Francisco Alvarado para niños

Francisco Alvarado (nacido en Marchena el 25 de abril de 1756 y fallecido el 31 de agosto de 1814), conocido popularmente como «el Filósofo Rancio», fue un sacerdote y fraile de la orden dominica en España. Se destacó como pensador, experto en teología y escritor de textos que defendían ideas tradicionales.
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¿Quién fue Francisco Alvarado?
Francisco Alvarado nació en Marchena en 1756. Venía de una familia humilde de campesinos. De niño, asistió a la escuela de los jesuitas en Marchena. Sin embargo, los jesuitas fueron expulsados de España en 1766. A los quince años, en 1771, ingresó al convento dominico de San Pablo en Sevilla. Allí se hizo fraile y realizó su promesa solemne el 16 de octubre de 1772.
Sus años de estudio
Entre 1772 y 1778, Francisco Alvarado estudió en el convento de San Pablo. Aprendió idiomas antiguos, humanidades, Ciencias naturales, filosofía y teología. En esa época, la educación era muy exigente. Se enfocaba en los textos clásicos y en la filosofía tradicional. El latín era el idioma principal en las clases.
En 1778, Alvarado se trasladó al convento de Santo Tomás. Ganó una beca que le permitió estudiar allí durante diez años, hasta 1788. Entre 1778 y 1781, completó sus estudios de teología y se preparó para obtener sus títulos. Fue ordenado sacerdote y en 1781 obtuvo los títulos de bachiller y licenciado en Filosofía. Después de esto, comenzó su carrera como profesor en el convento de Santo Tomás.
Su carrera como profesor
Francisco Alvarado fue profesor de Lógica de 1781 a 1783. Luego enseñó Física de 1783 a 1784, y Metafísica de 1784 a 1785. Entre 1785 y 1787, continuó sus estudios de Teología. Obtuvo los títulos de bachiller y licenciado en Teología.
En el curso de 1787 a 1788, le asignaron una de las cátedras de Teología. Allí impartió clases sobre la Sagrada Escritura. En 1788, al terminar su beca, regresó al Convento de San Pablo de Sevilla. Allí continuó como profesor de Teología. Combinó la enseñanza con el estudio y la predicación. Pronto se hizo conocido como un gran orador religioso. En 1805, recibió el título de maestro en Teología. Este es el título académico más alto que otorga la Orden de Predicadores.
Su papel como escritor
Cuando comenzó la invasión francesa de España en 1808, el rey abdicó. Se formó una Junta de Gobierno que se trasladó a Sevilla. Muchos líderes visitaron a Francisco Alvarado en su convento para pedirle consejo. En 1810, se convocaron las Cortes (una especie de parlamento). Cuatro amigos de Alvarado fueron elegidos diputados.
A principios de 1810, los soldados franceses se acercaron a Sevilla. Alvarado se fue a Tavira (Portugal). Antes de irse, dejó un poema en la puerta de su celda. En él, expresaba su preocupación por los cambios que se estaban dando en el país.
Su tiempo en Portugal fue difícil, pero muy productivo. Se dedicó a estudiar, escribir y rezar. Al principio, apoyó el proyecto de las Cortes. Escribió diez cartas a Francisco Javier Cienfuegos Jovellanos, un sacerdote que luego sería cardenal y arzobispo de Sevilla. También escribió una carta a Francisco Gómez Fernández. Estas cartas se compartieron entre los diputados. En ellas, Alvarado explicaba cómo creía que debían funcionar las Cortes y qué temas debían tratar.
Más tarde, durante su exilio en Portugal, un discurso de un diputado en las Cortes de Cádiz le hizo pensar que las cosas iban por un camino peligroso. Entonces, decidió oponerse a las ideas nuevas que defendían algunos diputados. Escribió varias cartas a su amigo Francisco de Sales Rodríguez de la Bárcena. Este amigo las publicó y las hizo circular entre los demás diputados.
Finalmente, en su última etapa en Portugal, escribió las Cartas críticas del filósofo rancio. Con ellas, quería refutar las ideas de pensadores importantes que influían en muchos diputados.
El final de su vida
En agosto de 1812, Sevilla fue liberada. Alvarado había sido nombrado superior de su orden, pero no pudo ocupar su puesto hasta el 12 de febrero de 1813. Desde ese momento, su salud empeoró rápidamente. Poco antes de morir, el rey Fernando VII lo nombró consejero de un importante tribunal de la Iglesia.
Francisco Alvarado renunció a su cargo de superior y falleció el 31 de agosto de 1814. Fue uno de los escritores más importantes que defendieron las ideas tradicionales en su época.
Reconocimientos
- Maestro en Sagrada Teología (1805): El título académico más alto de la Orden de Predicadores.
- Consejero de un importante tribunal de la Iglesia (1814): Nombramiento del rey Fernando VII.
Obras importantes
Francisco Alvarado escribió varias obras, entre ellas:
- Cartas aristotélicas (1786-1787).
- Sermones, como el dedicado a San Pedro de Arbués (1809).
- Cartas inéditas (1810-1811): Dirigidas a Francisco Javier Cienfuegos y a Francisco Gómez Fernández.
- Diálogo (1810).
- Cartas críticas (1811-1814): Donde debatía las ideas de los nuevos pensadores.
- Cartas privadas (1811-1813).
- Artículos para periódicos (1813-1814).