Talavera mexicana para niños
Datos para niños Fabricación artesanal de cerámica de estilo talaverano en Puebla y Tlaxcala (México) |
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![]() ![]() Patrimonio cultural inmaterial de la Unesco |
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Platón de talavera de Marcela Lobo en exhibición en el Museo de Arte Popular, en la Ciudad de México
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Localización | ||
País | ![]() |
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Datos generales | ||
Tipo | Cultural inmaterial | |
Identificación | 01462 | |
Región | América Latina y Caribe | |
Inscripción | 2019 (XVI sesión) | |
La Talavera es un tipo especial de mayólica, una cerámica con un acabado brillante, que se fabrica en los estados de Puebla y Tlaxcala, en México. Lo que la hace única es su base de color blanco marfil, sobre la cual se pintan los diseños. La auténtica talavera solo se produce en ciertas localidades como Puebla de Zaragoza, Atlixco, Cholula y municipio de San Pablo del Monte en Tlaxcala. Esto se debe a la calidad de las arcillas de la región y a una larga tradición que comenzó en el siglo XVI.
Los colores que se usan para decorar la talavera son el azul, amarillo, negro, verde, naranja y un tono de violeta pálido. La producción de talavera creció mucho en estos estados porque había mucho barro disponible y una gran demanda de azulejos para decorar iglesias y conventos. A mediados del siglo XVII, los artesanos de talavera ya tenían sus propios grupos y reglas de calidad. Esto llevó a la "era dorada" de la talavera entre los siglos XVII y XVIII. La talavera de Puebla se diferenció de la española, mezclando técnicas de China, Italia, España y las culturas indígenas.
A pesar de la Guerra de Independencia, la tradición continuó en el siglo XIX, aunque con menos talleres. A principios del siglo XX, artistas y coleccionistas se esforzaron por rescatar esta artesanía. Hoy en día, hay colecciones importantes de talavera en Puebla, la Ciudad de México y Nueva York. Para proteger su autenticidad, se creó la denominación de origen, que asegura que las piezas se hagan con los métodos originales del siglo XVI.
En 2019, la UNESCO declaró la fabricación artesanal de talavera como Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad. Esta declaración incluye a las comunidades de artesanos de Puebla y Tlaxcala en México, y de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo en España.
Contenido
¿Qué hace única a la Talavera?
La talavera es un tipo de cerámica mayólica que se distingue por su base de color blanco brillante. La talavera auténtica solo se produce en ciertas zonas de Puebla (Atlixco, Cholula, Tecali de Herrera) y Tlaxcala (San Pablo del Monte). Esto se debe a que el barro y la historia de esta artesanía son propios de esa región.
¿Cómo se elabora la Talavera?
Todas las piezas se hacen a mano en un torno, tal como se hacía en la época colonial. El acabado brillante debe tener pequeñas grietas, ser un poco poroso y casi blanco. Solo se permiten seis colores: azul, amarillo, negro, verde, naranja y un violeta pálido, todos hechos con pigmentos naturales. Los diseños de color se ven un poco difuminados porque se mezclan con el brillo. La parte de abajo de la pieza, que no se ve, no tiene brillo y muestra la terracota. Allí debe estar grabado el logotipo del fabricante, las iniciales del artista y la ubicación de la fábrica en Puebla.
El diseño de las piezas sigue reglas muy estrictas de la tradición. La pintura debe sentirse un poco elevada al tocarla. Al principio, solo se usaba el color azul cobalto, que era el más caro y buscado. La talavera es una de las artesanías más importantes. Solo se usan barros naturales, sin tratamientos químicos. Su elaboración es delicada y las piezas son frágiles, por lo que la talavera es más costosa que otras cerámicas. Por eso, los fabricantes han tenido que competir con imitaciones, especialmente de China, y con cerámicas similares de otras partes de México, como Guanajuato.
¿Cómo se protege la autenticidad de la Talavera?
Hoy en día, solo las piezas de zonas específicas y talleres certificados pueden llamarse talavera. El Consejo Regulador de la Talavera es el encargado de dar esta certificación. Solo nueve talleres han sido certificados hasta ahora: Talavera Armando, Talavera Celia, Talavera de las Américas, Talavera de la Luz, Talavera La Reyna, Talavera de la Nueva España, Talavera Santa Catarina, Talavera Uriarte y Talavera Virgilio Pérez. Cada dos años, estos talleres son inspeccionados. Las piezas pasan por 16 pruebas en laboratorios internacionales. Además, la Facultad de Ciencias de la Universidad de Puebla verifica que el brillo no contenga plomo ni cadmio en cantidades peligrosas, ya que muchas piezas se usan para servir alimentos. Solo las piezas que cumplen con estos estándares pueden llevar la firma del alfarero, el logotipo del taller y un holograma especial que certifica su autenticidad.
¿Cómo se fabrica la Talavera?
El proceso de elaboración de la talavera es complejo y casi no ha cambiado desde la época colonial. Primero, se mezclan dos tipos de arena: negra de Amozoc y blanca de Tecali. Luego, se lavan y filtran para obtener solo las partículas más finas, lo que puede reducir el volumen a la mitad. Después, la pieza se moldea a mano en un torno y se deja secar por varios días.
Viene el primer horneado a 850 °C. Tras verificar que no tiene grietas, se aplica el brillo inicial de color blanco marfil. Luego, el decorado se pinta a mano. Finalmente, se hornea por segunda vez para endurecer la pieza. Este proceso puede tardar hasta tres meses para la mayoría de las piezas, y en algunas, hasta seis meses.
Algunos talleres en Puebla ofrecen visitas guiadas para explicar el proceso. El taller certificado más antiguo que sigue funcionando es "Casa Uriarte", fundado en 1824 por Dimas Uriarte, y se especializa en diseños coloniales. Otro taller certificado es "Talavera de la Reina", conocido por usar diseños de artistas mexicanos actuales.
¿Para qué se usa la Talavera?

La talavera se usa principalmente para objetos de uso diario como platos, jarrones, tibores, floreros, lavamanos, artículos religiosos y figuras decorativas. También se usa mucho para decorar el interior y exterior de edificios en México, especialmente en Puebla, en forma de azulejos. La cocina poblana es un ejemplo de decoración con talavera, desde los azulejos en las paredes hasta los platos y utensilios.
Muchas fachadas en el centro histórico de Puebla están decoradas con estos azulejos, al igual que fuentes, patios, iglesias y otros edificios. Esto es una parte importante de la arquitectura barroca de Puebla. Usar azulejos mostraba el estatus económico de una familia o iglesia. Había un dicho que decía: "No aspirar a construir una casa de azulejos equivale a no aspirar a mucho en la vida". En la Ciudad de México, la Iglesia de la Encarnación y la Virgen de Valvanera tienen cúpulas cubiertas de azulejos. El ejemplo más famoso en la capital es la Casa de los Azulejos, un palacio del siglo XVIII que tiene toda su fachada cubierta de azulejos azules y blancos, algo muy llamativo para su época.
¿Cuál es la historia de la Talavera?
Orígenes y expansión
El origen de este tipo de cerámica se encuentra en China. Las técnicas y diseños chinos llegaron a la península ibérica a través de Mallorca por alfareros de la España musulmana a finales del siglo XII. Desde allí, se extendió por Europa con el nombre de mayólicas. En España, los centros de cerámica de Talavera de la Reina y Sevilla eran muy importantes y exportaban cerámica fina al Nuevo Mundo. En México, la talavera evolucionó con influencias chinas e italianas, y se crearon grupos de artesanos para controlar la calidad.
Hay varias ideas sobre cómo llegó la mayólica a México. La más aceptada es que fue introducida por monjes franciscanos. Ellos necesitaban azulejos y objetos para decorar sus nuevos conventos, así que pidieron artesanos de España o enseñaron a los indígenas a producir esta cerámica. Muchos alfareros laicos también llegaron a México desde Sevilla y Talavera de la Reina en los primeros años de la época colonial. Más tarde, Diego Gaytán, un alfarero de Talavera, mejoró mucho la alfarería en Puebla.
La Era Dorada de la Talavera
Desde finales del siglo XVI hasta mediados del XVII, el número de alfareros y talleres creció. Cada uno empezó a crear sus propios diseños y técnicas. El gobierno colonial decidió regular la industria con grupos de artesanos y estándares de calidad. En 1653, se crearon las primeras reglas, que decían quiénes podían ser artesanos, cómo clasificar la calidad del producto y las normas de decoración. Esto mejoró la calidad. Algunas reglas incluían el uso de azul cobalto en las piezas más finas, la firma para evitar falsificaciones, la creación de niveles de calidad (fina, semi-fina y uso diario) e inspecciones anuales.
El periodo entre 1650 y 1750 se conoce como "la Era Dorada de la talavera". Puebla era el centro alfarero más importante de la Nueva España. Las piezas se exportaban a todo el territorio y a otros lugares como Guatemala, Cuba, Santo Domingo, Venezuela y Colombia. En esta época, el uso del azul en la talavera se hizo más fuerte por la influencia de las cerámicas chinas de la dinastía Ming, que llegaban a México desde Filipinas en los galeones de Manila. En el siglo XVIII, las influencias italianas introdujeron el uso de otros colores.
Desafíos y resurgimiento
Durante la Guerra de Independencia, los grupos de alfareros y las reglas se eliminaron. Esto permitió que cualquiera produjera cerámica sin control de calidad. El mercado de la talavera decayó, y de 46 talleres en el siglo XVIII, solo 7 quedaron después de la guerra.
En 1897, un hombre de Cataluña llamado Enrique Luis Ventosa llegó a Puebla. Le fascinó la historia de la talavera. Estudió el proceso original y lo combinó con el arte español de su tiempo. Publicó artículos y poemas sobre esta tradición y trabajó en la decoración de las piezas. En 1922, se hizo amigo de Ysauro Martínez Uriarte, un joven alfarero. Juntos crearon nuevos diseños, añadiendo influencias pre-colombinas y de art nouveau a las ya existentes islámicas, chinas, españolas e italianas. También trabajaron para recuperar los antiguos estándares de calidad, en un momento en que el país se reconstruía después de la revolución.
Sin embargo, para 1980, varios talleres habían desaparecido, quedando solo cuatro. La talavera pasó por un momento difícil a finales del siglo XX debido a la competencia de otras cerámicas, importaciones baratas y la falta de diseños nuevos. A principios de los años 90, los talleres de La Talavera de la Reina empezaron a revivir el arte, invitando a artistas a trabajar con sus artesanos para crear nuevas piezas y diseños. Estos artistas no cambiaron el proceso de fabricación, pero añadieron formas humanas, animales e imágenes de flores a los diseños.
Gracias a este resurgimiento, para el año 2000, diecisiete talleres producían talavera siguiendo la tradición antigua y ocho estaban en proceso de certificación. Estos talleres empleaban a unas 250 personas y exportaban sus productos a Estados Unidos, Canadá, Sudamérica y Europa.
Aunque los españoles introdujeron este tipo de cerámica, el término talavera es más común en México que en su lugar de origen en España. En 1997, se estableció la denominación de origen de la talavera para regular qué piezas podían llamarse oficialmente talavera. Los requisitos incluían información del taller, el barro usado y los métodos de fabricación. Estas piezas ahora llevan hologramas. Se creó una ley federal para que los talleres mantuvieran la misma calidad y proceso de fabricación de la época colonial, protegiendo así la tradición.
Sin embargo, Angélica Moreno, dueña de la fábrica "Talavera de la Reina", se preocupa de que la tradición sea inestable. A principios del siglo XXI, uno de los mayores problemas es la falta de jóvenes interesados en aprender el oficio. Un artesano gana alrededor de 700 a 800 pesos mexicanos a la semana, lo cual no siempre es suficiente.
¿Dónde se puede ver la Talavera?
Colecciones en museos
A principios del siglo XX, la talavera empezó a ser coleccionada. En 1904, la estadounidense Emily Johnston de Forrest conoció la talavera en un viaje a México. Se interesó en coleccionar obras y consultó a expertos y comerciantes. Su colección se convirtió en la base de lo que hoy se exhibe en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Edwin Atlee Barber, del entonces Museo de Arte de Pennsylvania, también pasó tiempo en México e incluyó la talavera en la colección del museo. Estudió su evolución y publicó una guía en 1908, que es muy importante para el tema.
En México, también se formaron colecciones importantes para museos. Una de las primeras fue la de Francisco Pérez Salazar y de Haro en la Ciudad de México. Poco después, en 1920, Franz Mayer, un comerciante alemán, comenzó su propia colección. En Puebla, lo veían como alguien peculiar por comprar cosas viejas. En 1986, el Museo Franz Mayer abrió en la Ciudad de México con la colección más grande de talavera poblana del mundo: 726 piezas de los siglos XVII, XVIII y XIX, y algunas del siglo XX. En Puebla, José Luis Bello y González y su hijo José Luis Bello y Acedo también crearon una gran colección de talavera antigua, que se encuentra en el Museo José Luis Bello y González (Museo Bello).
Más recientemente, el Museo de la Talavera se inauguró en Puebla, con una colección inicial de 400 piezas. El museo busca mostrar los orígenes, la historia y la evolución de esta artesanía. Incluye piezas simples y complejas, de diferentes épocas.
Se han realizado exposiciones itinerantes de estas colecciones. Una de ellas se llamó "El Águila en la Historia de México". Esta exposición de 42 piezas fue apoyada por el Senado de México para mostrar cómo se ha usado el símbolo del águila a lo largo de los siglos. La exposición conmemoró el Bicentenario de la Independencia de México en 2010. Las piezas de talavera fueron elegidas por su belleza y utilidad. Las águilas pertenecen al escudo nacional, y también se usaron imágenes de figuras importantes y de instituciones.
Talavera contemporánea
La talavera contemporánea usa los mismos materiales que la tradicional, pero se enfoca más en la creatividad que en la utilidad. Artistas y diseñadores modernos, tanto mexicanos como extranjeros, le dan nuevas formas, texturas y colores.
Algunos artistas que han trabajado con talavera contemporánea son Alberto Castro Leñero, Joaquín Conde, Pedro Friedeberg, Alejandro Magallanes, Patricia Soriano, Laura Almeida, Raúl Anguiano, Manuel Felguérez, Sergio González Angulo, Jan Hendrix, Alberto Ibáñez Cerda, Heriberto Juárez, Gustavo Pérez, Gerardo Ramos Brito y Vicente Rojo. La colección de arte de la UDLAP, una universidad en Puebla, tiene una colección específica de este tipo de talavera.
¿Qué es la Denominación de Origen de la Talavera?
El 11 de septiembre de 1997, el gobierno mexicano otorgó la Denominación de Origen Talavera. Esto significa que solo la talavera producida en los distritos de Atlixco, Cholula, Puebla y Tecali, en el estado de Puebla, puede llevar este nombre.
A nivel internacional, el gobierno mexicano registró la denominación de origen ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual en 2018, para la misma región. Esto ayuda a proteger la autenticidad de la talavera en todo el mundo.
Galería de imágenes
Véase también
- Anexo:Cronología de la historia de Puebla
- Ámbar de Chiapas
- Árbol de la vida (artesanía)
- Cerámica de Talavera
- Denominaciones de origen de México
- Olinalá (artesanía)