robot de la enciclopedia para niños

Primera expedición española al río Amazonas para niños

Enciclopedia para niños

La primera expedición española al río Amazonas fue un viaje importante que comenzó el 12 de febrero de 1542. Fue liderada por el explorador español Francisco de Orellana, quien era el segundo al mando de una expedición mayor dirigida por Gonzalo Pizarro. Pizarro, que era el gobernador de Quito, había salido de allí en la Navidad de 1540. Su hermano, Francisco Pizarro, le había ordenado buscar una tierra conocida como el "País de la Canela".

El objetivo principal de esta expedición no era recorrer todo el río Amazonas, que es el más grande y caudaloso del mundo. Más bien, fue una serie de eventos que llevaron a Orellana a navegarlo por completo. Buscaban grandes bosques de canela, la legendaria ciudad de El Dorado y quizás un nuevo reino indígena.

Aunque la desembocadura del río ya era conocida, Gonzalo Pizarro organizó esta gran expedición para encontrar y aprovechar la canela y el oro. Sin embargo, al llegar a la zona esperada, no encontraron lo que buscaban. Debido a que el terreno era desconocido y los guías indígenas no siempre eran precisos, Orellana se adelantó con unos 70 hombres para buscar información y alimentos. Las condiciones del río que tomaron no les permitieron regresar, así que tuvieron que seguir adelante, enfrentando muchas dificultades.

Después de dos meses navegando por un afluente (el río Napo) y siete meses por el propio Amazonas, los españoles llegaron a la desembocadura en el Océano Atlántico. Más tarde, Francisco de Orellana fue acusado de traición, pero fue declarado inocente. Intentó regresar al río con otra expedición para recorrerlo en sentido contrario, pero lamentablemente falleció en el intento.

Historia de un gran descubrimiento

¿Por qué eran tan importantes las especias?

Archivo:Cinnamomum verum spices
La canela era una especia muy valiosa en esa época.

Las rutas comerciales que traían las valiosas especias de Asia se habían vuelto difíciles de usar después de que los turcos tomaran Constantinopla. En la Edad Media y la Edad Moderna, las especias eran muy necesarias en la vida diaria. La falta de suministro causaba muchos problemas y aumentaba sus precios. Estas semillas y tallos ofrecían varias ventajas:

  • Ayudaban a conservar los alimentos. Técnicas como el salado y el ahumado no eran suficientes. Las especias permitían que los alimentos se mantuvieran en buen estado por más tiempo.
  • Mejoraban el sabor y olor de muchos platos, ya que los métodos de conservación no eran perfectos.
  • Eran una fuente de medicinas con algunas propiedades que ayudaban a la digestión y al aparato respiratorio.
  • Daban un sabor más agradable a la comida.

Por todas estas razones, las especias se pagaban a precio de oro. La canela, junto con la pimienta, era de las más caras. Se creía que en la selva había enormes extensiones de árboles de canela. Encontrar grandes bosques de canela sería un tesoro tan valioso como el oro y la plata. Además, los españoles esperaban encontrar otros beneficios.

Preparativos de la expedición

Vicente Yáñez Pinzón ya había explorado la desembocadura del río en 1500, pero el interior era desconocido. Cuarenta años después, Francisco Pizarro le ordenó a su hermano Gonzalo Pizarro que se hiciera cargo de la provincia del norte, llamada Quito. Esto podría convertirse en una nueva gobernación o incluso un futuro virreinato, dependiendo de su tamaño y recursos.

Archivo:Es gloria de Quito el descubrimiento del rio amazonas - panoramio
Placa conmemorativa del descubrimiento del río Amazonas en la ciudad de Quito.

A Gonzalo Pizarro, como gobernador de Quito, su hermano Francisco Pizarro le encargó organizar una expedición hacia el este, en busca del País de la Canela. En la Navidad de 1540, partió desde el Cusco con más de 170 españoles y 3,000 nativos. Orellana se enteró de la expedición de Pizarro y decidió unirse. Pizarro aceptó con gusto la ayuda de su pariente Francisco de Orellana. Orellana le habló de una misión que podría traerles grandes beneficios. Se trataba de una tierra donde las leyendas decían que encontrarían el País de la Canela, un lugar cubierto de bosques de esta valiosa especia, e incluso la cuna de El Dorado. Orellana regresó a Guayaquil para reclutar más hombres, porteadores y animales como llamas y cerdos que pudieran servir de alimento en la selva.

El grupo reunido por Gonzalo Pizarro en Quito fue el más grande visto en esas tierras. Incluía 340 caballeros, 200 de ellos a caballo, 2,000 perros entrenados, 4,000 porteadores indígenas, 2,000 llamas cargadas y 2,000 cerdos. Pizarro partió en febrero de 1542, tomando la delantera. Por su parte, Orellana fue enviado a Guayaquil para reunir más hombres y caballos, lo que le permitió avanzar más rápido y alcanzarlo. A pesar de esto, perdió todos sus caballos y equipos al reunirse con Gonzalo y solo pudo aportar 21 hombres. En marzo de 1542, ambos se encontraron en el valle de Zumaco y comenzaron su marcha hacia el cruce de los Andes.

Después de recorrer unos 200 km, la expedición estaba agotada y perdió a cien de los porteadores. Debido a lo difícil de la marcha con un grupo tan grande, Gonzalo Pizarro puso a Orellana al frente para que se adelantara y recogiera información del terreno y la gente. Al llegar a lo que creían su destino, Gonzalo Pizarro descubrió que no había canela, solo algunos árboles falsos dispersos y poco rentables. Sufrió una gran decepción. Al regresar con Orellana, castigó severamente a la mitad de los guías y la otra mitad fue quemada.

Después de la dura ruta, los españoles buscaron otro camino. A pocos kilómetros encontraron un río con nativos pacíficos. Con varias embarcaciones tomadas de los indígenas, comenzaron a descender lo que luego se llamaría río Coca. En pocos días recorrieron unos 200 km, hasta la unión con otro río de unos 2 km de ancho, el posteriormente llamado río Napo. Allí las aguas eran cada vez más profundas, por lo que decidieron construir un bergantín, al que llamarían San Pedro. Este barco transportaría los equipos y a los enfermos, mientras los demás seguirían a pie. La construcción del barco les llevó tiempo, y mientras tanto intentaron hablar con los nativos. La expedición empezó a quedarse sin provisiones. Más adelante, les dijeron, encontrarían pueblos con muchos alimentos a los que podrían llegar con el barco y con algunas embarcaciones indígenas.

Orellana se separa del grupo principal

Archivo:Francisco de Orellana1
Busto de Francisco de Orellana en Trujillo.

Una vez más, la información de los indígenas resultó ser incorrecta y no encontraron asentamientos humanos donde conseguir alimentos. Después de caminar 300 kilómetros, las reservas habían disminuido enormemente, incluyendo todo el ganado. Los hombres que marchaban por la orilla estaban agotados: el bergantín y las embarcaciones indígenas no eran suficientes para todos. Entonces Orellana propuso adelantarse por el que más tarde se conocería como río Napo con setenta hombres. Creía que encontrarían un pueblo cercano y con muchos alimentos.

Según relató el fraile Gaspar de Carvajal, la situación se complicó, ya que la fuerza de la corriente les impidió regresar para informar al grupo principal día tras día. Llegaron a recorrer unos 200 kilómetros por día, llevados por el agua. Por su parte, Gonzalo Pizarro se desesperaba y finalmente ordenó el regreso a Quito por tierra, en un viaje de seis meses en el que tuvieron que comerse a todos los perros y caballos para sobrevivir.

Después de una semana de descenso y unos 1,200 kilómetros recorridos, los hombres de Orellana estaban agotados y hambrientos. Por suerte, encontraron indígenas con los que pudieron comerciar. Gracias a un manto púrpura, lograron la aprobación del jefe local y con él, suministros para un mes. Además, fabricaron los 2,000 clavos necesarios para construir un nuevo barco, el Victoria, que los llevaría a Perú. Con este barco y el bergantín, pensaban que llegarían pronto a Perú. La gran anchura del río les hizo creer erróneamente que debía ser un estuario no muy lejos del entonces conocido como Mar del Sur. El líder indígena les informó sobre un jefe más poderoso que podría darles ayuda. Pero antes de partir, Orellana buscó seis voluntarios para subir el río y avisar a Gonzalo Pizarro. Solo se ofrecieron tres, lo que le hizo desistir. Ante la falta de un líder autorizado, Orellana consultó a sus hombres para ser nombrado jefe de la expedición. Francisco de Orellana fue elegido por unanimidad.

El 11 de febrero de 1542, los hombres de Orellana dejaron atrás el futuro Napo para navegar por el río más grande de la Tierra. Quince días después, encontraron un pueblo que, por fin, coincidía con lo que los nativos les habían contado. Su jefe creyó la historia de que aquellas personas con armaduras de hierro eran hijos del Sol y les proporcionó comida en cantidad y calidad suficiente para que pudieran construir un segundo barco.

El encuentro con la leyenda de las Amazonas

Archivo:Naturalist on the River Amazons figure 4
Grabado naturalista de 1863 de Henry Walter Bates. La selva fue un enemigo muy difícil para los españoles.

A partir de ese punto, encontraron pocas aldeas donde sus habitantes les dieran apoyo, y más bien tuvieron que tomarlo por la fuerza. Pero el 5 de junio de 1542, el cronista Gaspar de Carvajal menciona que llegaron a un asentamiento donde encontraron dos leones en la plaza. El fraile afirma en su libro que uno de sus habitantes les aseguró que pagaba tributo a las Amazonas. Estos detalles siempre han generado dudas sobre la verdad del relato, que se vuelve aún más extraño. Los días 24 y 25, encontraron a estas Amazonas y lucharon contra ellas.

Según el cronista de la expedición, Francisco de Orellana decidió usar su ventaja tecnológica desde el principio y ordenó repeler el ataque con ballestas y disparos de arcabuces. Gracias a estas armas, lograron hacer retroceder a las mujeres y continuar el avance con solo un herido, que resultó ser el propio cronista, quien fue alcanzado en un ojo.

Como se ha dicho, siempre ha habido dudas sobre la veracidad del diario escrito por el fraile dominico, pero lo cierto es que Gaspar de Carvajal perdió un ojo en los combates. Durante la Ilustración, se dieron explicaciones a esos detalles extraños, como el de la plaza con leones y, especialmente, el de un pueblo habitado solo por mujeres guerreras. Este encuentro cambió el nombre del río, que inicialmente se llamó río Orellana, pero desde aquel 24 de junio de 1542 se le conoce como Amazonas.

Al pasar por la desembocadura del río Xingó, la selva fue dando paso a la sabana, pero los ataques de los nativos continuaron, esta vez con flechas con un veneno que mataba en pocas horas. Además, los españoles ya notaban la marea entrando en el río, por lo que la desembocadura debía estar cerca. Finalmente, los hombres de Orellana llegaron al estuario a mediados de julio de 1542. A pesar de todo, siguieron siendo atacados por los indígenas, en esta ocasión por los indios caribes. Además, uno de los bergantines chocó con un tronco, causando una fuga de agua en el casco. Teniendo que reparar la embarcación, defenderse de los ataques y buscar comida al mismo tiempo, los españoles terminaron los arreglos en aproximadamente un mes. La marcha hacia el océano Atlántico se reanudó, esta vez improvisando velas con las pocas capas y mantas que les quedaban.

Finalmente, la expedición de Orellana vio el mar el 26 de agosto de 1542, después de más de siete meses desde que dejaron el afluente y se adentraron en el Amazonas. Habían logrado recorrer por completo el río más grande de la Tierra, tanto en longitud como en caudal.

Juicio y regreso al río

Francisco de Orellana fue llamado a España para ser juzgado bajo la acusación de abandonar y traicionar a su primo, el jefe de la expedición. Aunque Francisco y Gonzalo Pizarro nunca más se vieron, el proceso judicial demostró la inocencia del explorador y que fueron las circunstancias las que le impidieron regresar al lugar donde lo esperaba Gonzalo Pizarro.

Orellana no perdió el apoyo de las autoridades y obtuvo permiso para volver al Nuevo Mundo. Además, pudo organizar otra expedición para recorrer el río que durante un tiempo llevó su nombre, pero esta vez partiendo desde la desembocadura para intentar llegar al nacimiento. Sin embargo, la dureza de la selva y las enfermedades acabaron con la vida de Orellana en 1546, a los 35 años.

Expediciones posteriores y misiones religiosas

Archivo:Relación abreviada de un viaje hecho BHL24946862
Mapa de la América Meridional, por La Condamine, mostrando las misiones españolas y portuguesas.

Después de que los países de América se independizaran de España, comenzaron conflictos para definir los límites alrededor de la región amazónica. Un conflicto de particular interés por su duración fue el que existió entre Ecuador y Perú. Más allá de los argumentos legales, los argumentos históricos se referían al descubrimiento del Río Amazonas desde la ciudad de Quito. Después de este hecho, comenzaron una serie de misiones de evangelización en la región de Maynas. Estas misiones fueron administradas desde la Real Audiencia de Quito, que a su vez pertenecía al Virreinato del Perú. Este hecho fue investigado por José Rumazo González en el libro La región amazónica del Ecuador en el siglo XVI, donde se detallan las distintas expediciones a esta región por cada explorador y el inicio de las misiones religiosas franciscanas:

  • Gonzalo Díaz de Pineda y la primera entrada a los Quijos
  • Gonzalo Pizarro y la segunda entrada a los Quijos
  • Francisco de Orellana y el descubrimiento del Amazonas o Río de San Francisco de Quito
  • Gil Ramírez Dávalos y la fundación de Baeza
  • Rodrigo Núñez de Bonilla y Alonso de Bastidas
  • Vásquez de Avila, Contero y Marín
  • Macas entre Quijos y Yaguarzongo
  • Palomino Vergara y Porcel
  • Juan Salinas Loyola
  • Ortegón en los Quijos y el levantamiento de los indios
  • Poblaciones y habitantes de los Quijos
  • Decadencia de los Quijos después del levantamiento de 1579
  • Misiones franciscanas y nuevo descubrimiento del Amazonas

La expedición de Orellana en el cine y la literatura

La expedición de Francisco de Orellana ha sido llevada al cine varias veces:

  • En 1972 se estrenó Aguirre, la cólera de Dios, de Werner Herzog. En esta película, el fraile Gaspar de Carvajal aparece como cronista de la expedición de Lope de Aguirre por el Amazonas. Aunque esta expedición fue en 1561 (casi veinte años después de la de Orellana), incluye situaciones y personajes de la crónica de Carvajal sobre la expedición de Orellana.
  • En 1988, Carlos Saura dirigió El Dorado, que fue la película más cara producida por el cine español hasta ese momento. Narra otro intento de descender el Amazonas por Lope de Aguirre.
  • En 1992, Leopoldo Benites Vinueza publicó su libro "Los argonautas de la selva", que se convirtió en un clásico de la literatura histórica y narra el descubrimiento y la expedición de Francisco de Orellana.

Véase también

kids search engine
Primera expedición española al río Amazonas para Niños. Enciclopedia Kiddle.