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Guillermina de los Países Bajos para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Guillermina de los Países Bajos
Reina de los Países Bajos
Jacob Merkelbach, Afb 010164033120.jpg
Fotografiada por Jacob Merkelbach, c. 1948
Reinado
23 de noviembre de 1890-4 de septiembre de 1948
(57 años y 286 días)
Predecesor Guillermo III
Sucesor Juliana
Información personal
Nombre completo Wilhelmina Helena Pauline Maria van Oranje-Nassau
Otros títulos Princesa de los Países Bajos
Nacimiento 31 de agosto de 1880
Palacio Noordeinde, La Haya, Países Bajos
Fallecimiento 28 de noviembre de 1962
Palacio Het Loo, Apeldoorn, Países Bajos
Sepultura Nieuwe Kerk, Delft
Himno real Het Wilhelmus
(El Guillermo)
Religión Protestante
Familia
Casa real Orange-Nassau
Padre Guillermo III de los Países Bajos
Madre Emma de Waldeck-Pyrmont
Consorte Enrique de Mecklemburgo-Schwerin (matr. 1901; viu. 1934)
Regente Emma de Waldeck-Pyrmont (1890 - 1898)
Juliana de los Países Bajos (1947 - 1948)
Hijos Juliana de los Países Bajos

Firma Firma de Guillermina de los Países Bajos

Guillermina de los Países Bajos (nacida Wilhelmina Helena Pauline Maria; La Haya, 31 de agosto de 1880 - Apeldoorn, 28 de noviembre de 1962) fue la reina de los Países Bajos desde 1890 hasta 1948. Después de su reinado, volvió a usar el título de princesa de los Países Bajos.

Su madre, la reina Emma, fue regente durante sus primeros ocho años en el trono, mientras Guillermina era menor de edad. Más tarde, entre 1947 y 1948, su hija, la princesa Juliana, también fue regente.

Guillermina reinó en los Países Bajos por más de cincuenta años, siendo el reinado más largo de un monarca neerlandés. Durante su tiempo como reina, ocurrieron eventos muy importantes en la historia de su país y del mundo. Estos incluyen la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, una crisis económica en 1933, y el fin del imperio colonial neerlandés.

Fuera de los Países Bajos, se la recuerda por su importante papel durante la Segunda Guerra Mundial. Inspiró a la resistencia neerlandesa y se convirtió en una líder destacada del gobierno neerlandés que estaba en el exilio.

Infancia y juventud de la reina Guillermina

Archivo:Queen of Holland 2
Guillermina en 1890

Guillermina fue la única hija del rey Guillermo III de los Países Bajos y de su segunda esposa, la princesa Emma de Waldeck-Pyrmont. Tuvo una relación muy cercana con sus padres, especialmente con su padre, quien tenía 63 años cuando ella nació.

El rey Guillermo III ya había tenido tres hijos con su primera esposa, la reina Sofía. Sin embargo, cuando Guillermina nació, el rey ya había perdido a dos de ellos. Solo vivía el príncipe Alejandro de Orange, quien no tenía hijos. Por eso, desde su nacimiento, Guillermina era la segunda en la línea de sucesión al trono. Cuando tenía cuatro años, el príncipe Alejandro falleció, y ella se convirtió en la heredera directa.

Guillermo III murió el 23 de noviembre de 1890. Aunque la princesa Guillermina se convirtió en reina de inmediato, su madre, la reina Emma, gobernó como regente hasta que Guillermina cumplió la mayoría de edad. En 1895, Guillermina visitó a la reina Victoria del Reino Unido. La reina Victoria escribió en su diario que Guillermina era "una niña muy inteligente y dispuesta" que hablaba bien inglés y sabía comportarse de forma encantadora.

Guillermina se casó en 1901 con el príncipe Enrique Vladimiro, duque de Mecklemburgo-Schwerin. Aunque se ha dicho que fue un matrimonio por conveniencia, al principio Guillermina sentía un afecto sincero por Enrique. A él no le gustaba su papel como príncipe consorte, pues lo veía como algo aburrido y sin poder real. Guillermina se aseguró de que él no tuviera poder político.

El nacimiento de su hija, la princesa Juliana, el 30 de abril de 1909, fue un gran alivio después de ocho años de matrimonio.

El reinado de Guillermina

Archivo:Dutch coin 10 guilders 1912
Moneda neerlandesa de 1912 con la imagen de la reina Guillermina

Guillermina fue una reina decidida y cuidadosa, siempre actuando dentro de lo que el pueblo y sus representantes esperaban de ella. Mostró una gran fuerza de voluntad durante todo su reinado. Estas cualidades le dieron mucha popularidad cuando, a los 20 años, ordenó a un barco de guerra neerlandés en Sudáfrica que rescatara a Paul Kruger, el presidente de Transvaal. Esta acción le ganó el respeto internacional.

Guillermina no estaba de acuerdo con las acciones del Reino Unido, que había tomado las repúblicas sudafricanas de Transvaal y el Estado Libre de Orange después de las guerras de los bóeres. Los bóeres eran descendientes de los primeros colonos neerlandeses en la zona, y Guillermina sentía simpatía por ellos.

También tenía una gran habilidad para los negocios. Sus inversiones la convirtieron en una de las mujeres más ricas del mundo. Incluso se llegó a decir que era la mujer más rica del mundo. La familia real neerlandesa sigue siendo una inversora importante en la Royal Dutch Shell, una de las mayores empresas de energía del mundo.

Antes de la Primera Guerra Mundial, Guillermina visitó al emperador Guillermo II de Alemania. Se cuenta que el emperador presumió de su poder diciendo: "Mis guardias miden más de dos metros y los vuestros solo les llegan al hombro". La reina sonrió y respondió: "Cierto, Su Majestad, sus guardias miden más de dos metros, pero cuando abrimos nuestros diques, el agua llega a más de tres".

La Primera Guerra Mundial y los Países Bajos

Archivo:Queen Wilhelmina & Juliana
Fotografiada con su hija Juliana, hacia 1914

Aunque los Países Bajos se mantuvieron neutrales durante la Primera Guerra Mundial, tenían fuertes lazos comerciales con Alemania debido a las inversiones alemanas y las importaciones neerlandesas.

A Guillermina la llamaban "la reina de los soldados". Como mujer, no podía ser la comandante suprema del ejército. Sin embargo, aprovechaba cualquier oportunidad para inspeccionar las fuerzas armadas neerlandesas y dar su opinión. A menudo aparecía sin avisar, queriendo ver la realidad militar, no un espectáculo preparado. Quería mucho a sus soldados y no estaba de acuerdo con los gobiernos que reducían el presupuesto militar para ahorrar.

Durante la guerra, también la apodaron "la reina guardiana". A pesar de sus buenas relaciones con Alemania, temía un ataque alemán a su país, especialmente al principio del conflicto. Sin embargo, los problemas para la soberanía neerlandesa vinieron del Reino Unido y de los Estados Unidos. Con su bloqueo comercial, detuvieron muchos barcos mercantes neerlandeses para dificultar los suministros a Alemania. Debido a estas tensiones, los neerlandeses se mantuvieron firmes en su neutralidad.

Hacia el final de la guerra, hubo mucho descontento entre la gente, influenciado por la revolución en Rusia en 1917. Un líder socialista neerlandés, Pieter Troelstra, intentó cambiar el gobierno y la monarquía. Él quería controlar el Parlamento a través de elecciones, creyendo que los trabajadores lo apoyarían. Sin embargo, la popularidad de Guillermina ayudó a restaurar la confianza del pueblo en el gobierno con una serie de actos públicos. Pronto quedó claro que la revolución socialista no se extendería a los Países Bajos.

Después del fin de la guerra, Guillermo II, el emperador alemán, se exilió en los Países Bajos. El gobierno le ofreció asilo político, en parte por sus lazos con Guillermina. Cuando los países aliados intentaron juzgar al káiser, la reina convocó a los embajadores y les recordó los derechos de asilo.

Los Países Bajos entre guerras

Archivo:Timbre PaysBas Wilhelmine 1898-1923
Sello de la reina Guillermina impreso durante el período de entreguerras

Durante las décadas de 1920 y 1930, los Países Bajos empezaron a crecer como una nación industrial. Ingenieros neerlandeses lograron ganar grandes extensiones de tierra al mar con el proyecto Zuiderzee.

A finales de 1934, falleció el príncipe Enrique, esposo de Guillermina. Ese mismo año, también perdió a su madre, la reina Emma.

En este período, especialmente durante la Gran Depresión, el poder personal de Guillermina fue muy grande. Esto se debió a que se eligieron gobiernos que apoyaban la monarquía, liderados por el primer ministro Hendrik Colijn. Guillermina participó en muchos asuntos de Estado, ya sea directamente o dando su opinión en privado.

En 1939, el último gobierno de Colijn fue disuelto. Parece que Guillermina estuvo detrás de la formación de este gobierno, que buscaba ser un gabinete "real" fuera del parlamento. La reina no confiaba mucho en cómo funcionaba el sistema parlamentario y, a veces, intentó influir en él de forma discreta.

En esta época, también preparó el matrimonio de su hija Juliana con el conde Bernardo de Lippe-Biesterfeld, un príncipe alemán. Al principio, hubo rumores sobre sus ideas políticas, pero con el tiempo Bernardo se convirtió en una figura muy querida de la familia real.

La Segunda Guerra Mundial y la reina Guillermina

Archivo:Queen Wilhelmina of the Netherlands
Fotografía oficial de la reina, 1942

El 10 de mayo de 1940, el ejército de Alemania invadió los Países Bajos. Tres días después, la familia real fue llevada al Reino Unido. Guillermina quería quedarse en los Países Bajos. Había planeado ir a la provincia de Zelanda para coordinar la resistencia, como había hecho el rey Alberto I de Bélgica en la Primera Guerra Mundial. Un barco británico iba a llevarla a La Haya, pero el capitán le dijo que no podían acercarse a la costa neerlandesa porque Zelanda estaba siendo bombardeada y era muy peligroso. Guillermina aceptó ir al Reino Unido, esperando regresar pronto, pero sus planes se retrasaron. Por un tiempo, estuvo en Canadá, donde se refugiaron otros miembros de su familia. Allí vivió en Rideau Hall, la residencia del gobernador general canadiense. Se dice que, mientras estuvo allí, llamó la atención por sus costumbres sencillas, como ir de compras ella misma por las calles de Ottawa y viajar en transporte público.

Los ejércitos neerlandeses se rindieron el 15 de mayo de 1940. Guillermina asumió el liderazgo del gobierno neerlandés en el exilio, organizando su estructura y enviando mensajes al pueblo neerlandés.

Las relaciones entre el gobierno en el exilio y la reina fueron difíciles. Guillermina creía que su experiencia y popularidad la hacían la figura más importante. Por otro lado, el gobierno no tenía el apoyo parlamentario ni muchos recursos. La primera dificultad surgió cuando el primer ministro en el exilio, Dirk Jan de Geer, intentó negociar la paz con los alemanes, pensando que los Aliados no ganarían. Guillermina se opuso y logró que De Geer fuera reemplazado con el apoyo del ministro Pieter Gerbrandy.

Archivo:Standbeeld Queen Wilhelmina zoomed
Estatua de Guillermina en La Haya

Durante la guerra, la fotografía de la reina se convirtió en un símbolo de resistencia contra los alemanes. Al igual que Winston Churchill en Gran Bretaña, Guillermina enviaba mensajes al pueblo neerlandés desde el exilio a través de la emisora Radio Orange.

La reina llamó a Adolf Hitler "el archienemigo de la humanidad". Sus mensajes de radio eran muy bien recibidos por los neerlandeses, quienes los escuchaban en secreto. Una historia publicada en su obituario en el New York Times muestra cuánto la valoraban: "Aunque los alemanes prohibieron la celebración del cumpleaños de la reina, la gente lo conmemoraba. Cuando los habitantes de la pequeña ciudad pesquera de Hize se levantaron y cantaron versos del himno nacional neerlandés en el cumpleaños de la reina, la ciudad tuvo que pagar una multa de 60.000 florines".

Durante la guerra, la reina estuvo a punto de morir por una bomba que mató a varios de sus guardias y dañó su propiedad cerca de South Mimms, en Inglaterra. En 1944, Guillermina se convirtió en la segunda mujer en recibir la prestigiosa Orden de la Jarretera. Churchill la describió como "el único hombre de verdad en los gobiernos exiliados en Londres".

Mientras estaba en Inglaterra, la reina pensó en cómo renovar la vida social y política neerlandesa después de la liberación. Quería un gobierno fuerte formado por los líderes de la resistencia. Había logrado que el primer ministro De Geer fuera destituido con el apoyo de otros políticos. Sin embargo, se puede decir que la monarca no estaba contenta con los políticos, a quienes consideraba alejados de la realidad del pueblo. Cuando los Países Bajos fueron liberados en 1945, se sintió decepcionada al ver que el poder político volvía a manos de las mismas facciones de antes de la guerra.

Después del fin de la Segunda Guerra Mundial, Guillermina decidió no regresar a su palacio. Se mudó a una mansión en La Haya, donde vivió ocho meses y viajó por el país para animar a sus súbditos, a veces usando una bicicleta en lugar de un coche.

Sin embargo, en 1947, mientras el país se recuperaba de la guerra, hubo problemas en las colonias neerlandesas del Sudeste Asiático. Esto generó muchas críticas contra la reina y la élite económica. Su popularidad disminuyó y la presión internacional la llevó a dejar las colonias y a abdicar poco después.

Últimos años de la princesa Guillermina

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El general Henri Koot en Ámsterdam junto a los miembros de la familia real, 22 de diciembre de 1956. De izquierda a derecha, la princesa Guillermina, la princesa Beatriz, el príncipe Bernardo, la reina Juliana y Henri Koot.

El 4 de septiembre de 1948, después de reinar 58 años y 50 días, la reina Guillermina dejó el trono a favor de su hija Juliana. Desde entonces, usó el título de "Su Alteza Real la Princesa Guillermina de los Países Bajos". Después de su reinado, la influencia de la monarquía neerlandesa empezó a disminuir, aunque su popularidad se mantuvo. Guillermina se retiró al palacio Het Loo, haciendo pocas apariciones públicas hasta que el país fue afectado por la gran inundación de 1953. Una vez más, recorrió el país animando y motivando a los neerlandeses.

Durante sus últimos años, escribió su autobiografía titulada Eenzaam, maar niet alleen (En solitario, pero no sola). En este libro, compartió sus pensamientos sobre los eventos de su vida y mostró sus fuertes creencias religiosas.

Guillermina falleció a los 82 años el 28 de noviembre de 1962. Fue enterrada en el panteón familiar de la realeza neerlandesa en Nieuwe Kerk, en Delft, el 8 de diciembre de 1962. A petición suya, el funeral fue completamente de blanco, en contra del protocolo, para expresar su creencia de que "la muerte terrenal solo es el comienzo de la vida eterna".

Si Guillermina no hubiera dejado el trono a su hija antes de morir, habría reinado 72 años y 5 días. Esto la habría convertido en la segunda monarca con el reinado más largo de la historia (después de Luis XIV de Francia) y la mujer con el reinado más largo.

Títulos y tratamientos de Guillermina

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    * Véase Tratamientos protocolarios de la monarquía y la nobleza.

Órdenes y reconocimientos

Árbol genealógico de Guillermina

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Wilhelmina of the Netherlands Facts for Kids

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