Diego González de la Vega para niños
Diego González de la Vega (c. 1628-1697) fue un importante pintor español del estilo barroco. Fue alumno de Francisco Rizi, y según el historiador Antonio Palomino, fue uno de sus estudiantes más destacados que mejor imitó su estilo. Sin embargo, en sus obras, que a veces varían en calidad pero siempre tienen colores delicados, también se pueden ver influencias de otro pintor, Francisco Camilo.
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¿Quién fue Diego González de la Vega?
Los primeros años de Diego González de la Vega
No se sabe mucho sobre la vida de Diego González de la Vega, aparte de la información que nos dio Antonio Palomino. Sabemos que nació y vivió en Madrid. A principios de la década de 1670, vivía en la calle de los Estudios, cerca de su hermano Francisco, quien también era pintor.
Hay algunas dudas sobre su fecha de nacimiento. Si, como dijo Palomino, murió en 1697 a los 75 años, habría nacido en 1622. Esto podría coincidir con un registro de bautismo de un niño llamado Diego González de la Vega, hijo de un pastelero, en Madrid en 1622. Sin embargo, en 1694, el propio pintor declaró tener unos 66 años, lo que significaría que nació alrededor de 1628.
Su vida como sacerdote
Después de 1677, Diego González de la Vega se quedó viudo. Decidió convertirse en sacerdote y se unió a la Congregación de Sacerdotes del Salvador. Más tarde, pasó a la congregación de los italianos. Falleció en Madrid el 23 de junio de 1697. Dejó sus bienes a una capilla que había fundado en la antigua iglesia del Salvador. Según Palomino, en esa iglesia había muchas pinturas suyas. El historiador Juan Agustín Ceán Bermúdez mencionó que entre ellas había dos series de cuadros de apóstoles y las pinturas del retablo de Nuestra Señora.
¿Qué obras importantes pintó Diego González de la Vega?
Muchas de las pinturas que mencionó su primer biógrafo, que estaban en iglesias y conventos de Madrid, se han perdido. Por ejemplo, el famoso cuadro de los Mártires del Japón en la capilla de San Francisco Javier, en la iglesia del Colegio Imperial. De esta obra se decía que mostraba su buen gusto en el color y su gran creatividad en la composición.
Primeras obras conocidas
La primera de sus obras que aún se conserva es Cristo tras la flagelación confortado por dos ángeles. Esta pintura, firmada y fechada en 1654, se encuentra en el Monasterio Cisterciense del Santísimo Sacramento en Boadilla del Monte, Madrid. Es una obra con una forma de representar la escena poco común, combinando a Cristo sentado y coronado de espinas después de la flagelación con la presencia de dos ángeles llorando.
Después de varios años, pintó una Trinidad de la tierra, que se conserva en la iglesia de San Miguel y San Julián en Valladolid. Esta obra está firmada en 1662 y se inspiró en grabados flamencos. En 1669, realizó el retablo de San Ignacio para el Hospital de Antezana en Alcalá de Henares.
La serie de la Vida de la Virgen
Cerca de esa fecha, pintó diez cuadros sobre la Vida de la Virgen para el claustro del convento de mercedarias de Don Juan de Alarcón en Madrid. Estas pinturas, aunque están bastante dañadas, aún se conservan en diferentes partes del convento. En ellas se puede ver la influencia de Francisco Rizi, de quien tomó ideas para obras como la Inmaculada o la Coronación de la Virgen, pero con un estilo un poco menos intenso. Aunque la calidad de estas obras es variada, en algunas figuras se nota el alargamiento de las proporciones, un estilo que tomó de Francisco Camilo y que se ve en sus mejores trabajos.
De 1673 es el cuadro San Ramón Nonato premiado por Cristo, que se encuentra en el Museo del Prado. Esta obra venía del convento de la Merced de Madrid. Palomino elogió en ella su "excelente gusto en el colorido y buena invención", destacando su habilidad para crear una historia visualmente poco común y narrada de forma muy inteligente en tres escenas seguidas.
Obras posteriores
Después de que se ordenó sacerdote, pintó la Inmaculada de las monjas benedictinas de Lumbier (Navarra), fechada en 1677, y otra Inmaculada en la iglesia parroquial de Belorado (Burgos), que firmó como presbítero (sacerdote). También pintó la Virgen con San Felipe Neri para el Museo Diocesano de Sigüenza, fechada en 1692. Del mismo año es la Entrega del rosario a santo Domingo en la iglesia parroquial de San Pedro de Ávila. La última de sus pinturas conocidas es Cristo ante la venerable Marina Escobar, que se encuentra en el convento de Don Juan de Alarcón y está fechada en 1694. Esta obra está en muy mal estado y parece mostrar un cierto declive en el estilo del pintor.
También se conocen varias obras de tamaño mediano con temas religiosos. Entre ellas, los restos de una serie de cuadros de apóstoles que pertenecen al Museo del Prado. Estos cuadros llegaron al museo después de las desamortizaciones de 1835, procedentes de la iglesia del Salvador.
Grabados de Diego González de la Vega
Diego González de la Vega también fue grabador, aunque esta faceta es menos conocida. Se conservan dos grabados hechos por él para un libro sobre la entrada de María Luisa de Orleans en Madrid en 1679. Estos grabados se titulan Diana y Venus en sus carros y Julia poniendo paz entre Julio César y Pompeyo.