Peste negra para niños
La peste negra, también conocida como muerte negra, fue una de las pandemias más devastadoras en la historia de la humanidad. Afectó a Eurasia y el norte de África en el siglo XIV, alcanzando su punto más alto entre 1347 y 1353. Se calcula que causó la muerte de entre 80 y 200 millones de personas. Esto significó que entre el 30% y el 60% de la población de Europa falleció.
La teoría más aceptada es que fue causada por una variante de la bacteria Yersinia pestis. La palabra "peste" a menudo se usa como sinónimo de "muerte negra", aunque "peste" viene del latín "pestis", que significa "enfermedad" o "epidemia".
Se cree que la pandemia comenzó en Asia y luego llegó a Europa a través de las rutas comerciales. Las bacterias vivían en las pulgas que se encontraban en las ratas. Cuando los barcos mercantes llegaban a los puertos, las ratas subían a bordo e infectaban a la tripulación. Al llegar a tierra, los marineros contagiaban a la gente de las ciudades y aldeas costeras. La epidemia se introdujo por marinos en Mesina, actual Italia. Algunas zonas quedaron casi vacías, mientras que otras apenas fueron afectadas. Por ejemplo, en Florencia, solo una quinta parte de sus habitantes sobrevivió. En Alemania, se estima que uno de cada diez habitantes murió. Ciudades como Hamburgo, Colonia y Bremen tuvieron muchas muertes, pero el este de Alemania se vio menos afectado.
En aquella época, muchas personas pensaban que la peste era "un acto de Dios". Debido al miedo y la desesperación, algunas comunidades buscaron culpables. Esto llevó a situaciones difíciles para ciertos grupos de personas en Europa. Aunque algunos líderes intentaron evitarlo, la falta de orden social por la gravedad de la epidemia hizo que fuera difícil detener estas acciones.
Contenido
Orígenes y propagación de la Peste Negra
La peste negra fue un evento sin precedentes por su alcance mundial. Afectó a muchos continentes.
¿Cómo era el mundo antes de la Peste Negra?
Antes de la peste, la situación política en Europa y gran parte de Asia era relativamente estable. Las grandes migraciones y ataques habían disminuido. En Asia, el Imperio mongol se había dividido. Sin embargo, la paz no era total, con conflictos como la Guerra de los Cien Años en Europa.
La población en Europa había crecido hasta unos 80 millones de habitantes. Esto se debía a un clima favorable y a nuevas técnicas agrícolas. Por ejemplo, se empezó a usar caballos en lugar de bueyes para arar, y se dividió la tierra en tres cultivos en lugar de dos (conocido como cultivo de alternancia trienal). Sin embargo, alrededor del año 1300, esta prosperidad empezó a cambiar. Se necesitaban más tierras y más animales para alimentar a la población. Además, la Pequeña Edad de Hielo comenzó, trayendo inviernos más fríos y malas cosechas. Esto llevó a hambrunas y a que la gente estuviera más débil, lo que los hizo más vulnerables a la enfermedad. Francia era el país más poblado de Europa en ese momento, con unos 16 o 17 millones de habitantes.
La economía también había mejorado gracias a la agricultura y al comercio. Las caravanas comerciales por la Ruta de la Seda eran más constantes. Las técnicas de navegación y construcción de barcos también mejoraron, permitiendo transportar grandes cargamentos. Esto se reflejó en la construcción de grandes catedrales en Europa.
En cuanto a la sociedad, las ciudades crecieron y se hicieron más importantes. También hubo cambios en la forma de vestir para diferenciar a los grupos sociales. La medicina de la época se basaba más en la experiencia que en la ciencia. Se seguían las ideas de autores antiguos como Galeno de Pérgamo. La Iglesia católica unía a Europa, aunque había cierta insatisfacción por el traslado de la corte papal a Aviñón.
La enfermedad: Síntomas y causas
La peste negra afectó el norte de África, Asia, Oriente Medio y Europa, excepto Islandia y Finlandia. Su mortalidad fue muy alta.
Síntomas de la Peste Negra
Los cronistas de la época describen que los síntomas aparecían muy rápido. Una persona podía estar bien por la mañana y morir por la noche. Los afectados presentaban varios de estos síntomas:
- Fiebre alta, a veces más de 40 grados.
- Tos y sangre al toser.
- Sangrado por la nariz y otras partes del cuerpo.
- Mucha sed.
- Manchas en la piel de color azul o negro, por pequeñas hemorragias.
- Gangrena en los dedos de manos y pies.
- Aparición de bubones negros (inflamación de los ganglios linfáticos) en la ingle, cuello, axilas, brazos, piernas o detrás de las orejas.
- Rotura de los bubones, que soltaban un líquido con mal olor.
El nombre "negra" se debe a las manchas y al aspecto de la piel por la gangrena. El mal olor venía de los bubones al romperse. La mayoría de las veces, la aparición de estos síntomas significaba la muerte del paciente en unos cinco días.
Las autoridades de algunas ciudades descubrieron que la enfermedad tardaba unos 39 días en aparecer. Los que sobrevivían no volvían a contagiarse. Por eso, los viajeros y marineros debían pasar cuarenta días aislados al llegar a algunas ciudades italianas. Los científicos actuales creen que la enfermedad tenía un periodo de incubación de unos diez o doce días sin contagio, seguido de un periodo de unos veinte o veintidós días en el que la persona era contagiosa pero no tenía síntomas. Luego aparecían los síntomas y la muerte llegaba en cuatro o cinco días. Este largo periodo sin síntomas pero contagioso ayudó a su rápida propagación.
¿Qué causó la Peste Negra?
Hasta el siglo XIX, no se sabía con certeza qué organismo causó la peste negra. Hoy en día, la mayoría de los científicos están de acuerdo en que fue la bacteria Yersinia pestis. En 1894, el científico Alexandre Yersin la descubrió durante una epidemia en Hong Kong. Él notó que los afectados tenían bubones oscuros, similares a los que se veían en las pinturas de San Roque. Yersin también sugirió que las ratas podrían ser el medio de transmisión.
Más tarde, en 1905, se descubrió que las pulgas Xenopsylla cheopis que vivían en las ratas negras eran las que transmitían la bacteria. Cuando las ratas morían, las pulgas buscaban otros animales para alimentarse, como los humanos, y así los contagiaban.
Algunas pruebas que apoyan la teoría de las ratas y las pulgas son:
- Las personas que trabajaban en contacto con ratas (carniceros, molineros) se enfermaban más.
- En Asia, a menudo aparecen muchas ratas muertas antes de que comience una epidemia.
- Las profesiones que repelían a las pulgas (toneleros, pastores) se veían menos afectadas.
- Estudios recientes han encontrado restos de la bacteria Yersinia pestis en esqueletos de cementerios de la época, confirmando su presencia.
Aunque la teoría de la Yersinia pestis es la más aceptada, algunos investigadores han propuesto otras ideas. Argumentan que la peste bubónica actual se propaga más lento que la peste negra medieval. También señalan que las fuentes históricas no siempre mencionan ratas muertas y que la peste bubónica requiere temperaturas más cálidas de las que había en los inviernos europeos de esa época. Sin embargo, la mayoría de los expertos apoyan la teoría de la bacteria Yersinia pestis transmitida por pulgas de rata.
La expansión de la enfermedad
El origen exacto de la peste negra es incierto. Algunos historiadores creen que pudo haber comenzado en el desierto de Gobi o en otras regiones de Asia Central.
Gabriele de Mussis menciona la ciudad de Caffa como el primer lugar donde se propagó la plaga. Se cuenta que los ejércitos mongoles que asediaban esta ciudad lanzaron cadáveres infectados con catapultas para propagar la enfermedad. Lo que sí se sabe es que la enfermedad salió en barco de esta colonia genovesa en la península de Crimea en octubre de 1347 y llegó a Mesina a finales de ese año.
Algunos barcos llegaban a las costas sin nadie vivo a bordo. Desde Italia, la peste se extendió por Europa, afectando territorios de las actuales Francia, España, Inglaterra (en junio de 1348), Alemania, Hungría, Escandinavia y finalmente el noroeste de Rusia. Se cree que fue la causa de la muerte del rey de Castilla, Alfonso XI, durante el asedio a Gibraltar en 1350.
Consecuencias de la Peste Negra

La información sobre la cantidad de muertes varía, pero se estima que entre el 30% y el 60% de la población de Europa murió. Esto significa que unos 25 millones de personas fallecieron solo en Europa, y entre 40 y 60 millones más en África y Asia. Algunas localidades quedaron completamente vacías, y los pocos supervivientes huyeron, extendiendo aún más la enfermedad.
La gran pérdida de población provocó cambios económicos. Hubo menos mano de obra, lo que hizo que los campesinos tuvieran más libertad y menos obligaciones con sus tierras. La peste también redujo la cantidad de tierra cultivada en Europa, lo que disminuyó la producción agrícola. En el norte de Italia, esta caída fue del 40% entre 1340 y 1370.
La escasez de trabajadores incentivó la búsqueda de nuevas formas de hacer las cosas, lo que algunos creen que ayudó a terminar con la Edad Media y a dar paso al Renacimiento. Debido a la despoblación, los europeos que sobrevivieron pudieron consumir más carne que en épocas anteriores.
La peste negra, que acabó con un tercio de la población europea, se repitió en varias oleadas hasta 1490. Se calcula que, en total, pudo haber causado la muerte de unas 200 millones de personas. Sin embargo, ninguno de los brotes posteriores fue tan grave como la epidemia inicial de 1348.
Galería de imágenes
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San Roque en una pintura de Pietro Perugino de 1476-78, mostrando un bubón.
Véase también
- Anexo:Cronología de epidemias
- Peste negra en la cultura medieval
- Plaga de Londres de 1563
- Plaga de Londres de 1592-1593
- Gran plaga de Londres
- Gran peste de Sevilla (1649)
- Plaga Italiana (1629-1631)
- Gran peste de Viena
- Gran peste de Marsella
- Peste rusa de 1770-1772
- Epidemia de peste otomana de 1812-1819
- Peste de San Cristóbal de La Laguna (1582) (Islas Tenerife)
- Epidemia de peste en China de 1633–1644
- Peste de Hong Kong de 1894
- Epidemia de peste en Bombay
- Decamerón
- Flagelación
- Danza de la Muerte
- Peste pulmonar
- Crisis del siglo XIV