Comuneros de Los Andes para niños
Datos para niños Insurrección de los comuneros de Venezuela |
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Fecha | 1781 | |
Lugar | Andes venezolanos | |
Casus belli | Subida de impuestos Monopolio comercial de la Real Compañía Guipuzcoana |
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Resultado | Victoria española | |
La insurrección de los comuneros de Venezuela fue un importante movimiento de protesta que ocurrió en 1781. Los habitantes de los Andes venezolanos se levantaron contra los altos impuestos y el control comercial que tenía la Real Compañía Guipuzcoana. Este movimiento fue similar a otras protestas que sucedieron en Sudamérica en esa época, como la Rebelión de Túpac Amaru II en Perú y la Rebelión de los comuneros en Nueva Granada (hoy Colombia). Aunque estas protestas fueron importantes, todas fueron controladas por las autoridades españolas.
Contenido
¿Por qué se rebelaron los comuneros de Venezuela?
Los orígenes de la protesta
A mediados del siglo XVIII, el sistema de gobierno colonial español en América estaba pasando por momentos difíciles. El rey Carlos III de España quería fortalecer su poder y aumentar los ingresos para España. Para lograrlo, implementó nuevas leyes económicas que afectaron mucho a la gente.
Estas medidas, en lugar de mejorar la situación, causaron más problemas y descontento entre la población. Por eso, comenzaron a surgir protestas en diferentes partes del imperio español.
El descontento popular y los mensajes de protesta
En mayo de 1781, en lugares como San Antonio del Táchira y San Cristóbal (Venezuela), empezaron a circular escritos que animaban a la gente a protestar. Estos mensajes decían que la gente estaba cansada de las presiones del gobierno español y que querían vivir mejor.
Además, llegaron noticias y emisarios de los comuneros de El Socorro (Santander) en Nueva Granada, quienes también estaban protestando por razones similares. Esto inspiró a los venezolanos a unirse al movimiento.
La idea de la "comuna" y las tierras colectivas
La idea de la "comuna", que se refiere a la organización de la gente para trabajar y vivir en comunidad, no era nueva en Venezuela. Desde hace mucho tiempo, las culturas originarias de América tenían formas de producción colectiva.
Los colonizadores españoles tuvieron que aceptar que existieran áreas para la producción en común, llamadas resguardos indígenas. En estos lugares, las personas trabajaban juntas, y este espíritu colectivo fue muy importante para el movimiento de los comuneros en los Andes venezolanos.
¿Cómo avanzó el movimiento de los comuneros?
La formación de un gobierno rebelde
El 30 de junio de 1781, representantes de San Antonio del Táchira y rebeldes de Cúcuta y Pamplona (Colombia) se reunieron cerca del Río Táchira. Allí formaron un gobierno rebelde para organizar su protesta.
Desde allí, el movimiento se extendió a Lobatera. Se creó una nueva administración formada por agricultores con pocos recursos.
La toma de La Grita y otras ciudades
El 11 de julio, los rebeldes de San Antonio, San Cristóbal y Lobatera llegaron a La Grita y tomaron la ciudad. Destituyeron al administrador de la Real Hacienda, tomaron el dinero de las arcas reales y repartieron tabaco entre la gente. También encarcelaron a los españoles y a los habitantes de La Grita que se oponían al movimiento.
Al día siguiente, organizaron su propio gobierno rebelde, liderado por Juan José García de Hevia. Entre el 15 y el 25 de julio, los comuneros tomaron otras poblaciones como Bailadores, Guaraque, Pregonero, Tovar, y Ejido, esta última bajo el liderazgo de Francisco Javier de Angulo, una persona muy respetada por la gente.
La llegada a Mérida y sus primeras acciones
El 27 de julio, una caravana de 600 hombres y mujeres armados con escopetas, lanzas y sables llegó a las afueras de Mérida. Al día siguiente, esta "Expedición Comunera" tomó la ciudad.
Había gente de todos los pueblos, desde San Antonio del Táchira hasta Ejido. Una multitud de 1500 personas de Mérida, lideradas por Tomás de Contreras, les dio la bienvenida. Se dirigieron a la plaza principal, donde leyeron las "Capitulaciones" (una lista de sus demandas) y celebraron a las nuevas autoridades.
Entre las primeras medidas que tomaron fue eliminar los aumentos de impuestos y otras órdenes que consideraban injustas. También permitieron la libre producción de aguardiente y eliminaron un impuesto sobre la panela de azúcar. Además, detuvieron a funcionarios de la Real Hacienda.
El plan de expansión del movimiento
Los rebeldes sabían que era importante llevar la protesta a otros pueblos. Su objetivo era extender el movimiento hasta Trujillo, Barinas e incluso llegar a Caracas, bajo el lema "Viva el Rey y muera el mal gobierno".
El 7 de agosto de 1781, más de mil rebeldes partieron de Mérida hacia Timotes. Enviaron un mensaje al ayuntamiento de Trujillo, contándoles sus éxitos y los beneficios de sus demandas, y expresando su intención de que los trujillanos se unieran al movimiento.
La derrota de los comuneros en Trujillo
La resistencia en Trujillo
El 8 de agosto de 1781, los rebeldes tomaron Timotes sin encontrar oposición. Sin embargo, en Trujillo la situación era diferente. Aunque la gente más humilde apoyaba el movimiento comunero, los ricos hacendados se oponían.
Las noticias sobre el movimiento llegaron a Caracas y Maracaibo. El Gobernador de Maracaibo, Manuel de Ayala, envió una expedición militar para evitar que los comuneros invadieran Trujillo. Desde Caracas, el Capitán General de Venezuela, Luis de Unzaga y Amézaga, también envió instrucciones para combatir a los rebeldes.
El fin de la expansión y el repliegue
Después de tomar Timotes, los comuneros se comunicaron con una delegación de hacendados de Trujillo, que se había instalado en La Mesa de Esnujaque para evitar que los rebeldes entraran a su territorio.
El 16 de agosto, llegaron a La Mesa las fuerzas militares enviadas desde Maracaibo. Esto hizo que los comuneros desistieran de entrar por la fuerza a Trujillo y se retiraran a Mérida. Allí se atrincheraron, pusieron guardias y cortaron los caminos. Aunque Francisco Javier de Angulo fue un líder muy importante en esta resistencia, la fase de expansión del movimiento rebelde terminó. Esto marcó el inicio del proceso que llevaría a la dispersión de los rebeldes y a la represión por parte de las autoridades españolas.
A pesar de la derrota, algunos líderes como Vicente Aguiar, Juan José García de Hevia y Luis Vidalle continuaron planeando un nuevo movimiento. La rebelión de los comuneros venezolanos fue principalmente una protesta contra los impuestos y los abusos, pero algunos de sus líderes llegaron a cuestionar el sistema colonial.
El final del movimiento y sus consecuencias
La derrota y la represión
Aunque la protesta se dirigió principalmente contra los representantes de la Real Hacienda, también buscaba mejorar las difíciles condiciones de vida de la mayoría de la gente. Los comuneros creían que la riqueza de los poderosos se obtenía gracias a la explotación del trabajo de otros. Por eso, tomaron medidas para usar los bienes de los ricos hacendados para mantener a sus tropas, acciones promovidas por líderes como Juan José García de Hevia y Francisco Javier de Angulo.
Para el 11 de septiembre de 1781, la revuelta estaba casi derrotada. El Gobernador de Maracaibo propuso escuchar a los rebeldes y ayudar a quienes dejaran las armas. Mientras tanto, en San Cristóbal (Venezuela), el ayuntamiento decidió mantenerse leal al Rey. El pueblo de Mérida también pidió a los líderes comuneros que aceptaran las propuestas del Gobernador Ayala.
El juicio y el indulto
El 20 de enero de 1782, se inició un proceso legal contra los líderes de la revuelta comunera. El 30 de junio de 1782, se llevó a cabo un plan para capturar a los rebeldes, resultando en la detención de 27 de los 69 implicados, quienes fueron encarcelados en Caracas.
El 31 de enero de 1783, el Rey Carlos III decidió perdonar a la mayoría de los implicados en la rebelión, excepto a los líderes principales como Juan José García de Hevia, Silvestre Carnero, José Joaquín Medina, Miguel Suárez y Joaquín Yánez Caballero.
El fin de la Compañía Guipuzcoana
La Real Compañía Guipuzcoana fue disuelta en 1785. Esto fue una consecuencia de las reformas borbónicas que permitieron un comercio más libre entre España y América. Al hacer el monopolio menos estricto, el rey Carlos III abrió 13 puertos de España al comercio con 27 puertos de las colonias americanas.