Katsushika Hokusai para niños
Datos para niños Katsushika Hokusai |
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![]() Autorretrato (1839)
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Takitaro | |
Nombre en japonés | 葛飾北斎 | |
Nombre en japonés | 葛飾󠄁北齋 | |
Nacimiento | 31 de octubre de 1760 Edo, Japón |
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Fallecimiento | 10 de mayo de 1849 Japón |
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Residencia | Uraga | |
Nacionalidad | Japonesa | |
Familia | ||
Hijos | Katsushika Ōi | |
Información profesional | ||
Ocupación | Pintor, xilógrafo, ilustrador, ukiyo-e artist, artista, artista gráfico, grabador, diseñador, dibujante arquitectónico, artista visual y dibujante | |
Área | Ukiyo-e, pintura, artes visuales, grabado en madera, gráficos, ilustración y dibujo | |
Años activo | 1775-1849 | |
Movimientos | Japonismo, Kasei culture y ukiyo-e | |
Género | Ukiyo-e y retrato | |
Obras notables |
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Firma | ||
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Katsushika Hokusai, conocido simplemente como Hokusai (北斎 ), fue un famoso pintor y grabador japonés. Nació el 31 de octubre de 1760 en Edo (hoy Tokio) y falleció el 10 de mayo de 1849. Perteneció a la escuela Ukiyo-e del periodo Edo, que se dedicaba a las "pinturas del mundo flotante".
Hokusai es famoso por la gran cantidad de nombres que usó durante su vida, como Shunro, Sori, Kako, Taito, Kakyoin, Iitsu y Manji. Creó una obra enorme y muy variada. Por ejemplo, en su colección Hokusai Manga (1814-1849), mostró la vida diaria de la gente con gran detalle y humor.
También hizo grabados de paisajes, como las Treinta y seis vistas del monte Fuji (c. 1830-1833) y las Cien vistas del monte Fuji (1834). Estas obras muestran su fascinación por el Monte Fuji. Dos de sus trabajos más conocidos de esta serie son La gran ola de Kanagawa y Fuji en días claros. Estas obras le dieron fama tanto en Japón como en otros países.
A mediados del siglo XIX, los grabados de Hokusai y otros artistas japoneses llegaron a París. Allí, artistas postimpresionistas como Vincent Van Gogh, Paul Gauguin y Henri de Toulouse-Lautrec los coleccionaron. La obra de estos artistas muestra una clara influencia de los grabados japoneses.
Contenido
Biografía de Hokusai: Un Viaje Artístico

Hokusai nació el 31 de octubre de 1760 en el distrito de Honjō, al este de Edo. Su nombre de nacimiento era Tokitaro. No se sabe quiénes fueron sus padres biológicos. Fue adoptado desde muy pequeño por Nakajima Ise, un artesano importante de Edo que fabricaba espejos para la corte del shōgun. Hokusai trabajó con él como aprendiz y luego fue su heredero. Esto sugiere que podría haber sido hijo de Nakajima.
Primeros Pasos como Artista
De joven, Hokusai trabajó en una librería. Entre los 15 y los 18 años, fue aprendiz en un taller de grabado. Esta experiencia temprana en el mundo de los libros y la impresión fue muy importante para su desarrollo como artista. En 1778, a los 18 años, se hizo alumno del maestro Katsukawa Shunsho, de la escuela ukiyo-e. Allí aprendió a hacer grabados con planchas de madera (xilografía). Se especializó en retratar a actores de kabuki, conocidos como Yakusha-e.
Hokusai publicó sus primeros trabajos al año siguiente, usando el nombre de Shunro. Eran invitaciones impresas para el teatro kabuki, donde ya mostraba su dominio de la técnica.
Se cree que Hokusai se casó alrededor de los 20 años. En este periodo, sus diseños se centraron en retratos de actores y mujeres en escenarios históricos y jardines. Usaba la técnica "uki-e", que incluía paisajes con perspectiva occidental, y también hacía estampas de niños. Sus libros ilustrados trataban temas históricos y educativos.
Durante la década siguiente, Hokusai se destacó en el género surimono. Los surimono eran tarjetas especiales para ocasiones como Año Nuevo, programas musicales o felicitaciones. Eran ediciones limitadas de muy alta calidad. A menudo, sociedades de poetas los encargaban para ilustrar poemas ganadores de concursos. Eran grabados pequeños y requerían mucha habilidad para tallar los caracteres kanji en relieve.
Alrededor de los 30 años, la vida de Hokusai cambió mucho. Su maestro Katsukawa Shunsho murió en 1793, y su joven esposa falleció por la misma época, dejándole tres hijos. En 1797, se casó de nuevo y adoptó el nombre profesional de Hokusai. Este cambio marcó el comienzo de una etapa muy productiva en su carrera.
El Arte de Hokusai en su Mejor Momento
En este periodo, Hokusai exploró todo tipo de arte ukiyo-e: tarjetas, surimono, libros ilustrados, antologías de poemas, pinturas a mano y libros de bocetos. Aunque no competía con Utamaro en retratos de mujeres, Hokusai se enfocó en una amplia variedad de temas. Puso especial atención en paisajes y escenas históricas, donde las personas eran menos importantes. A finales del siglo, incorporó la perspectiva y los colores occidentales a su estilo. También publicó una serie de retratos femeninos llamada Canciones de Itako.
A partir del siglo XIX, Hokusai empezó a ilustrar yomihon, que eran novelas históricas para lectores más cultos. Su estilo cambió mucho entre 1806 y 1807. Su fama y su trabajo crecían, y empezó a enfocarse en temas clásicos tradicionales, como samuráis, guerreros y temas chinos, alejándose un poco del mundo del ukiyo-e.
Alrededor de 1812, el hijo mayor de Hokusai falleció. Fue un golpe muy duro, tanto emocional como económico. Su hijo era el heredero de la familia Nakajima, lo que le aseguraba ingresos. Por esta razón, o por otra desconocida, Hokusai se centró en ilustrar libros, especialmente aquellos diseñados para artistas aficionados, como Lecciones rápidas al dibujo simplificado. Esto le ayudó a atraer más alumnos a su taller.
Además de sus grabados e ilustraciones, Hokusai tuvo mucho éxito en exposiciones públicas de sus pinturas. Por ejemplo, hizo una pintura enorme de unos 200 m² con figuras mitológicas para un festival. Incluso fue invitado a mostrar su arte ante el shogun, que era el gobernante de Japón.
En el verano de 1828, la segunda esposa de Hokusai murió. El maestro tenía 68 años, estaba triste, con una parálisis en el brazo izquierdo y solo con un nieto problemático. Su hija, O-ei, que también era artista y alumna suya, se divorció y regresó a casa para cuidar a su padre hasta su muerte.
Los Últimos Años de un Genio
Hokusai trabajó hasta el último día de su vida. Era un artista muy activo que se levantaba temprano y pintaba hasta la noche. Así fue durante toda su larga y productiva vida. De sus miles de libros y grabados, sus Treinta y seis vistas del Monte Fuji son especialmente importantes. Publicada entre 1826 y 1833, esta famosa serie, que con los suplementos tenía 46 grabados a color, fue un gran avance en la impresión de paisajes japoneses. La calidad de su diseño y ejecución no había sido igualada hasta entonces. En total, Hokusai creó unas treinta mil obras.
Hokusai se mudó más de 90 veces y cambió de nombre con frecuencia, lo que muestra su carácter. Además de su nombre principal, usó otros dos seudónimos ocasionales y unos veinte nombres más que añadía a su nombre principal.
Aunque deseaba vivir diez años más, "el viejo loco por la pintura", como él mismo se llamaba, murió el 10 de mayo de 1849, a los 89 años. No había logrado alcanzar la "verdad última" de la pintura que tanto buscaba.
Años antes, en el prólogo de Cien vistas del Monte Fuji, había escrito: [...] a la edad de cinco años tenía la manía de hacer trazos de las cosas. A la edad de 50 había producido un gran número de dibujos, con todo, ninguno tenía un verdadero mérito hasta la edad de 70 años. A los 73 finalmente aprendí algo sobre la verdadera forma de las cosas, pájaros, animales, insectos, peces, las hierbas o los árboles. Por lo tanto a la edad de 80 años habré hecho un cierto progreso, a los 90 habré penetrado más en la esencia del arte. A los 100 habré llegado finalmente a un nivel excepcional y a los 110, cada punto y cada línea de mis dibujos, poseerán vida propia [...]
El Monte Fuji en la Obra de Hokusai
La frecuente aparición del monte Fuji en las obras de Hokusai también se relaciona con sus creencias. Hokusai era miembro de la orden budista de Nichiren. En Japón, esta montaña siempre ha estado ligada a la vida eterna. Esta creencia viene del Cuento del cortador de bambú. En él, la princesa Kagulya, nacida de un tronco de bambú, deja el elixir de la vida eterna en la cima de la montaña. Por eso, el monte Fuji fue visto como la fuente de la inmortalidad, una tradición que influyó en la obsesión de Hokusai por la montaña.
El monte Fuji es un símbolo de Japón y una montaña sagrada desde el siglo VII. Una leyenda sintoísta cuenta que el emperador ordenó destruir la cima para conseguir el elixir de la inmortalidad. El humo que a veces sale de su cima se explica como el vapor de esa bebida. También se dice que es el hogar de las diosas sintoístas Fuji-hime y Sakuya-hime. La muerte de Jikigyō Miroku (1671-1733), un monje budista que falleció ayunando en la montaña, aumentó la veneración por ella y convirtió su visita en un ritual importante.
La montaña ha inspirado a muchos poetas y ha aparecido en incontables obras de arte. La obra más antigua conocida es un dibujo en papel de una puerta corredera del siglo XI. Ha sido muy importante para los pintores japoneses del siglo XIX. Además de Hokusai, otro gran artista, Hiroshige (1797-1858), también se inspiró en ella. Hiroshige creó las Cincuenta y tres estaciones del Tōkaidō (1833-34) y dos series personales llamadas Treinta y seis vistas del monte Fuji. En el mismo periodo, Utagawa Kuniyoshi (1798-1861) también hizo representaciones del Fuji. Más recientemente, destacan obras como Fuji de Kokei Kobayashi (1883-1957) y Aka-Fuji (Fuji rojo) de Yokoyama Misao (1920-1973).
Nombres Artísticos de Hokusai
Hokusai usó varios nombres profesionales a lo largo de su vida, como: Katsukawa Shunrō, Sōri, Kakō, Taito, Gakyōjin, Iitsu y Manji.
Obras Destacadas de Hokusai
Su trabajo es considerado uno de los más importantes de Japón en la pintura de paisajes. A finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, la riqueza de la burguesía japonesa impulsó la creación de muchas estampas en serie, conocidas como ukiyo-e o "Pinturas del mundo flotante". Estas estampas eran más baratas que las pinturas originales y la nueva clase social podía comprarlas. La técnica del ukiyo-e ya existía, pero se hizo muy popular en este periodo. Hokusai incorporó la esencia de esta escuela a lo largo de su vida.
Sus primeras obras se caracterizaban por líneas sueltas y curvas elegantes, que luego evolucionaron a espirales, dando más elegancia y espontaneidad a sus dibujos. Las obras se grababan en planchas de madera de cerezo, y se podían hacer muchas copias hasta que el grabado se desgastaba. Los temas principales eran retratos de geishas, actores de teatro kabuki y samuráis, a menudo en escenas humorísticas. También aparecían rodeados de paisajes, donde Hokusai mostró su gran habilidad.
Hokusai estudió y experimentó con nuevas corrientes artísticas, como las de las escuelas Kanō, Tosa y el artista Ogata Kōrin. También fue un experto en la pintura tradicional china y conocía bien la pintura occidental, especialmente los grabados holandeses, que eran fáciles de encontrar en Japón debido al comercio. Cuando más recibió influencia de la pintura china, su estilo se caracterizó por usar elementos de paisajes y rostros de personajes típicos de China. Esto se ve en su cuadro Tametomo y los demonios (1811), que está en el British Museum de Londres.
Hokusai Manga: Bocetos de la Vida
- Hokusai Manga
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La obra más grande de Hokusai es la colección de quince volúmenes llamada Hokusai Manga (北斎漫画). Es una colección de unos 4000 dibujos muy variados que incluyen paisajes, flora, fauna y escenas de la vida diaria. Está impresa en tres colores: negro, gris y rosado. El primer volumen se publicó en 1814, cuando el artista tenía 55 años. Los últimos tres volúmenes se publicaron después de su muerte, y el último se considera una obra no auténtica.
Estos bocetos a menudo se confunden con los precursores del manga moderno. El nombre manga en la obra de Hokusai se refiere a una colección de bocetos que no están conectados por una historia. Por lo tanto, son diferentes del cómic en el que se basa el manga moderno. Sin embargo, su forma de trabajar, usando papel transparente en varias etapas, sí se parece a cómo se hace el cómic o manga actual. Hokusai hacía un esbozo simple en papel transparente, luego ponía otro papel transparente encima para corregir el dibujo, añadir detalles y crear la composición final. Este diseño definitivo se pegaba a la plancha de madera para el grabado. En Occidente, esta obra se conoció después de que Matthew Perry llegó a Japón en 1854.
Estos dibujos, hechos cuando el artista tenía entre 60 y 70 años, son considerados lo mejor de su obra. Hokusai fue uno de los pintores que más contribuyeron a que la pintura de paisajes y de la naturaleza (pájaros y flores) se convirtiera en un símbolo de la cultura de Japón.
Selección de Pinturas e Ilustraciones
Aquí tienes una selección de obras importantes de Hokusai, ordenadas por fecha:
- Fiestas de las casas verdes (c. 1790)
- Fiestas para los doce meses (c. 1790)
- Extranjeros observando costumbres japonesas (1796)
- Serie de Chushingura I (c. 1800)
- Brocados impresos de treinta y seis poetisas (1801)
- Cincuenta poetas imaginarios, cada uno con un poema (1802)
- El Fuji en primavera (1803)
- Treinta y seis estaciones en el Tokaido (1804)
- Serie de Chushingura II (1806)
- Suikoden (1807)
- Retratos de seis poetas (c. 1810)
- Manga de Hokusai, vol. 1 (1814)
- Gashiki de Hokusai (1819); Soga de Hokusai (1820)
- Treinta y seis vistas del monte Fuji (c. 1826-33)
- Vistas de puentes famosos (c. 1827-30)
- Nieve, luna, y flores (c. 1827-30)
- Flores y pájaros (c. 1827-30)
- Toshi-sensor (1833-36)
- Cien vistas del monte Fuji (1834-35)
- Cien poemas contados por la niñera (c. 1845)
La Influencia de Hokusai en el Arte Mundial
En 1854, los puertos japoneses se abrieron al comercio con Europa. Desde ese momento, la influencia del arte japonés se extendió rápidamente por Occidente, especialmente en París. Pintores impresionistas como Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Edgar Degas, Vincent Van Gogh y Claude Monet recibieron su influencia. Entre los artistas japoneses que más destacaron estaba Hokusai.
Aunque el estilo ukiyo-e existía desde hacía trescientos años, su gran desarrollo ocurrió en los siglos XVIII y XIX. En esa época, la sociedad japonesa tenía más recursos económicos y las xilografías eran muy valoradas. Sin embargo, con el intercambio comercial entre Japón y Occidente, la producción de estas estampas disminuyó. Entre 1868 y 1912, Japón recibió bienes occidentales, incluyendo la fotografía y nuevas técnicas de impresión, lo que hizo que el género ukiyo-e casi desapareciera.
Van Gogh fue uno de los pintores que más admiró las estampas japonesas y copió varias de sus xilografías. Escribió sobre ellas: Envidio a los japoneses y la increíble y limpia claridad de la que están impregnados todos sus trabajos. Nunca resultan aburridos ni dan la impresión de haberlos realizado a toda prisa ... Su estilo es tan sencillo como el respirar. Son capaces de hacer una figura con unos pocos trazos seguros, y que parezca tan fácil como abotonarse el chaleco.
La obra de Van Gogh recibió una fuerte influencia de Hokusai. Esto se ve en sus últimos paisajes, llenos de movimientos ondulantes, en el gran círculo que forma el sol rodeado de líneas de colores, en el uso del negro en los contornos y en el ritmo de trazos rotos. También se aprecia en una de sus últimas pinturas, Iris (1889). Después de hacer esta obra, Van Gogh le comentó a su hermano Theo que sus propias obras: «No parecen japonesas, pero son las creaciones más japonesas que nunca he hecho».
Claude Monet también fue influenciado por artistas japoneses, especialmente por Hokusai y Hiroshige. La serie de Nenúfares de Monet se inspiró en las flores de Hokusai. Además, la larga serie que Monet hizo sobre la Catedral de Rouen, pintada siempre desde el mismo ángulo, podría relacionarse con la serie del Monte Fuji de Hokusai. Aunque Hokusai pintó el Fuji desde diferentes lugares, la influencia se ve en cómo ambos artistas representaban la atmósfera, el ambiente y la luz. Monet incluso construyó un jardín con un puente japonés en su casa, donde hizo muchos paisajes influenciado por su colección de grabados japoneses.
Yanagawa Shigenobu fue el primer discípulo de Hokusai y luego se convirtió en su yerno. Al igual que Hokusai, hizo muchas ilustraciones y Surimono. Entre sus otros alumnos, destacó Shotei Hokuju. Como todos los discípulos de Hokusai, intentó imitar a su maestro en técnica y expresión, pero se inclinó más hacia la pintura occidental, con colores más sencillos y brillantes y composiciones con formas geométricas. Uoya Hokkei, otro alumno de Hokusai, se dedicó a paisajes de estilo chino, similares a algunas de las primeras obras del maestro. También se conservan muchas ilustraciones humorísticas suyas, muy parecidas a los poemas de Hokusai.
Véase también
En inglés: Hokusai Facts for Kids
- arte del Japón
- japonismo
- pintura de Japón
- ukiyo-e