Antonio Espina para niños
Datos para niños Antonio Espina |
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Gobernador civil de León | ||
11 de julio de 1931-29 de julio de 1931 | ||
Predecesor | Matías Peñalba Alonso de Ojeda | |
Sucesor | Juan Donoso-Cortés y Castellanos | |
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Gobernador civil de Ávila | ||
22 de febrero de 1936-5 de julio de 1936 | ||
Predecesor | Benedicto Martínez Neiva | |
Sucesor | Manuel Ciges Aparicio | |
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Gobernador civil de Baleares | ||
5 de julio de 1936-19 de julio de 1936 | ||
Predecesor | Isidro Liarte Lausín | |
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Información personal | ||
Nacimiento | 29 de octubre de 1891 Madrid (España) |
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Fallecimiento | 15 de febrero de 1972 Madrid (España) |
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Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Periodista, escritor y poeta | |
Género | Poesía | |
Partido político | Izquierda Republicana | |
Antonio Espina García (nacido en Madrid, el 29 de octubre de 1891, y fallecido en la misma ciudad el 15 de febrero de 1972) fue un importante escritor y periodista español. Se destacó por su estilo moderno y original.
Antonio Espina fue poeta, narrador y ensayista. También trabajó como periodista. Al principio, su estilo era muy innovador, siguiendo las ideas de las vanguardias artísticas. Aunque se le relaciona con la Generación del 27, él prefería no ser encasillado. Por eso, algunos lo consideran parte del Novecentismo, un movimiento cultural anterior.
La vida de Antonio Espina
Primeros años y formación
Antonio Espina era hijo de Juan Espina y Capo, un pintor y grabador. Estudió en el Instituto de San Isidro de Madrid. Aunque empezó a estudiar Medicina, siguiendo una tradición familiar, dejó la carrera en cuarto curso.
Después de cumplir el servicio militar en África, decidió dedicarse por completo a la literatura y el periodismo.
Inicios en el periodismo y la literatura
Antonio Espina trabajó como redactor en varios periódicos importantes de su época. Algunos de ellos fueron Vida Nueva, Heraldo de Madrid, El Sol, Crisol y Luz.
Fue un autor muy versátil. Escribió novelas, poesía y también críticas de arte y literatura. Además, redactó biografías de personajes famosos. Le gustaban mucho las nuevas corrientes artísticas y participaba en reuniones de escritores en el Café Pombo.
Aunque no siempre fue bien recibido por todos los críticos, escritores importantes como Juan Ramón Jiménez lo elogiaron. Antonio Espina valoraba mucho su independencia y no quería pertenecer a ningún grupo literario específico. Sin embargo, se relacionó con autores como Mauricio Bacarisse y Juan José Domenchina, quienes exploraban estilos como el Ultraísmo o el Creacionismo.
Actividad política y periodística en los años 20 y 30
En la década de 1920, Antonio Espina escribió artículos donde expresaba sus opiniones sobre la situación política de España. Apoyó las ideas de Miguel de Unamuno, un conocido pensador.
Viajó por Francia, Portugal y Marruecos. Colaboró en revistas como España y La Pluma. También fue uno de los ensayistas de la prestigiosa Revista de Occidente.
Como crítico de arte, escribió para La Gaceta Literaria desde 1927. Sin embargo, dejó de colaborar en 1929 debido a diferencias de opinión con su director.
Junto a José Díaz Fernández y Adolfo Salazar, dirigió la revista Nueva España. Esta revista, con ideas progresistas, apareció en 1930 y se publicó hasta 1931.
En 1934, publicó una colección de ensayos titulada El nuevo diantre. También escribió biografías de personajes históricos como el bandolero Luis Candelas, el actor Julián Romea, Baldomero Espartero, Antonio Cánovas, Francisco de Quevedo y Ángel Ganivet.
Problemas legales y cargos públicos
En 1933, Antonio Espina fue acusado por el cónsul alemán. Esto ocurrió después de que publicara un artículo llamado «El caso Hitler» en el periódico El Liberal de Bilbao. Fue acusado de criticar a un líder extranjero, lo que le llevó a ser procesado y encarcelado por un corto tiempo en la prisión de Larrinaga en Bilbao.
Su encarcelamiento provocó protestas de muchos escritores e intelectuales importantes, como el doctor Marañón, Pío Baroja, Ortega y Juan Ramón Jiménez. Ellos firmaron un manifiesto pidiendo su liberación.
Con la llegada de la Segunda República Española, Antonio Espina se involucró más en la política. Se unió a un partido político que apoyaba la República. Fue nombrado gobernador civil de Ávila y, más tarde, de Baleares. Esto ocurrió pocas semanas antes del inicio de un conflicto importante en España en julio de 1936.
En Palma de Mallorca, Antonio Espina fue detenido y encarcelado. En 1937, intentó escapar de su difícil situación. Un juez consideró que no estaba bien de salud mental y ordenó su ingreso en un hospital psiquiátrico, donde permaneció hasta 1939, cuando terminó la Guerra Civil Española. Fue sentenciado a una pena muy grave, pero esta fue cambiada por otra menos severa.
Regreso a la vida pública y últimos años
Alrededor de 1944, Antonio Espina se encontraba en Madrid. Frecuentaba el Instituto Británico y se hizo amigo de su director, Walter Starkie, de quien luego tradujo algunas obras. A partir de 1945, también asistía a las reuniones de la Revista de Occidente, donde se reencontró con amigos como Fernando Vela y Valentín Andrés Álvarez.
En 1946, con la ayuda de contrabandistas, logró salir de España de forma discreta. En París, se puso en contacto con organizaciones de españoles que vivían fuera del país. Colaboró en La Nouvelle Espagne y empezó a escribir para la prensa mexicana.
A finales de 1948, se exilió en México con su familia. Allí colaboró en varias revistas literarias de españoles exiliados. Fue nombrado secretario de literatura del Ateneo Español de México.
En 1953, regresó a España. Trabajó para la Editorial Aguilar, donde escribió biografías de personajes famosos para un público joven. También publicó El cuarto poder. Cien años de periodismo español (1960), un libro sobre la historia del periodismo.
Gracias a su amistad con Luis Calvo, pudo colaborar en el periódico ABC bajo el seudónimo de «Simón de Atocha». También escribió para la segunda etapa de la Revista de Occidente. En esos años, se unió a una reunión de escritores en el Café Lion con otros que también habían regresado del exilio, como Francisco Ayala y José Bergamín.
En mayo de 1968, tuvo que presentarse ante un tribunal. Fue acusado por el hijo de un médico relacionado con el gobierno de la época, por publicar artículos críticos en periódicos de América. Sin embargo, no llegó a ser procesado.
Antonio Espina falleció en Madrid el 15 de febrero de 1972 y fue enterrado en el Cementerio Civil.
Obras destacadas
Antonio Espina exploró diversos temas en su escritura, mostrando su talento tanto en poesía como en prosa.
Poesía de Antonio Espina
Entre sus libros de poesía más importantes se encuentran Umbrales (1918) y Signario (1923). Estos poemas exploran sentimientos y pensamientos internos. El estilo de Espina en poesía es ligero y elegante, y se ha comparado con el de otros autores como José Moreno Villa y Ramón Gómez de la Serna.
Prosa de Antonio Espina
La forma de escribir de Antonio Espina en sus novelas era muy particular. No seguía las reglas tradicionales de la narrativa de su tiempo. Sus historias requerían que el lector fuera activo y pensara para entenderlas. Su estilo narrativo ha sido descrito como fuerte y audaz.
José Ortega y Gasset, un famoso filósofo, dijo que la prosa de Espina usaba una "álgebra superior de las metáforas". Esto significa que las imágenes y comparaciones eran muy importantes en sus textos. Espina usaba su escritura para criticar lo que consideraba vulgar o de mal gusto en la sociedad. Sus "ficciones" mezclaban la inteligencia con la imagen poética, algo muy característico del movimiento vanguardista.
También escribió sobre personajes populares, como la biografía del bandolero madrileño Luis Candelas. A Candelas se le conocía como el "Robin Hood español" porque, aunque era un ladrón, trataba a sus víctimas con cortesía y no cometía crímenes violentos. Fue ejecutado por sus delitos.