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Guerra castellano-aragonesa de 1429-1430 para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Guerra castellano-aragonesa de 1429-1430
Parte de guerra de los infantes de Aragón
Knights in Combat 02.jpg
Miniatura que representa caballeros medievales en combate.
Fecha 1429-1430
Lugar Corona de Castilla
Resultado Victoria castellana.
Consecuencias Los infantes de Aragón pierden su poder en Castilla. Firma de las treguas de Majano y de la concordia de Toledo.
Beligerantes
Bandera de la Corona de Castilla.svg Corona de Castilla
Armas de Aragón.svg Corona de Aragón
Bandera de Reino de Navarra.svg Reino de Navarra
Comandantes
Escudo de la Corona de Castilla.svg Juan II de Castilla

COA Count of San Esteban de Gormaz.svg Álvaro de Luna
Blason fam es de Velasco.svg Pedro Fernández de Velasco
House of Manrique de Lara COA.svg Pedro Manrique de Lara y Mendoza
Blason fam es Pimentel.svg Rodrigo Alonso Pimentel
Blason fam es Mendoza.svg Íñigo López de Mendoza
Escudo del Ducado de Alba de Tormes.svg Fernando Álvarez de Toledo y Sarmiento
Escudo de los Álvarez de Toledo.svg Gutierre Álvarez de Toledo
Blason fam es Casa de Zúñiga.svg Íñigo de Estúñiga
Arms of the Aragonese House of Luna.svg Fadrique de Aragón
Cruz Calatrava.svg Luis González de Guzmán
Blason fam es Casa de Zúñiga.svg Pedro de Zúñiga
House of Manrique de Lara COA.svg Garci IV Fernández Manrique de Lara
COA Duque de Arcos.svg Pedro Ponce de León y Haro
Arms of Alonso Enríquez, Admiral of Castile.svg Fadrique Enríquez
Pedro García Herrera

Hernán López de Saldaña
Infantes de Aragón
 Royal Coat of Arms of Navarre (1425-1479).svg Juan de Navarra
 Cross Santiago.svg Enrique de Trastámara
 Arms Aragon-Sicily (Template).svg Alfonso V de Aragón
 Blason d'Aragon.svg Pedro de Aragón
Archivo:Roy d'Aragón
Representación heráldica ecuestre del rey de Aragón, Alfonso V el Magnánimo.

La guerra castellano-aragonesa de 1429-1430 fue un conflicto entre el rey Juan II de Castilla y el rey Alfonso el Magnánimo de la Corona de Aragón. El rey de Castilla fue apoyado por su consejero principal, Álvaro de Luna.

Esta guerra comenzó porque los reyes de Aragón y Navarra, junto con sus hermanos, los infantes de Aragón, sentían que sus propiedades en Castilla estaban en peligro. Querían defender lo que se había acordado en un tratado anterior, el Tratado de Torre de Arciel de 1425.

La guerra empezó oficialmente el 24 de junio de 1429, cuando el rey Juan II de Castilla declaró la guerra. Terminó con la firma de las treguas de Majano en julio de 1430. Este acuerdo significó que los reyes de Aragón y Navarra reconocieron su derrota. Los infantes de Aragón perdieron casi todas sus tierras y vasallos en Castilla, excepto algunos castillos. La paz definitiva llegó más tarde, con la Concordia de Toledo en septiembre de 1436.

Según el historiador Jaume Vicens Vives, el principal responsable de esta guerra fue Álvaro de Luna. Él quería acabar con la influencia de los aragoneses en Castilla. Planeó la situación de tal manera que la guerra fuera inevitable. Así, pudo culpar a sus rivales y conseguir el apoyo de la mayoría de los nobles castellanos. Su idea era repartir entre ellos las ricas posesiones de los infantes don Juan y don Enrique.

¿Qué pasó antes de la guerra?

Después del Tratado de Torre de Arciel en 1425, los infantes de Aragón habían ganado influencia sobre el rey Juan II y su consejero Álvaro de Luna. Por eso, algunos nobles importantes de Castilla se unieron a los infantes. Querían oponerse a Álvaro de Luna y a su idea de hacer la monarquía castellana más fuerte.

En 1426, se firmó una alianza en Orcilla, cerca de Medina del Campo. En ella, se acordó que solo las personas elegidas por el rey de Castilla, con el consejo y la aprobación de los reyes de Aragón y Navarra y sus hermanos, podrían gobernar el reino. Para presionar al rey Juan II, el infante don Enrique y sus aliados se dirigieron a Valladolid en agosto de 1427. Allí, le exigieron al rey que alejara a Álvaro de Luna de la corte. El 5 de septiembre de 1427, Juan II ordenó que Álvaro de Luna y sus seguidores se fueran por un año y medio.

Sin embargo, el destierro de Álvaro de Luna duró solo cinco meses. El 6 de febrero de 1428, ya estaba de vuelta en la corte. Esto se debió a que la facción de los infantes de Aragón se había dividido y no lograban gobernar bien el reino. Poco después, el 21 de junio, el rey Juan II ordenó a los infantes de Aragón, don Enrique y don Juan, que dejaran la corte. A don Enrique le dijo que fuera a la frontera con el Reino nazarí de Granada, y a don Juan que regresara a Navarra.

Aunque don Juan y el rey Juan II habían firmado un pacto de paz en Tordesillas el 12 de abril, Juan II no quiso cumplirlo. El historiador Jaume Vicens Vives cree que Álvaro de Luna estaba detrás de esta decisión. Su plan era debilitar la influencia aragonesa en Castilla. Para ello, el rey Juan II consiguió que las Cortes de Castilla aprobaran un impuesto en enero de 1429. El pretexto era atacar el reino nazarí de Granada, pero en realidad era para formar un ejército fuerte.

Los reyes de Navarra y Aragón se preocuparon por estos planes militares. Pensaron que era el primer paso para deshacer lo acordado en el Tratado de Torre de Arciel. Por eso, el rey aragonés Alfonso el Magnánimo se negó a confirmar el acuerdo de Tordesillas. El infante de Aragón don Juan, rey de Navarra, también expresó sus quejas.

¿Cómo se desarrolló la guerra?

Archivo:Arms of the Crown Castile with the Royal Crest
Escudo de armas del rey Juan II de Castilla.

Alrededor del 15 de marzo de 1429, los reyes de Aragón y Navarra, don Alfonso y don Juan, se reunieron en Tudela. La noticia que llegó a la corte de Juan II fue que habían acordado entrar en Castilla con sus ejércitos sin permiso.

La respuesta de Juan II fue formar rápidamente un ejército de 2.000 hombres para ir a la frontera. También envió una embajada para prohibirles la entrada. Luego, el ejército castellano atacó las propiedades de don Juan en Castilla y las de sus aliados. El 29 de mayo, tomaron Portillo, y más tarde Medina del Campo, Olmedo y Cuéllar. El 25 de junio, comenzaron el asedio de Peñafiel, que se rindió el 27. Tres días antes, el 24 de junio, el rey Juan II había declarado la guerra a los reyes de Aragón y Navarra. Detrás de esta decisión estaba de nuevo Álvaro de Luna.

Casi toda la nobleza castellana apoyó al rey y a Álvaro de Luna. El 30 de mayo de 1429, los nobles firmaron un documento de lealtad a Juan II en Palencia. Entre ellos estaban los líderes de las órdenes de Alcántara y Calatrava, que antes habían sido aliados del infante don Enrique.

Los reyes de Aragón y Navarra, al cruzar la frontera castellana, aceptaron la mediación de la reina María, esposa de Juan II. Se dieron cuenta de que eran más débiles porque sus aliados los habían abandonado. Aceptaron la promesa de Álvaro de Luna, conseguida por la reina, de que las propiedades de los infantes de Aragón serían respetadas y que el rey Juan II anularía la declaración de guerra.

Pero las hostilidades no se detuvieron. Las fuerzas castellanas atacaron varias fortalezas en la frontera de Aragón (Monreal, Cetina, Ariza) y de Valencia (Canals, Játiva, y La Font de la Figuera). Un ejército castellano ocupó las propiedades del infante don Enrique en Castilla La Nueva y Extremadura. Solo Alburquerque resistió, donde los infantes de Aragón, don Enrique y don Pedro, se habían hecho fuertes.

Una vez que se tomaron todas las propiedades de los infantes de Aragón en Castilla, se repartieron el 17 de febrero de 1430 entre los nobles castellanos que habían apoyado al rey. Álvaro de Luna fue el más beneficiado, convirtiéndose en el hombre más poderoso de Castilla. La Corona solo se quedó con el señorío de Medina del Campo, y Olmedo fue entregado a la reina María.

Mientras tanto, los reyes de Aragón y Navarra intentaron negociar una tregua con la ayuda del rey de Portugal. Pidieron que el rey de Castilla se comprometiera a no tocar las propiedades de la reina madre Leonor de Alburquerque ni las de los infantes. Como respuesta, vieron cómo se repartían las propiedades de los infantes de Aragón. Entonces, decidieron entrar en Castilla con sus ejércitos para ayudar a los infantes don Enrique y don Pedro, que estaban en una situación difícil en Extremadura. Esto ocurrió a pesar de que las Cortes catalanas se negaron a dar dinero al rey Alfonso el Magnánimo para la guerra.

Al mismo tiempo, enviaron una embajada al rey Juan II para conseguir una tregua. Querían que el rey devolviera a los infantes y a la reina madre las propiedades que se habían repartido. El rey Juan II recibió a los seis embajadores el 14 de junio de 1430 en Burgo de Osma. Estaban presentes Álvaro de Luna, el arzobispo de Toledo y el conde de Benavente. Juan II nombró a Álvaro de Luna y al arzobispo de Santiago como sus representantes en las negociaciones.

¿Cómo terminó la guerra? Las treguas de Majano

El acuerdo final, conocido como las treguas de Majano, fue una derrota total para los reyes de Aragón y Navarra. No se les devolvieron sus propiedades a los infantes de Aragón, ni recibieron dinero a cambio. Solo se acordó que, al finalizar la tregua de cinco años, unos jueces resolverían las reclamaciones de los infantes. Durante este tiempo, los infantes de Aragón no podrían entrar en Castilla.

El rey Juan II también se comprometió a respetar las tierras y vasallos que los infantes ya poseían en ese momento. Estos eran los castillos de Segura, Alburquerque, Alba de Tormes y algunos otros en la frontera de Extremadura y Murcia.

Los reyes de Aragón y Navarra aceptaron estas condiciones tan duras porque su ejército era inferior. Sus embajadores firmaron el acuerdo en Majano el 16 de julio de 1430. Como dijo Jaume Vicens Vives, la insistencia de Álvaro de Luna ganó gracias a la superioridad del ejército castellano.

Los infantes don Enrique y don Pedro, que aún resistían en el castillo de Alburquerque, se negaron a aceptar las treguas de Majano. Siguieron luchando en Extremadura durante dos años más. En julio de 1432, Gutierre de Sotomayor los traicionó, lo que permitió a Álvaro de Luna apresar al infante don Pedro. Esto obligó al infante don Enrique a dejar de luchar y abandonar Castilla a cambio de la libertad de su hermano.

Las condiciones para don Enrique fueron muy difíciles: tuvo que entregar todas las fortalezas de sus seguidores y todos sus bienes fueron confiscados. El infante don Pedro fue entregado al rey de Portugal, que había sido mediador. Los dos hermanos partieron de Lisboa en 1432 hacia Valencia, para luego ir a Italia, donde estaba el rey aragonés Alfonso el Magnánimo.

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