Real Monasterio de la Encarnación (Madrid) para niños
Datos para niños Real Monasterio de la Encarnación |
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![]() Fachada principal
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Tipo | Monasterio, monumento y museo | |
Estilo | arquitectura barroca | |
Catalogación | bien de interés cultural | |
Calle | calle de la Encarnación (2) | |
Localización | Madrid (España) | |
Coordenadas | 40°25′12″N 3°42′41″O / 40.419925, -3.711493 | |
Construcción | 1616 | |
Culto | catolicismo | |
Diócesis | archidiócesis de Madrid | |
Arquitecto | Alberto de la Madre de Dios | |
Promotor | Margarita de Austria-Estiria | |
El Real Monasterio de la Encarnación es un convento de monjas agustinas recoletas que se encuentra en Madrid, España. Este importante edificio, que también funciona como museo, fue fundado por la reina Margarita de Austria, esposa del rey Felipe III, a principios del siglo XVII.
Gracias a las valiosas colecciones de arte que guarda, es uno de los lugares más destacados de Madrid, junto con el Monasterio de las Descalzas Reales.
El diseño del edificio estuvo a cargo de fray Alberto de la Madre de Dios, quien es considerado uno de los grandes arquitectos del estilo Barroco en España. Se construyó entre los años 1611 y 1616. Fray Alberto dirigió las obras junto a los arquitectos Alonso Carbonel y Pedro de Lizargarate.
La fachada del monasterio, con su estilo sencillo y elegante, sirvió de inspiración para otros edificios religiosos en España. Dentro del convento, hay un lugar especial llamado relicario, donde se guardan objetos muy antiguos y valiosos. Uno de ellos es una ampolla de cristal que, según la tradición, contiene la sangre de san Pantaleón y se vuelve líquida cada 27 de julio, día de este santo.
Una parte del antiguo convento ha sido convertida en un museo que forma parte del Patrimonio Nacional y puede ser visitado por el público.
Contenido
Historia del Monasterio de la Encarnación

La reina Margarita fue la principal impulsora de la creación de este monasterio, por eso la gente de la ciudad lo conocía como "las Margaritas". Se dice que la construcción buscaba recordar un evento histórico importante: la orden del rey Felipe III de que ciertas comunidades se fueran de Madrid.
La reina tenía una buena relación con las monjas de San Agustín en Valladolid, donde había vivido. Por ello, trajo de allí a la primera priora (la superiora del convento), la madre Mariana de San José, junto con otras monjas. Ellas vivieron primero en el Real Monasterio de Santa Isabel mientras se construía el nuevo edificio.
Poco después, una joven llamada Aldonza de Zúñiga, ahijada de los reyes, se unió a la comunidad. Para celebrar este acontecimiento, los reyes regalaron a la priora un hermoso vaso de ágata con adornos de rubíes y oro.
Ubicación y Construcción
El monasterio se construyó donde antes estaban las casas de los marqueses de Pozas. El rey compró estas casas porque estaban muy cerca del Real Alcázar, lo que permitía a los reyes ir directamente a la iglesia a través de un pasadizo secreto. Este pasadizo fue construido por deseo de la reina, quien visitaba el monasterio con frecuencia.
El rey Felipe III puso la primera piedra del edificio en una ceremonia muy solemne. Meses después, el 3 de octubre de 1611, la reina Margarita falleció sin ver terminada la obra en la que tanto se había esforzado.
El 2 de julio de 1616, día de la Visitación, el monasterio y su iglesia fueron inaugurados con una gran celebración. El camino desde la casa del Tesoro (cerca del Alcázar) hasta el nuevo monasterio se adornó con tapices. El rey y la familia real asistieron a la procesión, que incluyó a clérigos y religiosos. La fiesta duró varios días, terminando con las ceremonias en memoria de la reina Margarita.
Antes de morir, la reina Margarita había enviado cartas pidiendo donaciones para el convento. Así, llegaron muchos regalos valiosos de diferentes lugares de España y del extranjero. La reina también donó un objeto muy particular: la cama donde había nacido su hijo, el futuro rey Felipe IV.
Las monjas de este convento recibieron derechos sobre unas minas de plata que se habían descubierto. El dinero obtenido debía usarse para encargar una caja especial para guardar el Santísimo Sacramento el día de Jueves Santo.
Acontecimientos Posteriores
La historia del monasterio continuó durante los siglos XVIII y siglo XIX, con muchas anécdotas. Por ejemplo, se sabe que Manuel Godoy, una figura importante durante el reinado de Carlos IV, iba a misa a la iglesia del monasterio todos los días.
En el siglo XIX, el músico Lorenzo Román Nielfa fue profesor de música en el convento. A su muerte, dejó su biblioteca musical al monasterio, que incluía obras de importantes compositores de los siglos XVI y siglo XVII.
El monasterio abrió sus puertas al público en 1965. En la década de 1960, se colocó una estatua del famoso escritor Lope de Vega en la plaza exterior de la iglesia.
Arquitectura del Edificio
El arquitecto de la corte, fray Alberto de la Madre de Dios, fue el creador de la iglesia y de la parte del convento. Su fachada principal es muy notable por sus líneas sencillas, inspiradas en el estilo herreriano. Documentos de la época confirman que fray Alberto fue el autor del proyecto.
En 1611, se menciona que "el padre fray Alberto de la Madre de Dios, religioso carmelita descalzo, ha diseñado la obra". Otros documentos de 1613 también indican que los escudos y el relieve de la fachada debían hacerse según las indicaciones de fray Alberto, quien era el encargado del diseño del monasterio.
La entrada principal, diseñada por fray Alberto, ha influido mucho en la arquitectura española. Está precedida por un patio exterior y muestra los escudos de la reina Margarita. También tiene un relieve de La Anunciación en mármol, obra del escultor catalán Antonio de Riera. La iglesia tiene una planta en forma de cruz latina.
En el siglo XVIII, Ventura Rodríguez decoró el interior de la iglesia, adaptándola al estilo de esa época. Se añadieron elementos como capiteles jónicos, un entablamento y casetones en las bóvedas, así como retablos y varios cuadros importantes. A pesar de estos cambios, la estructura original de fray Alberto aún se puede apreciar.
A lo largo de la nave de la iglesia, se pueden ver varios cuadros que representan la vida de san Agustín. Estos se complementan con los frescos del techo de la capilla mayor, pintados por Francisco Bayeu. En el centro del retablo mayor, se encuentra el cuadro de La Anunciación de Vicente Carducho, flanqueado por las imágenes de San Agustín y su madre Santa Mónica.
El tabernáculo (donde se guarda el Santísimo Sacramento) es una obra maestra de Ventura Rodríguez. Las pequeñas estatuas que lo adornan son de Isidro Carnicero, quien también hizo el relieve del Salvador en la pequeña puerta.
El monasterio cuenta con una importante colección de pinturas y esculturas. Entre ellas, destacan obras de artistas como Bernardino Luini (La Natividad), Lucas Jordán, Juan van der Hamen, Pedro de Mena, José de Mora (Dolorosa), y Gregorio Fernández (Cristo Yacente y Cristo atado a la columna).