Tisquesusa para niños
Datos para niños Tisquesusa |
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Psihipqua de Muyquytá | ||
![]() Tisquesusa en un grabado de la Historia General de las Conquistas de Nuevo Reino de Granada (1688), de Lucas Fernández de Piedrahíta.
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Ejercicio | ||
1514 – 1538 | ||
Predecesor | Nemequene | |
Sucesor | Zaquesazipa | |
Información personal | ||
Coronación | 1514 | |
Fallecimiento | 1538 Facatativá |
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Tisquesusa fue un importante líder del pueblo muisca, también conocido como Thisquesuza o Thysquesuca. Fue el último zipa de Bacatá en seguir la forma tradicional de sucesión. Gobernó durante 24 años, desde 1514 hasta 1538.
Tisquesusa tomó el trono después de su tío, Nemequene. Su hermano, Sagipa, lo sucedió. Durante su gobierno, los españoles, liderados por Gonzalo Jiménez de Quesada, llegaron a la Confederación Muisca. Tisquesusa es considerado el último Zipa legítimo porque fue el último en heredar el trono de tío a sobrino, como era la costumbre muisca.
Contenido
- ¿Cómo llegó Tisquesusa a ser Príncipe Heredero?
- El ascenso de Tisquesusa al trono
- La llegada de los españoles
- Sagipa se enfrenta a los españoles
- El Zipa busca refugio
- Los españoles llegan a Chía
- Los españoles en Suba
- El desalojo de Funza
- Los españoles llegan a Funza
- Exploración española del territorio
- Expedición contra los panches
- Los españoles van hacia el Zacazgo
- Regreso de los españoles a Muyquytá
- La muerte del Zipa
- La princesa Usaca
- Véase también
¿Cómo llegó Tisquesusa a ser Príncipe Heredero?
En 1490, después de la Batalla de Chocontá, donde murieron el psihipqua Saguamanchica y el hoa Michuá, Nemequene se convirtió en el nuevo Zipa de Bacatá. Él reunió a un grupo de nobles para nombrar a su sobrino, Tisquesusa, como príncipe heredero. Tisquesusa también fue nombrado general de los ejércitos del Zipazgo.
En ese tiempo, el príncipe Tisquesusa se estaba educando en Chía. Esta ciudad era conocida como la "Ciudad de la Luna". Se creía que los Zipas descendían de la diosa de la Luna, también llamada Chía.
¿Cómo sometió Tisquesusa a los sutagaos?
Los sutagaos eran un pueblo que se había rebelado para ser libres del control del Zipazgo. Esto ocurrió después de enterarse de la muerte de Saguamanchica. Nemequene le dio a Tisquesusa el mando de 40.000 guerreros muiscas, llamados güechas.
Tisquesusa marchó con sus guerreros para atacar a los sutagaos. Mientras tanto, otros enviados de Nemequene protegían las fronteras. Tisquesusa hizo construir un camino ancho por la montaña. El líder de Fusagasugá intentó escapar al saber que Tisquesusa se acercaba. Sin embargo, Tisquesusa lo capturó y lo ejecutó. Luego, dejó un grupo de guerreros en Tibacuy y regresó a Bacatá con muchos objetos valiosos.
¿Qué pasó en la Batalla de Las Vueltas?
En 1514, Nemequene decidió declarar la guerra contra el Zaque Quemuenchatocha. El Zaque era el líder de otra región y Nemequene no quería que estuviera a su mismo nivel.
El Zaque preparó un ejército de 50.000 guerreros. El ejército del Zipa se organizó así: Zaquesazipa, el hermano menor de Tisquesusa, iría al frente. Tisquesusa iría atrás, y Nemequene sería el líder principal. La batalla ocurrió en un lugar llamado "Las Vueltas". Duró desde el mediodía hasta casi la noche.
Cuando el ejército del Zipa estaba a punto de ganar, Nemequene fue herido en el pecho. La noticia se extendió, pero Zaquesazipa evitó que los guerreros huyeran. Ordenó una retirada cuidadosa. Nemequene fue llevado a su palacio, pero murió pocas horas después. Así, su sobrino, Tisquesusa, se convirtió en el nuevo Zipa.
El ascenso de Tisquesusa al trono
Después de la muerte de Nemequene, Tisquesusa fue a la Laguna Sagrada de Guatavita para su ceremonia de coronación. Luego, nombró a su hermano, Sagipa, como general de los ejércitos. Sagipa rápidamente sometió al líder de Ubaque, que quería unirse al hoa.
Después de la ceremonia, Tisquesusa se unió a su hermano para atacar al hoa Eucaneme. Tisquesusa quería vengar la muerte de Nemequene. Lideró un ejército de 60.000 guerreros y sometió a varios líderes. El líder de Guasca iba al frente, y un pariente cercano de Tisquesusa iba en la retaguardia.
El hoa se enteró del ataque y preparó su ejército. También consiguió guerreros de Vélez y se dirigió a Turmequé para enfrentarse a Tisquesusa.
La intervención del Iraca
Cuando los dos ejércitos estaban a punto de luchar, llegó un mensajero de Suamox (hoy Sogamoso), un lugar sagrado para los muiscas. Traía un mensaje del Iraca, el Sumo Sacerdote. El Iraca ordenó una tregua de 20 lunas (casi dos años). Para esto, Eucaneme debía entregar una gran cantidad de oro a Tisquesusa.
Ambas partes aceptaron la tregua. Tisquesusa regresó a Muyquytá. Dejó a Sagipa al mando de 20.000 guerreros para someter a los líderes de Ubaté y Susa, que se habían rebelado.
La llegada de los españoles
Un mensajero le informó a Tisquesusa que unos hombres extraños habían llegado. Eran de piel blanca, con barbas largas, y disparaban "truenos". También traían animales grandes que nunca antes se habían visto.
Años antes, un sacerdote le había dicho a Tisquesusa que moriría por culpa de extranjeros. Por eso, Tisquesusa decidió evitar el contacto con ellos. Ordenó a sus espías que le informaran de todo lo que hacían los invasores.
Sagipa se enfrenta a los españoles
Mientras tanto, el general Sagipa se enfrentó a los españoles con 600 de sus mejores guerreros. Creía que serían suficientes para vencer a los pocos extranjeros. Los guerreros de Sagipa atacaron a la guardia española. Llevaban consigo las momias de guerreros valientes, como era su costumbre.
Las armas de los muiscas no causaron mucho daño a los españoles. Los españoles se defendieron hasta que llegaron refuerzos. Los caballos causaron mucho miedo entre los guerreros indígenas, lo que provocó muchas bajas. Los guerreros muiscas que quedaron tuvieron que huir.
El Zipa busca refugio
Tisquesusa decidió refugiarse en la fortaleza militar de Sumungotá, cerca de Cajicá. La fortaleza estaba rodeada por muros altos de troncos y cañas. Tenía grandes edificios para guardar armas y alimentos.
Tisquesusa no alcanzó a instalarse cuando un mensajero le informó que su hermano, Zaquesazipa, había sido derrotado. Además, los extranjeros sabían dónde estaba el Zipa y se dirigían hacia Sumungotá. Tisquesusa huyó de inmediato, a pie, no en su silla de transporte. Al día siguiente, los españoles llegaron a Sumungotá y tomaron todas las provisiones. También encontraron la silla del Zipa, que estaba hecha de madera fina con incrustaciones de oro, plata y esmeraldas.
Los españoles llegan a Chía
Chía era un lugar importante para los Zipas. El líder de Chía, Chiayzaque, que era sobrino y sucesor de Tisquesusa, huyó con su corte al enterarse de la llegada de los invasores. Se rumoreaba que escondió sus tesoros en unas rocas, pero nunca se encontraron.
Los españoles llegaron a Chía durante la Semana Santa. Allí, los líderes de Suba y Tuna les ofrecieron regalos y se mostraron muy amables. Desde entonces, fueron los mejores aliados de los españoles entre los muiscas. El líder de Suba invitó a Jiménez de Quesada a quedarse en su casa, lo cual fue aceptado.
Los españoles en Suba
Los españoles estuvieron en Suba ocho días. Durante ese tiempo, Jiménez de Quesada envió mensajes a Tisquesusa para reunirse con él. El Zipa respondía que pronto se encontrarían y les enviaba regalos de comida y mantas. Mientras tanto, Tisquesusa intentaba obtener más información sobre los invasores.
Durante esos días, el líder de Suba enfermó y murió. Fue el primer muisca en ser bautizado en la fe católica.
El desalojo de Funza
Tisquesusa llegó rápidamente a Funza, la capital del Zipazgo de Muyquytá. Ordenó que toda la población abandonara la ciudad para protegerse de los invasores. Las más de 400 esposas del Zipa fueron las primeras en irse. La corte del Zipa se dirigió a Facatativá.
Tisquesusa recibía informes diarios de sus espías sobre los españoles. Quería saber si eran dioses u hombres. Como los mensajes decían que los extranjeros querían todo el oro, Tisquesusa ordenó esconder sus tesoros. También hizo que mataran a quienes los escondieron para mantener el secreto.
Los españoles llegan a Funza
Gonzalo Jiménez Quesada, cansado de las demoras del Zipa, decidió marchar hacia Funza. En el camino, los españoles fueron atacados por hombres leales a Tisquesusa. Estos se escondían en los pantanos y les lanzaban flechas y piedras. También tuvieron dificultades para cruzar el río Bogotá, que estaba crecido.
Cuando los españoles llegaron a la capital del Zipazgo, no encontraron a nadie. Se asombraron de la grandeza de las habitaciones del Zipa, donde se alojaron. Las casas eran limpias, ordenadas y grandes. El interior estaba decorado con tejidos de colores que formaban figuras.
Una noche, algunos indígenas, probablemente enviados por Tisquesusa, atacaron Funza con flechas encendidas. Los españoles lograron apagar el fuego, pero muchas casas se derrumbaron. Los españoles capturaron a algunos indígenas, quienes les dijeron que el Zipa se escondía en Tenaguasá. Los españoles fueron allí, pero no encontraron a nadie.
Exploración española del territorio

Una vez instalados en Funza, Quesada envió dos expediciones para explorar el territorio. El capitán Céspedes fue al sur, y el capitán de San Martín fue al oeste. Cinco días después, el capitán de San Martín regresó. Informó que se había encontrado con los panches, que eran muy feroces. Los españoles se dieron cuenta de que las historias de los muiscas sobre los panches no eran exageradas.
Mientras tanto, el capitán Céspedes exploraba el sur. Sufrió mucho por el frío del Páramo de Sumapaz. Encontró grandes cultivos de papa y muchos conejos. Cuando llegó a Pasca, envió un mensaje a Quesada. Le dijo que quería cruzar el valle de los sutagaos para entrar en la tierra de los panches. El capitán San Martín fue a reforzarlo. Se unieron en Tibacuy, donde encontraron un grupo de guerreros del Zipa.
Expedición contra los panches
Los guerreros de Tibacuy recibieron bien a los españoles, especialmente cuando supieron que querían luchar contra los panches, que eran enemigos de los muiscas. Sin embargo, los guerreros muiscas advirtieron a los españoles que los panches comían carne humana y bebían la sangre de sus enemigos. Los españoles protegieron sus armaduras con otras hechas de algodón, como las de los guerreros muiscas. Esto era para protegerse de los dardos envenenados de los panches. Con muchas dificultades, lograron vencerlos. Seis españoles y tres caballos resultaron heridos.
Los españoles van hacia el Zacazgo
Después de la expedición contra los panches, llegaron a Funza unos indígenas con muchas esmeraldas. Quesada les preguntó de dónde venían. Le respondieron que del Nordeste. Como Quesada estaba decepcionado de no haber encontrado el tesoro de Tisquesusa, decidió ir en esa dirección.
Los españoles dejaron Bacatá y pasaron por Guasuca (actual Guasca), donde fueron bien recibidos. Continuaron hacia Guatavita y llegaron a Chocontá, la frontera entre el Zipazgo y el Zacazgo. Allí, Quesada preguntó por el Zaque, pero no le quisieron decir nada.
Cuando llegaron a Turmequé, Quesada envió a Pedro Fernández Valenzuela a buscar minas de esmeraldas. Pocos días después, Valenzuela regresó con la noticia de que había encontrado minas en Somondoco. Siguieron el camino hacia el norte hasta llegar a Iza. Después de luchar contra el líder Tundama, y de derrotar al Zaque e invadir Suamox (hoy Sogamoso), los españoles decidieron regresar a Bacatá.
Regreso de los españoles a Muyquytá
A finales de 1537, Quesada regresó a Muyquytá y se instaló de nuevo en el palacio del Zipa, en Funza. Allí repartió el botín que había recogido. La parte para la Corona española fue de 40.000 pesos de oro fino y 562 esmeraldas grandes. A cada soldado de infantería, Quesada le dio 20 pesos; a los de caballería, el doble; a los oficiales, el cuádruple. Quesada tomó siete porciones para sí mismo.
Mientras tanto, los seguidores del Zipa reanudaron los ataques contra los españoles. Los españoles lograron capturar a algunos atacantes. Uno de ellos confesó que el Zipa se escondía en el "Cercado de Piedra" de Facatativá.
La muerte del Zipa
Quesada partió por la noche hacia Facatativá con sus mejores hombres. Encontraron el campamento del Zipa y atacaron de inmediato. Los guerreros de Tisquesusa, sorprendidos, lanzaron flechas encendidas para darle tiempo al Zipa de escapar. En la confusión, Tisquesusa corrió en la oscuridad. El soldado Alonso Domínguez, sin saber que era el Zipa, lo hirió gravemente con una espada. Al ver sus ricas vestiduras, Domínguez le quitó todo, dejándolo herido.
Al día siguiente, los sirvientes de Tisquesusa encontraron su cuerpo. Lo llevaron y lo enterraron en un lugar desconocido.
Los españoles, enojados por no haber encontrado el tesoro de Tisquesusa, regresaron a Funza. Solo encontraron algunas joyas y provisiones de comida. Días después, se enteraron de que el Zipa había muerto esa noche.
Debido a la debilidad de Chiayzaque, el líder de Chía y sucesor legítimo de Tisquesusa, Zaquesazipa asumió el mando del Zipazgo.
La princesa Usaca
Tisquesusa tuvo tres hijos: la princesa Machinza, el príncipe Hama y la princesa Usaca. Cuando el Zipa fue asesinado, sus hijos fueron llevados en secreto a un pequeño pueblo al norte de la Sabana de Bogotá. Cuando los españoles se enteraron, el capitán Juan María Cortés lideró un ataque.
Cuando llegaron, la princesa Usaca salió del pueblo, lista para enfrentarse a los españoles. Su belleza y su actitud valiente impresionaron al capitán Cortés, quien detuvo el ataque. Poco después, el capitán Cortés y la princesa Usaca se casaron. Vivieron en ese pueblo, que desde entonces se llamó Usaquén, en honor a la princesa. Usaquén significa "Tierra del Sol".
Véase también
Predecesor: Nemequene |
Zipa de Bacatá 1514-1537 |
Sucesor: Zaquesazipa |