Deflación para niños
La deflación o inflación negativa es un concepto económico que describe una situación en la que los precios de los productos y servicios bajan de forma general y continua. Para que se considere deflación, esta bajada debe durar al menos seis meses, según el FMI. Ocurre cuando la gente compra menos cosas (la demanda es baja) y hay demasiados productos disponibles en el mercado (la oferta es alta).
Contenido
¿Qué efectos tiene la deflación?
Los desafíos de la deflación
La deflación tiene varios efectos negativos para la economía. Cuando los precios bajan, las empresas ganan menos dinero. Esto las obliga a reducir sus gastos, lo que a menudo significa despedir a trabajadores. Si más personas se quedan sin empleo, tienen menos dinero para gastar, y esto hace que la demanda de productos siga bajando. Es como un círculo vicioso difícil de romper.
Además, la deflación puede hacer que el dinero valga más, lo que parece bueno, pero si tienes deudas, estas se vuelven más difíciles de pagar porque tu dinero tiene más valor y tus ingresos pueden haber disminuido. Esto puede llevar a una crisis económica donde la riqueza se distribuye de forma desigual, beneficiando a quienes prestan dinero y perjudicando a quienes lo deben.
¿Hay alguna ventaja en la deflación?
Aunque la deflación suele verse como algo negativo, algunos economistas piensan que tiene un lado positivo. Argumentan que, al bajar los precios, el dinero de las personas puede comprar más cosas, lo que aumenta su poder adquisitivo. Sin embargo, la mayoría reconoce que esto puede causar problemas económicos a corto plazo.
¿Cómo se combate la deflación?
Para luchar contra la deflación, los gobiernos y los bancos centrales usan herramientas económicas. El objetivo principal es aumentar la demanda de productos y servicios.
Una forma es a través de la política monetaria, que implica controlar la cantidad de dinero que circula en la economía. Por ejemplo, se pueden bajar las tasas de interés para que sea más barato pedir dinero prestado, lo que anima a las familias y empresas a gastar e invertir más.
Otra estrategia, conocida como keynesiana, sugiere que el gobierno aumente su propio gasto, por ejemplo, en proyectos de infraestructura. Esto crea empleos y pone dinero en manos de la gente, lo que a su vez impulsa el consumo. Lo ideal es combinar estas estrategias para lograr los mejores resultados.
Deflación y desinflación: ¿cuál es la diferencia?
Es importante no confundir deflación con desinflación. La desinflación significa que los precios siguen subiendo, pero a un ritmo más lento. Por ejemplo, si los precios subían un 5% y ahora suben un 2%, eso es desinflación. La deflación, en cambio, es cuando los precios bajan, es decir, la variación es negativa.
¿Qué causa la deflación?
La deflación ocurre cuando hay más productos y servicios disponibles de los que la gente quiere comprar. Las empresas se ven obligadas a bajar sus precios para poder vender lo que producen y no acumular inventario. Este desequilibrio entre la oferta y la demanda puede deberse a dos razones principales:
Cuando la demanda es insuficiente
Un ejemplo famoso es la Gran Depresión en Estados Unidos a finales de los años 20. Después de que los mercados financieros cayeran, las familias y empresas tuvieron mucho menos dinero para gastar. Muchas empresas cerraron o redujeron su tamaño, lo que llevó a un gran aumento del desempleo. Con menos gente trabajando y menos dinero, el consumo se desplomó, y los precios bajaron drásticamente.
El presidente Franklin D. Roosevelt implementó medidas para estimular la demanda y el consumo, lo que ayudó a Estados Unidos a salir de esa situación.
Cuando hay un exceso de oferta
Otro ejemplo es la Gran Recesión que comenzó en 2008. Antes de eso, muchas empresas invirtieron mucho en producir más, esperando que la demanda fuera muy alta. Sin embargo, la demanda no creció tanto como esperaban, dejando a las empresas con una capacidad de producción excesiva. Esto las obligó a bajar los precios para vender sus productos.
Este problema puede empeorar si hay más competencia entre empresas o si se eliminan barreras al comercio internacional, lo que puede llevar a una mayor producción y, si la demanda no crece al mismo ritmo, a una bajada de precios.
Casos históricos de deflación
La deflación ha ocurrido en diferentes momentos de la historia.
En los primeros años de Estados Unidos, los precios subían y bajaban según el flujo de dinero entre las regiones. Cuando los bancos prestaban mucho dinero, los precios subían, y cuando los bancos pedían que les devolvieran los préstamos, los precios bajaban. En esa época, no había billetes nacionales y el dinero era escaso.
Durante el siglo XIX, Estados Unidos experimentó periodos de deflación, a veces por avances tecnológicos que impulsaban el crecimiento económico, y otras veces por crisis financieras, como el Pánico de 1837 y el Pánico de 1873. Estos eventos ocurrieron antes de la creación del Sistema de la Reserva Federal, que ahora ayuda a gestionar la economía.
En el siglo XX, la deflación fue menos común. La Gran Depresión en Norteamérica es el caso más conocido. Después de la elección del presidente Roosevelt en 1932, un gran aumento en la cantidad de dinero en circulación ayudó a la recuperación económica.
Japón es otro ejemplo importante. Desde mediados de los años 90, y durante muchos años, experimentó una caída de precios significativa. Esto ocurrió después de que una burbuja financiera e inmobiliaria estallara a principios de los 90.
Otros países también han tenido episodios de deflación, como Suecia en ciertos momentos, y Grecia durante la Crisis del Euro que siguió a la Gran Recesión. Incluso Argentina y Venezuela han registrado periodos de deflación en el pasado.
Véase también
En inglés: Deflation Facts for Kids
- Inflación
- Estanflación
- Desinflación
- Índice de precios al consumidor
- Recesión
- Crisis económica
- Crisis financiera
- Gran Depresión
- Gran Recesión
- Impacto socioeconómico de la pandemia de COVID-19