Real Expedición Filantrópica de la Vacuna para niños
Datos para niños Real Expedición Filantrópica de la Vacuna |
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Localización | ||
País | Imperio Español | |
Datos generales | ||
Tipo | expedición científica | |
Causa | Alta tasa de mortalidad en los virreinatos del imperio español a causa de la viruela | |
Objetivo | Vacunar de la viruela a los habitantes de los virreinatos del imperio español | |
Histórico | ||
Fecha de inicio | 30 de noviembre de 1803 | |
Fecha de fin | 1806 | |
La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, también conocida como Expedición Balmis, fue un viaje muy importante que dio la vuelta al mundo. Duró desde 1803 hasta 1806. Su objetivo principal era llevar la vacuna contra la viruela a todos los lugares del Imperio español. Esto era crucial porque la viruela estaba causando la muerte de miles de niños.
El rey Carlos IV apoyó esta idea. Él pagó la expedición del médico de la corte, el doctor Francisco Javier Balmis. El rey quería que se vacunara a muchas personas en todo el imperio. Su propia hija, la infanta María Teresa, había fallecido por esta enfermedad.
Se calcula que a finales del siglo XVIII morían cada año unas 400.000 personas en Europa por la viruela. Esta expedición es considerada la primera misión de salud internacional de la historia. Fue como "una caravana de niños" que viajó al Nuevo Mundo para llevar la vacuna. Así se pudieron prevenir muchas epidemias de viruela.
Contenido
La Real Expedición de la Vacuna: Un Viaje Histórico
¿Por qué era tan importante esta expedición?
La viruela: Una enfermedad peligrosa
Antes de que existiera la vacuna, la viruela era una enfermedad muy grave. Causaba la muerte de muchas personas, especialmente niños. Los que sobrevivían a menudo quedaban con cicatrices o ciegos.
Existía una técnica antigua llamada variolación. Consistía en tomar un poco de líquido de las ampollas de una persona enferma. Luego, se ponía ese líquido en un pequeño corte en el brazo de otra persona. El receptor se infectaba, pero de forma más leve, y rara vez moría. Así, se volvía inmune a la enfermedad.
El descubrimiento de la vacuna
En 1796, un médico inglés llamado Edward Jenner hizo un gran descubrimiento. Observó que las personas que trabajaban con vacas lecheras a veces contraían una versión leve de la viruela, llamada "viruela de vaca" (cowpox). Estas personas no se enfermaban de la viruela humana.
Jenner probó su idea: tomó líquido de las ampollas de una vaca enferma. Se lo puso a un niño de 8 años. El niño tuvo síntomas leves y se recuperó. Luego, Jenner descubrió que esta protección podía pasarse de una persona a otra. Esto significaba que se podía crear una cadena de vacunación.
El desafío de llevar la vacuna a América
El mayor problema era cómo mantener la vacuna activa durante un viaje tan largo. En esa época no había refrigeradores. La vacuna solo duraba unos diez días si se guardaba en algodón entre dos placas de vidrio. Cruzar el océano Atlántico era mucho más tiempo.
El rey Carlos IV, que había perdido a su hija por la viruela, quería llevar la vacuna a América. La vacuna había llegado a España en 1800. El doctor Francisco Javier de Balmis, médico del rey, tradujo un libro que explicaba cómo vacunar.
La solución: Niños como "portadores" de la vacuna
Balmis tuvo una idea ingeniosa para transportar la vacuna. Decidió llevar un grupo de personas no vacunadas a bordo del barco. A dos de ellas se les inocularía el virus. Cuando desarrollaran las ampollas, se tomaría líquido de ellas para vacunar a las siguientes dos personas. Así, la vacuna se mantendría viva y activa durante todo el viaje.
Para esta cadena humana, Balmis eligió a 22 niños huérfanos. Tenían entre tres y nueve años.
El desarrollo de la expedición
La expedición comenzó con el alquiler de la corbeta María Pita. A bordo iban los veintidós niños, el doctor Balmis, dos médicos ayudantes, tres enfermeras y la directora del orfanato, Isabel Zendal Gómez.
El 30 de noviembre de 1803, el barco zarpó del puerto de La Coruña. Los niños venían de diferentes orfanatos. La vacuna se pasaba de un niño a otro cada nueve o diez días. Entre los niños estaba Benito Vélez, el hijo de Isabel, y otros como Andrés Naya, Antonio Veredia, y muchos más.

Las reglas de la expedición aseguraban que los niños serían bien cuidados. Ninguno de ellos regresó a Galicia. Se les prometió que serían "bien tratados, mantenidos y educados". Cada niño recibió ropa, artículos de aseo y cubiertos.
La misión logró llevar la vacuna a muchos lugares: las islas Canarias, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Nueva España (actual México), las Filipinas y China. El barco también llevaba herramientas médicas y la traducción de un libro sobre la vacuna.
La expedición llegó a Santa Cruz de Tenerife y luego a Puerto Rico. En Puerto Rico no fue necesario vacunar, ya que la vacuna ya había llegado de otra isla.
La expedición en América
El 20 de marzo de 1804, la expedición llegó a Puerto Cabello, en Venezuela. Balmis fue a Caracas y creó la primera Junta Central de la Vacuna en América. El poeta venezolano Andrés Bello incluso escribió un poema sobre la vacuna.
La expedición se dividió en La Guaira. Balmis siguió hacia La Habana, mientras que José Salvany, el segundo cirujano, se adentró en la Nueva Granada (actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá).
En La Habana, Balmis se sorprendió al ver que la vacunación ya se estaba realizando gracias a Tomás Romay. Balmis y Romay establecieron una Junta Central de Vacunación.
Desde la Nueva Granada, Salvany continuó hacia los actuales Perú, Chile y Bolivia. Su viaje duró siete años y fue muy difícil. Salvany falleció en Cochabamba en 1810 debido a los esfuerzos del viaje.
El viaje al Pacífico y Asia
En México, Balmis recogió a veintiséis niños para mantener la vacuna viva durante el viaje por el océano Pacífico. Partieron el 8 de febrero de 1805 del puerto de Acapulco hacia Manila, en las Filipinas.
En las Filipinas, la Iglesia local ayudó mucho a organizar las vacunaciones. El 14 de agosto de 1809, la mayor parte de la expedición regresó a Acapulco. Balmis, sin embargo, decidió seguir hacia China. Isabel Zendal Gómez se quedó en Puebla con su hijo y no regresó a España.
Balmis llegó a la colonia portuguesa de Macao el 5 de octubre de 1805. Vacunó a la población de varias ciudades chinas hasta llegar a la provincia de Cantón.
El regreso a España
En su camino de vuelta a España, Balmis convenció a las autoridades británicas de la isla Santa Elena para que vacunaran a su población. Finalmente, llegó a Lisboa el 14 de agosto de 1806.
El propio descubridor de la vacuna, Edward Jenner, escribió sobre la expedición:
No puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este.
Alexander von Humboldt también escribió en 1825:
Este viaje permanecerá como el más memorable en los anales de la historia.
La expedición en la ficción
La historia de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna ha inspirado varias obras:
- 2006: La escritora Julia Álvarez escribió Saving the World, un relato desde la perspectiva de Isabel Zendal Gómez.
- 2010: Almudena de Arteaga publicó la novela Ángeles custodios.
- 2016: La película de TVE 22 ángeles, de Miguel Bardem, está basada en la novela Ángeles custodios.
- 2011: Antonio Villanueva Edo escribió Los héroes olvidados.
- 2013: Javier Neveo noveló la expedición en Los niños de la vacuna, narrada por uno de los niños.
- 2015: Javier Moro escribió A flor de piel, una novela de aventuras centrada en Isabel Zendal.
- 2017: María Solar relata la historia de Isabel Zendal en su libro Los niños de la viruela.
- 2018: Se publicó el cómic Nuevo Mundo. Isabel Zendal en la expedición de la vacuna, de El Primo Ramón.
- 2021: Correos emitió un sello dedicado a Francisco Javier de Balmis y Berenguer.
Véase también
En inglés: Balmis Expedition Facts for Kids
- Cronología de las vacunas humanas
- Primeros viajes de exploración científica
- Francisco Javier Balmis
- Isabel Zendal Gómez
- Pedro Manuel Chaparro
- Viruela
- Vacuna