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Carlismo electoral navarro (Restauración) para niños

Enciclopedia para niños

El Carlismo fue un movimiento político muy importante en las elecciones de Navarra entre 1876 (cuando terminó la tercera guerra carlista) y 1923 (cuando empezó la Dictadura de Primo de Rivera). Después de ser derrotado en 1876, el Carlismo cambió su forma de actuar. En lugar de usar la fuerza militar, se enfocó en los medios de comunicación y las campañas políticas.

Se adaptaron al sistema político de la Restauración, que era una monarquía con Alfonso XII. Los líderes carlistas vieron las elecciones, especialmente las del Parlamento español, como la mejor manera de movilizar a la gente. Navarra se convirtió en el lugar más fuerte para el Carlismo en las elecciones. De hecho, el 35% de todos los diputados carlistas elegidos para el Congreso durante casi 50 años de esta monarquía liberal venían de Navarra. Aunque a nivel de toda España el Carlismo no era tan grande, su habilidad política en Navarra fue clave para que el movimiento se mantuviera fuerte hasta que volvió a crecer durante la Segunda República Española.

Archivo:Mapa físico de Navarra
Navarra

Cómo Funcionaba el Sistema Electoral

Durante todo el periodo de la Restauración, Navarra se dividió en 5 zonas electorales. Estas zonas coincidían más o menos con los cinco distritos judiciales que existían. Cuatro de ellas (Estella, Aoiz, Tafalla y Tudela) eran consideradas "distritos rurales" y cada una elegía un representante. La quinta zona, Pamplona, era una "circunscripción" y elegía tres representantes. En ambos casos, los representantes se elegían por voto directo individual. En el siglo XX, la comarca de las Améscoas pasó del distrito de Pamplona al de Estella.

Archivo:Navarrese electoral districts 19c
Distritos electorales de Navarra en el siglo XIX

Hasta las elecciones de 1886, solo podían votar los hombres mayores de 25 años que tuvieran una buena situación económica. Eran unos 19.000 votantes, lo que representaba el 6% de la población. A principios de 1891, se permitió votar a todos los hombres mayores de 25 años, sin importar su situación económica. Esto se conoce como sufragio universal masculino. Con este cambio, el número de posibles votantes aumentó a unos 64.000 hombres, que era el 21% de la población.

Las elecciones en España durante la Restauración tenían dos características principales: el "turnismo" y el "caciquismo".

  • El turnismo era un acuerdo entre los dos partidos principales, los conservadores y los liberales, para alternarse en el poder. Así se aseguraban de que siempre tuvieran la mayoría en el Parlamento. Esto se lograba a menudo con manipulaciones en las votaciones.
  • El caciquismo era un sistema donde personas poderosas a nivel local, llamadas "caciques", influían en las elecciones usando sus contactos y favores. En Navarra, ambos sistemas existieron, aunque su impacto fue disminuyendo con el tiempo y variaba según la zona, siendo más común la manipulación en las áreas rurales.

Navarra y el Carlismo en España

Navarra eligió el 35% (50 de 144) de todos los diputados carlistas durante la Restauración. Sin embargo, esta proporción cambió a lo largo de casi medio siglo. En la década de 1880, Navarra se quedó atrás, sin conseguir ningún representante, mientras que otras provincias como Guipúzcoa, Álava y Vizcaya sí obtenían algunos escaños.

Archivo:Carlismo elecciones restauracion navarra
Diputados carlistas. Navarra en azul

En la década de 1890 y a partir de 1916, los diputados navarros representaron entre el 30% y el 40% de todos los diputados carlistas. Entre 1903 y 1914, los navarros dominaron claramente el grupo de diputados carlistas. En 1906, lograron un récord del 67% (4 de 6). Los años más exitosos en números absolutos fueron 1907 y 1910, cuando los carlistas obtuvieron 6 de los 7 escaños disponibles en Navarra. En esos momentos, representaban el 1.5% de todos los diputados en España.

Navarra, con 50 diputados carlistas elegidos en total, fue la provincia con más apoyo a este movimiento. Solo dos regiones se le acercaron: las Provincias Vascas, que eligieron 44 diputados, y Cataluña, con 23. Castilla la Vieja y Valencia obtuvieron 11 escaños cada una, y otros 5 se repartieron entre Asturias, León y las Islas Baleares. En la capital, Madrid, no se ganó ni un solo escaño carlista.

Pamplona, con 22 diputados, fue el distrito electoral español con más diputados carlistas elegidos. Estella (12 diputados) ocupó el cuarto lugar y Aoiz (8 diputados) el quinto. Tafalla (5 diputados) también estuvo entre los diez primeros, mientras que Tudela (3 diputados) se situó en la zona media. En cuanto al porcentaje de éxito, Estella fue el tercer distrito con mayor porcentaje (65%), seguido de Aoiz (40%) y Pamplona (37%).

Etapas del Carlismo Electoral en Navarra

La historia electoral del Carlismo en Navarra entre 1879 y 1923 se puede dividir en 4 etapas, cada una con diferentes condiciones, estrategias y resultados.

  • 1879-1890: Casi no hubo actividad electoral carlista.
  • 1891-1902: Años de crecimiento.
  • 1903-1917: Periodo de dominio total carlista.
  • 1918-1923: Un declive gradual.
Archivo:Diputados carlistas navarra (es)
Diputados navarros en el Parlamento (1879-1923)

Etapa 1: 1879-1890

La derrota militar de 1876 paralizó las actividades carlistas. Los periódicos fueron cerrados, los grupos se disolvieron y los líderes se exiliaron. Aunque las estructuras del partido se fueron reconstruyendo poco a poco, hasta finales de la década de 1880 no había centros electorales carlistas organizados en Navarra. Su primer periódico, El Tradicionalista, apareció en 1886, y La Lealtad Navarra en 1888. El partido no presentó candidatos oficiales, aunque algunos simpatizantes sí se presentaron. Los carlistas intentaron ganar en las elecciones a la Diputación Foral desde finales de 1870, pero no tuvieron éxito hasta finales de la década de 1880. Reaparecieron primero en las elecciones municipales, logrando elegir 8 concejales para el Ayuntamiento de Pamplona en 1881.

Etapa 2: 1891-1902

A partir de finales de la década de 1880, el Carlismo adoptó una estructura más moderna. La división del tradicionalismo en 1888 entre el Carlismo "jaimista" (la línea oficial) y el integrista llevó a una política más activa de ambos grupos. Aunque la mayoría de los candidatos de 1891 fueron derrotados, la elección de Sanz Escartín marcó el inicio del camino carlista hacia el dominio. En 1893, los jaimistas ganaron dos escaños más, y la rama integrista ganó uno. Las elecciones de 1896 les dieron 3 escaños. En la campaña de 1898, los carlistas quizás tuvieron demasiada confianza. En 1899, Carlos VII ordenó no votar y llamó a un boicot. En 1901, los carlistas recuperaron 2 escaños en Pamplona y Estella.

Etapa 3: 1903-1917

Durante estos años, ambas ramas del tradicionalismo ganaron 29 de los 42 representantes posibles (69%), lo que muestra su gran dominio. La única zona donde no tuvieron un control tan claro fue la Ribera Baja navarra, ya que en el distrito de Tudela solo ganaron 2 de 6 representantes. Se convirtieron en un grupo clave en la política regional, y otros partidos buscaban su apoyo. En muchas elecciones de esa época, los oponentes ni siquiera se presentaban. Esta etapa terminó con las elecciones de 1916, cuando los carlistas cambiaron su estrategia de alianzas para intentar recuperar los distritos de Tudela y Tafalla, aunque solo lo lograron parcialmente.

Etapa 4: 1918-1923

La etapa final abarca los años 1918-1923. Se caracterizó por la desaparición de los integristas y una estrategia de alianzas que causó conflictos internos en el Carlismo oficial. Esta estrategia no dio los resultados esperados. Una división interna, sumada al surgimiento de nuevos partidos nacionalistas vascos, republicanos y socialistas, contribuyó a la disminución de votos del Carlismo. Durante la última campaña de la Restauración en 1923, Jaime III ordenó no votar, debido a su desilusión con la política de la época. De 4 candidatos relacionados con los carlistas que se presentaron por su cuenta, solo 2 fueron elegidos.

Ideas y Propuestas del Carlismo

Archivo:NafarForuak
Monumento a los Fueros, Pamplona

Al principio, los carlistas preferían no competir con un programa político muy detallado. En cambio, su mensaje buscaba demostrar que solo ellos podían representar los intereses locales y de la provincia en Madrid. La defensa de los "Fueros" (leyes y costumbres propias de Navarra) fue lo más importante de su mensaje. Defender los intereses locales siguió siendo la característica más constante del Carlismo navarro. Sin embargo, sus llamados a restaurar la situación anterior a 1841 nunca significaron apoyar la autonomía total para Navarra o para la región vasco-navarra. Este tema siguió siendo complicado durante la Alianza Foral en la década de 1920, causando desacuerdos entre carlistas y nacionalistas, e incluso divisiones dentro del propio Carlismo.

Otra característica de su mensaje eran las constantes referencias a los valores cristianos. Los carlistas competían con otros grupos de derecha, como los integristas, para obtener el apoyo de la Iglesia Católica. Después del Congreso Católico de Zaragoza en 1890, todos los candidatos que se presentaban como "católicos" buscaban la aprobación de los obispos. Los carlistas querían que esa aprobación fuera exclusiva para ellos y criticaban que los obispos la dieran incluso a candidatos liberales.

Archivo:Flag of Cross of Burgundy
Enseña carlista

En el siglo XX, el mensaje carlista se llenó cada vez más de críticas contra los problemas en la política (que presentaban como una consecuencia inevitable del liberalismo) e incluso contra el propio sistema electoral. Otra idea que crecía era la defensa de la monarquía tradicional, aunque las referencias a los derechos de su propia familia real solían ser discretas, y el partido intentaba no desafiar abiertamente al gobierno de Alfonso XIII. Las campañas de los candidatos carlistas, siempre muy conservadoras y opuestas a la democracia, se volvieron aún más estrictas a principios de siglo. Incluían llamados a defender los valores tradicionales contra los cambios sociales y políticos drásticos. A finales de la década de 1910 y principios de la de 1920, con la política de alianzas carlistas en su punto álgido, dejaron de lado algunas de sus ideas principales. Los integristas fueron los que más criticaron a los jaimistas por aliarse con los liberales, a quienes consideraban sus grandes oponentes. Finalmente, los últimos años de la Restauración estuvieron marcados por el rechazo del sistema político y lo que llamaban "la farsa parlamentaria".

Alianzas: Amigos y Oponentes

No hubo una política de alianzas carlista fija y continua durante las elecciones en Navarra. La elección de aliados y oponentes dependía de la situación interna del Carlismo en España, de los cambios en las demandas carlistas, de las circunstancias locales y de lo que ocurría en la política de la provincia y del país.

Durante la década de 1880 y la mayor parte de las décadas siguientes, los liberales, que habían ganado en los conflictos militares, siguieron siendo los principales oponentes de los carlistas también en las elecciones. Los seguidores de Carlos VII, aunque no presentaban candidatos propios, apoyaban a algunos aspirantes al Parlamento que representaban a otros grupos. Uno de esos grupos eran los conservadores. El más destacado fue el marqués de Vadillo, considerado un candidato semi-carlista. Otros aliados fueron los Fueristas, un grupo centrado en un programa autónomo y católico. A medida que la organización carlista se reconstruía, la base de votantes de los Fueristas fue absorbida por los carlistas a finales de la década de 1880.

Archivo:Carlos Duke of Madrid
Carlos VII

La división de 1888 entre los Integristas de Ramón Nocedal y el Carlismo principal leal a Carlos VII generó una fuerte rivalidad entre ambas facciones. Aunque al principio en Navarra los dos grupos consideraron apoyarse mutuamente, finalmente presentaron candidatos diferentes en 1891. Durante la década de 1890, ambos grupos se consideraron enemigos principales y lucharon con gran hostilidad. Cuando los Integristas no presentaban candidatos (como en 1898), se negaban a apoyar a los carlistas e incluso respaldaban a sus oponentes. La hostilidad se suavizó a principios de 1899, cuando las dos facciones acordaron cooperar en Guipúzcoa. Esta alianza carlo-integrista pronto se extendió también a Navarra. En 1899, ambas ramas boicotearon las elecciones, y en campañas posteriores trabajaron juntas.

Desde principios del siglo XX, los carlistas se convirtieron en un grupo clave en la política regional, y otros partidos competían por su apoyo. Las alianzas más estables fueron con los Integristas y los Mauristas, generalmente formadas bajo un amplio acuerdo monárquico-católico-regional. Como parte de este acuerdo, los tres escaños disponibles en Pamplona se repartían entre un carlista, un integrista y un conservador.

Alrededor de 1915, la política de alianzas carlistas empezó a cambiar, debido a negociaciones complejas en las elecciones locales. En 1916, los carlistas modificaron su estrategia y prefirieron a los liberales antes que a los integristas como aliados para recuperar los distritos de Tudela y Tafalla. Ese año también marcó una nueva estrategia de alianzas que se hicieron a costa de una línea política clara. Una coalición con los liberales causó mucho enfado. Un acuerdo con los nacionalistas, inicialmente para elecciones locales pero que finalmente se aplicó a las elecciones generales, también generó muchas dudas. Finalmente, una división interna debilitó aún más el Carlismo.

Dónde Tenía Más Apoyo el Carlismo en Navarra

Archivo:From Artajoona to Montejurra
El núcleo: de Artajona a Estella

El análisis de dónde tenía más apoyo el Carlismo en Navarra muestra algunas reglas generales que se aplicaron durante la mayor parte del periodo de la Restauración, aunque hubo algunos cambios en zonas específicas de la provincia. En general, el Carlismo tuvo más éxito en el distrito electoral de Estella (ganó el 60% de los escaños disponibles), seguido de Aoiz (40%), Pamplona (37%), Tafalla (25%) y Tudela (15%).

El Carlismo tuvo su mayor apoyo en la zona central de Navarra, que incluye las Sierras Occidentales, Tierra Estella, Cuenca de Pamplona, Navarra Media, Baja Montaña y parte del Prepireneo. El centro de este apoyo estaba en la unión de los distritos de Pamplona, Estella y Tafalla, alrededor de Artajona, Mendigorría, Larraga, Val de Mañeru y Valdizarbe. Un cambio importante en esta zona central fue la disminución gradual del voto carlista en el borde sur, en Ribera Estellesa, municipios del norte de la Ribera Arga y en Sierra de Ujué.

Archivo:Ekialderantz Urkulutik
Asidero suelto: Pirineos

La ciudad de Pamplona, a principios de la década de 1890, estaba dominada por los carlistas. Sin embargo, a finales de siglo, sus oponentes se acercaron, y Sanz dejó de ser el diputado más popular de la ciudad. Más tarde, en el siglo XX, Vázquez de Mella también tuvo que ceder el primer lugar a un candidato maurista. Esta tendencia se mantuvo, y en algún momento el Carlismo perdió su control sobre la capital. En 1931, Pamplona fue uno de los pocos lugares en Navarra donde la coalición carlista-nacionalista perdió contra la izquierda. La ciudad de Estella, por el contrario, vio un patrón opuesto: al principio los carlistas sufrieron fuertes derrotas y solo conquistaron la ciudad a principios del siglo XX, para seguir ganando incluso durante el triunfo democrático general de 1931.

La zona norte de la provincia (los valles cantábricos, valles meridionales, precantábrico, Pirineos) siempre fue menos entusiasta con el Carlismo. Hasta finales de la década de 1890, al movimiento le fue bastante mal en las montañas. En los Pirineos Orientales, dominados por líderes locales como Gayarre en Roncal, los carlistas ni siquiera se molestaban en presentar candidatos. Con el tiempo, ganaron fuerza en los valles meridionales, y parcialmente en el prepirenaico y los Pirineos Orientales, aunque su control no fue firme. El Corredor del Araquil, fiel al Carlismo en la década de 1890, fue conquistado más tarde por los demócratas. Los valles cantábricos siguieron siendo un bastión integrista. Con el tiempo, fueron los nacionalistas vascos quienes ganaron terreno en la zona. En general, hasta el final de la Restauración, los carlistas no dominaron la zona norte.

Archivo:Ebre tram2 2
Dando la espalda: Ribera

La zona que experimentó el cambio más visible en las preferencias políticas fue el sur (Ribera Alta, Ribera Arga, Ribera Aragón, Bardenas Reales, Ribera Baja). Los municipios a lo largo del Ebro superior comenzaron a alejarse del Carlismo a finales de la década de 1890. Los municipios del sur de los distritos de Estella y Tafalla, Ribera Arga y Ribera Aragón, incluyendo las ciudades de Olite y Tafalla, solían ser poco entusiastas con el Carlismo, con la única excepción de los años alrededor de 1910, cuando Bartolomé Feliú revirtió brevemente la tendencia. Los municipios a lo largo del Ebro inferior no mostraron preferencias claras hasta la década de 1910. En la Ribera Baja, el Carlismo mantuvo durante décadas su fortaleza en la capital, Tudela, pero perdió la ciudad después de 1910 y no volvió a recuperarla. A partir de entonces, toda la Ribera Oriental fue cayendo irreversiblemente en manos de los oponentes carlistas, principalmente republicanos y también socialistas.

Personajes Importantes

Archivo:Llorens 1909
Joaquín Lloréns

Hubo 20 personas elegidas como diputados carlistas por Navarra durante la Restauración, además de muchos otros candidatos que se presentaron pero nunca ganaron. Los dos primeros en la lista no eran navarros: Joaquín Lloréns Fernández y Juan Vázquez de Mella, quienes sirvieron 8 legislaturas cada uno como diputados navarros.

Joaquín Lloréns Fernández (1854-1930) era de la zona de Levante y fue soldado, al mando de la artillería carlista durante la tercera guerra carlista. Empezó su carrera en el Parlamento en otro lugar, pero a partir de 1901 fue elegido 8 veces seguidas por Estella. Su posición en el distrito era tan fuerte que nadie se atrevió a enfrentarlo entre 1910 y 1916. Sin embargo, fue derrotado en Estella en 1919. Juan Vázquez de Mella (1861-1928) era de Asturias y un importante pensador carlista. Aunque estuvo presente en 8 legislaturas navarras, fue elegido solo 7 veces (3 por Estella y 4 por Pamplona), ya que en 1903 reemplazó a otro candidato. Ambos no eran los típicos "cuneros" (personas que se presentaban por un distrito sin ser de allí), ya que con el tiempo se involucraron mucho en los problemas locales.

Archivo:Vazquez-mella
Juan Vázquez de Mella

El diputado local más notable fue Romualdo Cesáreo y Sanz Escartín, un general carlista de Pamplona. Fue el primer diputado carlista elegido en la provincia durante la Restauración, ganó 5 veces en su ciudad natal y más tarde también fue senador. El candidato integrista más elegido fue José Sánchez Marco, representando a Pamplona en 1907, 1910 y 1914. Otros integristas elegidos fueron Ramón Nocedal y Arturo Campión. El único diputado elegido como carlista independiente fue Justo Garrán Moso, quien se presentó cuando los jaimistas e integristas no tenían candidatos oficiales. Dos casos en los que líderes carlistas nacionales compitieron en Navarra fueron Bartolomé Feliu Pérez en 1910 y Luis Hernando de Larramendi en 1920. También hubo líderes locales navarros, como Simón Montoya Ortigosa (sin éxito) en la década de 1890, o Gabino Martínez Lope García (con éxito) en la década de 1910. Dos condes de Rodezno, padre e hijo, fueron diputados carlistas navarros, siendo el único ejemplo de dos generaciones.

El candidato que obtuvo más votos fue Vázquez de Mella en 1907 (13.341) y en 1914 (11.338). También superaron los 10.000 votos Sánchez Marco en 1907 (10.166) y Sanz en 1891 (10.003). Todos estos casos fueron en el distrito de Pamplona debido a su tamaño. En cuanto al porcentaje de votos ganados, Llórens Fernández fue el primero, recibiendo el 99.51% de los votos en Estella en 1907. En total, hubo 8 casos de carlistas que ganaron sin oposición, es decir, sin que se presentaran otros candidatos: Lloréns de Estella en 1910, 1914 y 1916; Tomás Domínguez Romera de Aoiz en 1914; Vázquez de Mella y Sánchez Marco en 1910; Víctor Pradera en 1918; y Joaquín Baleztena en 1920 (todos de Pamplona).

Archivo:Deputies Navarre Restoration
Diputados navarros (1879-1923)

¿Por Qué Tuvo Éxito el Carlismo?

Archivo:03 sendia
Campesinos vascongados

Una de las teorías más populares sobre el éxito (o la falta de él) del Carlismo se basa en las condiciones económicas y sociales, aunque los expertos a veces llegan a conclusiones diferentes. La teoría principal dice que el Carlismo prosperó en las zonas rurales con grandes bienes comunes (tierras de uso compartido) y donde predominaban las propiedades de tamaño mediano. Estas propiedades eran al menos autosuficientes y a menudo podían vender sus productos en el mercado. Este tipo de propiedades proporcionaba una base económica a los campesinos propietarios, que eran la base social del Carlismo, y era común en el norte de España, incluyendo la mayor parte de Navarra.

Cuando este grupo social fue reemplazado por pequeños propietarios con tierras insuficientes, campesinos sin tierra, arrendatarios o trabajadores del campo (como ocurrió en la Ribera navarra, donde había muchos grandes propietarios), el Carlismo perdió su apoyo. En el extremo opuesto de la provincia, en los Pirineos, la baja calidad del suelo y los cortos periodos de cultivo reducían la eficiencia de las propiedades medianas, lo que provocaba escasez de tierras y tensiones, que se aliviaban en parte con la emigración. Si las zonas rurales se industrializaban, los cambios sociales que esto conllevaba alteraban las formas de vida tradicionales y disminuían la popularidad carlista, como se cree que ocurrió en el Corredor del Araquil.

Archivo:De romería-Zariquiegui-larrazun
Romería en Navarra

Otro grupo de factores importantes está relacionado con la cultura y la religión. Se ha observado que el Carlismo estaba muy ligado a la religiosidad, que era más fuerte en las provincias del norte. Una densa red de parroquias, atendidas principalmente por sacerdotes de la misma zona, mantenía el movimiento. Los grupos de población que mostraban indiferencia religiosa o una actitud contraria, como los profesionales de clase media que se movían socialmente y dominaban cultural y políticamente en las ciudades, son la razón de la menor popularidad carlista en las ciudades y sus alrededores. La influencia de personas que habían emigrado o regresado del Norte, combinada con la experiencia de primera mano del estado francés laico en los Pirineos, se menciona como una posible razón para el control tradicionalista en los municipios montañosos.

Archivo:BataloiZapia
Emblema de Euzko Mendigoizale Batza

Uno de los temas más debatidos es la relación entre el Carlismo y el nacionalismo vasco. No hay duda de que, hasta cierto punto, el Carlismo y la identidad vasca se apoyaban mutuamente, lo que ayuda a entender el apoyo limitado al Carlismo en la parte sureste de Navarra. La discusión principal es cuándo empezaron a separarse, cuánto debe el nacionalismo vasco al Carlismo, y en qué medida el declive del Carlismo fue resultado de que sus votantes fueran atraídos por los partidos vascos.

Los estudios sobre el Carlismo en las últimas décadas muestran un creciente escepticismo hacia la idea de que las condiciones socioeconómicas son el factor principal, ya que se sospecha que son demasiado simplistas. Algunos expertos destacan la importancia de estudiar "pequeños detalles de la vida diaria", como la forma de pensar colectiva, los valores religiosos y morales, los factores culturales y las costumbres. Otros se preguntan si esta nueva forma de estudiar el tema significa volver a considerar la política como la clave principal de análisis. Este enfoque aún debe ayudar a comprender mejor los patrones de los resultados electorales carlistas en Navarra.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Navarrese electoral Carlism during the Restoration Facts for Kids

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Carlismo electoral navarro (Restauración) para Niños. Enciclopedia Kiddle.