Historia del estado de Chihuahua para niños
Contenido
- Los Estados de Chihuahua y Durango: Un Nuevo Comienzo
- Grupos Políticos: Conservadores y Liberales
- Desafíos y Cambios de Gobierno
- Chihuahua y los Cambios Políticos
- Durango, Chihuahua y Santa Anna
- Desafíos con los Apaches
- Chihuahua, Durango y Santa Anna en 1839
- La Amenaza de la Invasión y la Guerra
- Batalla de El Bracito
- Batalla de Sacramento
- Después de la Guerra de 1847
- Batalla de Santa Cruz de Rosales
- Consecuencias de la Guerra
- Reanudación de los Desafíos con los Grupos Indígenas
- La Mesilla
- Plan de Ayutla e Inicio de la Guerra de Reforma
- Reforma, Juárez y la Intervención Francesa
- Régimen de Juárez después del Imperio
- Porfiriato
- Últimas Incursiones de los Apaches
Los Estados de Chihuahua y Durango: Un Nuevo Comienzo
En 1823, se decidió dividir la antigua provincia de Nueva Vizcaya en dos nuevas provincias: Chihuahua y Durango. La ciudad de Chihuahua se convirtió en la capital de su provincia. Esta división era importante porque Chihuahua ya tenía más de 100,000 habitantes y necesitaba su propia administración, separada de la de Durango, que estaba lejos.
Sin embargo, hubo un intento de unir estas dos provincias, junto con Nuevo México, bajo el nombre de "Estado Interno del Norte", con Chihuahua como capital. Pero Durango no estuvo de acuerdo. Quería que su ciudad principal siguiera siendo la capital, o que se convirtiera en un estado o territorio separado. Durango argumentaba que tenía una población grande y más recursos que Chihuahua.
Finalmente, en 1824, se confirmó la separación de Chihuahua y Durango. Nuevo México fue declarado un territorio de la federación. Al año siguiente, ambos estados crearon sus propias constituciones, siguiendo las leyes de la república. Chihuahua estableció una cámara legislativa con once diputados, mientras que Durango tuvo un senado con siete miembros.
Grupos Políticos: Conservadores y Liberales
Desde el principio, en la política de estos estados, surgieron dos grupos principales: los conservadores y los liberales. Estos grupos a menudo tenían ideas diferentes sobre cómo debía gobernarse el país. Los militares también formaron un grupo para proteger sus propios intereses.
Las primeras elecciones fueron muy disputadas. En 1826, los liberales lograron tener el control. Ellos querían hacer cambios, pero el clero (los líderes religiosos) no estaba de acuerdo y organizó una conspiración. Esta conspiración fue descubierta, y se tomaron medidas estrictas. El gobernador de Durango, Santiago Baca Ortiz, quien era un líder liberal, recibió más poder para mantener el orden.
Desafíos y Cambios de Gobierno
Durante este tiempo, hubo muchas revueltas. Una de ellas ocurrió en marzo de 1827, cuando el teniente J. M. González se declaró Comandante General. Él arrestó al gobernador y disolvió la legislatura. El gobierno nacional envió al general Parras para detener el movimiento, y los hombres de González se unieron al bando contrario, haciendo que su líder huyera.
Las elecciones siguientes fueron complicadas, hasta que el gobierno nacional intervino. Los liberales, que tenían el control en México, lograron que Vicente Guerrero fuera elegido presidente. Sin embargo, los problemas en México en 1828 causaron más desorden en el norte. La nueva legislatura no pudo instalarse hasta el año siguiente y fue disuelta rápidamente por el gobernador Baca, quien la reemplazó con una legislatura liberal.
Cuando el gobierno liberal de Guerrero fue derrocado en diciembre, el coronel Gaspar de Ochoa apoyó al vicepresidente Anastasio Bustamante. En febrero de 1830, Ochoa inició otra rebelión, arrestó al nuevo gobernador, F. Elorriaga, y a otros líderes liberales. Luego, volvió a convocar la legislatura que Baca había disuelto.
Chihuahua y los Cambios Políticos
Los eventos en Chihuahua fueron similares a los de Durango, aunque con algunas diferencias. La primera persona elegida bajo la constitución de 1825 fue Simón Elías González. Él estaba en Sonora y no pudo tomar su puesto en Chihuahua, así que J. A. Arce lo reemplazó.
En 1829, Simón Elías González se convirtió en el comandante general de Chihuahua. Arce, aunque no tan liberal como su contraparte en Durango, tuvo problemas con la legislatura. Él apoyó la revolución de Bustamante y suspendió el Congreso en marzo de 1830, expulsando a varios funcionarios del estado. El gobernador J. I. Madero, quien lo sucedió en 1831, también tomó medidas estrictas contra grupos que consideraba problemáticos.
Durango, Chihuahua y Santa Anna
En mayo de 1832, un oficial llamado José Urrea apoyó el regreso del presidente Pedraza. El 20 de julio, el gobernador Elorriaga fue reinstalado en Durango. En Chihuahua, no hubo un movimiento similar. Urrea se preparó para invadir Chihuahua, pero la llegada de Antonio López de Santa Anna a la Ciudad de México detuvo el conflicto, ya que ambos gobiernos esperaron a ver qué pasaba en la capital.
En Durango, el obispo Zubiria fue desterrado por oponerse a una ley sobre la iglesia. Algunos estados se unieron para apoyar el sistema federal, lo que preocupó a Santa Anna. En julio de 1834, la legislatura y el gobernador de Durango adoptaron el "plan de Cuernavaca", que limitaba las reformas. Sin embargo, no lo aplicaron con mucho entusiasmo.
En Chihuahua, el "Plan de Cuernavaca" fue adoptado en julio de 1834. Simón Elías González fue nombrado gobernador y comandante general. En ese momento, Chihuahua estaba en guerra con los Apaches, lo que requería mucha energía y recursos para la defensa. González propuso unir el poder civil y militar para enfrentar mejor esta situación.
Desafíos con los Apaches
Los Apaches representaron un gran desafío para Chihuahua durante el siglo XIX. Sus incursiones eran un problema constante que requería mucha atención y recursos para la defensa del estado.
Chihuahua, Durango y Santa Anna en 1839
En 1839, comenzó una revuelta federalista liderada por Urrea. En 1841, el general J. A. Heredia se unió a un movimiento en Guadalajara que pedía una nueva constitución y llevó a la dictadura de Santa Anna.
Este movimiento le dio a Heredia la oportunidad de ser gobernador. Sin embargo, cuando no apoyó rápidamente una revolución contra Santa Anna a finales de 1844, sus posibilidades disminuyeron. El regreso a un sistema federal trajo al Brigadier Mendarozqueta a su lugar.
En Chihuahua, la asamblea y el gobernador, General Mariano Monterde, intentaron oponerse al movimiento contra Santa Anna. Cuando fallaron, Luis Zuloaga Trillo quedó a cargo de la administración. Sin embargo, sus acciones provocaron muchas protestas, y en junio de 1845, fue obligado a renunciar. Ángel Trías fue nombrado gobernador.
Ni Trías ni las autoridades de Durango apoyaron una sublevación del General Paredes a finales de ese año. En Durango, las tropas proclamaron a Paredes, y Heredia tomó el control. Pero García Conde logró restaurar el orden, persuadiendo al gobernador a someterse al nuevo presidente.
La Amenaza de la Invasión y la Guerra
La posibilidad de una guerra con Estados Unidos aumentó. Se enviaron tropas a las fronteras, y los estados como Durango y Chihuahua aumentaron sus fuerzas. En julio de 1846, el Congreso de Chihuahua decretó el reclutamiento de 6,000 hombres. El gobernador Irigoyen fue reemplazado por el enérgico Ángel Trías, conocido por su postura contra los americanos. Trías impulsó los preparativos de defensa, buscando apoyo económico y organizando voluntarios.
La ayuda del gobierno nacional fue limitada, por lo que los estados tuvieron que depender de sus propios recursos. En Durango, el obispo ayudó a recaudar dinero para la guerra y se reunieron 3,000 voluntarios.
Batalla de El Bracito
Después de que las tropas de Estados Unidos invadieran Nuevo México, se envió un grupo de 12,000 hombres a la frontera para detener su avance hacia Chihuahua. El 25 de diciembre, las fuerzas mexicanas, bajo el mando de A. Ponce, atacaron por sorpresa a las tropas estadounidenses acampadas en El Bracito, cerca de El Paso.
Aunque los americanos fueron sorprendidos, lograron recuperarse y formarse en línea. Ponce les dio un ultimátum para rendirse, pero el comandante estadounidense, Alexander William Doniphan, los invitó a atacar. La caballería mexicana cargó, pero el fuego de los americanos los desorganizó. Los mexicanos se retiraron, dejando muertos y heridos, y los americanos ocuparon El Paso.
Batalla de Sacramento
Doniphan permaneció en El Paso por varias semanas, esperando la llegada de sus cañones. El 8 de febrero de 1847, reinició su marcha hacia Chihuahua con 924 hombres y un tren de carretas comerciales. Su avance fue lento, dando tiempo a los chihuahuenses para prepararse.
El Comandante General Heredia, junto con el gobernador, tomó una posición defensiva en el paso de Sacramento, al norte de la capital. Contaban con unos 2,000 hombres bien armados y un sistema de fortificaciones con diez piezas de artillería. Los chihuahuenses estaban tan seguros de su victoria que hicieron preparativos para celebrar en la ciudad.
El 28 de febrero, los americanos se acercaron. Doniphan notó que las defensas podían ser rodeadas por el oeste. Desvió a sus tropas y ganó una posición elevada. Los mexicanos intentaron contraatacar con su caballería, pero el fuego enemigo los obligó a retirarse. Los americanos avanzaron, tomando fortificación tras fortificación. Los mexicanos huyeron, dejando muchos muertos y heridos. Los americanos capturaron artillería y provisiones. Esta batalla fue una victoria para las fuerzas de Estados Unidos.
Después de la Guerra de 1847
Ángel Trías se retiró con las autoridades y los restos del ejército a Parral, dejando a Doniphan entrar en Chihuahua. La posición de Doniphan era difícil, lejos de otras tropas y con voluntarios que terminaban su servicio. Él dio órdenes de mantener la disciplina y proteger a los habitantes.
Estados Unidos tomó posesión formal de la ciudad el 1 de marzo de 1846. Doniphan dejó Chihuahua el 25 de abril de 1847 para reunirse con otras fuerzas. Después de la salida de los americanos, la política volvió a la normalidad. El gobernador y el Congreso de Chihuahua, junto con otros departamentos, pidieron la restitución de la República Federal. Se hicieron nuevos preparativos de defensa, y el sistema de presidios fue reemplazado por milicias de voluntarios.
Batalla de Santa Cruz de Rosales
Las noticias de negociaciones de paz calmaron los ánimos, pero luego llegó la noticia del avance del general Price con muchas tropas. Price salió de Santa Fe el 8 de febrero de 1848. Ángel Trías envió un mensajero para pedir una tregua, sabiendo que la guerra había terminado, pero Price lo interpretó como un engaño y siguió avanzando.
Trías se retiró con 400 hombres y 8 cañones. Los americanos entraron en Chihuahua el 7 de marzo y persiguieron a Trías, quien se había atrincherado en Rosales. El 16 de marzo, Price presentó un ultimátum, pero Trías se negó a rendirse. La batalla comenzó con fuego de artillería. Los mexicanos lucharon con valor, pero finalmente Trías tuvo que rendirse.
Esta fue la última batalla de la guerra, y fue innecesaria porque la paz ya se había firmado. Los invasores tuvieron pocas bajas, mientras que los mexicanos sufrieron muchas. Los americanos ocuparon Chihuahua por tres meses antes de retirarse. Su presencia avivó el temor de que el estado pudiera ser cedido a Estados Unidos.
Consecuencias de la Guerra
Durante la ocupación, la gente se preocupó por el posible avance de grupos indígenas hostiles. Como resultado, en 1848, se decretó el establecimiento de 18 colonias militares a lo largo de la frontera norte. Estas colonias reemplazarían a los presidios y servirían para proteger a la población de futuras incursiones.
La frontera norte se dividió en tres secciones: Oriente (Coahuila y Tamaulipas), Chihuahua y Occidente (Baja California y Sonora). Chihuahua y Sonora recibirían cinco colonias. Sin embargo, debido a la falta de fondos, estas colonias no se desarrollaron como se esperaba. En 1851, tenían menos de la mitad de las fuerzas estipuladas.
En 1849, se reorganizaron las milicias, incluyendo a todos los mexicanos capaces entre 18 y 55 años. En los estados del norte, se creó una fuerza móvil especial de 34 compañías para enfrentar a los grupos indígenas, de las cuales 8 estaban en Durango y 4 en Chihuahua y Sonora.
Reanudación de los Desafíos con los Grupos Indígenas
Durante la invasión americana, las incursiones indígenas disminuyeron, pero en 1848 se reanudaron con fuerza. Las autoridades mexicanas decidieron retomar el proyecto de las colonias militares y destinaron fondos para ayudar a los estados en esta campaña. Se formó un comité para encontrar las mejores medidas para la acción conjunta contra las tribus.
Mientras tanto, varios estados, incluyendo Chihuahua y Durango, implementaron estrategias para enfrentar a los grupos indígenas. A pesar de los esfuerzos, las tribus continuaron siendo un desafío. Gran parte de Chihuahua quedó abandonada, y la mitad este de Durango fue devastada. Miles de familias fueron afectadas.
Con la ayuda del gobierno, se inició una campaña en 1850 para no conceder paz a los grupos indígenas que venían de Estados Unidos. La operación principal fue dirigida hacia Laguna de Jaco. Algunos grupos indígenas se rindieron, otros se retiraron, y algunos firmaron la paz. La vigilancia de estos acuerdos fue confiada a las colonias militares. Sin embargo, las constantes rebeliones políticas dejaron a los estados solos.
En 1852, los acuerdos de coalición entre estados para enfrentar a los indígenas terminaron debido a sospechas de movimientos independentistas. Esto llevó a un aumento de las incursiones y la devastación. En 1856, Chihuahua pidió ayuda a Durango, ya que ambos estados enfrentaban el mismo problema.
La Mesilla
Las provincias de la frontera esperaban mucho del sistema federal restaurado, pero se sintieron decepcionadas. Las colonias militares y los presidios fueron descuidados. Esto generó desconfianza. La revolución en Jalisco, que estableció la dictadura de Antonio López de Santa Anna, encontró apoyo en Chihuahua. Ángel Trías depuso al gobernador Cordero en diciembre de 1852 y retomó el poder.
Sin embargo, la venta del Valle de La Mesilla a Estados Unidos, que era parte de Chihuahua, cambió el apoyo. Cuando el gobernador de Nuevo México, Lane, reclamó esa zona, Ángel Trías marchó con 500 hombres, pero fue obligado a aceptar la transferencia del territorio. La venta de este territorio afectó la moral de los ciudadanos, quienes atacaron a los americanos establecidos y viajeros en 1853.
Plan de Ayutla e Inicio de la Guerra de Reforma
Ambos estados, Chihuahua y Durango, apoyaron el Plan de Ayutla y publicaron constituciones federales en 1855. Cuando comenzó la Guerra de Reforma, que apoyaba la nueva constitución, la rebelión se extendió por el norte. Chihuahua sufrió menos debido a que la mayoría de la gente apoyaba las ideas liberales.
El movimiento conservador de 1858 fracasó en Chihuahua. Aunque L. Zuloaga, hermano de un líder conservador, ocupó Chihuahua y Parral con 1,000 hombres, no pudo avanzar más. En agosto de 1859, su ejército se rindió a una fuerza menor. La lucha continuó, con conservadores y liberales alternando en el poder.
Hacia finales de 1859, Cajen entró desde Jalisco con una gran fuerza. Después de una breve campaña en Chihuahua, avanzó sobre Durango, expulsando a los liberales y tomando la capital. En 1860, Cajen intentó reunir más fuerzas en Chihuahua para enfrentar a los liberales, logrando algunas victorias.
Reforma, Juárez y la Intervención Francesa
- 1864. Del 2 al 5 de octubre, la ciudad de Chihuahua se convierte en capital del país, con la presencia del presidente Juárez en Parral.
- 1865. En agosto, durante su viaje hacia el norte, el presidente Juárez pasó la noche en El Carrizal.
Aunque Cajen tuvo algunas ventajas, su derrota en Sinaloa y su muerte en 1861 dieron el triunfo al partido liberal. Los vencedores en Durango (José María Patoni, liberal) y Chihuahua (J.E. Muñoz, liberal) aceleraron sus esfuerzos para limitar el poder del clero, aplicando la incautación de sus bienes. Esto llevó a los conservadores a prolongar la lucha. Finalmente, Luis Terrazas fue elegido gobernador de Chihuahua y continuó suprimiendo a los grupos conservadores en 1861.
La supremacía liberal duró poco, ya que en 1862 la Intervención Francesa dio poder a los conservadores. Sin embargo, la presencia de ejércitos extranjeros dio más apoyo a los liberales. A medida que la amenaza crecía, el enérgico José María Patoni recibió poder civil y militar en Durango, y luego también sobre las fuerzas de Chihuahua.
En abril de 1864, un decreto supremo declaró la ley marcial en Chihuahua y nombró a J. J. Casavantes como gobernador. La legislatura se opuso a la remoción de Luis Terrazas, por lo que José María Patoni marchó con una fuerza para mantener el orden. Las autoridades locales cedieron, y Ángel Trías fue instalado como gobernador.
Para estas fechas, los franceses controlaban las provincias centrales y se preparaban para conquistar el norte y expulsar al gobierno liberal, que estaba en Saltillo. El general Heriller ocupó Durango el 3 de julio de 1864. El gobierno supremo, que había evacuado Saltillo, se retiró a Chihuahua, donde llegó el 12 de octubre de 1864. Aquí, la gente recibió a Juárez con lealtad, liderados por el gobernador Ángel Trías.
El 15 de octubre de 1864, Chihuahua fue declarada capital provisional. En noviembre de 1864, el imperio francés había avanzado, pero la distracción de tropas hacia Sinaloa les impidió mantener el avance. En mayo de 1865, José María Patoni (republicano) comenzó a avanzar, y poco después Carbajal sitió Durango.
La llegada de refuerzos del imperio bajo Brincourt obligó a los republicanos a retirarse. Brincourt tenía órdenes de entrar en Chihuahua y expulsar al presidente republicano. Los franceses avanzaron con 2,500 hombres, empujando a los liberales. Las autoridades republicanas huyeron a El Paso (hoy Ciudad Juárez). Brincourt tomó posesión de Chihuahua el 15 de agosto de 1865.
Aunque habría sido fácil continuar y obligar a Juárez a cruzar la frontera, el general Bazaine ordenó a los franceses regresar a Durango. Los invasores se retiraron el 29 de octubre de 1865. El gobierno republicano reocupó la capital y concilió con el popular Luis Terrazas, restaurándole el cargo de Gobernador.
Maximiliano se molestó al enterarse de la retirada de Brincourt. Bazaine ordenó a 500 hombres, bajo Billot, reocupar la capital, lo que hicieron el 11 de diciembre de 1865. Juárez regresó a El Paso. Los oficiales republicanos se quedaron para acosar las comunicaciones del enemigo.
Cuando la actitud de Estados Unidos indujo a los franceses a concentrar sus fuerzas para la retirada, las fuerzas mexicanas los persiguieron. Apenas había comenzado la retirada en febrero de 1866, cuando los republicanos se enfrentaron a las columnas conservadoras en posesión de Chihuahua y otros puntos. La marcha obligó a los imperialistas a evacuar la capital, donde la mitad de la guarnición conservadora se unió a los liberales el 20 de marzo de 1866. A mediados de 1866, los liberales declararon a Chihuahua libre de enemigos.
Régimen de Juárez después del Imperio
En las elecciones de 1867, el apoyo a la causa liberal fue abrumador, especialmente en Chihuahua. Luis Terrazas fue confirmado como Gobernador. La administración de Juárez enfrentó otra crisis por la supuesta implicación en el asesinato del jefe militar José María Patoni en agosto de 1868.
El malestar creció, y en 1871, la reelección de Juárez fue declarada fraudulenta, lo que llevó a pronunciamientos a favor de la revolución iniciada por Porfirio Díaz. El movimiento tuvo éxito al principio bajo la dirección de Donato Guerra, quien tomó Durango y controló Chihuahua. Sin embargo, la muerte de Benito Juárez a mediados de 1872 hizo que los juaristas cedieran, y la paz fue restaurada.
En Chihuahua, este período fue liderado por el gobernador A. Ochoa en noviembre de 1873, ya que Luis Terrazas había renunciado en 1872. Las elecciones de 1875 causaron nuevas hostilidades, y los Porfiristas renovaron sus acciones. Ángel Trías dirigió este nuevo movimiento en Chihuahua en junio de 1875 y mantuvo el control del estado hasta el 18 de septiembre de 1875, cuando el gobierno tomó la capital.
Porfiriato
La rebelión de Porfirio Díaz triunfó en enero de 1876. Ángel Trías fue recompensado por su lucha con la elección al puesto de Gobernador. Los estados del norte tuvieron que enfrentar un intento del partido Lerdista, que operaba desde Estados Unidos, lo que resultó en una ocupación temporal de El Paso a mediados de 1877.
Una sequía en 1877 causó serios disturbios. En agosto de 1879, G. Casavantes inició una revuelta, acusando a Ángel Trías de malversación de fondos. Casavantes exigió la renuncia de Trías y logró tomar la capital. Aunque las tropas federales lo obligaron a rendirse, logró su objetivo, ya que Ángel Trías fue acusado y depuesto. Luis Terrazas fue llamado en noviembre para reemplazarlo y gobernó hasta 1884.
Mientras tanto, surgió una disputa entre Durango y Coahuila por zonas fronterizas. En el caso de Sierra Mojada, con sus yacimientos de oro, que afectaban a los tres estados, se propuso formar un territorio federal. Las demandas de Durango recibieron apoyo en el Congreso federal, y el plan fue abandonado. Finalmente, se llegó a un acuerdo amistoso.
Últimas Incursiones de los Apaches
Gracias a los esfuerzos del gobierno de Porfirio Díaz y la cooperación de Estados Unidos, las incursiones de los Apaches disminuyeron. Estados Unidos propuso una campaña conjunta contra los grupos indígenas y un acuerdo para que las tropas de ambas repúblicas pudieran cruzar los límites en su búsqueda. Este plan no agradaba a México al principio, ya que el objetivo de Estados Unidos era más capturar a los ladrones de ganado que a los grupos indígenas hostiles.
Esta vacilación causó que aumentaran las demandas contra México por daños a colonos en Texas. Finalmente, México accedió en 1882 a la entrada mutua de tropas, con la condición de que Estados Unidos se restringiera a la búsqueda de grupos indígenas. Las campañas conjuntas tuvieron un rápido efecto en la reducción de los ataques. Todo esto favoreció la formación de colonias al este y norte del estado, con el objetivo principal de establecer las primeras líneas del ferrocarril.
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