Monasterio de Santa Clara (Palencia) para niños
Datos para niños Monasterio de Santa Clara |
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Localización | ||
País | ![]() |
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Comunidad | ![]() |
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Localidad | Palencia | |
Coordenadas | 42°00′34″N 4°31′51″O / 42.0094, -4.53083 | |
Información religiosa | ||
Culto | Iglesia católica | |
Diócesis | Palencia | |
Orden | Clarisas | |
Advocación | Santa Clara | |
Patrono | Clara de Asís | |
Historia del edificio | ||
Fundador | Alfonso Enríquez de Castilla y Juana de Mendoza | |
Construcción | 1395-siglo XV | |
Datos arquitectónicos | ||
Tipo | Monasterio | |
Estilo | Gótico y tardogótico | |
El Monasterio de Santa Clara de Palencia, en Castilla y León, España, es un edificio religioso muy antiguo. Se le conoce popularmente como Monasterio de las Claras. Fue construido con un estilo llamado gótico entre los siglos XIV y XV.
Una parte del monasterio sigue siendo el hogar de una comunidad de monjas Clarisas. La iglesia está abierta para que la gente la visite y asista a los servicios religiosos. Este monasterio es famoso por una imagen muy especial: el Santísimo Cristo de las Claras. Es una figura que representa a Cristo acostado, y su expresión es tan impactante que ha inspirado muchas leyendas y relatos de milagros a lo largo de los siglos.
Contenido
Historia del Monasterio de Santa Clara
El Monasterio de Santa Clara tiene una historia muy interesante que se remonta a la Edad Media.
Orígenes y primeros años
La idea de fundar este monasterio surgió por una decisión de los reyes Enrique II de Castilla y su esposa, la reina Juana Manuel de Villena. Esto ocurrió alrededor del año 1378. En ese momento, un grupo de monjas Clarisas llegó desde la localidad de Reinoso de Cerrato para establecerse aquí.
Un año después, cuando el rey Enrique II falleció, su sobrino Alfonso Enríquez de Castilla, quien era un importante Almirante de Castilla, y su esposa, Juana de Mendoza, se hicieron cargo del monasterio. Hacia el año 1395, ellos comenzaron la construcción de la iglesia actual. La diseñaron para que también sirviera como su lugar de descanso final.
Cambios de patronato y eventos importantes
A principios del siglo XVIII, el apoyo al monasterio volvió a ser real. La familia real Borbón, con el rey Felipe V, tomó el control. Esto sucedió porque el noveno Almirante de Castilla, Juan Tomás Enríquez, se negó a ser embajador en Francia y huyó a Portugal.
En 1802, el apoyo al monasterio pasó a manos de la Casa de Alba, una familia noble muy importante. Más tarde, durante la Revolución de 1868, el convento fue cerrado y se convirtió en un hospital. Las monjas tuvieron que mudarse al Real Monasterio de la Consolación en Calabazanos, que era de la misma orden. Sin embargo, en 1874, después de que la Primera República terminara, las monjas Clarisas pudieron regresar a su monasterio en Palencia.
El famoso escritor romántico José Zorrilla ambientó una de sus leyendas, Margarita la Tornera, en este monasterio.
Arquitectura y características del Monasterio
El Monasterio de Santa Clara es un ejemplo impresionante de la arquitectura gótica.
Diseño de la iglesia y sus detalles
La iglesia, construida entre los siglos XIV y XV, tiene una forma especial llamada planta de cruz griega. Es la única iglesia con esta forma en la ciudad de Palencia. Tiene tres partes en la cabecera (la zona del altar), siendo la central de tres lados.
Por fuera, las partes de la cabecera están reforzadas con grandes contrafuertes (pilares que sostienen la pared). También tienen cornisas decoradas. En la parte superior de la cabecera central y la nave transversal (la parte que cruza la iglesia), justo debajo del tejado, se ven ventanas con celosías. Estas ventanas tienen un estilo mudéjar, que es típico de los edificios religiosos de clausura.
Las bóvedas (techos curvos) de la iglesia son complejas y se apoyan en pilares con columnas adosadas.
La portada y el interior
La entrada principal al templo está en el lado norte de la nave transversal. Se accede a través de una portada de estilo tardogótico. Tiene un arco inferior plano y un arco superior puntiagudo con tres arcos más pequeños. Está decorada con plantas, animales fantásticos, figuras de demonios y personas que representan el Juicio Final.
A los lados de la portada hay pilares delgados y escudos de la familia Enríquez. En la parte superior, hay figuras de Santa Clara, San Francisco y San Miguel. Las figuras originales están ahora en el Museo Arqueológico Nacional.
Dentro de la iglesia, se pueden ver varios retablos (estructuras decoradas detrás del altar) de los siglos XVI al XVIII. El Retablo de la Capilla Mayor es una gran obra de madera del siglo XVIII, hecha por Pedro de Correas. Contiene imágenes de San Miguel, San Rafael, la Anunciación y otros santos. En el altar mayor, se expone el Santísimo Sacramento de forma permanente.
Capillas y claustros
En la Capilla de San Juan Bautista, en el lado sur de la iglesia, se encuentra la tumba de Juan Bautista Montoya. Él fue un importante religioso del siglo XVI que eligió este lugar para su descanso final.
En la Capilla del Santísimo Cristo (de la que hablaremos más adelante) están los sepulcros de mármol de María Fernández de Velasco y Beltrán de Guevara. Sus restos fueron trasladados aquí en 1967.
El monasterio también tiene dos claustros (patios interiores rodeados de galerías). Uno es moderno, y el otro conserva decoraciones muy bonitas del siglo XV.
La iglesia del monasterio está abierta para visitantes todos los días desde las 8:30 de la mañana hasta las 8:00 de la tarde.
El Santísimo Cristo de las Claras: Leyendas y Realidad
La imagen del Santísimo Cristo de las Claras es el tesoro más famoso del monasterio.
Descripción de la talla y su misterio
Esta venerada talla de madera mide 1,40 metros de largo. Hoy se encuentra dentro de una urna de cristal en una capilla especial, cerca del coro de las monjas. Durante seis siglos, su impresionante realismo ha dado lugar a muchas historias y leyendas populares.
La figura tiene brazos y piernas articulados, y se dice que tenía uñas de cuerno de vaca y pelo humano. Su autor anónimo se esforzó en mostrar el sufrimiento en el rostro y en las muchas heridas y marcas de sangre. Aunque artísticamente no es una obra maestra, se parece a otros Cristos famosos de España, como el Santísimo Cristo de Burgos. Se cree que estas imágenes milagrosas provienen de Alemania o Flandes del siglo XIV.
La leyenda de su llegada
El aura milagrosa del Cristo de las Claras, también llamado de la Buena Muerte, comienza con su propio descubrimiento. La leyenda cuenta que fue encontrado flotando en el mar Mediterráneo dentro de una urna, emitiendo un brillo especial. Esto ocurrió entre los años 1407 y 1410, durante una guerra contra los moros marroquíes, y fue hallado por la flota del almirante Alonso Enríquez.
El almirante quiso que la imagen fuera llevada a Palenzuela, un pueblo donde él tenía poder, para que allí se le rindiera culto. Cuando la nave llegó al puerto, la imagen fue escoltada por caballeros y soldados hacia Palenzuela. Pero al llegar al pueblo de Reinoso, justo frente al castillo que había sido el primer monasterio de las Clarisas, el animal que llevaba el Cristo se detuvo y no hubo forma de que avanzara.
Los presentes pensaron que era la voluntad divina que la imagen fuera venerada en el Monasterio de Santa Clara de Palencia. Esto se confirmó cuando el animal, al ser liberado, se dirigió directamente con su carga hacia ese lugar.
Historias y restauración
Desde entonces, esta impactante imagen ha sido protagonista de muchos relatos de milagros y sucesos asombrosos. Se cuenta que en 1592, el rey Felipe II, al visitar Palencia, lo vio y dijo:
"Si no tuviera fe, creyera que este era el mismo cuerpo de Cristo que había padecido al arbitrio de la malicia; pero sé y creo que resucitó y esta es su imagen; pero tan parecida que estando difunto le retrata al vivo".
Una leyenda de 1666 narra que el cuerpo del Cristo cambió de posición, pasando de tener las manos cruzadas sobre el pecho a tenerlas extendidas. Estas historias alimentaron la creencia de que al cuerpo le crecían el pelo y las uñas, y que la abadesa del monasterio los cortaba periódicamente. Incluso se llegó a pensar que era una momia humana. A principios del siglo XX, el Cristo inspiró un poema al escritor Miguel de Unamuno.
Hasta hace pocos años, el Cristo estaba en mal estado debido a la suciedad y los daños. En 2006, se realizó una restauración muy cuidadosa por Luis Cristóbal Antón, un profesor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Él también restauró el Cristo de Burgos. Esta restauración reveló la obra original y aclaró que no era un cuerpo humano momificado.
El especialista descubrió que la escultura fue hecha para ser colgada de una cruz y representar el momento del Descendimiento. También encontró un conducto en el torso que se conectaba con una herida, por donde probablemente se introducía vino para simular sangre durante las ceremonias religiosas, haciendo el acto más realista. El experto cree que el autor de este Cristo es el mismo que el del Cristo de Burgos, y que otro Cristo similar en Finisterre también está relacionado con ellos.
La restauración costó 25.000 euros, pagados en parte por la Diputación Provincial de Palencia y el resto por las monjas Clarisas.
En el monasterio se guarda una talla de madera de Santa Clara que, según investigaciones de la madre superiora, podría ser la figura original de la carabela La Niña.

La Niña fue una de las tres carabelas que usó Cristóbal Colón en su primer viaje a América en 1492, junto con La Pinta y la Santa María.
La talla de madera mide poco más de un metro de altura y está hueca por detrás, con hierros para fijarla a la nave. Ha estado oculta durante siglos en el convento, incluso para muchas de las monjas que la custodiaban.
La carabela La Niña fue construida en 1488 por Juan Niño en los astilleros del Puerto de Moguer. Cuando fue botada (lanzada al agua) en el Río Tinto, la nave recibió el nombre de Santa Clara en honor al Monasterio de Santa Clara de esa localidad. Sin embargo, pasó a la historia con el nombre de su propietario, "La Niña".