Papado de Aviñón para niños
El Papado de Aviñón fue un período especial en la historia de la Iglesia católica. Entre los años 1309 y 1377, siete papas, que normalmente vivían en Roma, se mudaron a la ciudad de Aviñón, en lo que hoy es el sudeste de Francia.
Estos papas fueron: Clemente V, Juan XXII, Benedicto XII, Clemente VI, Inocencio VI, Urbano V y Gregorio XI. Algunos historiadores católicos llaman a este tiempo el "segundo cautiverio de Babilonia", comparándolo con un evento bíblico. En 1378, el papa Gregorio XI regresó a Roma y falleció allí.
Aviñón y el Condado Venaissin, que eran parte de los Estados Pontificios (territorios gobernados por el papa), permanecieron bajo el control de la Iglesia hasta la Revolución francesa en 1791, cuando pasaron a formar parte de Francia.
Es importante no confundir el Papado de Aviñón (1309-1377) con otro período posterior, el Cisma de Occidente (1378-1417). Durante el Cisma, la Iglesia estuvo dividida, con un papa en Roma y otro en Aviñón, a quien se le llama antipapa.
Contenido
¿Por qué el papa se mudó a Aviñón?
El conflicto entre el rey Felipe IV de Francia y el papa Bonifacio VIII

A principios del siglo XIV, la Iglesia católica tenía mucho prestigio. El papa Bonifacio VIII (1294-1303) era un líder muy experimentado. Él creía firmemente que el papa debía tener autoridad sobre todos los gobernantes cristianos, como se había establecido en un documento llamado Dictatus Papae en el siglo XI.
Un problema importante surgió cuando el rey Felipe IV de Francia quiso cobrar impuestos a la Iglesia. El papa Bonifacio VIII emitió una orden, la bula Clericis laicos (1296), que prohibía cobrar impuestos a las propiedades de la Iglesia sin permiso del papa. Sin embargo, un año después, el papa permitió a Felipe IV cobrar impuestos en casos de emergencia.
El Año Jubilar de 1300 fue un gran éxito, con millones de peregrinos visitando Roma. Esto aumentó el prestigio del papa y trajo mucho dinero a Roma. Pero también hizo que el papa Bonifacio VIII creyera que tenía más poder del que realmente tenía sobre los asuntos de los reinos.
Cuando el rey Felipe IV detuvo a un obispo, el papa respondió con otra orden, la bula Salvator Mundi. En ella, el papa quitaba muchos privilegios que papas anteriores habían dado al rey francés. Poco después, en la bula Ausculta fili, el papa acusó al rey y lo llamó a una reunión en Roma. Bonifacio VIII afirmó con fuerza que "Dios nos ha situado sobre los reyes y los reinos".
Felipe IV no estuvo de acuerdo y respondió que él no era "vasallo de nadie en cuestiones temporales". Convocó una reunión de los Estados Generales de Francia, un consejo de nobles, que apoyaron su postura. El rey acusó al papa de varios delitos y lo citó ante un consejo.
La respuesta del papa Bonifacio fue la bula Unam sanctam (1302), donde decía que "es necesario para la salvación que todas las criaturas humanas sean súbditos del pontífice Romano". El papa estaba preparando una orden para expulsar al rey de la Iglesia y castigar a todo su reino. Pero en septiembre de 1303, Guillermo de Nogaret, un crítico del papa en Francia, llevó un ejército a Roma. Su objetivo era llevar al papa, si era necesario por la fuerza, ante un consejo para juzgarlo.
Nogaret se unió a la familia Colonna, que eran rivales del papa. Tropas francesas e italianas atacaron al papa en Anagni, su ciudad natal, donde se había refugiado. Lo tomaron prisionero, pero la gente de Anagni lo liberó tres días después. Este evento se conoce como el atentado de Anagni. El papa Bonifacio VIII, que tenía 68 años, murió pocas semanas después debido a las heridas y el maltrato.
El rey francés influye en el papado
La muerte del papa Bonifacio VIII dejó a la Iglesia sin un líder fuerte para enfrentarse al rey de Francia. Después de un papa que solo gobernó un año, Benedicto XI (1303-04), fue elegido Clemente V (1305-1314). Él era de Gascuña, en el sur de Francia.
Clemente V fue elegido en una reunión de cardenales en Perugia, Italia. Pero él era obispo de Burdeos y no estaba en Italia. Fue elegido bajo la presión del rey de Francia, Felipe IV. Una de sus primeras acciones fue nombrar a nueve cardenales franceses cercanos al rey.
El papa Clemente V se convirtió en una herramienta del rey de Francia. En 1306, anuló (para Francia) las decisiones de la Iglesia que Felipe IV consideraba contrarias a sus intereses, como las órdenes de Bonifacio VIII. Bajo la presión del rey, Clemente V decidió no ir a Roma y estableció su corte en Aviñón. Esta ciudad estaba cerca de las tierras del Condado Venaissin, que pertenecían al papa, pero estaba muy influenciada por el rey francés.
En esta situación, Clemente V se centró en tres cosas: detener movimientos que la Iglesia consideraba equivocados (como el catarismo); mejorar la forma en que la Iglesia se organizaba por dentro; y mantener una buena imagen de la Iglesia como la guía de Dios en la Tierra. Esto último era difícil porque Felipe IV quería juzgar al papa Bonifacio VIII por supuestas herejías. Si esto pasaba, la autoridad de la Iglesia se vería muy afectada. Clemente V hizo muchas concesiones para evitarlo. Por ejemplo, aunque tenía dudas, impulsó el juicio contra los Caballeros templarios y finalmente decidió disolver su Orden. En 1314, el papa Clemente V decretó la supresión de la Orden. El rey de Francia y su hijo estuvieron presentes cuando se anunció la decisión.
¿Por qué se eligió Aviñón?
La inseguridad en Roma hizo que los cardenales eligieran a Clemente V en Perugia. Como no estaba en Italia, pidió ser coronado en Lyon, Francia, en lugar de Roma. Después de la ceremonia, regresó a Burdeos.
Clemente V quería mostrar que la Iglesia era independiente, pero también mantener una buena relación con el rey francés y el emperador. Por eso, en 1309, se mudó de Burdeos a Aviñón. Aviñón era propiedad de la casa de Anjou, que gobernaba Nápoles y eran vasallos de la Iglesia. Además, la ciudad estaba muy cerca del Condado Venaissin, un territorio del papa. Aunque no se sabe si Clemente V planeaba regresar a Roma, su pontificado marcó el inicio del Papado de Aviñón.
El Papado en Aviñón
A los sucesores de Clemente V no les gustó que el papa se mudara constantemente, ya que la administración de la Iglesia necesitaba un lugar fijo. Aviñón estaba en una posición central en Europa en el siglo XIV. Fue el papa Juan XXII quien eligió la ciudad como su residencia permanente.
Juan XXII
El papa Juan XXII (1316-1334) fue elegido por deseo del nuevo rey de Francia, Felipe V. El rey convocó una reunión de cardenales en Lyon, Francia, donde fue elegido su candidato.
Un problema importante durante el papado de Juan XXII fue su conflicto con Luis IV de Baviera, el Emperador del Sacro Imperio Romano. En 1323, Juan XXII se negó a reconocer a Luis como rey, diciendo que había tomado el título sin su aprobación. También se negó a coronarlo como emperador y lo expulsó de la Iglesia en 1324. Lo acusó de apoyar a pensadores que la Iglesia consideraba equivocados. Luis respondió invadiendo Italia con un gran ejército y ocupó Roma en enero de 1328. Allí fue coronado emperador y nombró a un nuevo papa, Nicolás V, el primer antipapa italiano. El papa Juan XXII, que estaba en Aviñón, expulsó de la Iglesia al nuevo papa y a la ciudad de Roma.
La gente de Roma, cansada de la ocupación militar y de la expulsión de la Iglesia, se rebeló y obligó a Luis a dejar Roma en agosto de 1328. La división en la Iglesia duró poco, ya que el antipapa Nicolás renunció en 1330 y se sometió a Juan XXII. Este conflicto con el Emperador hizo que el papado dependiera aún más del rey francés.
Un ejemplo de la riqueza del papado en esta época lo dio el historiador Giovanni Villani. A su muerte en 1334, el papa Juan XXII había acumulado una enorme suma de dinero en Aviñón: veinticinco millones de florines de oro.
Benedicto XII
El papa Benedicto XII (1334-1342) había trabajado antes en la Inquisición contra el movimiento cátaro. Se dice que era muy cuidadoso al examinar a las personas. También era muy humilde; cuando supo que había sido elegido papa, exclamó: "¡Han elegido a un burro!". Al principio de su papado, intentó establecer su sede en Roma, pero el rey de Francia se lo impidió. Su interés en traer la paz al sur de Francia lo llevó a mediar entre el rey de Francia y el rey de Inglaterra, antes de que comenzara la Guerra de los Cien Años.
Clemente VI
Bajo el papado de Clemente VI (1342-1352), los intereses franceses comenzaron a dominar completamente al papado. Clemente VI había sido arzobispo de Ruan y consejero de Felipe IV, por lo que tenía fuertes lazos con la corte francesa. Incluso financió con su propio dinero los esfuerzos de guerra franceses para expulsar a los ingleses de Francia. Se dice que le gustaban los trajes lujosos, y bajo su reinado, el estilo de vida extravagante en Aviñón alcanzó nuevos niveles.
Clemente VI también fue el papa durante la Peste negra. Esta enfermedad se extendió por toda Europa entre 1347 y 1350, y se cree que mató a cerca de un tercio de la población. La gente asustada empezó a creer que los judíos eran los culpables de la peste, lo que llevó a ataques y masacres de judíos en toda Europa. El papa reaccionó con fuerza, publicando en 1348 dos órdenes que condenaban toda violencia contra los judíos. Declaró que quienes creían que los judíos eran responsables de la enfermedad habían sido "engañados por el diablo" y ordenó a la Iglesia proteger a los judíos. El papa dijo sobre la peste: "Pestilencia con la que Dios está castigando a sus gentes".
La compra de la soberanía de Aviñón por 80.000 florines a Juana de Nápoles y Provenza (1348) aseguró una estancia más larga de la residencia papal fuera de Roma. Por esa época, el papa también declaró a la reina inocente de haber participado en la muerte de su marido.
Inocencio VI
El papa Inocencio VI (1352-1362) era menos partidista que Clemente VI. Le interesaba establecer la paz entre Francia e Inglaterra, y había trabajado en delegaciones papales para este fin. Su apariencia delgada y sus modales sencillos le daban mucho respeto entre los nobles de ambos lados del conflicto. Sin embargo, también era indeciso y fácil de influenciar, y ya era mayor cuando fue elegido papa. En esta situación, el rey de Francia lograba influir en el papado, aunque los enviados del papa jugaron un papel clave en varios intentos de detener el conflicto. En 1353, el obispo de Porto, Guy de Boulogne, intentó organizar una conferencia. Después de conversaciones inicialmente buenas, el esfuerzo fracasó, en gran parte por la desconfianza de los ingleses hacia los fuertes lazos de Guy con la corte francesa. En una carta, el propio Inocencio VI escribió al Duque de Lancaster: "Aunque nacimos en Francia y por eso y otras razones tenemos un afecto especial por el reino de Francia, al trabajar por la paz hemos dejado de lado nuestros prejuicios y hemos intentado servir los intereses de todo el mundo".
Urbano V
Con el papa Urbano V (1362-70), el control de la corte francesa sobre el papado se hizo más directo. A Urbano V se le describe como el papa de Aviñón más austero después de Benedicto XII y probablemente el más espiritual de todos. Sin embargo, no era un buen estratega y hizo muchas concesiones a la Corona francesa, especialmente en asuntos de dinero, algo crucial durante la guerra con Inglaterra. En 1369, Urbano V apoyó el matrimonio de Felipe II de Borgoña y Margarita III de Flandes. Esto contrastaba con la dispensa que se le había dado a uno de los hijos de Eduardo III para casarse con Margarita. Esto mostraba claramente la parcialidad del papado.
Gregorio XI
La decisión más importante del papado de Gregorio XI (1370-1378) fue el regreso a Roma en 1378. Aunque el papa era francés y todavía estaba muy influenciado por el rey francés, el creciente conflicto entre grupos a favor y en contra del papa amenazaba los territorios de la Iglesia y la lealtad de la propia Roma. Cuando el papado prohibió la exportación de grano durante una escasez de alimentos (1374-75), Florencia organizó a varias ciudades en una alianza contra el papado: Milán, Bolonia, Perugia, Pisa, Lucca y Génova. El enviado del papa, Roberto de Ginebra, un pariente de la Casa de Saboya, inició una política muy dura contra la alianza para recuperar el control de estas ciudades. Convenció al papa Gregorio XI de contratar soldados mercenarios. Para detener una rebelión en Cesena, contrató a John Hawkwood, quien mató a la mayoría de la población (se dice que entre 2500 y 3500 personas).
Después de estos eventos, la oposición contra el papado se hizo más fuerte. Florencia entró en conflicto abierto con el papa, un conflicto llamado la Guerra de los ocho santos. Se expulsó a toda la ciudad de Florencia de la Iglesia, y como respuesta, se detuvo la exportación de impuestos de la Iglesia. El comercio se vio muy afectado, y ambas partes tuvieron que buscar una solución. En su decisión de volver a Roma, el papa también fue influenciado por Catalina de Siena, quien más tarde fue declarada santa, y que predicaba a favor del regreso a Roma.
La división en la Iglesia terminó finalmente por una serie de concilios, que duraron hasta 1417. La creación de los Consejos de la Iglesia, con el poder de decidir sobre la posición del papa, fue uno de los resultados principales de esta división. Sin embargo, no duró mucho más allá de 1417.
¿Qué consecuencias tuvo el Papado de Aviñón?
Cuando murió Gregorio XI, dieciséis de veintinueve cardenales se reunieron en Roma para elegir a su sucesor. La gente de Roma los presionó, temiendo que si elegían a un extranjero, la sede del papa se iría de Roma otra vez. Así que eligieron al arzobispo de Bari, Bartolomeo de Prignano, quien tomó el nombre de Urbano VI.
Un grupo de cardenales franceses, descontentos con la elección y con la actitud del nuevo papa, se reunieron en Aviñón. Allí declararon que la elección de Urbano VI no era válida y eligieron un nuevo papa, a quien la historia de la Iglesia llama antipapa. Este antipapa viviría en Aviñón, causando así formalmente lo que se conoce como el «Cisma de Occidente» (1378-1417). Durante este tiempo, la Iglesia Católica se dividió en facciones que apoyaban a diferentes aspirantes al papado. El Concilio de Constanza en 1417 resolvió esta controversia. Los antipapas de Aviñón fueron: Clemente VII (1378–1394) y Benedicto XIII (1394–1423). Este último fue expulsado de Aviñón en 1403.
Galería de imágenes
-
Un mapa medieval de Roma de un manuscrito del periodo (París, Bibliothèque Nationale, MS Ital. 81, folio 18). La ilustración muestra a Roma personificada como viuda que sufre la pérdida del papado.
Véase también
En inglés: Avignon Papacy Facts for Kids