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Rodrigo Soriano para niños

Enciclopedia para niños

Rodrigo Soriano Barroeta-Aldamar (San Sebastián, 17 de septiembre de 1868 - Santiago de Chile, 1944) fue un importante personaje español que se dedicó a varias actividades. Fue político, escritor, abogado, diplomático y periodista. Tenía ideas republicanas y fue elegido varias veces como diputado en el Parlamento español a principios del siglo XX. Cuando comenzó la Guerra Civil Española, estaba trabajando como embajador de España en Chile, donde falleció.

Datos para niños
Rodrigo Soriano
Rodrigo Soriano, de Compañy.jpg
Fotografiado por Compañy
Información personal
Nombre en español Rodrigo Soriano y Barroeta-Aldamar
Nacimiento 17 de septiembre de 1868
San Sebastián (España)
Fallecimiento 1944
Santiago (Chile)
Nacionalidad Española
Familia
Padre Benito Soriano Murillo
Cónyuge Lola Martí
Hijos Dolores Soriano
Información profesional
Ocupación Político, abogado, periodista, escritor y diplomático
Cargos ocupados
  • Diputado de España por Valencia (capital) (1901-1910)
  • Concejal del Ayuntamiento de Valencia por Teatro (1909-1911)
  • Diputado de España por Madrid (1910-1916)
  • Diputado en las Cortes republicanas por Málaga (capital) (1931-1933)
  • Embajador de España en Chile (1934-1941)
Partido político Partido Republicano Radical

Orígenes y primeros años de Rodrigo Soriano

Rodrigo Soriano nació en San Sebastián, en una casa familiar cerca del Palacio de Miramar. Su familia era de la nobleza vasca, con una larga historia de ideas liberales. Fue uno de los cinco hijos de Benito Soriano Murillo y Manuela Barroeta-Aldamar González de Echávarri. Su abuelo fue un político importante en Guipúzcoa.

De niño, Rodrigo vivió en Francia porque su familia se exilió para escapar de los carlistas. Su juventud transcurrió entre San Sebastián y Madrid. En Madrid, su padre trabajó en importantes puestos relacionados con el arte. En 1913, Rodrigo se casó con Lola Martí en Tarragona, y tuvieron una hija llamada Dolores Soriano Martí.

Carrera en el periodismo y la política

Rodrigo Soriano estudió derecho y se dedicó a varias profesiones: fue periodista, escritor, editor y diplomático. Empezó su carrera periodística como crítico de arte para el diario La Época. También escribió para periódicos como La Galerna, La Voz de Guipúzcoa y El País. A veces firmaba sus artículos con el seudónimo "Koak".

Fue uno de los primeros reporteros de guerra en España, cubriendo la campaña del Rif directamente desde el lugar de los hechos. En 1901, Rodrigo Soriano entró en la política al ser elegido diputado por Valencia. Más tarde, en 1906, fundó su propio periódico, España Nueva. Además de su trabajo político y periodístico, también escribió muchos libros entre 1891 y 1936.

En 1924, durante la dictadura de Primo de Rivera, fue enviado a la isla de Fuerteventura junto con el famoso escritor Miguel de Unamuno. Años después, cuando se estableció la Segunda República Española, Rodrigo Soriano fue nombrado embajador de España en Chile.

Rodrigo Soriano como editor de periódicos

La forma en que el gobierno manejó la descolonización de España hizo que Rodrigo Soriano cambiara sus ideas políticas. Dejó sus principios más tradicionales y se unió al partido republicano. Fue entonces cuando fundó el periódico Vida Nueva. Poco después, se mudó a Valencia y trabajó en la redacción de El Pueblo, un periódico que él mismo ayudó a financiar y que era dirigido por Vicente Blasco Ibáñez. Allí, junto a su amigo Blasco Ibáñez, realizó campañas importantes y ayudó a organizar el partido Republicano.

Su papel como parlamentario

En 1901, Rodrigo Soriano fue elegido diputado por Valencia por primera vez, y fue reelegido varias veces hasta 1909. Después, fue diputado por Madrid en diferentes ocasiones. También colaboró con el periódico Heraldo de Madrid y fue diputado republicano independiente por Málaga. En el Parlamento, al igual que en la prensa, Rodrigo Soriano era conocido por su forma directa y enérgica de hablar, lo que le dio mucha popularidad.

Con el tiempo y la experiencia, su forma de hablar se volvió más tranquila y razonada, pero seguía siendo escuchado con mucha atención. Su discurso era elocuente y elegante, y mostraba un gran conocimiento. A pesar de su moderación, tuvo varios desacuerdos tanto en el periodismo como en la política.

Desacuerdos y conflictos de Rodrigo Soriano

Archivo:Rodrigo Soriano, Don Quijote, 25 de abril de 1902 (cropped)
Soriano en Don Quijote (1902)

Uno de sus desacuerdos más conocidos fue con Vicente Blasco Ibáñez, con quien rompió su amistad. Un artículo de Rodrigo Soriano criticando a Blasco Ibáñez, publicado en El Pueblo, causó una gran disputa. En Valencia, los seguidores de Soriano y los de Blasco Ibáñez tuvieron enfrentamientos en las calles. La corriente política que apoyó a Soriano en Valencia se llamó Sorianisme. Después de separarse de Blasco Ibáñez, Soriano fundó el diario El Radical en Valencia y colaboró con La Lucha. Más tarde, en Madrid, fue director y editor de España Nueva (1906-1924).

También tuvo diferencias con Alejandro Lerroux. Soriano se había unido al Partido Republicano Radical que Lerroux acababa de fundar, pero pronto surgieron desacuerdos. Soriano quería crear un movimiento similar a Solidaritat Catalana en Valencia, pero Lerroux y Blasco Ibáñez se oponían. En 1906, Soriano acusó públicamente a Lerroux de ser "espía del gobierno".

Rodrigo Soriano tenía fuertes convicciones y se oponía a ciertas ideas de la época. Formó parte de la Conjunción Republicano-Socialista, una alianza de partidos de izquierda liderada por Pablo Iglesias. Esta coalición surgió después de los eventos de la Semana Trágica de Barcelona en 1909 y buscaba incluso cambiar el sistema de gobierno en España. Gracias a esta alianza, Pablo Iglesias fue elegido diputado por primera vez.

En 1910, la coalición organizó un gran evento en Bilbao para promover sus ideas. Más de 16.000 personas asistieron, y entre los oradores estaban Rodrigo Soriano, Pablo Iglesias y otros líderes importantes.

Sus diferencias con el escritor Pío Baroja fueron más moderadas. Ambos se lanzaron comentarios ingeniosos, y Baroja incluso recordó algunos en sus memorias.

Desafíos personales de Rodrigo Soriano

Archivo:1903-06-18, Gedeón, Revolución sangrienta ó Servia en Valencia
Caricatura de Blasco Ibáñez y Soriano enfrentados (Gedeón, junio de 1903)

Rodrigo Soriano tuvo varios incidentes con figuras militares importantes, como los generales Valeriano Weyler y Arsenio Linares Pombo, y con el entonces coronel Miguel Primo de Rivera. En una revista chilena en 1943, Soriano escribió que, aunque no le gustaban los desafíos, se vio obligado a participar en algunos por ataques a los republicanos.

Uno de sus desafíos más conocidos fue con Primo de Rivera en 1906. Ambos resultaron con heridas leves. Otro desafío muy comentado fue con su antiguo amigo Blasco Ibáñez en 1903. A pesar de los disparos, ambos salieron ilesos.

También tuvo un desafío con José Sánchez Guerra, ministro del gobierno, en 1904. Sánchez Guerra incluso renunció a su cargo para poder participar. La policía intentó detenerlos, pero los participantes lograron escapar. La lucha fue interrumpida porque Soriano sufrió una herida en una mano.

En 1914, Soriano se enfrentó al hijo de Maura, Antonio Maura Gamazo, y ambos resultaron heridos en la cabeza. También tuvo un desafío con Royo Chove, otro diputado republicano, en Valencia en 1904.

Un incidente en Valencia

El 17 de febrero de 1917, Rodrigo Soriano fue herido de gravedad en un incidente en Valencia. Fue alcanzado por dos disparos en el cuello. Fue operado en el hospital y logró salvar su vida. Soriano comentó sobre el incidente: "No es nada, señores. Gajes del oficio. Dos tiros nada más. Esto puede considerarse un accidente de trabajo".

El destierro de Rodrigo Soriano

En febrero de 1924, Soriano fue enviado a la isla de Fuerteventura junto con Miguel de Unamuno. La razón de su destierro fue su antigua enemistad con Miguel Primo de Rivera y unas conferencias que dio en el Ateneo de Madrid en 1923, donde habló sobre las responsabilidades de la guerra de Marruecos y ciertos casos polémicos. La Asociación de la Prensa de Madrid le envió dinero para ayudarlo durante su destierro.

El 9 de julio de 1924, Soriano y Unamuno escaparon de Fuerteventura en un barco llamado "Libertad" y se dirigieron a Cherburgo, Francia. Después de dejar Fuerteventura, vivió en París y luego se exilió en Uruguay (1927-1931). Allí, junto con la escritora canaria Mercedes Pinto, fundó la Asociación Republicana Española en Montevideo. Colaboró con el importante editor uruguayo Natalio Botana y escribió para el diario argentino Crítica.

Rodrigo Soriano vivió siete años en el exilio. Regresó a España en junio de 1931 en el transatlántico Conté Verde. Muchos de sus seguidores y amigos lo recibieron en el puerto de Barcelona.

Obras literarias de Rodrigo Soriano

Rodrigo Soriano escribió muchas obras literarias de calidad. Algunos de sus títulos incluyen:

  • Una conferencia con Emilio Zola (1891)
  • Moros y cristianos, notas de viaje, 1893-94 (1894)
  • La vida donostiarra (1898)
  • La Walkyria en Bayreuth (1898)
  • Grandes y chicos (1899)
  • Por esos mundos (1900)
  • Las flores rojas (1901)
  • La entrada de Nozaleda (1904)
  • Soriano en el Congreso: campañas parlamentarias de un diputado del pueblo (1904)
  • En un lugar de la Mancha (1905)
  • El triunfo de Don Carlos (1910)
  • Regime arbitraire en Espagne. Lettre du 11 octobre (1911)
  • Darío de Regoyos (1921)
  • Ayer, hoy y mañana (1923)
  • San Lenin y su segunda parte: El cielo de San Lenín (1927)
  • ¡ Guerra, guerra al infiel marroquí! (1929)
  • La revolución española (1931)
  • Cervantes, Colón, tres discursos (1935)
  • España bajo el sable (1936)
  • Tragedias de Moscú; España sobre todo; Sangre trae sangre
  • Una adaptación de L’Arlésienne de Daudet.

Reconocimiento a su obra y persona

Sobre su libro Darío de Regoyos, Miguel de Unamuno escribió un artículo elogiando a Soriano. Dijo que Soriano, siendo un artista, pasó del arte a la política, llevando consigo toda su educación artística.

El poeta mexicano Amado Nervo también lo elogió, diciendo que de todos los políticos españoles que había escuchado, Rodrigo Soriano fue el que más lo sorprendió por su habilidad como orador.

Aquilino Moral, un líder sindical, mencionó a Soriano en sus memorias. Recordó cómo el periódico España Nueva, aunque no era oficial de su organización, ayudó a los trabajadores al conceder mejoras salariales a sus periodistas, lo que obligó a otras empresas a hacer lo mismo.

El hispanista francés Camille Pitollet describió a Rodrigo Soriano como un personaje legendario en España, conocido por su fuerte carácter de luchador, su calma y su gran voluntad. Lo consideró un republicano comprometido que dedicó todas sus energías a transformar su país, a pesar de venir de una familia rica. Pitollet destacó que Soriano fue uno de los escritores más cultos y periodistas más importantes de Madrid a principios de siglo, y que veía la actualidad con ojos de artista.

Rodrigo Soriano no le gustaba mostrar títulos de nobleza. En uno de sus libros, cuenta que su abuelo y su padre rechazaron un título que habían heredado, y él siguió su ejemplo. Esto muestra la gran influencia que tuvo su padre, Benito Soriano, una persona culta que no valoraba las riquezas materiales. Cuando su familia heredó una antigua fábrica de hierro, su padre decidió transformarla en un molino, una actividad más acorde con su visión artística del mundo. Rodrigo, a su manera, quiso llevar su visión artística a la política, defendiendo a los más desfavorecidos y enfrentándose a quienes consideraba que toleraban la injusticia social. La diferencia entre padre e hijo era que Benito era más tranquilo, mientras que Rodrigo era muy enérgico.

Rodrigo Soriano durante la Segunda República Española

Archivo:Rodrigo Soriano - Ecran
Rodrigo Soriano alrededor de 1936.

Cuando regresó de su exilio en 1931, Rodrigo Soriano colaboró con el Heraldo de Madrid y fue diputado por Málaga. Durante las Cortes Constituyentes, formó parte de un grupo de izquierda conocido como los jabalíes, que se destacaron por su oposición al gobierno.

Soriano quería ser embajador de España en la Unión Soviética, país que había visitado por invitación de sus autoridades. Sin embargo, Manuel Azaña no le concedió ese puesto. En cambio, le ofrecieron el cargo de embajador de España en Chile, el cual aceptó. Desde Chile, Soriano continuó defendiendo sus ideales políticos, con la ayuda de su colaborador Alfonso Rodríguez Aldave.

Después de la Guerra Civil Española, Rodrigo Soriano trabajó intensamente para ayudar a los exiliados republicanos. En febrero de 1939, preguntó al Gobierno chileno si aceptarían la entrada de "artistas, profesionales y españoles en general" en el país. Este fue el primer paso de unas negociaciones que, con la ayuda del poeta Pablo Neruda, permitieron la llegada de 2078 refugiados españoles a Chile a bordo del barco Winnipeg. Rodrigo Soriano los recibió junto a un joven político, Salvador Allende, quien entonces era ministro.

Rodrigo Soriano permaneció en Chile hasta su fallecimiento en diciembre de 1944. A su funeral asistieron cientos de españoles que vivían en Chile, el presidente de la república Gabriel González Videla y muchas personalidades importantes de la política y la cultura.

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