Historia de la sismología para niños
Los terremotos son movimientos de la Tierra que han fascinado a la humanidad desde hace mucho tiempo. Hay escritos muy antiguos de China (de hace 3000 años) que describen cómo se sentían los temblores. En Japón y Europa oriental, hace 1600 años, también se registraron los efectos de los terremotos en las personas.
En América Central y América del Norte, los antiguos mayas y aztecas también escribieron sobre estos fenómenos naturales. En América del Sur, civilizaciones como la Civilización caral y los incas construyeron edificios muy resistentes a los temblores, usando técnicas especiales como las "shicras" y estructuras con forma de trapecio. Incluso hay documentos de la época colonial que describen grandes terremotos en América.
El interés por estudiar los terremotos de forma científica también es muy antiguo. Algunos pensadores de la Antigua Grecia, como Tales de Mileto (hace unos 585 años antes de Cristo) y Aristóteles (hace unos 340 años antes de Cristo), ya se preguntaban por qué ocurrían. En China, Zhang Heng diseñó el primer aparato conocido para detectar terremotos en el año 132 antes de Cristo.
Más tarde, en 1664, Atanasio Kircher sugirió que los terremotos eran causados por el movimiento del fuego dentro de la Tierra. En 1703, Martin Lister y Nicolás Lemery pensaron que eran explosiones químicas bajo tierra.
El gran terremoto de Lisboa de 1755 hizo que muchos científicos en Europa se interesaran aún más en entender los terremotos. Personas como John Michell (en 1761) propusieron que los terremotos eran ondas de movimiento causadas por rocas que se movían muy profundo bajo la superficie terrestre.
A partir de 1857, Robert Mallet es considerado el fundador de la sismología instrumental, que es el estudio de los terremotos con aparatos. Él inventó la palabra "sismología".
En 1897, Emil Wiechert calculó que el interior de la Tierra tenía un manto (capa intermedia) de silicatos y un núcleo (centro) rico en hierro. En 1906, Richard Dixon Oldham descubrió que las ondas de los terremotos (llamadas ondas P, ondas S y ondas superficiales) llegaban por separado a los aparatos de medición, lo que confirmaba que la Tierra tiene un núcleo central.
En 1910, después de estudiar el terremoto de San Francisco de 1906, Harry Fielding Reid desarrolló la teoría del rebote elástico. Esta teoría, que todavía se usa hoy, explica cómo las rocas se deforman y luego se rompen, liberando energía en forma de terremoto.
Más tarde, en 1926, Harold Jeffreys descubrió que el núcleo de la Tierra es líquido. Y en 1937, la científica Inge Lehmann encontró que dentro de ese núcleo líquido, había un núcleo interno que era sólido.
En los años 1960, la teoría de las placas tectónicas ayudó a entender por qué ocurren los terremotos. Esta teoría explica que la superficie de la Tierra está dividida en grandes piezas (placas) que se mueven constantemente, y los terremotos ocurren cuando estas placas chocan o se deslizan.
Contenido
Terremotos y creencias antiguas
Desde la Antigüedad hasta la Edad Media, y en algunas culturas hasta hoy, la gente a menudo explicaba los terremotos con mitos o como si fueran causados por dioses.
- En Japón, se creía que un enorme pez gato llamado Namazu, que vivía bajo la tierra, causaba los temblores cuando un dios que lo controlaba se descuidaba.
- En Siberia, se pensaba que un dios que viajaba en trineo bajo la Tierra provocaba los terremotos.
- Los maoríes creían que su dios Raumoko, que había sido enterrado por su madre (la Tierra), gruñía y así causaba los temblores.
- Los aztecas pensaban que el mundo terminaba periódicamente por diferentes desastres. Creían que la era actual, el "Quinto Sol", terminaría por un terremoto.
- En la mitología griega, se decía que el dios Atlas sostenía el mundo, y Poseidón, el dios de los mares, lo hacía tambalear, causando los terremotos.
- En Sudamérica, los incas asociaban los terremotos con el enojo de dioses como Pachamama y Pachacámac, conocido como el "dios de los temblores". También creían que los Amarus, criaturas parecidas a dragones, podían causar temblores al salir de cuevas profundas.
- Los mapuches creían que serpientes mitológicas como Trentren causaban los terremotos.
- Las tribus chibchas de Colombia pensaban que su dios Chibchacum pateaba el suelo cuando estaba enojado, haciendo temblar la Tierra.
- En América Central, algunas culturas precolombinas creían que cuatro dioses que sostenían la Tierra la sacudían para reducir la población si había demasiada gente.
Los terremotos también han sido fuente de supersticiones. Por ejemplo, en la China antigua, se creía que los terremotos anunciaban cambios importantes en el gobierno, por lo que se registraban muy bien.
Daños de terremotos históricos
Algunas construcciones famosas fueron destruidas por terremotos y se convirtieron en parte de mitos. Por ejemplo, el Coloso de Rodas (en el año 225 antes de Cristo) y el faro de Alejandría (en el año 800), que eran parte de las siete maravillas del mundo antiguo, fueron destruidos por temblores.
También hay ciudades que desaparecieron por terremotos. Se cree que la Atlántida, mencionada por Platón, y la cultura Minoica en la isla de Creta, pudieron haber desaparecido por grandes desastres naturales como terremotos, tsunamis o erupciones volcánicas.
En América, hay registros de terremotos que causaron mucha destrucción. Uno de los más grandes fue el de Lima el 28 de octubre de 1746. Duró varios minutos y un tsunami después arrasó el puerto del Callao, causando la pérdida de muchas vidas. Lima ya había sido destruida varias veces antes por terremotos. También hubo grandes terremotos en ciudades como Arica y Concepción en Chile. En México, un gran terremoto en 1985 afectó tanto la capital que se pensó que había desaparecido.
Primeras ideas sobre las causas naturales de los terremotos
Los pensadores de la antigua Grecia fueron los primeros en buscar explicaciones naturales para los terremotos. Tales de Mileto pensaba que la Tierra flotaba sobre agua y que los terremotos eran como el movimiento de un barco. Anaxímenes propuso que los terremotos ocurrían por el derrumbe de cuevas profundas, una idea que se acerca a las teorías actuales.
Demócrito creía que los terremotos eran causados por fuertes tormentas de aire y agua dentro de la Tierra. Aristóteles aceptó una teoría similar, que decía que los terremotos se generaban por la salida repentina de aire caliente. Esta idea fue muy popular en la antigua Europa y llegó a Antigua Roma. Durante la Edad Media, esta idea fue olvidada por un tiempo, pero en el siglo XVII se volvió a pensar en las causas naturales de los terremotos.
Alexander Von Humboldt (1769-1859) fue uno de los primeros en relacionar las fallas geológicas (grietas en la Tierra) con los terremotos. Él viajó por América y sintió varios temblores fuertes. También notó una relación entre los terremotos y los volcanes, diciendo que los volcanes activos eran como "válvulas de seguridad" para las regiones cercanas. Humboldt experimentó personalmente el terremoto de Cumaná en 1799 y el de Caracas en 1812, lo que le dio un conocimiento muy valioso sobre estos fenómenos.
Otros científicos, como Jean Baptiste Boussingault, tenían ideas diferentes, como que los terremotos se debían al derrumbe de montañas subterráneas. Aunque estas teorías no eran del todo correctas, ayudaron a entender los terremotos volcánicos. En el siglo XIX, surgieron muchas ideas sobre las causas de los terremotos, algunas relacionándolos con la rotación de la Tierra, las estaciones, la Luna o incluso los cometas.
Teorías modernas sobre los terremotos
Para explicar el terremoto de San Francisco de 1906, Harry Fielding Reid y Andrew Lawson propusieron en 1910 el modelo del rebote elástico. Este modelo explica que los terremotos ocurren cuando la energía acumulada en las fallas (grietas en la corteza terrestre) se libera de repente. Las placas de la Tierra se mueven constantemente y, a veces, sus bordes se quedan "trabados". La presión se acumula hasta que la roca se rompe, liberando esa energía en forma de ondas sísmicas.
Este comportamiento de las fallas fue observado por primera vez en Japón en 1891, pero Reid y Lawson lo confirmaron con mediciones precisas. Al principio, se pensó que solo había movimientos horizontales, pero luego los geólogos y sismólogos descubrieron que también podía haber movimientos verticales o una combinación de ambos. Hoy en día, estos movimientos se miden con mucha precisión usando satélites.
Antes de Reid, el japonés Koto ya había observado grietas en la superficie con grandes desplazamientos después de un terremoto en 1891. Esto lo llevó a pensar que los terremotos no eran explosiones, sino movimientos de la Tierra, una idea muy innovadora para su época.
A principios del siglo XX, aún no se entendían los terremotos que ocurrían cerca del océano Pacífico, donde no se veían fallas en la superficie. Esto se explicó más tarde con el desarrollo de la teoría de las capas de la Tierra y el concepto de subducción. La subducción ocurre cuando una placa oceánica se mete debajo de una placa continental, generando terremotos cerca de las costas o más profundo bajo el continente.
Además de los terremotos causados por el movimiento de las placas (llamados tectónicos), existen otros tipos:
- Fuentes de colapso: Ocurren por el derrumbe de cavernas o túneles. Generalmente son pequeños y no peligrosos, aunque el colapso en sí puede serlo. Los más grandes están asociados con el colapso de la parte superior de algunos volcanes después de erupciones.
- Fuentes volcánicas: Son terremotos pequeños que ocurren bajo los volcanes o cerca de sus cráteres, relacionados con la actividad volcánica.
- Fuentes de impacto: Si un meteorito grande choca contra la Tierra, puede generar ondas sísmicas, como una explosión. Sin embargo, la energía se libera principalmente en la atmósfera y la fricción con el aire reduce el impacto.
- Deslizamientos de tierra: Enormes deslizamientos de tierra también pueden generar terremotos. Por ejemplo, un deslizamiento gigante en el río Mantaro en Perú en 1975 causó un terremoto de más de 3 minutos.
También se ha comprobado que el llenado de grandes embalses en zonas con fallas inactivas puede generar pequeños terremotos, llamados terremotos inducidos. Estos suelen ser de baja magnitud y no causan daños importantes.