Primacía de la diócesis de Toledo para niños
La primacía de la diócesis de Toledo es un título especial que significa que el arzobispo de Toledo es considerado el líder más importante de la Iglesia católica en España. Es como ser el "primero" o el "principal" entre todos los obispos y arzobispos del país.
Este título también se conoce como primacía de las Españas. Históricamente, la península ibérica (donde están España y Portugal) se conocía como Hispania o las Españas.
Aunque el arzobispo de Toledo es el primado de España, el arzobispo de Braga en Portugal también ha reclamado este título para toda la península desde la Edad Media. Sin embargo, hoy en día su primacía solo se reconoce en Portugal. Además, el arzobispado de Tarragona en Cataluña también usa este título.
Cuando los arzobispos de Toledo, Braga o Tarragona son nombrados cardenales, se les llama cardenales-primados.
Datos para niños Primacía de la diócesis de Toledo |
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Información general | ||
Sede | ||
Ciudad sede | Toledo | |
Jerarquía | ||
Obispo | Francisco Cerro Chaves | |
Estadísticas | ||
Población — Fieles |
1200000 (2020) |
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Sacerdotes | 390 (2020) | |
Parroquias | 270 (2020) |
Contenido
¿Cómo surgió la primacía de Toledo?
La organización de la Iglesia en la antigüedad
Cuando el Imperio romano adoptó el cristianismo, la Iglesia se organizó siguiendo las mismas divisiones que el imperio. En el siglo III, el emperador Diocleciano dividió el imperio en provincias. Así, las primeras provincias de la Iglesia coincidieron con estas divisiones romanas.
La provincia eclesiástica de Carthaginense, por ejemplo, abarcaba exactamente la provincia romana del mismo nombre. Esta provincia era la principal para todas las iglesias de su territorio. Diócesis importantes como Valencia, Toledo, Eliocroca, Begastri o Elche dependían de Cartagena.
Cambios y el ascenso de Toledo
La coincidencia entre las divisiones políticas y religiosas duró hasta la caída del Imperio romano de Occidente en el año 476. El problema surgió a mediados del siglo VI, cuando el emperador bizantino Justiniano I tomó control de una parte del sur de Hispania. Esto incluía ciudades importantes como Córdoba, Begastri, Elche y la propia Cartagena.
Como la sede principal de la provincia quedó en territorio bizantino, el rey visigodo Gundemaro promovió una reunión en Toledo. En esta reunión, se decidió que Toledo sería la nueva capital religiosa de toda la provincia. El rey apoyó esta decisión con un decreto el 23 de octubre de 610. Así, Toledo le quitó el título a Cartagena. Con este privilegio, el arzobispo de Toledo podía participar en el nombramiento de los obispos de la península.
La llegada de los musulmanes en el año 711 hizo que Toledo se convirtiera en una ciudad fronteriza. Los arzobispos de Toledo y muchos cristianos huyeron hacia el norte. Sin embargo, un pequeño grupo de cristianos, llamados mozárabes, se quedó en Toledo.
Durante la Reconquista, los reyes cristianos y la Iglesia se apoyaron mutuamente. Después de que el rey Alfonso VI de Castilla conquistara Toledo, el papa Urbano II emitió un documento en 1088/1089. En este documento, se reconocía a los líderes de la diócesis de Toledo como "primados" y "metropolitanos". Esto significaba que Toledo recuperaba el papel importante que había tenido en la época visigoda.

Esta dignidad especial para Toledo confirmó una alianza importante. Se unieron la dinastía Jimena (a la que pertenecía Alfonso VI), la familia de Borgoña de Francia (que se unió por matrimonio y heredaría los reinos de Portugal y Castilla) y el Papado. Los monjes benedictinos de la orden de Cluny también contribuyeron a esta alianza. Ellos estaban interesados en mantener su presencia a lo largo del Camino de Santiago.
Estos privilegios permitieron a la sede de Toledo manejar una gran cantidad de bienes y obtener muchos ingresos. Esto aumentó aún más su poder religioso y civil. Su área de influencia abarcaba gran parte de la península. Incluía las actuales provincias de Toledo, Ciudad Real, Madrid y partes de Albacete, Guadalajara, Badajoz y Cáceres.
En el siglo XV, la diócesis de Toledo creció aún más. Bajo su autoridad quedaron diócesis como Palencia, Osma, Segovia, Sigüenza, Cuenca, Córdoba y Jaén. El arzobispo de Toledo se convirtió en un consejero muy importante del rey. Las ganancias de esta primacía eran muy grandes en esa época. La Catedral de Toledo tenía muchos sacerdotes y sirvientes, y más de doscientas villas pagaban tributos a la diócesis.
Desde entonces, Toledo mantuvo su importancia, aunque su poder político disminuyó con el tiempo en favor del poder de la Corona.
¿Quién más reclamó la primacía?
La idea de que la primacía de Toledo significaba que otras diócesis debían subordinarse fue discutida desde el principio.
Braga, en Portugal
El recién creado reino de Portugal no aceptó fácilmente la primacía de Toledo. La archidiócesis de Braga, en Portugal, se resistió, especialmente por su influencia sobre las diócesis de Coímbra y Zamora. Braga fue un centro cristiano muy importante desde los primeros siglos. En el siglo V, Paulo Orosio escribió obras teológicas allí. En el siglo VI, San Martín de Braga ayudó a que los suevos (un pueblo germánico) abandonaran algunas creencias consideradas herejías. El rey suevo Rechiar fue el primer rey germánico en Europa en convertirse al cristianismo calcedonio.
Por estas razones, los arzobispos de Braga reclamaron el título de "Primado de toda Hispania". El obispo Balconius (415-447) fue el primero en recibir este título. Hubo conflictos y protestas ante el papa. En 1364, el obispo de Braga, Juan de Cardaillac, decidió usar el título de "Primado de las Españas". Aunque su autoridad nunca fue aceptada en toda la península, hoy en día Braga conserva el título de "Primado de Portugal".
Tarragona, en Cataluña
Las reclamaciones de la archidiócesis de Tarragona para la primacía se basan en su importancia histórica. Durante una persecución en el año 256, el obispo Fructuoso de Tarragona fue ejecutado. En el Concilio de Nicea I (325), Tarragona ya era mencionada como una sede principal, mucho antes que Toledo. En el año 638, el arzobispo Protasio firmó documentos usando la fórmula "Santa primada sede de Tarragona".
Después de la invasión musulmana y la Reconquista, el papa Urbano II (el mismo que reconoció la primacía de Toledo) mencionó a Tarragona como una de las ciudades más importantes de Hispania en 1091. En el siglo XIII, el papa Inocencio IV le dio al arzobispo de Tarragona el privilegio de llevar la cruz alzada delante de él, un privilegio que solo tienen los primados. En el siglo XVII, se decidió usar el título de "Hispaniarum primas" (Primado de las Españas).
En el siglo XVIII, el rey Felipe V de España intentó eliminar la dignidad de primado de Tarragona, pero esta decisión fue declarada inválida. Más tarde, el papa León XIII reconoció que Tarragona fue la "Sede principal del Imperio romano en la península ibérica, existiendo desde los primeros siglos de la fe cristiana la Iglesia patriarcal y primada de las Españas".
Hoy en día, los obispos de Cataluña se organizan en una conferencia episcopal llamada "Conferencia Episcopal Tarraconense". El arzobispo de Tarragona la preside, representando su papel como líder de las diócesis de Cataluña.
Patriarcado de las Indias
Es importante no confundir la Primacía de España con los Patriarcados de las Indias. Estos últimos eran títulos honoríficos que tuvieron algunos obispos españoles hasta 1963 (Patriarcado de las Indias Occidentales). El obispo de la diócesis de Goa (Patriarcado de las Indias Orientales) aún lo conserva.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Primacy of the Spains Facts for Kids