Historia de la Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza para niños
La historia de la Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza es muy interesante y se remonta a tiempos antiguos. Según una tradición muy arraigada, la Virgen María se apareció en Zaragoza el 2 de enero del año 40. Se dice que ella, estando aún viva en Jerusalén, se mostró al apóstol Santiago y dejó una columna de jaspe a orillas del Ebro. Esta columna es el famoso "Pilar" que se venera en la Basílica.
Es importante saber que no hay pruebas antiguas, ni arqueológicas ni históricas, que confirmen esta tradición. Los primeros documentos que mencionan esta historia son de finales del siglo XIII. Por ejemplo, una bula del papa Bonifacio VIII de 1297 y una declaración de los Jurados de Zaragoza de 1299 hablan por primera vez de "Santa María del Pilar". Esto ocurrió después de que el obispo Hugo de Mataplana comenzara a reparar el edificio en 1293, gracias a donaciones.
La historia documentada del templo comienza en el siglo IX. En ese tiempo, existía una iglesia mozárabe dedicada a Santa María en Saraqusta (el antiguo nombre de Zaragoza), justo donde hoy se encuentra la basílica barroca. Esta iglesia era un centro importante para la comunidad cristiana de la ciudad.
Contenido
Orígenes y primeras construcciones
¿Cómo empezó la historia del Pilar?
Según la tradición cristiana, la Virgen María se apareció en Zaragoza sobre una columna, conocida como "el Pilar", en el año 40. Se dice que esto ocurrió antes de su Asunción al cielo, y que se mostró a Santiago el Mayor y a los primeros cristianos de la ciudad.
La tradición cuenta que la Virgen pidió construir una capilla para guardar la columna. Esta primera capilla habría sido hecha por el apóstol Santiago y los primeros siete cristianos de Zaragoza. La historia más antigua que relata esto se encuentra en un manuscrito de 1297, guardado en el Archivo del Pilar.
El nombre "Santa María del Pilar" aparece poco después, en un documento de 1299. Este documento de los Jurados de Zaragoza ofrecía beneficios a los peregrinos que dieran limosnas. La devoción a la Virgen y las peregrinaciones se hicieron muy populares en España a partir del siglo XII.
El templo medieval: de la iglesia mozárabe a la románica
Aunque no hay pruebas arqueológicas de la capilla del siglo I, sí sabemos que existió una iglesia dedicada a Santa María en Saraqusta en el siglo IX. Esta iglesia era el centro de una comunidad de cristianos mozárabes. Un monje llamado Aimoino la menciona en su obra, escrita entre los años 870 y 888.
Aimoino describe esta iglesia como la "iglesia de Santa María siempre Virgen". Se cree que esta iglesia ya existía en la época visigoda, antes de la llegada de los musulmanes, porque no se permitía construir nuevas iglesias cristianas bajo el dominio islámico. Cuando el rey Alfonso I de Aragón conquistó Zaragoza en 1118, la iglesia de Santa María estaba en mal estado.

Después de la conquista, Pedro de Librana, el primer obispo de Zaragoza, hizo reparaciones temporales en la iglesia de Santa María para que se pudiera usar. Más tarde, en 1121, la antigua mezquita de Zaragoza se convirtió en la Catedral de La Seo.
Durante el siglo XII, el templo de Santa María recibió muchos privilegios y donaciones de papas, reyes y nobles. En 1138, se estableció una comunidad de canónigos agustinos en la iglesia. Gracias a estos apoyos, el templo creció en importancia y se convirtió en un lugar muy reconocido para la devoción mariana.
A finales del siglo XII, se comenzó a construir una nueva iglesia de estilo románico. Las obras terminaron en el siglo XIII. De esta época se conserva un tímpano (una pieza decorada sobre una puerta) que hoy forma parte de la fachada actual.
La construcción gótico-mudéjar
Menos de un siglo después de terminar la iglesia románica, en 1293, se decidió construir un nuevo edificio. Este sería de estilo gótico-mudéjar. Las obras duraron mucho tiempo, hasta 1518. Esta iglesia gótico-mudéjar, conocida como colegiata, tenía un coro muy lujoso y un retablo del altar mayor hecho por Damián Forment. Ambos se conservan en la actual basílica.

La Basílica actual: barroca y neoclásica
¿Cuándo se construyó la Basílica barroca?
A finales del siglo XVII, se vio la necesidad de construir una nueva basílica mucho más grande, de estilo barroco. Esta se convertiría en la segunda catedral de Zaragoza, junto con La Seo. El proyecto comenzó en 1681, con diseños de José Felipe de Busiñac y Felipe Sánchez, revisados por Francisco de Herrera el Mozo.
Más tarde, en 1750, Ventura Rodríguez revisó el diseño completo e introdujo cambios para adaptarlo al estilo neoclásico. Una de sus obras más importantes fue la nueva capilla para la Virgen. Esta capilla es un templete muy elegante que combina elementos barrocos, rococó y neoclásicos.
Las obras de la nueva basílica fueron patrocinadas por el rey Carlos II y por los arzobispos de Zaragoza. Hubo algunas diferencias de opinión sobre el diseño, pero finalmente, en 1718, se inauguró la nueva construcción, aunque aún no estaba terminada.
En 1750, el rey Fernando VI dio un nuevo impulso a la construcción. En 1754, ordenó la construcción de la Capilla de Nuestra Señora del Pilar o Santa Capilla, siguiendo los planos de Ventura Rodríguez. Este arquitecto también propuso reorganizar el interior del templo para que la nave central fuera más amplia y sin obstáculos visuales.
Ventura Rodríguez también cambió la decoración interior, haciéndola más sencilla y acorde con el nuevo estilo neoclásico. Además, diseñó las capillas laterales y propuso construir torres en las esquinas, aunque más bajas que las actuales. También planeó dos fachadas y el Coreto de la Virgen. En 1765, el nuevo templete de la Santa Capilla de la Virgen ya estaba terminado.

Después de esto, fue necesario reparar bóvedas y cúpulas. Julián Yarza y Lafuente se encargó de esto y también dirigió la finalización del Coreto, cuya bóveda fue pintada al fresco por Francisco de Goya en 1772. A finales del siglo, entre 1796 y 1801, Agustín Sanz construyó una cúpula elíptica sobre el Coro Mayor.
El Pilar en la época contemporánea
¿Cómo se completó la Basílica en los siglos XIX y XX?
La Basílica siempre necesitó trabajos de mantenimiento y reparación debido a que su cimentación se veía afectada por las corrientes subterráneas del río Ebro. Durante los Sitios de Zaragoza (guerras), la catedral sufrió muchos daños. No fue hasta la segunda mitad del siglo XIX que se pudieron reparar los daños y terminar los proyectos que habían quedado pendientes.
Aún faltaban por construir cinco cúpulas: la gran cúpula central sobre el presbiterio y otras cuatro más pequeñas alrededor de la del coro. José Yarza y Miñana y Juan Antonio Atienza construyeron la cúpula central entre 1866 y 1869, tomando como modelo la cúpula de San Pedro del Vaticano. También levantaron el resto de las cúpulas hasta 1872. El 10 de octubre de ese año, la Basílica fue consagrada con grandes celebraciones.
El 22 de junio de 1904, la Catedral de Nuestra Señora del Pilar fue declarada Monumento Nacional. A lo largo del siglo XX, se levantaron las torres de las cuatro esquinas. La torre existente en la esquina suroccidental se hizo más alta, y se construyó otra en el otro extremo de la fachada sur, siguiendo el mismo estilo. José Yarza y Echenique y Ricardo Magdalena levantaron esta segunda torre entre 1903 y 1907.
Sin embargo, en 1929, el edificio volvió a tener problemas en su cimentación. Fue necesario que Teodoro Ríos Balaguer inyectara grandes cantidades de hormigón en los cimientos antiguos y reparara las grietas en pilares, bóvedas y cúpulas. Sus trabajos de consolidación terminaron en 1940.
En 1948, el papa Pío XII le dio a la Catedral de Nuestra Señora del Pilar el título de Basílica. Después, hasta 1950, el mismo arquitecto, Teodoro Ríos Balaguer, diseñó una nueva decoración para la fachada sur, la principal, inspirándose en los proyectos de Ventura Rodríguez. Decoró las puertas con pórticos y columnas. En el centro, Pablo Serrano esculpió su obra Venida de la Virgen en 1969.
También añadió pilastras de piedra y una cornisa para romper la monotonía del muro de ladrillo. En la parte superior, colocó esculturas de santos importantes de la región, hechas por Antonio Torres Clavero y Félix Burriel Martín. Las torres de la cara norte, la que da al río, fueron construidas entre 1950 y 1961 por Miguel Ángel Navarro (padre e hijo).
Así, a lo largo de los siglos XIX y XX, se completaron las cúpulas y las altas torres que, en 1961, dieron a la Basílica del Pilar el aspecto que conocemos hoy.