 1403 y buscó refugio con Luis II de Nápoles. Al perder el apoyo de Francia, también Portugal y Navarra dejaron de reconocerlo como papa. Además, 17 cardenales abandonaron su obediencia, quedando solo cinco cardenales leales a Benedicto XIII. Su papado solo era reconocido entonces por los reinos de Castilla, Aragón, Sicilia y Escocia.
Aunque en un momento hubo tres papas al mismo tiempo (Juan XXIII, Gregorio XII y él), Benedicto siempre afirmó que su papado era el único válido. Él decía que era el único papa que había sido elegido cardenal antes de que comenzara el Cisma de Occidente, y por eso, el único legítimo. En 1406, Benedicto XIII intentó negociar con Gregorio XII para que ambos renunciaran y así unificar la sede papal, pero no se logró porque Benedicto XIII insistía en su legitimidad exclusiva. Incluso promovió un debate religioso en Tortosa en 1413, en un intento de mostrar su actividad papal y conseguir más apoyo.
Su destitución y fallecimiento
Finalmente, las ideas de que un concilio (una reunión de obispos) era superior al papa ganaron. Como Benedicto XIII se negó de nuevo a renunciar, fue condenado en el concilio de Constanza en 1415 como hereje y antipapa, y fue destituido junto con el antipapa Juan XXIII. El papa Gregorio XII de Roma renunció para unificar la Iglesia. El Concilio eligió a Martín V como el único pontífice.
La Iglesia consideró a Benedicto XIII una amenaza a partir de entonces. En 1418, en su castillo de Peñíscola, el papa Luna fue envenenado con una sustancia llamada rejalgar, que contiene arsénico. Un cardenal al servicio del papa Martín V habría organizado el intento de asesinato. Un médico hebreo lo trató con un remedio, conocido desde entonces como Pulveris Papae Benedicti, y se recuperó. Sobrevivió a otros intentos de envenenamiento.
El antipapa siguió teniendo la protección de Alfonso V de Aragón por razones políticas, pero ya no tenía influencia real en el resto de Europa. Murió el 23 de mayo de 1423, a los 94 años, en el Castillo de Peñíscola, una antigua fortaleza donde había trasladado la sede papal.
Su cráneo se encuentra hoy en la Iglesia parroquial de Sabiñán (Zaragoza).
¿Qué pasó después de su muerte?
Después de su muerte, sus cardenales eligieron a su sucesor, Gil Sánchez Muñoz, quien tomó el nombre de Clemente VIII. Fue el último papa de la obediencia de Aviñón. Residió en el castillo de Peñíscola hasta su renuncia a favor de Martín V. Esta renuncia ocurrió en San Mateo el 26 de julio de 1429, principalmente por la presión política del rey Alfonso V de Aragón, quien estaba conquistando el reino de Nápoles. Con esta renuncia, se considera que el Cisma de Occidente terminó.
Benedicto también fue sucedido por un clérigo francés llamado Bernard Garnier, el antipapa Benedicto XIV. Él actuó como "papa en secreto" después de ser nombrado por Jean Carrier, uno de los cuatro cardenales que Benedicto XIII había nombrado en Peñíscola. Carrier fue el único que se opuso a la elección de Clemente VIII. Una carta del conde de Armagnac a Juana de Arco muestra que el arcediano de Rodez sabía dónde estaba Benedicto XIV y lo aceptaba como papa. Algunos novelistas franceses, Jean Raspail y Gerard Bavoux, imaginan que esta línea de sucesión continuó. Incluso algunos creen que hoy existe un papa de esta sucesión con el título de Benedicto XL.
¿Hubo un intento de reconocerlo?
En 2022, el Gobierno de Aragón mostró interés en pedir al papa Francisco que reconociera la figura de Benedicto XIII.
Sus escritos
Se le atribuye un escrito llamado Tractado contra judíos y se conserva un sermón en castellano que dio en Pamplona en 1390. Pero su obra más importante es el Libro de las consolaciones humanas. En este libro, sigue las ideas de Boecio en su obra De consolatione philosophiae. El libro fue escrito probablemente en latín y luego traducido al castellano por él mismo o por otro autor aragonés. No se sabe con exactitud cuándo lo escribió; algunos piensan que fue antes de ser cardenal, pero otros creen que fue en 1414, cuando sufría más presión de los países europeos. El tratado tiene quince libros y 68 capítulos, que enseñan cómo superar las dificultades de la vida humana.
Véase también
En inglés: Antipope Benedict XIII Facts for Kids