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Historia de Resistencia para niños

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La historia de Resistencia es muy interesante y nos cuenta cómo se formó esta importante ciudad, que es la capital de la provincia del Chaco en Argentina. Para entenderla bien, debemos conocer dos cosas: dónde está ubicada y por qué es tan importante.

Geográficamente, Resistencia se encuentra en una región llamada Gran Chaco. La atraviesa el río Negro, que desemboca muy cerca en el río Paraná. Justo al otro lado del río Paraná está la ciudad de Corrientes, una ciudad con la que Resistencia ha estado conectada desde hace mucho tiempo.

Históricamente, la región que hoy es la provincia del Chaco no estuvo bajo el control de los españoles ni de los argentinos hasta que se fundó el pueblo y colonia de Resistencia en 1875. Este evento marcó el inicio de la colonización de lo que hoy es la provincia del Chaco. Pocos años después, Resistencia fue nombrada capital del Territorio Nacional del Chaco. Gracias a esto y al rápido desarrollo de las tierras cercanas, el pueblo creció rápidamente y se convirtió en una ciudad importante. Los censos nacionales muestran que, a partir de 1914, ya era la ciudad más poblada del Nordeste Argentino.

Antes de la llegada de los españoles, la zona estaba habitada por pueblos originarios del grupo lingüístico guaycurú. Cuando llegaron los españoles, la región de Resistencia se convirtió en una frontera con el territorio indígena, y no fue controlada por completo ni por España ni por Argentina. Sin embargo, hubo algunos intentos de establecerse allí, sobre todo por su cercanía a Corrientes. El intento más importante fue la reducción indígena de San Fernando del Río Negro a mediados del siglo XVIII. Esta reducción le dio el nombre de San Fernando a este lugar.

En 1865, se creó la reducción de San Buenaventura del Monte Alto en lo que hoy es un barrio de la ciudad. Aunque esta reducción no prosperó, permitió que se formara un pequeño grupo de criollos que se dedicaban a extraer madera de los bosques. Este grupo sí se mantuvo. Así, cuando en 1875 se decidió fundar el pueblo y colonia de Resistencia, el paraje San Fernando ya tenía habitantes.

La joven Resistencia creció rápidamente gracias a la política nacional de apoyo a la inmigración. Esto hizo que en 1878 llegaran ciudadanos italianos, especialmente de la región de Friul. Entre 1875 y 1890, la historia de Resistencia se mezcla con la de la provincia del Chaco, ya que era el único centro poblado y el lugar desde donde se planeaba la ocupación de la provincia.

Archivo:Escultura Homenaje Inmigrantes Resistencia
Escultura que simboliza la llegada del primer grupo de inmigrantes italianos a la ciudad.

Una temprana industrialización y buenas vías de comunicación impulsaron el desarrollo de la ciudad durante la primera mitad del siglo XX. A medida que crecía, Resistencia se unió a otras tres poblaciones cercanas para formar el Gran Resistencia. Entre ellas se encuentra Barranqueras, que es la salida natural de la ciudad hacia el río Paraná y con la que comparte un origen y desarrollo similar.

En el último cuarto del siglo XX, la actividad industrial disminuyó y el sector de servicios creció mucho. Al mismo tiempo, muchas personas de las zonas rurales de la provincia, que tenían menos recursos, se mudaron a los barrios de las afueras de Resistencia. Estos barrios crecieron mucho, y Resistencia se convirtió en una de las ciudades con mayores desafíos económicos y sociales del país.

A mediados de los años 1960, surgió la idea de embellecer la ciudad con esculturas por todas partes. Esta iniciativa continuó con los años y le valió el título de Ciudad de las Esculturas, que fue oficializado en 2006 por el Senado de la Nación.

Desde finales del siglo XX, la ciudad ha intentado tener una relación más amigable con su entorno natural, que tiene muchas lagunas y bosques. Antes, estos lugares a menudo eran rellenados o talados. La inauguración a principios del siglo XXI de un paseo costanero, un gran parque urbano y el embellecimiento de varias lagunas en la ciudad, muestran este nuevo enfoque.

Población indígena en la región

La parte oriental del Chaco, especialmente la que está cerca de los ríos Paraná y Paraguay, estuvo habitada por tribus de la familia lingüística guaycurú. Entre ellas se destacaban los abipones, mocovíes y tobas. Cuando llegaron los españoles y trajeron el caballo, los abipones se movieron más al sur durante el siglo XVIII, y su historia se relacionó mucho con la de Corrientes y Santa Fe de la Vera Cruz. También se encontraron comunidades de los vilelas, que vivían en la parte occidental del Chaco, pero fueron empujados hacia el este antes de que Argentina ocupara el territorio.

Estos pueblos originarios vivían principalmente de la recolección de frutos silvestres, la caza y la pesca. Sus habilidades como guerreros fueron la razón principal por la que todo el Gran Chaco no pudo ser dominado por los españoles ni por los argentinos hasta bien entrado el siglo XIX.

Primeros intentos de ocupación

Durante el tiempo en que el Chaco no pudo ser controlado por España ni por Argentina, la zona de la actual Resistencia fue poblada solo de forma ocasional. Esto se debía principalmente a su cercanía con la ciudad de Corrientes. Los habitantes de Corrientes tenían dos razones para intentar poblar la orilla opuesta del Paraná: una económica (para expandir sus tierras y la explotación forestal) y otra de seguridad, ya que tener un asentamiento allí serviría como protección contra los ataques indígenas.

En esa época, los principales intentos de ocupación venían de las ciudades ubicadas en la frontera con el Chaco. Sin embargo, en Corrientes la necesidad no era tan urgente, porque el río Paraná era un límite más fácil de defender que las llanuras de otras comunidades fronterizas.

El primer registro de un asentamiento se remonta a 1616, cuando se estableció una reducción llamada San Francisco en la costa chaqueña del Paraná, a unos 15 kilómetros de Corrientes. Allí vivían varios grupos indígenas bajo el mando de Fray Pedro Montero, del Convento de La Merced. La vida era muy difícil, y la reducción tuvo que ser trasladada y finalmente abandonada.

La caída de Concepción de Buena Esperanza en 1632 significó la pérdida total del control sobre las tierras chaqueñas. Los guerreros indígenas del Chaco, usando el caballo, aumentaron el alcance de sus ataques, llegando incluso a amenazar la ciudad de Santa Fe. Los ataques se hicieron más fuertes, y el río Paraná era cada vez menos un obstáculo.

Durante la primera mitad del siglo XVIII, las costas de Corrientes sufrieron ataques. Esto, junto con la experiencia de otras ciudades fronterizas, llevó a los gobernantes de Corrientes a buscar una nueva forma de actuar, más allá de solo responder a los ataques. Empezaron a buscar acuerdos de paz y a crear reducciones para los pueblos originarios, a cargo de sacerdotes jesuitas.

Archivo:Monolito San Fernando del Río Negro
Monolito en homenaje a los fundadores de la reducción de San Fernando del Río Negro, que se asentó en parte de lo que hoy es Resistencia y le dio al paraje el nombre de San Fernando.

El éxito de los jesuitas con dos reducciones en la provincia de Santa Fe llamó la atención de Nicolás Patrón, gobernador de Corrientes. Con la ayuda del gobernador de Santa Fe, Vera y Mujica, logró reunirse con el cacique Ychoalay y el cacique abipón Ñaré Alaykín. De esta reunión surgió un tratado de paz que llevó a la creación de la reducción de San Fernando del Río Negro el 26 de agosto de 1750.

San Fernando, ubicada en un área que hoy es parte de Resistencia, a menos de 1 kilómetro del río Negro, tuvo como primer líder al propio cacique Ñaré. Su lealtad fue clave para el buen funcionamiento de la reducción. Hasta la expulsión de los jesuitas en 1767, la reducción logró resultados lentos pero seguros, trayendo una paz inusual a Corrientes y hasta una economía en crecimiento.

La orden franciscana que quedó a cargo de la reducción no pudo mantenerla, debido a que no conocían el idioma y por las dificultades del clima. En 1773, las instalaciones ya habían sido destruidas por los mocovíes (rivales históricos de los abipones) y los habitantes de la reducción fueron trasladados cerca de Bella Vista. Como los mocovíes no aceptaron el poblado, la guarnición militar que quedaba fue finalmente abandonada.

A pesar de su corta vida, la reducción tuvo un gran impacto y fue el intento de poblamiento más exitoso en la zona antes de la fundación de Resistencia. El lugar ya no sería anónimo, sino que adoptó el nombre de San Fernando, el cual mantuvo hasta la creación de Resistencia. A diferencia de otras reducciones que pasaron por lo mismo, no hubo más intentos de repoblarla. Esto se debe a que la intensidad de los ataques indígenas había disminuido, incluso con los restos de la reducción instalados en la provincia de Corrientes. Corrientes consideró que sus necesidades de seguridad estaban cubiertas, aunque esto significara un retroceso territorial.

En los años siguientes, los pueblos originarios parecieron aceptar la superioridad criolla, que además ya contaba con ciudades lo suficientemente fuertes para defenderse y atacar de manera más efectiva que a principios del siglo XVIII. Por lo tanto, fue una época de relativa tranquilidad hasta los eventos que llevaron a la formación del Estado Argentino.

La ocupación argentina

A partir de 1810, las autoridades tuvieron que concentrarse en defenderse de los realistas españoles y en las divisiones internas. Los pueblos originarios del Chaco pronto se dieron cuenta de que la línea de fortines estaba desprotegida, y sus incursiones volvieron a sentirse en las zonas de frontera.

Una vez declarada la independencia en 1816, la situación no cambió mucho hasta 1852, debido a las guerras internas que afectaron al país. De nuevo, cada provincia (e incluso cada departamento) tuvo que encargarse de su propia defensa territorial. Corrientes optó por una serie de acuerdos con caciques indígenas, lo que le permitió vivir en una relativa tranquilidad, apenas interrumpida por hechos aislados.

A esto se suma el impacto de la cultura criolla en la vida de los pueblos originarios, lo que los obligó a acercarse a las ciudades de frontera para conseguir artículos que se volvieron muy necesarios para ellos. Específicamente, miembros de la etnia toba se instalaron cerca de Corrientes con este propósito.

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