Agustín Agualongo para niños
Datos para niños Juan Agustín Agualongo Cisneros |
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![]() Retrato imaginario de Agustín Agualongo, por Iván Benavides, año 2014.
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Información personal | ||
Apodo | Caudillo de Pasto León de Pasto |
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Nacimiento | 25 de agosto de 1780![]() |
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Fallecimiento | 13 de julio de 1824![]() |
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Causa de muerte | Fusilamiento | |
Nacionalidad | Mestizo pastuso | |
Información profesional | ||
Ocupación | Oficial militar | |
Años activo | 1811-1824 | |
Lealtad | ![]() |
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Rango militar | General | |
Conflictos | Independencia de Colombia Batalla de Huachi Batalla de Ibarra |
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Título | General Agustín Agualongo "Aut Vincere Aut Mori" |
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Firma | ||
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Juan Agustín Agualongo Cisneros (nacido el 25 de agosto de 1780 en San Juan de Pasto y fallecido el 13 de julio de 1824 en Popayán) fue un importante líder militar. Él defendió la causa del Imperio español durante la guerra de independencia en la Nueva Granada (hoy Colombia).
Agualongo fue muy querido por la gente de Pasto. Se le conocía como el "Caudillo de Pasto" o el "León de Pasto". Durante trece años, se opuso con fuerza a los ejércitos que buscaban la independencia en el sur de Colombia y el norte de Ecuador. Sus tropas se enfrentaron incluso con las de Simón Bolívar en la Batalla de Ibarra en 1823.
Contenido
Los primeros años de Juan Agustín Agualongo
Juan Agustín Agualongo nació en San Juan de Pasto el 25 de agosto de 1780. Sus padres fueron Manuel Agualongo y Gregoria Cisneros Almeyda. Fue bautizado en la Iglesia de San Juan Bautista.
No se sabe mucho de su vida antes de unirse al ejército. Sin embargo, muchos historiadores dicen que, además de saber leer y escribir, aprendió a pintar al óleo. Trabajó en un taller en Pasto.
Se casó con Jesús Guerrero el 28 de enero de 1801. Años después, se separaron legalmente. Tuvieron una hija llamada María Jacinta Agualongo.
Pasto durante la Independencia: ¿Por qué fue tan importante?
A principios del siglo XIX, Pasto era una región estratégica. Estaba en el camino entre Popayán, Quito y Lima. Esto la convertía en un punto clave para el comercio y la comunicación. Por eso, era conocida como "la puerta del sur". Quien controlara Pasto, controlaría las rutas terrestres entre la Nueva Granada y el Virreinato del Perú.
La lealtad de Pasto a la Corona española
Los habitantes de Pasto eran muy leales al rey de España. Contaban con el apoyo de la iglesia. Desde 1810, los "pastusos" lucharon con mucha fuerza contra los ejércitos independentistas.
Una razón para su rechazo a la independencia fue que las guerras internas entre los grupos revolucionarios causaron muchos problemas. Para 1816, la economía de la región estaba muy afectada. La gente había perdido muchas de sus propiedades.
Además, la monarquía española era lo único que conocían. Representaba la tradición y la estabilidad. El proyecto de la república era incierto para ellos.
Alianzas y resistencia en la región
Los mestizos e indígenas de Pasto se unieron a personas libres y esclavizadas de la región del Patía. Desde 1811, estos grupos formaron guerrillas. Eran grupos de 1500 a 2500 hombres, la mayoría armados con lanzas. Se enfrentaron a los ejércitos independentistas.
Las autoridades realistas en Popayán buscaron aliarse con ellos. Para la élite que buscaba la independencia, era preocupante que estos grupos se unieran. Temían una "guerra de grupos sociales".
La alianza entre los líderes locales y las autoridades coloniales les permitió resistir a los quiteños y a otros ejércitos. Los líderes indígenas pedían beneficios para sus comunidades, como protección de sus tierras. Las personas esclavizadas también vieron que podían defender mejor sus intereses apoyando al imperio.
Las ventajas geográficas de Pasto
La región de Pasto tenía un clima difícil y una geografía complicada. Esto ayudó a los pastusos a defenderse. Cualquier ejército que viniera de Popayán debía cruzar el río Patía, una zona con cañones profundos y riesgo de enfermedades. Más al sur, había desfiladeros perfectos para emboscadas.
Luego, debían cruzar los ríos Juanambú y Guáitara. Estos ríos tenían aguas fuertes y orillas rocosas. Un pequeño grupo bien ubicado podía resistir a un ejército mucho más grande. Los caminos eran malos y las distancias largas. Los habitantes conocían muy bien su tierra, lo que les daba una gran ventaja.
Fases del conflicto en Pasto
La historiadora Rosa Zarama divide el conflicto en Pasto en varias etapas:
- Primera etapa (1809-1814): Resistencia a los intentos de las juntas de gobierno de Quito, Popayán y Cundinamarca de imponer su autoridad.
- Segunda etapa (1814-1820/1821): Los conflictos se alejaron de la provincia, lo que permitió cierta recuperación económica. La monarquía les dio cierta autonomía por su lealtad.
- Tercera etapa (1821-1824): El fin del dominio español. Los ejércitos de Pasto lucharon contra los republicanos hasta mayo de 1822. Sin embargo, muchos campesinos no aceptaron esto y continuaron la resistencia.
- Cuarta etapa (1824-1826): Los últimos grupos de resistencia lucharon contra el nuevo gobierno hasta que fueron derrotados.
La carrera militar de Agualongo en el Ejército Real
Sus inicios en el ejército
Cuando Agualongo tenía casi treinta años, comenzó la insurrección en Quito en 1809. Los quiteños querían imponer impuestos a Pasto, pero Pasto se negó, defendiendo su lealtad al rey. La primera vez que Agualongo participó en una acción militar fue el 16 de octubre de 1809. Fue en la victoria de los realistas en Funes, sobre el río Guáitara.
El 7 de marzo de 1811, Agualongo se unió voluntariamente al ejército para defender al rey Fernando VII. Desde entonces, formó parte de todos los ejércitos realistas del sur de la Nueva Granada. Fue el único militar mestizo en América Latina que llegó a ser general de brigada del rey.
Su ficha militar lo describía como de baja estatura, con pelo y cejas negras, ojos pardos y nariz regular. Tenía poca barba y una mancha debajo de los ojos. Su rostro era abultado y su labio superior prominente.
Primeros enfrentamientos importantes
Las primeras grandes batallas comenzaron el 2 de abril de 1811. Un ejército de las Ciudades Confederadas del Valle del Cauca y la Junta Suprema de Santafé entró en Popayán. Los realistas se refugiaron en Pasto. Desde ese momento, los pastusos tuvieron que enfrentar a enemigos tanto del norte como del sur.
El 22 de septiembre, 5000 hombres saquearon Pasto. Estos hechos hicieron que los pastusos rechazaran aún más la idea de la independencia. El 13 de octubre, se proclamó la independencia de la ciudad, pero muchos de los que firmaron el documento fueron encarcelados.
Los realistas que quedaban se refugiaron en Patía. Allí formaron un ejército de dos a tres mil hombres, pero fueron derrotados. En mayo de 1812, Agualongo luchó en Buesaco. Los realistas pastusos y los campesinos patianos recuperaron Pasto el 21 de mayo. Por sus servicios, Agualongo fue ascendido a cabo.
La campaña de Nariño y la Reconquista
Antonio Nariño, presidente de Cundinamarca, marchó al sur con un ejército. Después de semanas de duros combates, Nariño y sus soldados llegaron cerca de Pasto. El 10 de mayo de 1814, en la batalla de los Ejidos de Pasto, Nariño fue herido y capturado. Solo 900 soldados de su expedición regresaron a Santafé de Bogotá. Agualongo, ya sargento primero, participó en la derrota de Nariño.
En 1816, Agualongo se unió como subteniente al batallón Pasto. Marchó con las tropas para recuperar Popayán, entrando en la ciudad el 1 de junio. El batallón Pasto derrotó al enemigo en la batalla de la Cuchilla del Tambo el 29 de junio, poniendo fin a la última resistencia armada de las Provincias Unidas de la Nueva Granada.
Las Campañas del Sur
Después de la batalla de Boyacá en 1819, los líderes españoles derrotados se dirigieron a Pasto. Esta ciudad era un refugio para los monárquicos. El teniente Agualongo regresó a su tierra y reunió a los soldados realistas.
Cuando el general Aymerich pidió ayuda desde Quito para detener a los grupos de Guayaquil, Agualongo marchó a la Real Audiencia de Quito. Bolívar decidió intervenir, apoyando a los grupos de Guayaquil. Envió tropas, pero no fueron suficientes. Entonces, Bolívar decidió marchar por tierra, cruzando el territorio de Pasto.
Nadie quería ir a Pasto porque se sabía el peligro. Bolívar estimaba que los pastusos y patianos sumaban más de 4000 combatientes. Agualongo, después de la victoria en la batalla de Huachi, fue ascendido a capitán.
En 1822, Agualongo no participó en la batalla de Pichincha. Fue capturado después de la derrota realista en Pichincha. Esta derrota permitió al general Antonio José de Sucre tomar Quito.
La élite de Pasto se rindió, pero la gente común no lo hizo, considerándolo una traición. Desde entonces, mestizos e indígenas lideraron grupos de resistencia debido a los problemas que sufrieron por las tropas que ocupaban la ciudad. El coronel García y el obispo de Popayán firmaron la paz. El acuerdo establecía que la región quedaría bajo el poder republicano, pero no habría castigos para los antiguos soldados monárquicos.
Agualongo, prisionero en Quito, logró escapar con el coronel Benito Remigio Boves. Juntos, iniciaron una nueva resistencia en Pasto a finales de 1822.
Las rebeliones de Pasto
La primera rebelión contra los republicanos comenzó el 22 de octubre de 1822, liderada por el coronel español Boves. Él tomó San Juan de Pasto y se proclamó "Comandante General de las Milicias del Rey de España". Agualongo fue su segundo al mando.
Los monárquicos controlaban un territorio que se extendía hasta Ibarra por el sur y el río Patía por el norte. Sin embargo, Sucre y tropas de Quito fueron enviadas para detener el movimiento. Boves reunió a 2000 guerrilleros pastusos y patianos.
Sucre logró derrotar a Boves en la Cuchilla de Taindalá (22 de diciembre) y Guáitara (23 de diciembre). Sucre saqueó San Juan de Pasto en lo que se conoce como la Navidad Negra (23 a 25 de diciembre). Muchas personas perdieron la vida.
El 2 de enero de 1823, Bolívar regresó a Pasto. Los castigos continuaron: mil jóvenes fueron reclutados a la fuerza y enviados a Perú. Otros fueron exiliados. Se ejecutó a líderes rebeldes y se confiscaron bienes.
A pesar de esto, la gente de Pasto se levantó de nuevo a mediados de 1823. Esta vez, Agualongo y Estanislao Merchán Cano lideraron el levantamiento. Ochocientos a mil doscientos pastusos derrotaron a la guarnición del coronel Flores. Tomaron la ciudad y restablecieron el gobierno realista el 12 de junio.
Agualongo y sus hombres marcharon hacia Ibarra, esperando encontrar apoyo. Bolívar, que estaba en Babahoyo, viajó a Quito para enfrentarlos. Agualongo entró victorioso en Ibarra el 12 de julio.
Bolívar lo enfrentó el 17 de julio con una poderosa caballería, expulsándolo de Ibarra. Más de ochocientos realistas perdieron la vida. Agualongo regresó a Pasto, donde la población civil sufría mucho. Logró reorganizar a los sobrevivientes y reclutar más hombres.
El general Bartolomé Salom fue enviado para someter a los rebeldes. Sus castigos solo hicieron que los pastusos apoyaran aún más a Agualongo. El 18 de agosto, Agualongo entró con tres mil hombres al pueblo de Anganoy.
Los generales José Mires y José María Córdova rodearon y derrotaron a los últimos grupos realistas. El 23 de diciembre de 1823, Boves se rindió. Aunque Agualongo tuvo que dejar Pasto, sus hombres siguieron activos en las montañas como guerrilleros.
Las guerrillas de Pasto dejaron de ser una amenaza a mediados de 1824, cuando sus principales líderes fueron capturados. Pasto quedó muy afectada y arruinada por más de una década de guerra.
Los últimos días de Agualongo
Después de un combate en Barbacoas, el coronel Mosquera persiguió a Agualongo. Sin embargo, no fue Mosquera quien lo capturó.
José María Obando, un antiguo compañero de armas de Agualongo, recibió la orden de capturarlo. Obando se encontró con Agualongo el 25 de junio. Finalmente, Agualongo fue traicionado y capturado por Obando y sus soldados. Fue llevado a Popayán, donde llegó el 8 de julio.
En Popayán, la gente se sorprendió al ver a Agualongo. El coronel inglés John Potter Hamilton lo describió como un hombre bajo y de aspecto rudo, pero con una mirada intensa y un carácter fuerte.
A Agualongo se le ofreció perdonarle la vida si juraba lealtad a la República de Colombia. Su respuesta fue un rotundo "¡Nunca!". Fue juzgado y condenado a morir por fusilamiento.
Antes de su ejecución, pidió vestir su uniforme de coronel realista. El 13 de julio de 1824, frente al pelotón de fusilamiento, exclamó:
Si tuviese veinte vidas, estaría dispuesto a inmolarlas por la religión católica y por el rey de España.
Pidió que no le vendaran los ojos, queriendo morir mirando de frente. Sus últimos momentos mostraron gran valor. Se enfrentó serenamente al pelotón y gritó: "¡Viva el rey!".
Agualongo falleció sin saber que el rey Fernando VII le había otorgado el grado de general de brigada de los Ejércitos del Rey.
El destino de sus restos
Los restos de Agualongo estuvieron en la cripta de la Iglesia de San Francisco en Popayán. Fueron identificados por el historiador Emiliano Díaz del Castillo Zarama. El 11 de octubre de 1983, sus restos fueron trasladados a Pasto. Fueron depositados en la Capilla del Cristo de la Agonía, en la Iglesia de San Juan Bautista.
En 1987, sus restos fueron tomados por un grupo político, el M-19. Fueron devueltos en 1990, como un acto simbólico cuando este grupo dejó las armas. Finalmente, fueron colocados en el mismo templo.
Otros líderes realistas
- Antonio Huachaca, militar realista peruano.
- José Dionisio Cisneros, militar realista venezolano.
- Vicente Benavides, militar realista chileno.
- José Camacho (militar), militar realista ecuatoriano.
Campañas militares relacionadas
- Campaña de Occidente, última resistencia realista en el Caribe.
- Campañas del Sur, expedición militar patriota en Pasto y Quito.
- Campaña de Pasto, operaciones militares en Pasto.
- Campaña de Maynas, operación contra la resistencia realista en el oriente peruano.
Véase también
En inglés: Agustín Agualongo Facts for Kids