Casa de los Azulejos para niños
Datos para niños Casa de los Condes del valle de Orizaba |
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Casa de los Azulejos | ||
Monumento histórico | ||
![]() Vista de la fachada norte de la casa
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Ubicación | ||
País | ![]() |
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División | ![]() |
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Municipio | ![]() |
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Dirección | 06000 | |
Ubicación | C/ Francisco I. Madero número 4 | |
Coordenadas | 19°26′03″N 99°08′25″O / 19.43421944, -99.14020556 | |
Características | ||
Arquitecto | Diego Duran Berruecos Guillermo de Heredia (ampliación) |
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Artista | José Clemente Orozco (mural), | |
Estilo | Barroco novohispano | |
Historia | ||
Construcción | 1737 1903 (ampliación hacia la calle 5 de mayo) |
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Obras artísticas | Omnisciencia, mural de José Clemente Orozco (1925) Pavorreales, mural de Pacologue (1919) |
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Información general | ||
Uso | Comercial y restaurante | |
Estado | Buen estado de conservación | |
Propietario | Sanborns | |
Acceso público | Abierto al público | |
Horario | 7:00 – 01:00 h | |
La Casa de los Azulejos, también conocida como el palacio de los condes del Valle de Orizaba, es un edificio histórico situado en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Se encuentra entre las calles Madero y Cinco de Mayo. Este palacio fue construido durante la época virreinal.
Es famoso por su cubierta de azulejos de talavera poblana que adornan toda su fachada exterior. Estos azulejos hacen de la Casa de los Azulejos una de las construcciones más hermosas del estilo barroco novohispano. En el siglo XVIII, se le conocía como el Palacio Azul.
Fue la residencia principal de los condes del Valle de Orizaba por mucho tiempo. A principios del siglo XIX, después de la Independencia de México, la propiedad cambió de dueños. Se convirtió en la sede del Jockey Club de México en 1881 y, por un corto tiempo, en la Casa del Obrero Mundial. Desde principios del siglo XX, es la sede principal de la conocida cadena de restaurantes y tiendas Sanborns. Hoy en día, es un símbolo importante de la ciudad y un punto turístico muy visitado.
Contenido
Historia de la Casa de los Azulejos
La construcción original de la Casa de los Azulejos se remonta al siglo XVI. En realidad, el edificio se formó al unir dos grandes casas señoriales. Una de ellas, la del lado sur, pertenecía a Damián Martínez. Ambas propiedades estaban separadas por un callejón y se ubicaban frente a la concurrida Calle de Plateros, justo enfrente del Convento de San Francisco el Grande.
Primeros Propietarios y la Familia Condal
En 1596, Damián Martínez vendió su propiedad a Diego Suárez de Peredo. Cuando Suárez de Peredo enviudó, se unió a la orden religiosa de los franciscanos en Zacatecas. Dejó la casa a su hija, quien se casó con Luis de Vivero, el segundo conde del Valle de Orizaba.
Luis de Vivero era hijo de Rodrigo de Vivero y Aberrucia, el primer conde. Rodrigo fue una persona muy importante en el virreinato, ocupando cargos como gobernador de Nueva Vizcaya y de las Islas Filipinas. Él heredó a su hijo Luis la casa del lado norte, que estaba junto a la otra propiedad. Así, Luis de Vivero fue el primero de la familia en vivir en ambas casas, las cuales mandó unir y reparar. Sin embargo, no les dio el aspecto que tienen hoy.
La Transformación con Azulejos
El aspecto actual del palacio se debe a Graciana Suárez de Peredo, la séptima condesa del Valle de Orizaba. Ella vivía en Puebla y, tras la muerte de su esposo en 1708, decidió regresar a la capital del Virreinato de la Nueva España.
En 1737, la condesa notó que el palacio estaba deteriorado. Decidió repararlo y embellecerlo. Ordenó al arquitecto Diego Durán Berruecos que cubriera toda la fachada con hermosos azulejos de Puebla. El arquitecto no solo hizo esto, sino que también añadió detalles de cantera labrada en los arcos, columnas, y ventanas, resaltando aún más la belleza de los azulejos.
La Casa en la Independencia y Cambios Posteriores
El 27 de septiembre de 1821, cuando el Ejército Trigarante, liderado por Agustín de Iturbide, entró triunfalmente a la Ciudad de México, se levantó un arco de triunfo frente a la casa. Este evento fue pintado en una acuarela anónima llamada Entrada del ejército Trigarante a México. En la pintura, la Casa de los Azulejos aparece con sus balcones adornados.
Después de la independencia, los títulos de nobleza fueron eliminados. Por esta razón, los escudos de armas de las familias nobles fueron borrados de las fachadas de muchos palacios en México. En la Casa de los Azulejos, el escudo exterior también fue retirado, pero uno en el interior, cerca de la escalera, aún se conserva.
La casa siguió siendo propiedad de los descendientes del conde hasta 1871. Ese año, la última descendiente la puso en venta. Fue comprada por un abogado, Martínez de la Torre, quien la tuvo por solo seis años. Luego, la familia Yturbe Idaroff la adquirió y fueron los últimos en usarla como residencia.
Adaptaciones y Nuevos Usos
Don Francisco-Sergio de Yturbe e Idaroff, heredero de la familia Yturbe, encargó al arquitecto Guillermo de Heredia la adaptación del edificio. Esto ocurrió cuando se abrió la calle Cinco de Mayo, lo que hizo que la parte norte del edificio se redujera. La nueva fachada se cubrió con azulejos y cantera, imitando el diseño original de la calle Francisco I. Madero.
En 1881, la familia Yturbe ofreció el palacio en renta, y se convirtió en la sede del Jockey Club de México. Este era un lugar de reunión muy exclusivo para la alta sociedad de la época. El club y sus salones fueron mencionados en la obra del escritor Manuel Gutiérrez Nájera, en su poema La duquesa Job.

Durante la Revolución mexicana, en 1915, una parte del edificio fue usada brevemente como sede de la Casa del Obrero Mundial. Sin embargo, Francisco Yturbe recuperó la propiedad para protegerla de posibles daños.
En 1917, los hermanos Walter y Frank Sanborn alquilaron el palacio. Querían establecer una cafetería muy popular. Después de casi dos años de remodelación, la Casa de los Azulejos se inauguró en 1919 como un restaurante, tienda de regalos, revistas y tabaquería. Fue un gran éxito y se convirtió en uno de los lugares más concurridos de la ciudad.
Obras de Arte y Reconocimiento
Dentro del palacio, hay importantes obras de arte. Destaca el mural Omnisciencia del pintor José Clemente Orozco, que cubre la pared norte de las escaleras principales. Este mural fue encargado por Francisco-Sergio de Yturbe e Idaroff, quien apoyó mucho el movimiento muralista mexicano. El mural muestra una sacerdotisa arrodillada, acompañada de figuras que representan la Voluntad y la Virtud.
Otro mural notable es Pavorreales, pintado en las paredes del patio principal por el artista húngaro Pacologue.
El 9 de febrero de 1931, el edificio fue declarado monumento nacional de México. Esto asegura que se preserve como una hermosa parte del patrimonio del país. En los años setenta, la cadena Sanborn's compró el edificio y realizó una reestructuración para repararlo de daños causados por sismos. El salón original del Jockey Club en el segundo nivel fue restaurado, recuperando sus colores originales.
Descripción Arquitectónica
La Casa de los Azulejos, construida en el siglo XVI, es el resultado de la unión de dos casas. Su aspecto actual, especialmente la fachada sur y gran parte del patio interior, se debe a Graciana Suárez de Peredo, la quinta condesa. Ella quiso reparar y embellecer la casa, cubriendo su exterior con azulejos.
Detalles de la Fachada
La fachada principal, que da a la calle Francisco I. Madero, tiene un gran portón. Este portón está enmarcado por columnas y molduras de cantera labrada con diseños de follaje. Toda la pared está cubierta de azulejos. Encima del portón hay un balcón más grande que los demás, con columnas y molduras de cantera. El balcón tiene una barandilla de hierro forjado. En la parte superior del balcón, hay un nicho con un pequeño frontón triangular, también de cantera, y pináculos de talavera.
El Interior del Palacio
Aunque el interior ha sido modificado para diferentes usos, sigue siendo impresionante. Lo más destacado es el gran patio central, con influencia mudéjar. Este patio fue adaptado para el restaurante y tiene grandes columnas estriadas con detalles de follaje en cantera. Estas columnas sostienen las vigas de madera de los corredores y las columnas del segundo piso. Los corredores aún conservan la reja original de hierro forjado, que se dice que vino de China.
La escalera también es notable. Sus paredes y techo están cubiertos de azulejos, y se pueden ver los azulejos entre las vigas de madera.
Los salones del primer nivel también merecen atención. Uno de ellos es el salón principal del Jockey Club, que fue restaurado. Se recuperaron los trabajos de molduras y yeserías en las paredes y el techo. Además, el edificio cuenta con uno de los primeros elevadores instalados en la ciudad.
Leyendas Populares
Existen varias historias populares sobre la Casa de los Azulejos.
La Leyenda del Hijo y los Azulejos
Una leyenda, contada por Luis González Obregón, dice que un joven descendiente del Conde de Orizaba era muy derrochador. Su padre, cansado de sus gastos, le dijo: "Hijo, así nunca llegarás lejos, ni harás casa de azulejos...". Se cuenta que este consejo hizo reflexionar al joven. Para demostrar su cambio y madurez, reparó y embelleció la casa, cubriendo toda la fachada con azulejos.
La Leyenda del Callejón de la Condesa
Otra leyenda no ocurrió dentro del palacio, sino en el callejón de al lado, llamado De la Condesa. Se dice que dos caballeros, cada uno en su carruaje, entraron por extremos opuestos del callejón. Al encontrarse, ninguno quiso retroceder, por orgullo y por el título que poseían. Pasaron tres días y tres noches sin moverse ni comer. La gente de la ciudad hablaba mucho de este suceso. Afortunadamente, no hubo un enfrentamiento. El Virrey se enteró y ordenó que cada caballero retrocediera con su carruaje hasta las entradas del callejón.
Véase también
En inglés: Casa de los Azulejos Facts for Kids