Historia de Aranjuez para niños
La historia de Aranjuez es el relato de una ciudad especial en España. Su ubicación, donde se unen los ríos Tajo y Jarama, y su belleza natural la hicieron importante desde hace mucho tiempo. Aunque ha habido gente viviendo aquí desde la Prehistoria, Aranjuez empezó a destacar en la Edad Media.
A finales del siglo XII, durante la Reconquista, Aranjuez pasó a ser parte de la Orden de Santiago. Entre 1387 y 1409, se construyó una gran casa para los líderes de esta Orden.
Más tarde, en 1489, los Reyes Católicos tomaron el control de estas tierras, y Aranjuez se convirtió en un lugar de descanso para la realeza. Los reyes que vinieron después hicieron muchos cambios: plantaron árboles en las calles, crearon jardines, construyeron sistemas de agua y un nuevo palacio real.
A mediados del siglo XVIII, el rey Fernando VI permitió que más gente viviera en Aranjuez, no solo la Corte. Así, se fundó una ciudad nueva. En la segunda mitad de ese siglo, Aranjuez creció mucho, con edificios y servicios para todos.
En marzo de 1808, Aranjuez fue el escenario del motín de Aranjuez, un evento importante que cambió el gobierno justo antes de la Guerra de la Independencia. Durante el siglo XIX, Aranjuez perdió parte de su importancia como Real Sitio. En el siglo XX, la industria y los servicios reemplazaron a la agricultura. A finales de ese siglo, se hizo popular como destino turístico. En 2001, la Unesco declaró el Paisaje cultural de Aranjuez como Patrimonio de la Humanidad.
Contenido
- Orígenes de Aranjuez: ¿Quiénes fueron sus primeros habitantes?
- Aranjuez en la Antigüedad: Romanos y batallas
- Aranjuez en la Edad Media: Visigodos, musulmanes y la Reconquista
- Aranjuez en la Edad Moderna: Los Austrias y los Borbones
- Aranjuez en la Edad Contemporánea: Del motín a Patrimonio de la Humanidad
- Véase también
Orígenes de Aranjuez: ¿Quiénes fueron sus primeros habitantes?
Las características del lugar donde se encuentra Aranjuez, con la unión de los ríos Jarama y Tajo, y siendo un punto de paso importante, atrajeron a personas de diferentes culturas desde hace mucho tiempo. Se han encontrado muchos restos arqueológicos que lo demuestran. De hecho, Aranjuez es uno de los municipios de Madrid con más sitios arqueológicos.
La vida en el Paleolítico y Neolítico
En la década de 1980, se realizaron estudios que confirmaron la existencia de más de cien yacimientos que datan del Paleolítico inferior y medio. En algunos de estos lugares, como las terrazas de los ríos, se encontraron herramientas de piedra llamadas bifaces y restos de animales antiguos.
Del Neolítico, se hallaron talleres y poblados con cerámicas y hachas pulidas. Del periodo Calcolítico, se encontraron objetos de la cultura del vaso campaniforme en Algodor.
La Edad del Bronce y del Hierro
La Edad del Bronce está representada por hallazgos como el de Los Pontones, donde se encontraron cerámicas. También se descubrió una tumba de un niño en el casco urbano, con cerámicas hechas a mano y objetos de piedra. No se sabe si eran asentamientos temporales o poblados con cabañas de materiales que no duraron.
Finalmente, en la Edad del Hierro, la zona era habitada por los carpetanos. Se han encontrado hachas y cerámica íbera cerca del castillo de Oreja.
Aranjuez en la Antigüedad: Romanos y batallas
Antes de que los romanos llegaran, el área de Aranjuez fue escenario de la batalla del Tajo en el año 220 a.C. En esta batalla, los cartagineses de Aníbal vencieron a los carpetanos y otros pueblos. Después de otros enfrentamientos, toda la zona quedó bajo el control de Roma en el año 193 a.C.
Durante el periodo romano, Aranjuez fue un cruce de caminos importantes. Varias calzadas romanas pasaban por aquí, conectando ciudades como Toledo, Zaragoza y Segovia. También se han encontrado restos de tejas y cerámica romana, lo que indica que había asentamientos a lo largo de estas vías.
En lugares como Soto del Hinojar, se cree que hubo una villa romana, aunque no quedan estructuras visibles. Otros hallazgos incluyen monedas de plata, fragmentos de lápidas, una espada encontrada en el Tajo y objetos de guerra.
Aranjuez en la Edad Media: Visigodos, musulmanes y la Reconquista
¿Hubo visigodos y musulmanes en Aranjuez?
La presencia de los visigodos en Aranjuez se confirma por algunos restos, como una pila y la necrópolis de Cacera de las Ranas. Esta necrópolis, descubierta en 1986, contenía unas 150 tumbas con objetos de adorno y uso personal. Se cree que sirvió a uno o varios asentamientos rurales entre los siglos V y VII.
En cambio, el periodo musulmán dejó pocos rastros, aunque algunos nombres de lugares como Algodor y el castillo de Oreja son de origen árabe.
La Reconquista y el papel de los castillos

Durante la Reconquista, la zona de Aranjuez fue un lugar de batallas entre cristianos y musulmanes, lo que dificultaba que la gente se asentara de forma permanente. Las fortalezas a lo largo del Tajo eran muy importantes. El castillo de Oreja, construido por los musulmanes en el siglo X, dominaba el valle.
A finales del siglo XI, Aranjuez (entonces llamado Aranzuel o Aranzueque) pasó a manos cristianas después de que Alfonso VI conquistara Toledo en 1085. Sin embargo, los almorávides (musulmanes) recuperaron la zona. Finalmente, en 1139, Alfonso VII recuperó Oreja y comenzó a restaurar su castillo y a repoblar la zona.
Para repoblar, el rey se apoyó en la nobleza, la iglesia y las órdenes militares. La Orden de Santiago recibió en 1171 la Encomienda de Oreja, controlando grandes áreas del Tajo.
La Orden de Santiago y el primer palacio
En el siglo XIII, la zona del Tajo se estabilizó, y Aranjuez se convirtió en un lugar de descanso para los líderes de la Orden de Santiago. La economía se basaba en la agricultura, cultivando frutas, verduras, cereales, viñedos y olivos. Se usaba la fuerza del agua del Tajo para molinos.
Entre 1387 y 1409, bajo el liderazgo de Lorenzo I Suárez de Figueroa, se construyó una gran casa de piedra y ladrillo, que fue el antecedente del actual palacio real. También se plantaron huertas y jardines, y se creó un estanque para pescar. La caza era otro pasatiempo popular, y Aranjuez ya era conocido por sus cacerías reales.
A finales del siglo XV, el Papa Inocencio VIII y luego Alejandro VI concedieron a los Reyes Católicos el derecho de administrar las órdenes militares. Así, en 1489, las tierras de Aranjuez pasaron a ser parte de la Corona. Para convertirlo en residencia real, se amplió el palacio y se creó el Jardín de la Reina, que era el favorito de Isabel la Católica para pasear.
Aranjuez en la Edad Moderna: Los Austrias y los Borbones
¿Cómo transformaron los Austrias Aranjuez?
A principios del siglo XVI, Aranjuez se hizo más importante para la monarquía. El rey Carlos I quiso crear un territorio aislado y bien organizado. En 1523, obtuvo el control de las Órdenes Militares, y en 1534, ordenó cercar las tierras, creando el Real Bosque de Aranjuez.
El territorio de Aranjuez creció mucho, incorporando tierras de otras órdenes y particulares. Bajo Felipe II, el Real Sitio alcanzó su mayor extensión. Ambos reyes vivieron en la antigua casa, pero Felipe II empezó a construir un palacio nuevo. También prohibió que se construyeran casas particulares, por lo que la Corte y los embajadores debían alojarse en casas de servicio o en pueblos cercanos. Aranjuez se convirtió en un lugar autosuficiente que también proveía productos a Toledo y Madrid.
Arquitectos como Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera diseñaron el nuevo palacio y continuaron el trazado de calles arboladas y jardines, como el Jardín de la Isla. También se realizaron importantes obras hidráulicas, como canales y presas, para regar huertas y jardines. Felipe II incluso pensó en hacer navegable el río Tajo hasta Portugal, pero el proyecto no se llevó a cabo.
Bajo Carlos I, había un equilibrio entre la caza y la producción, pero con Felipe II, el territorio se dedicó casi exclusivamente a la caza.
Durante los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II, el desarrollo de Aranjuez se estancó. Aunque no hubo grandes construcciones, los reyes seguían organizando espectáculos, paseos por el Tajo, corridas de toros y cacerías.
¿Qué cambios trajeron los Borbones a Aranjuez?
Con el cambio de siglo, la Corona pasó a la familia Borbón. El nuevo rey, Felipe V, continuó las obras del palacio y en 1727 se demolió la antigua casa. También se retomaron las obras de la Casa de Oficios. En 1721, se mantuvo la prohibición de que la gente se asentara, por lo que Aranjuez tenía pocos habitantes.
Con Fernando VI y Bárbara de Braganza, Aranjuez recuperó su esplendor. Era su residencia favorita y la convirtieron en un lugar de fiestas y celebraciones. Se construyó un embarcadero y una flota de barcos para navegar por el Tajo. La decisión más importante fue fundar una nueva población en 1748, permitiendo que nobles, funcionarios y proveedores se alojaran durante la primavera.
Un incendio en el palacio en 1748 causó graves daños, pero fue reparado rápidamente. En 1750, se aprobó el Plan General de Aranjuez, que establecía el trazado de la nueva ciudad y las normas de construcción. El ritmo de construcción fue muy intenso.
Carlos III continuó la transformación de Aranjuez de forma más austera. No hubo grandes fiestas, pero se mantuvieron la caza, la pesca y los paseos en barca. El rey vio el territorio como una gran explotación para experimentar con ideas agrícolas, ganaderas y científicas.
Se crearon fincas para la cría de caballos (como la Casa de la Monta), burros y búfalos, y para la producción agrícola y ganadera (como el Real Cortijo de San Isidro). En Aranjuez también se probaron inventos científicos, como el vuelo del primer globo aerostático en España en 1783.
En el urbanismo, Carlos III consolidó el plan de Santiago Bonavía, añadiendo casas para el servicio, cuarteles militares y equipamientos. Se modificó la Plaza de San Antonio y se inició el Jardín del Príncipe. El arquitecto Francesco Sabatini amplió el palacio. Así, bajo Carlos III, se configuró el casco histórico de Aranjuez.
En 1779, se firmó el Tratado de Aranjuez, por el que España entró en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. La población de Aranjuez creció mucho, especialmente durante la primavera.
Con Carlos IV, las obras se centraron en la plaza de Abastos y en la conservación de lo existente. Se continuaron los trabajos en el Jardín del Príncipe, donde se construyó la casa del Labrador. En 1799, se inauguró el primer telégrafo óptico de España en Aranjuez. También se construyó la plaza de toros, inaugurada en 1797.
Aranjuez en la Edad Contemporánea: Del motín a Patrimonio de la Humanidad
El siglo XIX: Cambios y progreso
En marzo de 1808, Aranjuez fue el escenario del Motín de Aranjuez. La gente, descontenta con el gobierno, se amotinó y tomó el palacio. Esto llevó a la abdicación del rey Carlos IV en favor de su hijo Fernando VII.
El ejército francés entró en Aranjuez, pero lo abandonó tras la batalla de Bailén. La Junta Suprema Central se formó en el palacio real para organizar la resistencia. Los franceses regresaron y saquearon Aranjuez. Finalmente, abandonaron el Sitio en 1812. Después de la guerra, el rey Fernando VII restauró el orden y la población se recuperó.
En 1833, Aranjuez pasó a formar parte de la provincia de Madrid. En 1834, se creó el Jardín de Isabel II. Una epidemia de cólera afectó a la ciudad, pero se superó.
Con la reina Isabel II, Aranjuez se modernizó. Un hecho muy importante fue la inauguración de la línea de ferrocarril entre Madrid y Aranjuez en 1851. Esto facilitó el viaje de la Corte y el transporte de productos agrícolas a la capital. También se abrieron otras líneas de tren que conectaron Aranjuez con Toledo y Cuenca.
Entre 1856 y 1868, Aranjuez albergó la Escuela Central de Agricultura. Tras la revolución de 1868, los bienes de la Corona fueron subastados. Con la restauración de la monarquía en 1875, Aranjuez vivió un periodo de prosperidad. En 1885, la ciudad sufrió otra epidemia de cólera, y el rey Alfonso XII visitó a los enfermos. En 1899, Aranjuez recibió el título de villa.
Los siglos XX y XXI: Desarrollo y reconocimiento
Bajo Alfonso XIII, en 1917 se inauguró el Real Hipódromo de Legamarejo. En 1927, se abrió la nueva estación de ferrocarril. En los años 30, se instalaron estudios de cine con la idea de convertir Aranjuez en un centro cinematográfico. Durante la Guerra Civil, el Jarama fue escenario de una batalla importante en 1937. Aún quedan búnkeres de esa época en el municipio.
Después de la guerra, la agricultura seguía siendo importante, pero la industria y los servicios empezaron a crecer. En los años 50 y 60, Aranjuez tuvo mucha actividad de construcción. En los años 70, la industria y los servicios se convirtieron en las principales actividades económicas.
En 1980, Aranjuez se convirtió en cabeza de partido judicial. En 1983, fue declarado conjunto histórico-artístico. Desde entonces, se ha trabajado en proteger y valorar su patrimonio, y en desarrollar el turismo y la cultura.
El 14 de diciembre de 2001, la Unesco declaró el Paisaje cultural de Aranjuez como Patrimonio de la Humanidad.
Véase también
- Anexo:Gobernadores del Real Sitio de Aranjuez