Rosa Luxemburgo para niños
Datos para niños Rosa Luxemburgo |
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Rozalia Luksenburg | |
Nombre en polaco | Róża Luksemburg | |
Nacimiento | 5 de marzo de 1871![]() |
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Fallecimiento | 15 de enero de 1919![]() |
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Causa de muerte | Herida por arma de fuego | |
Nacionalidad | Polaca | |
Ciudadanía | Alemana | |
Etnia | Polaca | |
Religión | Ateísmo | |
Familia | ||
Padres | Eliasz Luksenburg Line Löwenstein |
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Cónyuge | Gustav Lübeck | |
Pareja | Leo Jogiches | |
Educación | ||
Educación | Dóktor nauk en Ciencias Políticas | |
Educada en | Universidad de Zúrich | |
Información profesional | ||
Ocupación | Filósofa, activista, economista | |
Seudónimo | R. Kruszynska | |
Obras notables |
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Partido político | Partido Proletariat, Socialdemocracia del Reino de Polonia y Lituania, Partido Socialdemócrata de Alemania, Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania, Liga Espartaquista, Partido Comunista de Alemania | |
Afiliaciones | Social Democratic Party of the Kingdom of Poland and Lithuania, Sozialdemokratie y Liga Espartaquista | |
Firma | ||
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Rosa Luxemburgo (nacida Rozalia Luksenburg; Zamość, Polonia; 5 de marzo de 1871 - Berlín, Alemania; 15 de enero de 1919) fue una importante pensadora y activista de origen polaco, que más tarde obtuvo la ciudadanía alemana. Fue una figura clave en los movimientos que buscaban mejorar la vida de los trabajadores en Polonia y Alemania a principios del siglo XX.
A lo largo de su vida, Rosa Luxemburgo luchó por los derechos de las personas y defendió la justicia social. También apoyó la emancipación de las mujeres y criticó las injusticias que afectaban a las personas con menos recursos. Sus ideas y su activismo dejaron una huella importante en la historia de los movimientos sociales.
Luxemburgo defendió la paz y se opuso a las guerras. Participó activamente en la creación de la Liga Espartaquista, que más tarde se convirtió en el Partido Comunista de Alemania. Aunque sus ideas no siempre fueron compartidas por todos en su tiempo, su legado como defensora de los derechos humanos y la justicia social sigue siendo importante hoy.
Rosa Luxemburgo fue asesinada en 1919 durante un levantamiento conocido como la revolución espartaquista. Su vida terminó, pero su influencia perduró. Hoy se la recuerda como una de las grandes figuras que lucharon por una sociedad más justa y solidaria.
Las ideas de Rosa Luxemburgo se siguen estudiando y debatiendo, especialmente su visión sobre cómo debería funcionar una sociedad más justa y democrática. Aunque sus propuestas eran muy avanzadas para su época, su vida y sus pensamientos continúan inspirando a muchas personas que buscan una sociedad más equitativa. Además, es reconocida en el feminismo por ser una de las primeras pensadoras en conectar la lucha por los derechos de los trabajadores con la emancipación de la mujer.
Contenido
La vida de Rosa Luxemburgo
Sus primeros años y educación (hasta 1914)
Rozalia Luksenburg nació el 5 de marzo de 1871 en Zamość, una ciudad en la parte de Polonia que entonces era parte del Imperio ruso. Su familia era de origen judío. Su padre, Eliasz Luksenburg III, era comerciante de madera, y su madre se llamaba Line Löwenstein. Rosa fue la quinta de sus hijos.
Cuando tenía cinco años, le diagnosticaron erróneamente una enfermedad en un hueso. Estuvo en cama con una pierna enyesada durante un año. Al quitarle el yeso, descubrieron que una de sus piernas era más corta que la otra, lo que le causó una cojera permanente.
En 1880, su familia se mudó a Varsovia, donde Rosa asistió a un liceo femenino. Desde muy joven, en 1886, Rosa se unió a un partido polaco de izquierda llamado «Proletariat». Este partido se había formado en 1882 y había organizado una gran huelga. Después de la huelga, el partido fue desmantelado y algunos de sus líderes fueron condenados. Rosa se unió a uno de los grupos que lograron reorganizarse en secreto.
En 1887, Rosa terminó la escuela secundaria con muy buenas calificaciones. Sin embargo, en 1889 tuvo que huir a Suiza para evitar ser arrestada. Allí, estudió en la Universidad de Zúrich junto a otras figuras importantes. Estudió Filosofía, Historia, Política, Economía y Matemáticas. Se especializó en temas como la teoría del Estado y las crisis económicas.
En 1890, una ley que prohibía los partidos que defendían los derechos de los trabajadores fue eliminada en Alemania. Esto permitió que el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) obtuviera escaños en el Parlamento alemán.
En 1893, Rosa, junto con Leo Jogiches y Julian Marchlewski, fundó el periódico La causa de los trabajadores. Se oponían a las ideas nacionalistas de otro partido polaco. Rosa Luxemburgo creía que una Polonia independiente solo podría surgir después de grandes cambios sociales en Alemania, Austria y Rusia. Ella pensaba que la lucha principal debía ser contra el sistema económico, no solo por la independencia de Polonia.
Junto con Leo Jogiches, fundó el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia (SDKP). Este partido más tarde se unió a una organización de Lituania y se llamó Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia y Lituania (SDKPiL). Aunque vivió la mayor parte de su vida adulta en Alemania, Rosa Luxemburgo fue la principal pensadora de este partido polaco, dirigiéndolo junto a Jogiches.
En 1898, Rosa Luxemburgo obtuvo la ciudadanía alemana al casarse con Gustav Lübeck y se mudó a Berlín. Allí, se unió al ala más de izquierda del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). En 1899, criticó las ideas de Eduard Bernstein en un folleto llamado ¿Reforma Social o Revolución?. Su habilidad para hablar la convirtió rápidamente en una de las voces más importantes del partido. Ella criticó que el SPD se estaba volviendo demasiado complaciente con el parlamento, especialmente ante la posibilidad de una guerra. Rosa insistía en que las diferencias entre el capital y el trabajo solo podían resolverse si los trabajadores tomaban el poder y cambiaban el sistema de producción.
Desde 1900, Rosa Luxemburgo escribió sobre problemas económicos y sociales en periódicos de toda Europa. Sus críticas al militarismo alemán y a la expansión de los imperios se hicieron más fuertes a medida que veía la posibilidad de una guerra. Intentó convencer al SPD de oponerse a la guerra. Rosa quería organizar una huelga general para unir a todos los trabajadores y evitar el conflicto, pero los líderes del partido se opusieron, lo que llevó a su desacuerdo con Karl Kautsky en 1910.
Entre 1904 y 1907, su trabajo se interrumpió por tres encarcelamientos. En 1904, estuvo dos meses presa por oponerse a los planes de guerra del gobierno alemán. En diciembre de 1905, durante una revolución en Rusia, Rosa viajó desde Alemania a Varsovia (en Polonia, que era parte del Imperio ruso), donde también había una revolución. Fue arrestada en marzo de 1906 y estuvo presa hasta junio. Luego se quedó en Kuokkala (hoy Repino, Finlandia) hasta septiembre, desde donde podía ir a San Petersburgo. Durante este tiempo, escribió el libro Huelga de masas, partido y sindicatos. Por su viaje a Rusia, volvió a la cárcel entre junio y agosto de 1907.
A pesar de los encarcelamientos, Rosa Luxemburgo siguió activa en la política. En 1907, participó en el V Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso en Londres, donde se reunió con Lenin. En el Segundo Congreso Socialista Internacional en Stuttgart, propuso una resolución, que fue aprobada, para que todos los partidos de trabajadores europeos se unieran para evitar la guerra.
Por esos años, Rosa empezó a enseñar sobre las ideas de Marx y Economía en el centro de formación del SPD en Berlín. Uno de sus alumnos fue Friedrich Ebert, quien más tarde se convertiría en líder del SPD y primer presidente de la República de Weimar.
En 1912, como representante del SPD, asistió a congresos socialistas europeos, como el de París. Ella y el socialista francés Jean Jaurès propusieron que, si estallaba la guerra, los partidos de trabajadores de Europa debían declarar una huelga general.
En su libro La acumulación del capital (1913), Rosa argumentó que el sistema económico necesita expandirse constantemente a nuevas áreas para obtener recursos, mercados y mano de obra. Esta expansión, cada vez más agresiva, aumentaría los problemas internos del sistema, preparando así su caída. Su conclusión de que los límites del sistema llevan a la guerra hizo que Luxemburgo dedicara su vida a oponerse al militarismo y al colonialismo.
Cuando ocurrió el ataque contra el archiduque Francisco Fernando y su esposa el 28 de junio de 1914, lo que hizo que la guerra pareciera inevitable, Rosa organizó varias manifestaciones, por ejemplo en Fráncfort. En ellas, llamó a la objeción de conciencia en el servicio militar y a no obedecer las órdenes. Por esto, fue acusada de "incitar a la desobediencia" y sentenciada a un año de prisión. Sin embargo, no fue arrestada de inmediato, lo que le permitió participar en una reunión de líderes socialistas en julio. Allí, confirmó que el sentimiento nacionalista de los partidos de trabajadores era más fuerte que su conciencia de clase.
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Rosa Luxemburgo (centro) entre los líderes de la Segunda Internacional, Ámsterdam (1904)
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Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo (1910)
La Primera Guerra Mundial y la Revolución de Noviembre (1914-1919)
El 28 de julio de 1914, cuando el Imperio austrohúngaro declaró la guerra a Serbia, comenzó la Primera Guerra Mundial. El 3 de agosto, el Imperio alemán entró en el conflicto al declarar la guerra a Rusia. Al día siguiente, el Parlamento alemán aprobó por unanimidad financiar la guerra con bonos. Todos los representantes socialdemócratas votaron a favor, e incluso el partido acordó no hacer huelgas durante la guerra. Para Rosa Luxemburgo, esto fue una gran decepción: las ideas que ella había criticado desde 1899 habían ganado, y la guerra había comenzado.
Junto con Karl Liebknecht, Clara Zetkin y Franz Mehring, Rosa creó el grupo Internacional el 5 de agosto de 1914. Este grupo se convertiría más tarde, el 1 de enero de 1916, en la Liga Espartaquista. Escribieron muchos folletos ilegales firmados como «Espartaco», en honor al gladiador que luchó por la libertad de los esclavos en Roma. La propia Rosa Luxemburgo usó el apodo de «Junius», tomado de un personaje que se considera fundador de la República de Roma.
El nuevo grupo rechazó el acuerdo entre el SPD y el gobierno alemán sobre la financiación de la guerra. Lucharon enérgicamente contra la guerra e intentaron provocar una huelga general. Como resultado, el 28 de junio de 1916, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht fueron sentenciados a dos años y medio de prisión. Durante su tiempo en la cárcel, fue trasladada dos veces. Escribió varios artículos usando el seudónimo de «Junius», que fueron sacados de contrabando de la cárcel y publicados ilegalmente. En uno de ellos, «La Revolución rusa», criticaba, pero también entendía, la toma del poder por los bolcheviques y advertía sobre el peligro de un gobierno de un solo partido. Sin embargo, ella seguía usando el concepto de "control del Estado por parte de la clase obrera cuyo objetivo es expandir la democracia".
Fue en este contexto que escribió su famosa frase: «La libertad siempre es la libertad del que piensa diferente». Otra publicación de la misma época, de junio de 1916, fue La crisis de la socialdemocracia. En 1917, cuando Estados Unidos entró en el conflicto, la Liga Espartaquista se unió al Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania (USPD), formado por antiguos miembros del SPD que se oponían a la guerra. El 9 de noviembre de 1918, el USPD llegó al poder como parte del gobierno de la nueva república junto con el SPD, después de que el emperador Guillermo II abdicara. Esto ocurrió tras el levantamiento conocido como la Revolución de Noviembre alemana, que comenzó en Kiel el 4 de noviembre de 1918, cuando 40.000 marineros y soldados tomaron el control del puerto en protesta. El 8 de noviembre, los Consejos de Trabajadores y Soldados controlaban la mayor parte del oeste de Alemania, lo que llevó a la formación de la República de Consejos, basada en el sistema de sóviets ruso.
Rosa Luxemburgo salió de la cárcel el 8 de noviembre; Liebknecht había salido poco antes y ya había comenzado a reorganizar la Liga Espartaquista. Juntos crearon el periódico Die Rote Fahne (La Bandera Roja). En uno de sus primeros artículos, Rosa pidió la amnistía para todos los prisioneros políticos y la eliminación de la pena de muerte. Sin embargo, la unión de los partidos se rompió a finales de diciembre de 1918, cuando el USPD abandonó la coalición en protesta por los acuerdos del SPD con el sistema capitalista. El 1 de enero de 1919, la Liga Espartaquista, junto con otros grupos, creó el Partido Comunista de Alemania (KPD), principalmente gracias a la iniciativa de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo. Rosa apoyó que el KPD participara en la asamblea que finalmente fundaría la República de Weimar, pero su propuesta no fue aceptada.
En enero, una segunda ola de levantamientos sacudió Alemania, aunque algunos líderes del KPD, incluida Rosa Luxemburgo, no querían fomentarla. En respuesta al levantamiento, el líder socialdemócrata Friedrich Ebert, preocupado por la inestabilidad, permitió que una milicia nacionalista, los «Cuerpos Libres» (Freikorps), lo detuviera. Esto desató un período de violencia. Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht fueron capturados en Berlín el 15 de enero de 1919 y asesinados ese mismo día. Rosa Luxemburgo fue golpeada y luego recibió un disparo; su cuerpo fue arrojado al Landwehrkanal en Berlín. Liebknecht recibió un disparo y su cuerpo fue enterrado en una fosa común. Cientos de otros miembros del KPD también fueron asesinados.
Ideas principales de Rosa Luxemburgo
La espontaneidad y la organización
Una idea central en el pensamiento de Rosa Luxemburgo es la relación entre la espontaneidad y la organización. Ella veía la espontaneidad como la forma en que las personas actúan por sí mismas, y la organización como una estructura más formal. Para ella, estas dos cosas no estaban separadas, sino que eran parte del mismo proceso. Una no podía existir sin la otra. Esta idea surgió de las grandes huelgas de trabajadores en Europa, especialmente durante la Revolución rusa de 1905.
Ella creía que los trabajadores aprenden a luchar a medida que luchan. La organización de los trabajadores no es algo que se crea solo con teorías, sino que surge de la lucha real de las clases trabajadoras.
Rosa Luxemburgo también decía que los trabajadores son sus propios líderes y que ellos mismos crean su propio camino. Cuanto más se desarrolla y fortalece el movimiento de los trabajadores, mejor encontrarán su propio destino y dirección. Los líderes del movimiento son solo los portavoces de los deseos de las masas.
También sostenía que los propios trabajadores deben liberarse a sí mismos.
El papel de los partidos políticos
Rosa Luxemburgo pensaba que un partido político, como una vanguardia de la clase trabajadora, solo debe dar a las masas de trabajadores la idea de que una sociedad más justa es el camino para liberarse de la explotación. Las contradicciones del sistema económico, la diferencia entre el capital y el trabajo, mantendrían activa la lucha por el cambio. Esta lucha, a su vez, educaría a las masas, haciéndolas más conscientes.
El deber del partido es solo educar a las personas para que sean independientes y capaces de tomar el poder por sí mismas. El partido debe enseñar la importancia de su misión histórica a la clase trabajadora. La transformación social solo puede ser llevada a cabo por los propios trabajadores. Un partido que hable por los trabajadores, que los represente en el Parlamento y actúe en su nombre, podría perder su propósito y convertirse en parte del problema.
Su relación con el movimiento de mujeres
En El voto femenino y la lucha de clases (1912), Luxemburgo criticó a algunos grupos de mujeres de clases altas:
«Si se tratara del voto de las damas burguesas, el Estado capitalista lo consideraría como un apoyo para la reacción. La mayoría de estas mujeres burguesas, que actúan como leonas en la lucha contra los «privilegios masculinos», se alinearían como dóciles corderitos en las filas de la reacción conservadora y clerical si tuvieran derecho al voto. Serían incluso mucho más reaccionarias que la parte masculina de su clase. A excepción de las pocas que tienen alguna profesión o trabajo, las mujeres de la burguesía no participan en la producción social. No son más que co-consumidoras de la plusvalía que sus hombres extraen del proletariado. Son los parásitos de los parásitos del cuerpo social. Y los consumidores son a menudo mucho más crueles que los agentes directos de la dominación y la explotación de clase a la hora de defender su «derecho» a una vida parasitaria.»
Ella argumentaba que el llamado a la igualdad de las mujeres, cuando venía de mujeres de clases altas, era una idea sin base real, un "fantasma" de la oposición entre hombres y mujeres. Por eso, consideraba que el movimiento por el derecho al voto de las mujeres de esa época tenía un carácter cómico.
En La proletaria (1914), Luxemburgo insistió en la necesidad de diferenciar a la mujer trabajadora de la mujer de clase alta:
«Para la mujer burguesa su casa es su mundo. Para la proletaria su casa es el mundo entero, el mundo con todo su dolor y su alegría, con su fría crueldad y su ruda grandeza. La proletaria es esa mujer que migra con los trabajadores de los túneles desde Italia hasta Suiza, que acampa en barrancas y seca pañales entonando canciones junto a rocas que, con la dinamita, vuelan violentamente por los aires. Como obrera del campo, como trabajadora estacional, descansa durante la primavera sobre su modesto montón de ropa en medio del ruido, en medio de trenes y estaciones con un pañuelo en la cabeza y a la espera paciente de que algún tren le lleve de un lado a otro. Con cada ola de miseria que la crisis europea arroja hacia América, esa mujer emigra, instalada en el entrepuente de los barcos, junto con miles de proletarios, junto con miles de proletarios hambrientos de todo el mundo para que, cuando el reflujo de la ola produzca a su vez una crisis en América, se vea obligada a regresar a la miseria de la patria europea, a nuevas esperanzas y desilusiones, a una nueva búsqueda de pan y trabajo.
La mujer burguesa no está interesada realmente en los derechos políticos, porque no ejerce ninguna función económica en la sociedad, porque goza de los frutos acabados de la dominación de clase. La reivindicación de la igualdad de derechos para la mujer es, en lo que concierne a las mujeres burguesas, pura ideología, propia de débiles grupos aislados sin raíces materiales, es un fantasma del antagonismo entre el hombre y la mujer, un capricho. De ahí el carácter cómico del movimiento sufragista.
La proletaria, en cambio, necesita de los derechos políticos porque en la sociedad ejerce la misma función económica que el proletario, trabajo de la misma manera para el capital, mantiene igualmente al Estado, y es también explotada y dominada por éste. Tiene los mismos intereses y necesita las mismas armas para defenderse. Sus exigencias políticas están profundamente arraigadas no en el antagonismo entre el hombre y la mujer, sino en el abismo social que separa a la clase de los explotados de la clase de los explotadores, es decir, en el antagonismo entre el capital y el trabajo.»
Sus últimas palabras: la confianza en el cambio
Las últimas palabras conocidas de Rosa Luxemburgo, escritas la noche de su muerte, muestran su confianza en las personas y en la inevitabilidad de un cambio social:
«El liderazgo ha fallado. Incluso así, el liderazgo puede y debe ser regenerado desde las masas. Las masas son el elemento decisivo, ellas son el pilar sobre el que se construirá la victoria final de la revolución. Las masas estuvieron a la altura; ellas han convertido esta derrota en una de las derrotas históricas que serán el orgullo y la fuerza del socialismo internacional. Y esto es por lo que la victoria futura surgirá de esta derrota.
'¡El orden reina en Berlín!' ¡Estúpidos secuaces! Vuestro 'orden' está construido sobre la arena. Mañana la revolución se levantará vibrante y anunciará con su fanfarria, para terror vuestro: ¡Yo fui, yo soy, y yo seré!»
Cine sobre Rosa Luxemburgo
- Rosa Luxemburgo (1986), escrita y dirigida por Margarethe von Trotta
Véase también
En inglés: Rosa Luxemburg Facts for Kids
- Huelga de masas, partido y sindicatos
- Luxemburguismo
- Fundación Rosa Luxemburgo
- Izquierda judía
- Izquierda Comunista