Toma de La Habana para niños
Datos para niños Toma de La Habana |
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Parte de Guerra anglo-española de 1761-1763 | ||||
![]() La flota británica entrando en La Habana en 1762
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Fecha | 6 de junio – 13 de agosto de 1762 | |||
Lugar | La Habana, Cuba | |||
Coordenadas | 23°05′47″N 82°22′29″O / 23.09638889, -82.37472222 | |||
Resultado | Victoria británica | |||
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Comandantes | ||||
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La Toma de La Habana por los británicos ocurrió en agosto de 1762, durante la Guerra de los Siete Años. Este evento mostró que las defensas de España en el Mar Caribe no eran tan fuertes como se pensaba. La toma sucedió porque los británicos y la Corona española entraron en conflicto, ya que España se había unido a Francia, un antiguo rival de Gran Bretaña.
Al principio, los británicos intentaron establecer una base llamada "Cumberland" en el sur de la isla, en lo que hoy es la provincia de Guantánamo. Querían usarla para una invasión. Sin embargo, las condiciones eran muy difíciles debido al terreno y a los ataques constantes de los habitantes locales, así que finalmente se rindieron.
Contenido
¿Por qué ocurrió la Toma de La Habana?
El inicio de la Guerra de los Siete Años
En 1756, comenzó la Guerra de los Siete Años, un gran conflicto que se libró en muchas partes del mundo. En esta guerra, dos grandes alianzas se enfrentaron, lideradas por el Reino de Gran Bretaña y Francia.
La alianza entre Francia y España
Después de varias derrotas en 1759, Francia buscó una alianza con España. Esta unión entre Francia y España se formalizó con el Tercer Pacto de Familia, firmado en agosto de 1761. Aunque Francia tenía prisa, España esperó a que llegara su flota de barcos desde América en septiembre. Necesitaban el dinero que traían para financiar las operaciones militares.
La declaración de guerra
El 4 de enero de 1762, Gran Bretaña declaró la guerra a España. España hizo lo mismo el 15 de enero. En ese momento, la Armada española era mucho más pequeña que la británica. España tenía unos cuarenta barcos de guerra grandes, mientras que Gran Bretaña contaba con alrededor de ciento veinticuatro.
¿Cómo se prepararon los británicos?
En marzo de 1762, los líderes militares británicos partieron de Gran Bretaña hacia el Caribe con cuatro grupos de soldados de infantería. Llegaron a la isla de Martinica, que en ese entonces era británica, a finales de abril. Allí, reunieron diecinueve barcos de guerra, dieciocho barcos más pequeños y diez mil soldados para la campaña en Cuba. La flota de invasión llegó a Matanzas el 5 de junio.
El asedio a La Habana
El desembarco de las tropas
El 6 de junio, la fuerza británica llegó a La Habana. Inmediatamente, enviaron doce barcos a la entrada del canal para bloquear y atrapar a la flota española. Su plan era tomar primero el Castillo del Morro, que estaba al norte del canal. Querían asediarlo siguiendo las técnicas de un famoso ingeniero militar llamado Vauban. Pensaban que una vez que tomaran esa fortaleza, la ciudad se rendiría. Sin embargo, no tuvieron en cuenta que la fortaleza estaba en una roca, lo que hacía imposible cavar trincheras, y que tenía una gran zanja tallada en la roca que la protegía por tierra.
Las fuerzas españolas, lideradas por el gobernador Prado y el almirante Hevia, se sorprendieron por el gran tamaño del ejército atacante. Tardaron en organizar una defensa, esperando que los refuerzos, un huracán o las enfermedades debilitaran al enemigo. Por eso, la flota española se quedó en el puerto. Sus marineros, artilleros y soldados de marina fueron enviados a defender las fortalezas del Morro y La Punta, bajo el mando de oficiales navales. La mayor parte de sus municiones y pólvora, así como sus mejores armas, fueron llevadas a estas dos fortalezas. Mientras tanto, los soldados regulares se encargaron de defender la ciudad.
La entrada del puerto se cerró con una cadena, y tres barcos de guerra, el Asia, el Europa y el Neptuno, que estaban en mal estado, fueron hundidos detrás de la cadena para bloquear el paso. Los comandantes españoles sabían lo importante que era el Morro, así que le dieron la máxima prioridad.
El 7 de junio, las tropas británicas desembarcaron al noreste de La Habana y comenzaron a avanzar hacia el oeste al día siguiente. Se encontraron con un grupo de milicianos que fue fácilmente derrotado. Al final del día, la infantería británica había llegado a los alrededores de La Habana. La defensa del Morro fue encargada a Velasco e Isla, un oficial naval, quien rápidamente tomó medidas para preparar y abastecer la fortaleza para el asedio.
El asedio al Castillo del Morro
El 11 de junio, un grupo británico atacó una pequeña fortificación en las alturas de La Cabaña. Solo entonces los británicos se dieron cuenta de lo fuerte que era el Morro, rodeado de arbustos y protegido por una gran zanja. Al día siguiente, con la llegada de su equipo de asedio, los británicos comenzaron a construir baterías (lugares para colocar cañones) entre los árboles en la colina de La Cabaña. Esta colina tenía una vista privilegiada del Morro, la ciudad y la bahía. Sorprendentemente, el ejército español no había defendido esta colina, a pesar de su gran importancia estratégica. El rey de España le había dicho a Prado que fortificara esta colina, considerándola la tarea más urgente.
El 13 de junio, un grupo británico llegó al Torreón de la Chorrera, al oeste del puerto. Mientras tanto, el coronel Patrick Mackellar, un ingeniero, supervisaba la construcción de las obras de asedio contra el Morro. Como no podían cavar trincheras, decidió construir protecciones. Planeaba cavar un túnel hacia un bastión del Morro y, una vez que sus obras de asedio llegaran a la zanja, crear un camino a través de ella con los escombros de la excavación.
El 22 de junio, cuatro baterías británicas, con un total de 12 cañones pesados y 38 morteros, comenzaron a disparar contra el Morro desde La Cabaña. Mackellar avanzó poco a poco sus parapetos (muros de protección) hacia la zanja, cubierto por estas baterías.
El 29 de junio, las baterías británicas ya estaban impactando el Morro unas 500 veces al día. Velasco perdía hasta 30 hombres cada día, y el trabajo de reparar la fortaleza cada noche era tan agotador que los hombres tenían que rotar entre el fuerte y la ciudad cada tres días. Velasco finalmente convenció a Prado de hacer un ataque sorpresa contra las baterías británicas. Al amanecer del 29, 988 hombres (una mezcla de granaderos, soldados de marina, ingenieros y auxiliares) atacaron las obras de asedio. Llegaron a las baterías británicas por la espalda y comenzaron a disparar, pero la reacción británica fue rápida y los atacantes fueron rechazados antes de que causaran daños graves.
El 1 de julio, los británicos lanzaron un ataque por tierra y mar contra el Morro. La flota usó los barcos HMS Stirling Castle, HMS Dragon, HMS Marlborough y HMS Cambridge. Sin embargo, su ataque no fue efectivo porque la fortaleza estaba demasiado alta. La respuesta de los treinta cañones del Morro causó 192 bajas y dañó gravemente a los barcos. El HMS Stirling Castle tuvo que ser desmantelado el 14 de septiembre por los daños. Mientras tanto, el bombardeo de la artillería terrestre fue mucho más efectivo. Al final del día, solo tres cañones españoles seguían funcionando en el lado del Morro que daba a las baterías británicas.
El 2 de julio, los parapetos británicos alrededor del Morro se incendiaron y las baterías se quemaron, destruyendo gran parte del trabajo hecho desde mediados de junio. Velasco aprovechó esto de inmediato, colocando muchas armas nuevas y reparando los daños en las fortificaciones del Morro.
Desde su llegada a La Habana, el ejército británico sufrió mucho por una enfermedad. Ahora tenían la mitad de sus fuerzas. Y como se acercaba la temporada de huracanes, Albemarle estaba en una carrera contra el tiempo. Ordenó reconstruir las baterías con la ayuda de los marineros, y muchos cañones pesados fueron tomados de los barcos para equipar las posiciones.
El 17 de julio, las nuevas baterías británicas habían silenciado la mayoría de los cañones de Velasco, dejando solo dos operativos. Sin la protección de la artillería, ahora era imposible para las tropas españolas reparar el daño en el Morro. Mackellar también pudo continuar la construcción de las obras de asedio para acercarse a la fortaleza. Como el ejército estaba muy debilitado, el trabajo avanzaba lentamente. Toda la esperanza del ejército británico residía en la llegada de refuerzos desde América del Norte.
El 20 de julio, el avance de las obras de asedio permitió a los británicos comenzar a cavar un túnel hacia el bastión derecho del Morro. Mientras tanto, la artillería británica, sin oposición, golpeaba el Morro hasta seiscientas veces al día, causando unas sesenta bajas. Velasco ya no tenía otra opción que atacar. A las 4 de la mañana del 22 de julio, mil trescientos soldados y milicianos salieron de La Habana en tres grupos y atacaron los parapetos que rodeaban el Morro. El ataque no tuvo éxito y las obras de asedio quedaron casi intactas.
El 24 de julio, Albemarle le ofreció a Velasco la oportunidad de rendirse, permitiéndole escribir sus propias condiciones. Velasco respondió que el asunto se resolvería por la fuerza de las armas.
El 27 de julio, llegaron los refuerzos de Norteamérica, liderados por el coronel Burton. Durante su viaje, habían sido atacados por los franceses, que capturaron a unos quinientos hombres. Estos refuerzos incluían:
- 46.º regimiento de infantería Thomas Murray
- 58.º regimiento de infantería Anstruthe
- 3000 milicianos de las colonias americanas
- 253 exploradores de los cuerpos Gorham y Danks.
El 29 de julio, el túnel cerca del bastión derecho de la fortaleza del Morro estaba terminado y listo para ser detonado. Albemarle simuló un asalto esperando que Velasco finalmente se rindiera. Por el contrario, Velasco decidió lanzar un ataque desesperado desde el mar contra los mineros británicos en la zanja.
A las 2 de la mañana del 30 de julio, dos barcos españoles pequeños atacaron a los mineros, pero tuvieron que retirarse. A la 1 de la tarde, los británicos detonaron el túnel. Los escombros llenaron parcialmente la zanja y Albemarle la consideró transitable. Ordenó a 699 hombres escogidos que atacaran. Los españoles no lograron reaccionar. Cuando 16 británicos entraron, Velasco se lanzó a la brecha con sus hombres. Fue herido de muerte en el combate cuerpo a cuerpo. Después de que los británicos tomaran el fuerte, Velasco fue llevado a La Habana.
A las 9 de la noche del 31 de julio, Velasco murió a causa de sus heridas. Los británicos controlaban una posición que dominaba la ciudad y la bahía. Construyeron baterías a lo largo del lado norte del canal de entrada, desde el fuerte del Morro hasta la colina de La Cabaña.
La rendición de La Habana
El 11 de agosto, después de que Prado rechazara la petición de rendición que le había enviado Albemarle, las baterías británicas abrieron fuego contra La Habana. Un total de 47 cañones (quince de 32 libras y treinta y dos de 24), diez morteros y cinco obuses bombardearon la ciudad desde una distancia de 500 a 800 metros. Al final del día, el fuerte de La Punta fue silenciado. Prado no tuvo más opción que rendirse.
Los días 12 y 13 de agosto, continuaron las negociaciones para los términos de la rendición. Prado y su ejército obtuvieron los honores de la guerra. Hevia olvidó quemar su flota, que cayó intacta en manos de los británicos.
¿Qué pasó después de la toma?
Consecuencias de la victoria británica
El 14 de agosto, los ingleses entraron en la ciudad. Habían conseguido el puerto más importante de las Indias Occidentales españolas, equipo militar, 1 828 116 pesos españoles y mercancías valoradas en alrededor de otro millón. Capturaron varios barcos de guerra españoles, incluyendo el Aquilón (74 cañones), Conquistador (74), Reina (70), San Antonio (64), Tigre (70), San Jenaro (60), África (70), América (60), Infante (74) y Soberano (74), junto con tres fragatas, nueve embarcaciones más pequeñas, y algunos barcos armados de compañías comerciales. Además, dos nuevos barcos de guerra casi terminados fueron incautados en los astilleros: San Carlos (80) y Santiago (60 u 80).
Durante el asedio, los británicos tuvieron 2764 bajas (muertos, heridos, capturados o desertores), pero para el 18 de octubre también habían sufrido 4708 muertes por enfermedades. Una de las brigadas más afectadas fue trasladada a América del Norte, donde perdió otros 360 hombres al mes de su llegada. Tres barcos de guerra británicos se perdieron directamente por los disparos españoles o por los graves daños que sufrieron. Poco después del asedio, el HMS Stirling Castle fue declarado inservible y hundido. El HMS Marlborough se hundió en el Atlántico debido a los grandes daños recibidos durante el asedio, y el HMS Temple se perdió mientras regresaba a Gran Bretaña para reparaciones.
A su regreso a España, Prado y Hevia fueron juzgados y condenados.
Ocupación y el intercambio por Florida
Después de once meses, en julio de 1763, Inglaterra y España llegaron a un acuerdo. Parte de la Florida quedaría en manos de los ingleses a cambio de que La Habana y toda Cuba fueran devueltas a España.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Siege of Havana Facts for Kids