Motín de Arequito para niños
El Motín de Arequito fue un evento importante en la historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, lo que hoy conocemos como Argentina. Ocurrió el 8 de enero de 1820, cuando el Ejército del Norte se rebeló contra el gobierno central, llamado el Directorio.
Este suceso tuvo lugar en Arequito, una localidad de la provincia de Santa Fe. El ejército decidió no seguir participando en los conflictos internos del país y, en cambio, quiso volver al norte para continuar luchando contra los realistas, que eran los que apoyaban al rey de España.
Las consecuencias de este motín fueron muy grandes: el Directorio se debilitó y finalmente desapareció después de ser derrotado en la Batalla de Cepeda. Esto marcó el inicio de un período de inestabilidad conocido como la Anarquía del Año XX, y con el tiempo, el propio Ejército del Norte dejó de existir.
Contenido
¿Qué era el federalismo en el Río de la Plata?
Después de la Revolución de Mayo en Buenos Aires, que era la capital del Virreinato del Río de la Plata, los nuevos gobiernos querían controlar todas las provincias. Argumentaban que, al no haber rey, el poder volvía al pueblo. Sin embargo, pronto quedó claro que Buenos Aires quería gobernar el país de forma centralizada, sin consultar mucho a las demás ciudades o "pueblos" (como se les llamaba entonces a las ciudades y sus territorios).
La lucha por la autonomía de las provincias
Las ciudades de otras provincias querían tener la misma participación en el gobierno nacional y poder elegir a sus propios líderes. Pero los gobiernos de Buenos Aires siempre nombraban a los gobernadores de las provincias y tenían más representantes en las reuniones importantes. Incluso, algunos gobiernos provinciales fueron cambiados por decisiones tomadas solo en Buenos Aires.
Esta situación llevó a que las provincias reaccionaran y buscaran su propia autonomía.
La Banda Oriental y el Litoral
La primera en oponerse a Buenos Aires fue la Banda Oriental (hoy Uruguay), liderada por José Artigas. En 1815, después de un conflicto, Artigas logró controlar su provincia.
Su ejemplo fue seguido por las provincias del litoral, como Entre Ríos, donde líderes locales como Francisco Ramírez expulsaron a los gobernadores nombrados por el Directorio. Poco después, la provincia de Corrientes también se separó del control central.
El caso de Santa Fe
La provincia de Santa Fe fue un punto clave. Se levantó contra Buenos Aires en 1815 y 1816, bajo el mando de Mariano Vera y luego Estanislao López. El gobierno central no quería que Santa Fe se independizara porque su territorio era un paso obligatorio para comunicarse con las provincias del interior. Buenos Aires envió varias expediciones militares para someter a Santa Fe, pero todas fracasaron.
Otras provincias que buscaron su camino
No solo las provincias del litoral se separaron. Salta tuvo su propio gobierno con Martín Miguel de Güemes, Cuyo se negó a que su gobernador José de San Martín fuera reemplazado, y Córdoba también eligió a su propio líder, José Javier Díaz, quien apoyaba a Artigas. Aunque sus relaciones con Buenos Aires no fueron tan tensas como las del litoral.
El Directorio nunca aceptó la idea de que las provincias tuvieran autonomía. A quienes defendían el federalismo (la idea de que las provincias tuvieran más poder y se unieran en una federación), los llamaban "anarquistas", que en ese momento significaba "desordenados" o "sin gobierno".
El Ejército del Norte y los conflictos internos
El Ejército del Norte se había creado para luchar por la independencia en el Alto Perú (hoy Bolivia) contra los realistas. Pero después de una derrota en Sipe Sipe, el ejército quedó debilitado en Tucumán. Su misión era esperar el momento adecuado para volver a luchar en el Alto Perú.
Sin embargo, el Directorio decidió usarlo para controlar las rebeliones internas. En 1816, gran parte del ejército fue enviado cerca de Córdoba. Desde allí, una parte del ejército ayudó a reponer al gobernador de La Rioja y a derrotar a Juan Francisco Borges en Santiago del Estero, quien fue ejecutado. Más tarde, otra parte del ejército ayudó a cambiar al gobernador de Córdoba y a mantener a los que apoyaban al gobierno central.
Intentos de someter a Santa Fe
En 1818, el director supremo Juan Martín de Pueyrredón intentó reconquistar Santa Fe con un ataque doble, pero Estanislao López los detuvo rápidamente. Un segundo intento en 1819 también falló.
El Ejército del Norte permanecía en Córdoba, lo que molestaba a muchos de sus soldados y oficiales, ya que estaban lejos de los realistas y se dedicaban a perseguir a "un enemigo que no presenta batalla", como dijo Manuel Belgrano. En abril de 1819, una paz entre Buenos Aires y Santa Fe dio esperanzas de que el ejército regresaría al frente norte.
Pero esta paz no duró. José Rondeau, el nuevo director supremo, quería vencer a Santa Fe con ayuda de los portugueses. Pidió ayuda al Ejército de los Andes, pero José de San Martín se negó. Belgrano, en cambio, sí obedeció y comenzó a marchar hacia el sur.
Mientras tanto, Francisco Ramírez invadió el norte de la provincia de Buenos Aires. Rondeau organizó su ejército y marchó a su encuentro.
La marcha del Ejército del Norte
El 12 de diciembre de 1819, el Ejército del Norte dejó su campamento en Pilar (Córdoba) y avanzó hacia Santa Fe. Belgrano, enfermo, delegó el mando en Francisco Fernández de la Cruz y regresó a Tucumán. Juan Bautista Bustos quedó como jefe de Estado Mayor.
Durante la marcha, algunos soldados desertaron. José María Paz fue enviado a ayudar a las fuerzas que luchaban contra los grupos federales en Córdoba. Paz se enteró de que se planeaba un motín y decidió unirse. En sus memorias, Paz aseguró que el motín no buscaba unirse a los federales ni atacar al gobierno, sino separarse de los conflictos internos y volver a luchar por la independencia.
El motín de Arequito
La noche del 8 de enero de 1820, cuando el ejército acampó en Arequito, el coronel mayor Bustos, con el apoyo de los coroneles Alejandro Heredia y José María Paz, lideró la rebelión. Bustos se aseguró de que la vigilancia estuviera a cargo de soldados leales a él.
En la madrugada, oficiales del Regimiento de Dragones de la Nación arrestaron a su jefe, el coronel Cornelio Zelaya. Al mismo tiempo, otros oficiales arrestaron a sus superiores. Los soldados rebeldes se movieron a una distancia del campamento de Fernández de la Cruz y se prepararon para el amanecer. Bustos fue a despertar a Fernández de la Cruz y luego se unió a los sublevados.
Fernández de la Cruz preguntó a los rebeldes por qué se movían y quién los dirigía, pidiéndoles que volvieran a sus puestos. Los líderes rebeldes respondieron que "aquellos cuerpos no seguirían haciendo la guerra civil" y que se separaban del ejército para regresar al frente norte. Se declararon neutrales en el conflicto entre los federales y el Directorio. Bustos tenía unos 1600 hombres, y Fernández de la Cruz, unos 1400.
Negociaciones y desenlace
Durante la mañana, hubo negociaciones. Fernández de la Cruz pidió que le devolvieran los animales y suministros que estaban en poder de los rebeldes. Bustos aceptó, con la condición de recibir la mitad de las armas, municiones y alimentos. Fernández de la Cruz pareció aceptar, y ambas partes se alejaron.
Pero una vez que Fernández de la Cruz recuperó sus animales y sus jefes arrestados fueron liberados, marchó hacia el sur sin entregar lo prometido. Bustos ordenó a Heredia perseguirlo. Heredia alcanzó a Fernández de la Cruz, quien ya estaba rodeado por los federales de López. Heredia exigió la parte del convoy prometida.
Finalmente, Fernández de la Cruz decidió entregar todo el ejército a Bustos. Toda la fuerza se unió a Bustos, quien nombró a Heredia como jefe de Estado Mayor. Fernández de la Cruz y los jefes que lo acompañaban fueron liberados y la mayoría se fue a Tucumán.
Después de Arequito
Al día siguiente, Bustos regresó a Córdoba. Desde allí, escribió a López y a Rondeau, explicando lo sucedido y sus planes de volver al norte. En una de sus cartas, aclaró que "las armas de la Patria, distraídas del todo de su objeto principal, ya no se empleaban sino en derramar sangre de sus conciudadanos".
Bustos en Córdoba
Bustos llevó su ejército a Córdoba, donde fue recibido con entusiasmo. El gobernador interino José Javier Díaz había renunciado, y una asamblea declaró que Córdoba era una "provincia soberana y libre" que buscaba la unión con otras provincias en una federación. Esto coincidía con los deseos de Bustos y los que participaron en el motín.
Mientras tanto, Rondeau se enfrentó a Ramírez y López en la Batalla de Cepeda y fue derrotado el 1 de febrero de 1820. Poco después, el Congreso se disolvió y no hubo un nuevo director supremo. Buenos Aires nombró a su propio gobernador y firmó el Tratado del Pilar con los federales. Así comenzó la Anarquía del Año XX.
Bustos, al enterarse del fin del Directorio, se dedicó a reorganizar Córdoba y a mediar entre López y Buenos Aires. Envió una parte del ejército al norte, pero estas fuerzas no llegaron a luchar contra los realistas. Las tropas que quedaron con Bustos se usaron para defenderse de grupos indígenas y para repeler ataques de Francisco Ramírez y José Miguel Carrera.
¿Por qué es importante el Motín de Arequito?
Durante mucho tiempo, el Motín de Arequito tuvo una mala reputación. Algunos historiadores lo vieron como una traición o un movimiento para que Bustos llegara al poder en Córdoba. Se le culpó de la Anarquía del Año XX y de la prolongación de los conflictos internos en Argentina.
Sin embargo, con el tiempo, otros historiadores, especialmente los de Córdoba y los que revisaron la historia argentina, comenzaron a verlo de otra manera. A mediados del siglo XX, se empezó a considerar el Motín de Arequito como un paso importante en la formación de Argentina.
La rebelión del Ejército del Norte permitió que las provincias se impusieran por primera vez al gobierno central de Buenos Aires. Hizo desaparecer la Constitución Argentina de 1819, que era centralista, y permitió que la provincia de Buenos Aires tuviera su propio gobierno autónomo. También igualó los derechos de todas las provincias y abrió el camino para un entendimiento más equitativo entre ellas, aunque esto tardaría muchos años y más conflictos en resolverse.
Aunque fue un acto de desobediencia militar, desde el punto de vista de sus causas y resultados políticos, el Motín de Arequito fue un paso hacia una forma de gobierno más igualitaria para las provincias en la Argentina.
Véase también
En inglés: Arequito revolt Facts for Kids