Cruzada albigense para niños
Datos para niños Cruzada albigense |
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Parte de Cruzadas | ||||
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Fecha | 1209-1244 | |||
Lugar | Languedoc, Francia | |||
Resultado | Victoria decisiva de los Estados Pontificios, el reino de Francia y los cruzados. | |||
Consecuencias |
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Comandantes | ||||
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La Cruzada Albigense fue un conflicto armado que ocurrió entre los años 1209 y 1244 en el sur de Francia. Fue impulsada por el Papa Inocencio III y apoyada por los reyes de Francia, con el objetivo de combatir un movimiento religioso llamado catarismo (también conocidos como albigenses, por la ciudad de Albi). Este conflicto también buscaba expandir el poder del reino de Francia hacia el sur.
A pesar de los esfuerzos iniciales de la Iglesia para convencer a los cátaros con palabras, sus ideas se extendieron. En 1179, una reunión importante de la Iglesia decidió que se debía usar la fuerza si era necesario. La situación empeoró cuando un representante del Papa fue asesinado en 1208. Esto llevó al Papa Inocencio III a convocar una cruzada.
La cruzada, liderada por Simón de Montfort, se convirtió en una guerra por el control de territorios. Ciudades como Béziers y Carcasona fueron tomadas. Aunque hubo intentos de llegar a acuerdos, la guerra siguió. Después de la muerte de Simón de Montfort, su hijo continuó la lucha. Finalmente, el territorio fue entregado al rey de Francia. En 1229, la Santa Inquisición se encargó de terminar con el catarismo, que desapareció casi por completo a finales del siglo XIV.
Contenido
¿Cómo era la región de Occitania en esa época?
A principios del siglo XIII, la región del Languedoc (en el sur de Francia) estaba dividida entre varios señores importantes:
- El Condado de Tolosa, gobernado por Raimundo VI de Tolosa, controlaba una gran parte del territorio.
- El Condado de Cominges y el Condado de Foix eran otros territorios importantes, cuyos líderes tenían lazos con el conde de Tolosa.
- El Vizcondado de Carcasona, Béziers y Albi estaba bajo el mando de Raimundo Roger Trencavel, quien también tenía relación con el conde de Tolosa.
- La Corona de Aragón, un reino poderoso, también tenía influencia en la zona.
Las principales comunidades cátaras se encontraban en ciudades como Albi, Carcasona y Toulouse. Recibían apoyo de algunos nobles y de la gente común, que a veces no estaba contenta con el clero católico de la época.
¿Por qué comenzó la Cruzada Albigense?
Los Cátaros: ¿Quiénes eran?
Los cátaros eran un grupo religioso que surgió en el sur de Francia en los siglos XII y siglo XIII. Se les llamaba albigenses por la ciudad de Albi. También se les conocía como cátaros, que significa "puros". Sus ideas se extendieron rápidamente por varias razones:
- Creían en dos principios: el 'Bien' y el 'Mal'.
- La gente del Languedoc era abierta a nuevas ideas.
- Había cierto descontento con el clero católico, que a veces era visto como demasiado rico o alejado de la gente.
- Muchos nobles protegían a los cátaros.
Las creencias de los Cátaros
El catarismo era una religión que creía en la existencia de dos fuerzas supremas: el 'Bien' (creador de los espíritus) y el 'Mal' (creador del mundo material).
- Creían que las almas puras, creadas por el Dios bueno, estaban atrapadas en cuerpos materiales, creados por el Dios malo.
- No creían en el infierno, sino que las almas debían purificarse a través de varias vidas hasta alcanzar la perfección y escapar del mundo material.
- Promovían una vida muy sencilla y austera. A quienes seguían este camino se les llamaba "Perfectos".
- Solo tenían un sacramento, llamado consolamentum, que era como un bautismo para purificar el alma.
La postura de la Iglesia Católica
Las ideas cátaras eran muy diferentes a las de la Iglesia Católica. Por ejemplo:
- Los cátaros creían en dos dioses, mientras que la Iglesia cree en un solo Dios.
- Los cátaros tenían una visión diferente de Jesús y de la creación del mundo.
- Los cátaros buscaban la salvación a través del conocimiento y una vida austera, lo que contrastaba con la fe en Dios y las prácticas de la Iglesia Católica.
Además, la vida sencilla de los "Perfectos" cátaros contrastaba con la riqueza y el lujo que a veces se veían en la Iglesia Católica. Esto hacía que la gente se sintiera más atraída por los cátaros.
El Papa Inocencio III, que era un líder fuerte y jurista, entendió que la Iglesia necesitaba reformarse y combatir el catarismo. En 1199, declaró que la herejía era un crimen grave y que los bienes de los herejes podían ser confiscados. También envió a sus representantes con mucho poder para reformar el clero y luchar contra las ideas cátaras.
Los intentos de diálogo y su fracaso
En 1203, el Papa Inocencio III envió a varios monjes para intentar convencer a los cátaros con la palabra. Entre ellos estaban Pierre de Castelnau y, más tarde, Arnaud Amaury. Sin embargo, no tuvieron mucho éxito. La gente del Languedoc criticaba el lujo de los representantes de la Iglesia, que contrastaba con la pobreza que se esperaba de ellos.
En 1206, se encontraron con Diego de Acebes, obispo de Osma, y Domingo de Guzmán, quien más tarde fundaría la Orden Dominica. Ellos propusieron un nuevo método: predicar con humildad, viajando a pie y sin dinero, imitando a los apóstoles.
Los métodos de Domingo de Guzmán empezaron a dar resultados, logrando que algunos cátaros cambiaran sus creencias. Sin embargo, era un proceso lento y difícil.
El asesinato de Castelnau y la llamada a la Cruzada

En 1207, Pierre de Castelnau intentó que los nobles del Languedoc se comprometieran a perseguir a los cátaros. Raimundo VI de Tolosa se negó, lo que llevó a su excomunión (ser expulsado de la Iglesia).
El 14 de enero de 1208, Castelnau fue asesinado. Aunque no hay pruebas definitivas que vinculen a Raimundo VI directamente, el Papa Inocencio III lo acusó y declaró que sus tierras podían ser tomadas. Esto fue una llamada directa al rey Felipe II Augusto de Francia y a todos los nobles para unirse a una cruzada.
El Papa prometió a quienes participaran en la cruzada los mismos beneficios que a los que iban a Tierra Santa: el perdón de los pecados y la promesa del paraíso si morían en combate. Además, las tierras "libres de herejes" pasarían a ser propiedad de los cruzados que las conquistaran.
Se reunió un gran ejército, formado principalmente por nobles del norte de Francia. Muchos de ellos buscaban nuevas tierras y poder, además de defender su fe. Simón de Montfort se convirtió en el líder militar, y Arnaud Amaury en el líder religioso.
El desarrollo de la Cruzada
La Cruzada Albigense se puede dividir en varias etapas.
Una primera etapa, a partir de 1209, fue muy violenta. Las fuerzas cruzadas, lideradas por Simón de Montfort, se enfrentaron a la nobleza de Tolosa y a la familia Trencavel. El rey Pedro II de Aragón, que apoyaba a estos últimos, fue derrotado y murió en la batalla de Muret en 1213.
Simón de Montfort murió en 1218 durante un asedio a la ciudad de Toulouse. La lucha continuó bajo otros líderes. El rey Luis VIII de Francia intervino militarmente a partir de 1226 para consolidar el control sobre el sur de Francia.
En 1226, el rey de Francia murió, pero la cruzada siguió bajo el mando de su viuda, Blanca de Castilla. Los cruzados tomaron Toulouse, y se firmó el Tratado de Meaux-París en 1229. Este tratado acordó el matrimonio de la hija de Raimundo VII de Tolosa con el hermano del rey de Francia, lo que llevó a que el territorio occitano se uniera a la Corona francesa.
En una última etapa, las acciones de la Santa Inquisición provocaron revueltas. Raimundo VII intentó recuperar sus tierras, pero no lo logró. La cruzada terminó con la toma de las últimas fortalezas cátaras, como Montsegur en 1244 y Quéribus en 1255.
La campaña rápida
Después de la toma de Béziers, donde hubo una gran pérdida de vidas, la cruzada avanzó hacia Carcasona. La noticia de lo ocurrido en Béziers hizo que muchas fortalezas se rindieran sin luchar.
Los cruzados llegaron a Carcasona el 1 de agosto de 1209. El rey Pedro II de Aragón intentó negociar la paz para su sobrino Raimundo Roger Trencavel, pero las condiciones de los cruzados eran inaceptables. Trencavel, de solo 24 años, perdió la vida en las mazmorras de su propia fortaleza después de que la ciudad fuera tomada.
Simón de Montfort, ahora líder de los cruzados, continuó la conquista de la región, tomando varias ciudades y fortalezas.
Campañas de 1210 y 1211
Montfort asedió Minerve en junio de 1210. Cuando la ciudad cayó, muchos cátaros fueron ejecutados. Luego, asedió el castillo de Termes y el de Puivert. Después de estas victorias, Montfort controlaba el este del Languedoc y fue nombrado vizconde.
En 1211, sus tropas entraron en Lavaur, cerca de Toulouse, y hubo una fuerte represión. El señor Aymeri de Montréal y muchos de sus caballeros fueron ejecutados, y muchos cátaros perdieron la vida.
La Batalla de Muret
La primera gran batalla entre los cruzados y las fuerzas occitanas ocurrió en Castelnaudary en septiembre de 1211. Fue una batalla reñida.
En el verano de 1213, el rey Pedro II de Aragón decidió ayudar a sus aliados. Llegó con fama de haber ganado la batalla de las Navas de Tolosa.
El 12 de septiembre de 1213, tuvo lugar la batalla de Muret. A pesar de que las fuerzas occitanas y aragonesas eran más numerosas, sufrieron una gran derrota. Perdieron entre 10.000 y 15.000 hombres, y el rey Pedro II de Aragón murió en el combate. Como resultado, muchas tierras pasaron a manos de Simón de Montfort.
La reconquista occitana y la intervención del rey de Francia
Cuando el Papa Inocencio III falleció en 1216, hubo una gran revuelta en el sur de Francia. Raimundo VI y su hijo Raimundo VII regresaron y retomaron la lucha.
Simón de Montfort fue derrotado en Beaucaire en 1216. Se dice que murió en 1218 durante el asedio a Toulouse, alcanzado por una piedra lanzada desde la ciudad.
Su hijo, Amaury VI de Montfort, lo sucedió, pero no tuvo el mismo éxito. Las fuerzas cruzadas retrocedieron, y Raimundo VII recuperó muchas ciudades. El nuevo Papa Honorio III excomulgó a Raimundo VII.
El rey Luis VIII de Francia decidió tomar las riendas de la cruzada en 1226. Sus tropas francesas sometieron Aviñón. Los habitantes de Carcasona se rebelaron contra la familia Trencavel, que tuvo que huir. Finalmente, los occitanos fueron forzados a firmar el Tratado de Meaux en 1229, que fue muy desfavorable para ellos.
Últimas batallas y el fin del Catarismo
En 1240, Trencavel intentó recuperar sus tierras con el apoyo de caballeros occitanos que habían perdido sus dominios, pero su intento fracasó.
En 1242, Raimundo VII de Tolosa, con apoyo, recuperó algunas zonas, pero el rey Luis IX de Francia intervino con sus ejércitos, obligando a Raimundo VII a rendirse de nuevo en 1243.
A pesar de la derrota de los nobles, las ideas cátaras persistieron. Para eliminarlas por completo, la Iglesia creó la Santa Inquisición. La presencia de la Inquisición provocó revueltas, y los cátaros se refugiaron en fortalezas lejanas. La caída de estos castillos, como Montsegur en 1244 y Quéribus en 1255, marcó el fin de la guerra y del catarismo. La Inquisición continuó actuando en la zona durante muchos años, hasta que el movimiento se consideró extinguido.
Consecuencias de la Cruzada
La Cruzada Albigense tuvo grandes cambios en varios aspectos:
- En el ámbito religioso: El movimiento cátaro, que había crecido mucho en el Languedoc, fue desorganizado y decayó. Aunque sobrevivió en algunas zonas, su influencia desapareció de Europa Occidental. La Iglesia Católica consolidó su poder. Además, durante este conflicto nacieron dos herramientas importantes para la Iglesia: la Santa Inquisición y la Orden de los Dominicos.
- En el ámbito político: Hubo dos consecuencias principales. Primero, la expansión del reino de Aragón hacia el norte de los Pirineos se detuvo. Aragón perdió territorios que le rendían homenaje y se enfocó en expandirse por el Mediterráneo. Segundo, el Condado de Tolosa perdió su independencia y se unió a la Corona francesa. Esto dio a Francia acceso al Mediterráneo y fortaleció su autoridad en el sur, lo que fue importante para futuros conflictos como la Guerra de los Cien Años.
- En el ámbito cultural: La inclusión del Languedoc en Francia llevó a que el idioma francés se impusiera poco a poco sobre el idioma occitano. El occitano, que había sido la lengua de los trovadores y tenía una gran importancia cultural, entró en declive. Aunque hubo un resurgimiento a finales del siglo XIX, la cruzada cambió para siempre el panorama cultural de la región.
Hoy en día, la historia de la Cruzada Albigense y el catarismo es recordada como parte del patrimonio cultural de la región de Occitania, y se utiliza para promover el turismo, como la marca "País Cátaro".
Mitos comunes sobre la Cruzada
Es importante aclarar algunas ideas que a veces se tienen sobre este conflicto:
- La famosa frase: "Matadlos a todos; Dios reconocerá a los suyos", que supuestamente dijo un líder cruzado en la toma de Béziers, en realidad no fue pronunciada.
- Los cátaros no eran un grupo simple; tenían creencias complejas, incluyendo una visión dualista del mundo y una ética de vida muy particular.
- Aunque la Inquisición se usó contra los cátaros, su creación fue más amplia y se aplicó a otras creencias consideradas peligrosas por la Iglesia.
- Si bien muchos cátaros buscaban la paz, algunos grupos también lucharon para defender sus territorios.
- La religión fue un factor clave, pero también hubo razones políticas y económicas, como el control de tierras y riquezas, que influyeron en el conflicto.
- Aunque se oponían a muchas ideas de la Iglesia Católica, algunos cátaros tenían una relación compleja con el cristianismo y veían el Nuevo Testamento como una guía.
- La Iglesia logró suprimir el catarismo, pero el conflicto dejó un legado de resentimiento, y las creencias no desaparecieron por completo de inmediato.
La Cruzada Albigense en la cultura popular
- La novela Imperator (2010) de Isabel San Sebastián se desarrolla en esta época.
- La novela La reina oculta (2007) de Jorge Molist también tiene lugar durante esta cruzada.
- El videojuego Broken Sword V menciona la huida de un grupo de cátaros del Castillo de Montségur.
- El videojuego para PC L'Abbaye des morts te pone en la piel de un cátaro que huye de soldados.
- La serie de televisión "El último reino" muestra el ambiente de conflictos religiosos de la época de las cruzadas.
- En la literatura histórica, libros como "Los cátaros" de Joaquín M. de la Torre ofrecen más detalles sobre la vida y creencias de los cátaros.
- Documentales como "La cruzada contra los cátaros" han explorado este periodo histórico.
Véase también
En inglés: Albigensian Crusade Facts for Kids