Palacio de los Teobaldos para niños
Datos para niños Palacio de los Teobaldos |
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Tipo | Palacio, monumento y residencia real | |
Catalogación | bien de interés cultural | |
Localización | Olite (España) | |
Coordenadas | 42°28′56″N 1°39′01″O / 42.482083611111, -1.6503169444444 | |
Construcción | siglo I | |
El Palacio de los Teobaldos, también conocido como el Palacio Viejo, es un edificio histórico situado en Olite (Navarra). Desde 1966, funciona como el Parador de Turismo "Príncipe de Viana", o simplemente Parador de Olite. Este palacio es la parte más antigua de lo que antes se conocía como los Palacios Reales de Olite.
El Palacio Nuevo es el Palacio Real de Olite que se visita hoy en día. Fue construido en el siglo XV por el rey Carlos III el Noble. Entre ambos palacios existió un tercer edificio, el Palacio de la Reina o del Merino, que luego se usó como granero. También hubo otro palacio, el del infante don Luis, que ahora es un terreno vacío entre las dos construcciones principales.
El Palacio Viejo sufrió daños importantes durante la Guerra de la Independencia Española. En 1813, el general Francisco Espoz y Mina decidió destruirlo, junto con el de Tafalla, por razones estratégicas. Quería evitar que el ejército enemigo se alojara allí y mantener libre la carretera de Pamplona a Tudela.
Durante el resto del siglo XIX, el palacio fue saqueado y se deterioró mucho. Juan Iturralde y Suit denunció esta situación en su estudio de 1870, pidiendo su restauración. Más de 50 años después, en 1913, la Diputación Foral de Navarra compró las ruinas. En 1923, se convocó un concurso para su restauración, ganado por los arquitectos Javier y José Yárnoz. Finalmente, el 17 de enero de 1925, fue declarado Monumento Histórico-Artístico.
Contenido
Historia del Palacio de los Teobaldos
Orígenes Antiguos del Palacio Viejo
El Palacio Viejo tiene una forma rectangular con torres en sus cuatro esquinas. Se cree que fue un praetorium romano, un centro militar y un punto fuerte de defensa. En su construcción se usó una técnica llamada almohadillado, que consiste en bloques de piedra con la parte central sobresaliente.
Las bases de las torres y muros muestran que su origen se remonta a la Antigua Roma, específicamente al siglo I. Esto significa que el palacio es tan antiguo como las murallas que rodeaban el primer asentamiento de Olite. Estaba ubicado en un terreno elevado, cerca del río Cidacos, lo que le daba una vista privilegiada de la llanura de Olite. Su importancia estratégica se debía a que era un cruce de calzadas romanas, como la que iba de Cara a Pompelo y otra que conectaba Ilumberri con Santa Criz y Cascantum.
El Palacio en la Edad Media
El asentamiento romano fue aprovechado en la Hispania visigoda. El obispo Isidoro de Sevilla menciona la "fundación" de Olite durante el reinado de Suintila.
Aunque es difícil saber cuándo se empezó a usar el edificio en la Edad Media, ya que sufrió muchos daños en el siglo XIX, se sabe que fue muy importante. Cuando se restauró a mediados del siglo XX, solo quedaban en pie los muros que unían las torres y algunas huellas de pilares interiores.
Los documentos antiguos mencionan diferentes partes del palacio: establos, graneros, despensa, la sala de la "Cort" (donde se hacían audiencias), la "cambra luenga", la cámara de doña Juana, la cámara de "madame de Foix", la capilla de San Jorge, la sala "juso la capieilla", la cámara de las armas y la cámara sobre las puertas principales. El palacio también tenía un jardín y una puerta que daba a un prado.
Sancho el Fuerte construyó un primer palacio, que fue mejorado por sus sucesores, los condes de Champaña. La primera mención escrita del palacio es de mediados del siglo XIII. Se sabe que Teobaldo I y, sobre todo, Teobaldo II pasaron mucho tiempo en él. Por eso se le llama Palacio de los Teobaldos.
Durante el siglo XIV, reyes como Felipe III, Juana II y Carlos II también vivieron allí y lo mejoraron. Cuando los reyes no estaban, el palacio era la residencia de senescales, gobernadores y lugartenientes que gobernaban Navarra, como Clemente de Launay o el infante Luis de Beaumont.
El propio Carlos III, antes de construir el Palacio Nuevo, pasó diez años arreglando y mejorando este palacio. En 1388, compró las primeras casas para ampliarlo, y en 1399, comenzó las obras del palacio de la reina y la mejora de los jardines.
La distribución interior actual es completamente nueva. Sin embargo, documentos medievales describen la disposición original: un patio central rectangular con graneros, caballerizas y una despensa. Había una gran torre central, la Torre de los Milagros, que fue derribada en 1414. Junto a la torre del mismo nombre estaba la Capilla de San Jorge.
En la fachada principal actual, todavía se pueden ver dos grandes ventanas góticas. Fueron construidas en 1414 para la Cámara Larga por los ayudantes de Jehan Lome. También, en una planta inferior junto a la fachada principal, se encontraba la gran sala de la Cort o tribunal del Rey.
El Palacio en la Edad Moderna
Se sabe que los reyes Catalina de Foix y Juan de Labrit también hicieron reformas importantes en el edificio. En 1556, se asignaron fondos para las reparaciones necesarias. Sin embargo, las transformaciones más importantes se realizaron entre 1579 y 1589. La nueva puerta principal, que es lo único que queda de esa época, fue construida en 1584 por el virrey de Navarra, el marqués de Almazán. La antigua puerta principal parece que estaba debajo de los ventanales.
Durante los siglo XVI, siglo XVII y siglo XVIII, se realizaron muchas reparaciones. También se desmantelaron progresivamente los tejados, retirando el plomo. Incluso en el siglo XVIII, se propuso vender el palacio para recaudar fondos. En 1794, durante la Guerra de la Convención, hubo un pequeño incendio en la Torre de la Prisión. A pesar de esto, en 1802, la mayoría de las dependencias aún se conservaban, aunque en mal estado.
El Palacio en la Edad Contemporánea
En 1813, durante la Guerra de la Independencia Española, el destino de los dos palacios (el Viejo y el Nuevo) estuvo ligado a la decisión del general Espoz y Mina. Él ordenó su destrucción para evitar que el ejército enemigo se refugiara allí. Así, el fuego consumió este edificio, y sus restos continuaron deteriorándose a lo largo del siglo XIX.
El ayuntamiento de Olite intentó varias veces, sin éxito, adquirir la propiedad. Al mismo tiempo, la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra mostró un gran interés en el asunto. Intentaron evitar que el ayuntamiento construyera casas y escuelas en las ruinas habitables. En 1870, solicitaron a la Academia de San Fernando que el palacio fuera declarado monumento nacional.
Las Torres del Palacio Viejo
Las torres son un elemento muy interesante del palacio. La presencia de grandes bloques de piedra con forma de almohadilla en la parte inferior demuestra que son muy antiguas, del siglo I. Esto sugiere que el conjunto fue utilizado continuamente durante la Edad Media. A pesar de las restauraciones recientes, es difícil saber cuándo comenzó exactamente la reutilización medieval de la construcción.
Algunos autores mencionan que las dos torres orientales se llamaban de la Prisión y de San Jorge. Estas torres también formaban parte de la antigua muralla romana. De las otras dos torres, la única que se conserva se conoce como de la Cigüeña.