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Enrique de Castilla (1377-1404) para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Enrique de Castilla
Duque de Medina Sidonia y de Cabra
COA Henry of Castile, Duke of Medina Sidonia.svg
Escudo de armas del duque Enrique de Castilla.
Información personal
Otros títulos Señor de Morón y de Alcalá de los Gazules
Nacimiento 1377
Cabra, Corona de Castilla
Fallecimiento 1404
Córdoba, Corona de Castilla
Sepultura Mezquita-catedral de Córdoba
Familia
Dinastía Casa de Trastámara
Padre Enrique II de Castilla
Madre Juana de Sousa

Enrique de Castilla, también conocido como Enrique Enríquez, nació en el Castillo de Cabra en 1377 y falleció en Córdoba el 14 de septiembre o noviembre de 1404. Fue un noble de la Corona de Castilla e hijo del rey Enrique II de Castilla y de la dama cordobesa Juana de Sousa.

Enrique de Castilla fue el primer duque de Cabra y de Medina Sidonia. También fue señor de Morón, Alcalá de los Gazules, Portillo y Aranda de Duero. Vivió con su madre en un palacio mudéjar del siglo XIV, conocido hoy como el Palacio del duque de Medina Sidonia, en Córdoba.

Algunos historiadores señalan que Enrique de Castilla es un personaje poco conocido en la historia. Lamentan que muriera sin dejar hijos, ya que, al ser parte de la familia real, habría tenido un papel importante. También destacan que sus señoríos fueron de los últimos grandes territorios reales que se formaron en Andalucía durante la Baja Edad Media.

Orígenes familiares de Enrique de Castilla

Enrique de Castilla tenía una familia con importantes conexiones. Por parte de su padre, era nieto del rey Alfonso XI de Castilla y de la noble Leonor de Guzmán.

Por parte de su madre, sus abuelos eran Vasco Alfonso de Sousa y María García Carrillo. Vasco Alfonso de Sousa fue señor de Castillo Anzur y Almenara. También fue alcalde mayor y justicia mayor de Córdoba.

Biografía del duque Enrique

Su juventud y sus tierras

Archivo:Enrique II de Castilla (Ayuntamiento de León)
Retrato imaginario del rey Enrique II de Castilla, padre del duque Enrique de Castilla. José María Rodríguez de Losada. (Ayuntamiento de León).

Enrique de Castilla nació en 1377, posiblemente en septiembre, en el castillo de Cabra. Se cree que el rey Enrique II pudo haber estado allí con Juana de Sousa. Algunos historiadores piensan que el rey la llevó a Cabra para mantenerla lejos de su familia.

El historiador Manuel Nieto Cumplido cree que los padres de Enrique se conocieron en Córdoba. Esto habría ocurrido después de que Enrique II se convirtiera en rey en 1369. El rey visitó Córdoba varias veces entre 1370 y 1378. Las visitas de 1375 y 1377 fueron más largas. Es probable que la relación entre los padres de Enrique comenzara en 1377. En esa fecha, el rey hizo una donación a Juana de Sousa y a su madre. Se cree que Juana tenía unos 24 o 25 años en ese momento.

Juana de Sousa era considerada una mujer de "extraordinaria belleza y simpatía". Sin embargo, no se conservan retratos ni descripciones de ella. Hay documentos donde Juana de Sousa se identifica como la "madre del duque don Enrique". Por ejemplo, en un documento de 1391. También en el testamento de Lope Gutiérrez de los Ríos, sobrino de Juana de Sousa.

Muchos historiadores pensaron que Enrique II le dio a su hijo Enrique los ducados de Medina Sidonia y Cabra. También los señoríos de Morón y Alcalá la Real. Sin embargo, Manuel Nieto Cumplido demostró que el título de Enrique de Castilla era el de duque de Cabra. Esto se confirma en varios documentos de la época y en un poema del Cancionero de Baena.

Las villas de Cabra y Medina-Sidonia habían sido de Leonor de Guzmán, abuela de Enrique. En su testamento de 1374, Enrique II cedió Medina-Sidonia a su hijo Fadrique de Castilla. Pero luego cambió su testamento y se lo dio a Enrique de Castilla, su hijo con Juana de Sousa. Hay muchos documentos que prueban que Enrique de Castilla fue duque de Medina Sidonia.

Archivo:MedinaSidonia-Vistas001
Vista del municipio de Medina-Sidonia.

También se sabe que Enrique de Castilla fue señor de Aranda de Duero. Es posible que su hermanastro, el rey Juan I de Castilla, le diera esta tierra. Enrique mantuvo el señorío de Aranda de Duero hasta su muerte en 1404.

La gente cuenta que la relación del rey Enrique II con Juana de Sousa duró diez años. Después, el rey se interesó por otra mujer, lo que Juana consideró una "terrible traición". A pesar de esto, Enrique II fue muy generoso con su hijo Enrique. Le dio los señoríos de Medina-Sidonia y Cabra. También le entregó un "magnífico" palacio mudéjar en Córdoba, aunque en realidad ya pertenecía a la familia de Juana de Sousa. Desde entonces, este palacio se llama Palacio del duque de Medina Sidonia.

La tradición dice que Enrique II intentó que Juana se casara con un hombre rico. Pero Juana se negó, diciendo que el rey había sido el único "amor de su vida". Por eso, Juana se dedicó por completo a su hijo Enrique el resto de su vida.

Mientras el duque Enrique de Castilla era menor de edad, su madre gobernó sus señoríos, como el de Medina-Sidonia. Se sabe que ella tuvo problemas con el ayuntamiento de esa villa durante ese tiempo.

Enrique de Castilla tenía un "magnífico" palacio mudéjar en Córdoba. Allí vivió la mayor parte del tiempo. Este palacio está en la calle Rey Heredia, número 13. Hasta 1861, esta calle se llamaba "calle del Duque" por la residencia de Enrique de Castilla.

Archivo:Palacio del Duque de Medina Sidonia - Córdoba (España)
Palacio del duque de Medina Sidonia, situado en el número 13 de la calle Rey Heredia de la ciudad de Córdoba.

El palacio había pertenecido antes a Vasco Alfonso de Sousa, luego a su esposa María García Carrillo. Desde 1397, fue de Juana de Sousa, hija de ellos y madre del duque Enrique. Después de la muerte de Juana, el palacio pasó a su sobrino Juan Alfonso de Sousa. Más tarde, fue de los marqueses del Carpio y luego de la familia Armenta.

A lo largo de su vida, el duque Enrique confirmó algunos privilegios. Por ejemplo, confirmó un privilegio en 1393 durante las Cortes de Madrid. Este privilegio trataba sobre las "libertades de Toledo". También confirmó otro privilegio en 1401, donde se le menciona como "don Enrique, tío del Rey, Duque de Medina Sidonia, Señor de Alcalá". Ambos documentos fueron durante el reinado de Enrique III de Castilla, que era sobrino de Enrique.

El historiador Ignacio Garijo Pérez destacó que Enrique de Castilla, con su importancia social, podría haber fundado una gran familia noble. Sin embargo, murió a los 27 años sin casarse ni tener hijos. Además, participó poco en la vida política de la época. A diferencia de sus hermanastros Alfonso Enríquez y Fadrique de Castilla. Garijo Pérez cree que es posible que Enrique de Castilla tuviera alguna enfermedad que lo limitara.

También es posible que antes de la muerte del duque Enrique, los habitantes de Medina-Sidonia y Alcalá de los Gazules protestaran. Esto pudo haber causado que el duque perdiera el control de esos lugares. Algunos historiadores se basan en un documento de Jerez de la Frontera de 1403. En él, los habitantes de Alcalá y Medina Sidonia pedían al rey que sus villas fueran de la Corona.

El único documento conocido sobre la relación del duque con su villa de Alcalá de los Gazules es una sentencia de 1395. El duque resolvió una disputa entre Medina-Sidonia y Alcalá de los Gazules por límites de tierras. Los representantes de Alcalá denunciaron a los de Medina-Sidonia por invadir sus prados con ganado. El duque pidió los antiguos registros de límites. Al considerar que el de Medina-Sidonia estaba "falseado", el duque dio la razón a los vecinos de Alcalá de los Gazules. Aunque el duque vivía en Córdoba, la sentencia se dio en Alcalá de los Gazules.

Archivo:Paisajes de Alcalá de los Gazules (37906886971)
Vista del municipio de Alcalá de los Gazules.

El único documento sobre la administración del duque en Medina-Sidonia es de 1397. En él, el duque estableció que algunos manantiales y el "agua morisca" pertenecían a su señorío. También concedió permisos para usar abrevaderos, lo que ayudó a su propia ganadería. Además, el duque estableció un monopolio sobre el jabón en Medina-Sidonia. Esto iba en contra del derecho de los habitantes a fabricarlo para uso propio. También siguió cobrando el impuesto del "herbaje", aunque el rey Juan I lo había prohibido en 1379.

Aunque se sabe poco de su administración cuando fue mayor de edad, su forma de gobernar redujo las libertades de los ayuntamientos. También impuso o mantuvo impuestos que los vecinos de Medina-Sidonia consideraron excesivos. Es importante que los únicos documentos conocidos sobre su administración sean sobre ganado y derechos de pastos.

El escudo de armas del duque Enrique

Archivo:Escudo Alfonso de Sousa
Escudo de armas de los Sousas de Córdoba.

El escudo de armas del duque Enrique de Castilla, según el experto Faustino Menéndez Pidal de Navascués, era un "escudo a frange". Esto significa que tenía los castillos en la parte superior e inferior, y los leones a los lados. Es decir, un escudo dividido en forma de aspa con los símbolos de Castilla y León.

Otros autores dijeron que este escudo fue usado por el infante Enrique de Castilla el Senador. Pero Menéndez Pidal de Navascués demostró que no era cierto. Se basó en el sello personal del infante Enrique y en los escudos de sus descendientes.

Se sabe que Inés Enríquez de Castilla, hija del rey Enrique II, y Fernando Alfonso de Castilla, hijo del rey Alfonso XI, usaron un escudo similar. Inés Enríquez lo usó a partir de 1404, después de la muerte de su hermanastro, el duque de Medina Sidonia. En el Museo Arqueológico Nacional de Madrid hay un objeto con el escudo de Enrique de Castilla. Se cree que casi con seguridad perteneció al duque Enrique.

El historiador Ignacio Garijo Pérez sugirió en 2004 que el escudo de Enrique de Castilla podría basarse en el de sus antepasados maternos, los Sousa. Sin embargo, esta es solo una idea. Podría ser al revés, que los Sousa adoptaran el escudo del duque Enrique después de su muerte.

La muerte del duque

Enrique de Castilla falleció a los 27 años en su palacio de la calle Rey Heredia en Córdoba. Esto ocurrió el 14 de septiembre o noviembre de 1404. Como murió sin dejar hijos, todos sus señoríos volvieron a ser propiedad del rey.

La madre del duque Enrique, Juana de Sousa, hizo doce ceremonias anuales por el alma de su hijo. Fundó una capellanía en el altar de Santiago de la Mezquita-catedral de Córdoba, donde fue enterrado. Dejó dinero para el sacerdote y para que se celebraran doce misas al año en memoria de su hijo. En 1404, Juana de Sousa usó tres molinos de aceite en Écija para asegurar el dinero para la sepultura de su hijo. En 1414, el dinero anual para las ceremonias religiosas de su hijo era de 1420 maravedís. Este dinero venía de unas curtidurías en Córdoba.

Juana de Sousa obtuvo permiso para vivir en la Mezquita-catedral de Córdoba. Vivió allí hasta su muerte, que ocurrió en 1442, a los 89 años.

Juana de Sousa fue enterrada en la capilla de los Sousa de la catedral de Córdoba. Dejó sus joyas y dinero para las ceremonias de su hijo y las suyas. En su testamento de 1442, Juana expresó su deseo de ser enterrada junto a su hijo Enrique. También dejó sus bienes a su hermana Leonor de Sousa y a sus sobrinos.

Sepultura del duque

Archivo:Tumba de Enrique de Castilla, duque de Medina Sidonia e hijo ilegítimo de Enrique II de Castilla (Mezquita-catedral de Córdoba)
Tumba del duque Enrique de Castilla en la Mezquita-catedral de Córdoba.

Enrique de Castilla fue enterrado en un arco "dorado" de la antigua capilla mayor de la Mezquita-catedral de Córdoba. Este lugar es ahora la capilla de Villaviciosa. Su tumba era "dorada" y de madera, y probablemente tenía los escudos de armas del duque. La tumba estaba junto al altar del apóstol Santiago. En el mismo templo fueron enterrados su madre, sus abuelos maternos y su abuelo paterno, el rey Alfonso XI de Castilla.

Al principio, la tumba del duque Enrique estaba entre el altar mayor y la capilla de los Obispos. Esto fue a petición del rey Enrique III de Castilla y del infante Fernando el de Antequera. Así consta en un documento de Córdoba del 15 de noviembre de 1404. Los restos del duque estuvieron en la capilla de Villaviciosa durante siglos. A principios del siglo XX, durante unas obras de restauración, fueron trasladados.

Desde principios del siglo XX, por iniciativa del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, los restos del duque descansan bajo una "sencilla lápida". Esta lápida no tiene escudos y está junto al muro de la capilla mayor de la Mezquita-catedral de Córdoba. En ella está escrito el siguiente epitafio:

Aqui jace Don / Enrrique de Castilla / Duque de Medina / Sidonia Conde de / Cabra Señor de Alcala / y Morón Hijo del mui alto rei D. Enrique 2º / el Magnifico.

La lápida es de mármol azulado y probablemente se hizo en el siglo XVII. Se encuentra junto a la cabecera del crucero de la catedral de Córdoba, al lado izquierdo del altar mayor.

Leyenda del fantasma de su madre

Según la tradición popular, la muerte de Enrique de Castilla dejó a su madre muy triste. Se dice que incluso estuvo varios días encerrada sola con el cuerpo de su hijo. La madre, desconsolada, pidió permiso para vivir en una habitación dentro de la Mezquita-catedral de Córdoba. Quería estar siempre cerca de la tumba de su hijo. El cabildo (grupo de sacerdotes) aceptó. La leyenda dice que Juana de Sousa nunca abandonó el edificio y vivió allí el resto de su vida. También se cuenta que por las noches, cuando la Mezquita-catedral estaba cerrada, Juana de Sousa paseaba entre las columnas "sin rumbo fijo".

Hoy en día, existe la creencia popular de que el fantasma de Juana de Sousa sigue visitando la tumba de su hijo cada noche. José Manuel Morales Gajete lo menciona en su libro Enigmas y misterios de Córdoba. Varios vigilantes de seguridad nocturnos han dicho haber "sentido" la presencia de este fantasma:

Son muchos los vigilantes de seguridad que, cuando se marchan los turistas y se apagan las luces, aseguran haber contemplado toda suerte de sombras, extrañas luminarias y, sobre todo, la figura de una dama con vestido largo y vaporoso que cada noche surge entre las columnas, pasea por las capillas a diez centímetros sobre el suelo y, tras unos segundos, rodea el Altar Mayor y se desvanece justo sobre la antigua y desgastada lápida gris de Enrique de Castilla y Sousa. ¿Será el alma en pena de doña Juana que, a día de hoy, continúa buscando a su hijo para despedirlo con un afectuoso beso maternal?.
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Enrique de Castilla (1377-1404) para Niños. Enciclopedia Kiddle.