Francisco Rizi para niños
Francisco Rizi de Guevara (Madrid, 1614-San Lorenzo de El Escorial, 1685) fue un importante pintor español del estilo barroco. Era hijo de Antonio Ricci, un artista italiano que llegó a España para trabajar en la decoración del monasterio de El Escorial, y hermano del también pintor fray Juan Andrés Rizi.
Fue pintor del rey y director de las obras de teatro en el Palacio del Buen Retiro. Se dice que fue alumno de Vicente Carducho, uno de los pintores más destacados de su tiempo. Al principio, sus obras se parecían a las de su maestro, pero pronto desarrolló un estilo propio, lleno de movimiento, con pinceladas sueltas y expresiones muy intensas. Estas características son típicas de la escuela madrileña de pintura de la segunda mitad del siglo XVII, de la cual Rizi fue uno de los principales representantes y maestro de otros grandes artistas como Claudio Coello y José Antolínez.
Rizi fue un pintor muy productivo y con mucha imaginación, como se ve en la gran cantidad de cuadros para altares que pintó. Se cuenta que nunca corregía una obra, diciendo que "nunca acabaría" y que era tan importante saber pintar como saber ganarse la vida.


Contenido
La Vida de Francisco Rizi: Un Viaje Artístico
Sus Primeros Pasos como Artista
Francisco Rizi nació en Madrid el 9 de abril de 1614. Fue el menor de once hijos de Antonio Ricci y Gabriela Guevara. Aprendió a pintar en el taller de Vicente Carducho, no en el de su padre, quien en sus últimos años se dedicaba a otras cosas. Esto se nota en sus primeras obras, como la Familia de la Virgen, que se parece mucho al estilo de Carducho.
Gracias a la influencia de Carducho, Rizi empezó a trabajar para la corte real muy joven, decorando el Salón Dorado del Real Alcázar de Madrid en 1639. Sin embargo, su trabajo principal durante toda su carrera fue pintar grandes cuadros para altares de iglesias. En este campo, creó muchísimas obras que muestran su gusto por lo decorativo y espectacular.
Su segunda pintura conocida, la Adoración de los Reyes de la catedral de Toledo, de 1645, ya muestra su estilo personal. El movimiento de las ropas, las pinceladas gruesas y los colores vibrantes revelan influencias de Rubens y de la pintura veneciana, que pudo conocer en el palacio. Con estas influencias, Rizi se fue alejando del estilo de su maestro.

De 1646 es el San Andrés del Museo Nacional del Prado. En esta obra, Rizi combina el orden que aprendió de Carducho con su nuevo gusto por el movimiento y los colores vibrantes. Este estilo lo repitió en su obra Santa Águeda, también en el mismo museo. En 1650, pintó la gran obra Virgen en gloria con san Felipe y san Francisco para los capuchinos de El Pardo. Esta pintura es considerada el "primer retablo del barroco completo pintado en España" por su efecto de profundidad y su marco que parece un escenario de teatro.
Colaboraciones y Trabajos para la Corte

En 1649, Francisco Rizi empezó a colaborar en la creación de escenarios y efectos especiales para las obras de teatro en el Real Coliseo del Buen Retiro. Con el tiempo, llegó a ser el director de estas producciones, mostrando un gran talento para la arquitectura y la perspectiva en el teatro.
También participó en las decoraciones especiales para la llegada de la reina Mariana de Austria a Madrid en 1649. Junto con otros artistas, creó arcos triunfales y adornos para las calles. De estas decoraciones, solo se conservan dos dibujos de Rizi en la Biblioteca Nacional de España.
El Prestigio de Rizi en Toledo
En junio de 1653, Rizi fue nombrado pintor oficial de la Catedral de Toledo debido a su gran prestigio en la pintura religiosa. Ese mismo año, pintó la Bendición de la catedral de Toledo por el obispo don Rodrigo Jiménez de Rada, una obra importante para la capilla del Sagrario. También se encargó de reparar y retocar otras pinturas en la catedral.
Para el retablo de San Sebastián, pintó dos óleos pequeños: el Bautista y la Matanza de los Inocentes. En esta última, la ligereza de la pincelada y la fuerza de las figuras recuerdan a la pintura de Tintoretto. En 1666, hizo el retrato póstumo del cardenal Mosocoso para la sala Capitular.
Entre 1665 y 1671, Rizi trabajó con Juan Carreño de Miranda en las decoraciones murales del Ochavo de la catedral, y en el camarín de la Virgen del Sagrario. En 1668, se encargó de pintar el monumento de Semana Santa, que fue muy elogiado por su creatividad.
Su relación con la catedral de Toledo le trajo otros encargos importantes en iglesias de la región, aunque algunas de estas obras fueron destruidas en conflictos posteriores.
Rizi como Pintor del Rey

En junio de 1655, Francisco Rizi fue nombrado pintor del rey. Aunque este título no cambió de inmediato su trabajo, siguió enfocado en los decorados para las obras de teatro de la Corte. Ese mismo año, terminó la Adoración de los pastores y la Anunciación para la catedral de Plasencia, obras con colores cálidos. También pintó el retablo de la parroquial de Fuente el Saz, con su gran lienzo del Martirio de San Pedro, que muestra su conocimiento de la pintura de Rubens, Veronés y Tintoretto.
Rizi mantuvo una relación cercana con la Compañía de Jesús, para quienes pintó varios retablos. También trabajó con Juan Carreño de Miranda en la decoración del Salón de los Espejos del Alcázar en 1659, bajo la supervisión de Velázquez. Allí, Rizi conoció las técnicas de los pintores italianos Agostino Mitelli y Angelo Michele Colonna, quienes pintaban arquitecturas y perspectivas que parecían reales.
Aplicó estas nuevas ideas en la decoración de la bóveda del presbiterio de la iglesia del convento de San Plácido de Madrid. Más tarde, de nuevo con Carreño, pintó las bóvedas del camarín de la Virgen de Atocha (1663) y la cúpula de la iglesia de San Antonio de los Portugueses (1663-1665).
A pesar de su talento, Rizi no obtuvo algunos honores que deseaba, como el puesto de conserje de El Escorial o el de pintor de cámara, que fue para Carreño. Esto lo llevó a distanciarse un poco de la Corte. Sin embargo, su trabajo no disminuyó, y siguió pintando para la catedral de Toledo y para iglesias fuera de Madrid, como el retablo de San Juan de la Cruz en Alba de Tormes (1674) y el gran lienzo del Martirio de santa Leocadia (Museo del Prado).

En 1678, recibió el importante encargo de decorar la Capilla del Milagro del Monasterio de las Descalzas Reales, donde colaboró con Dionisio Mantuano. Esta capilla está ricamente decorada con perspectivas falsas y elementos decorativos, mostrando el triunfo de las decoraciones que crean ilusiones.
Casi al final de su vida, el Consejo de la Inquisición le encargó pintar una gran ceremonia pública que se celebró en la Plaza Mayor de Madrid el 30 de junio de 1680. El cuadro, firmado en 1683 y conservado en el Museo Nacional del Prado, es muy importante históricamente porque muestra un evento público muy grande del siglo XVII.
En sus últimos años, Rizi parece haber recuperado el favor del rey. En mayo de 1685, viajó a El Escorial para encargarse de los diseños del retablo y camarín de la Sagrada Forma de Gorkum en la sacristía del monasterio. Allí falleció el 2 de agosto de 1685, dejando sin terminar el lienzo de la Adoración de la Sagrada Forma por Carlos II, que fue completado por Claudio Coello.
En su testamento, Rizi dejó a su discípulo Isidoro Arredondo todos sus dibujos y libros de pintura, escultura y arquitectura, que eran muchísimos. Esto demuestra que Rizi era un pintor muy culto y conocedor de muchas materias.
Alumnos Destacados de Rizi
Francisco Rizi tuvo varios alumnos importantes que se convirtieron en grandes pintores de la escuela madrileña. Uno de los más aventajados fue Diego González de la Vega. Otro discípulo y colaborador cercano fue Juan Antonio Frías y Escalante, quien falleció joven.
Claudio Coello pasó muchos años en el taller de Rizi, incluso después de terminar su aprendizaje. Se cuenta que Rizi lo encontraba a menudo dibujando fuera de las horas de clase y decía: "Estos sí, que son los verdaderos genios, y que dan seguras esperanzas de aprovechar. Aquellos que es menester reñirles, porque se ponen ahora a dibujar. No aquellos, a quien es menester aguijonearles, para que dibujen."
El último discípulo de Rizi fue Isidoro Arredondo, quien se casó con una ahijada de Rizi y heredó sus papeles de dibujo y arquitectura. Arredondo fue muy protegido por Rizi y gracias a él, el rey Carlos II lo nombró pintor real.
Galería de imágenes
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Decoración teatral, lápiz negro, pluma, tinta parda y aguadas de colores sobre papel verjurado grueso amarillento, hoja de 354 x 400 mm, Madrid, Biblioteca Nacional de España. Decoración teatral en torno a Apolo, con la inscripción «illvstrate et fovet».
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Auto de fe en la Plaza Mayor de Madrid, 1683, óleo sobre lienzo, 277 x 438 cm, Madrid, Museo del Prado.
Véase también
En inglés: Francisco Rizi Facts for Kids