Historia de Albacete para niños
La historia de Albacete nos cuenta cómo ha evolucionado esta ciudad española, situada en el sureste de la península ibérica, a lo largo del tiempo.
Contenido
Orígenes de Albacete: ¿Cuándo comenzó todo?

No sabemos con exactitud cuándo nació Albacete. Sin embargo, se han encontrado restos muy antiguos cerca de la ciudad, como en El Acequión, Pozo Moro y Balazote. Estos hallazgos, incluso dentro del propio municipio, nos muestran que hubo asentamientos de las culturas íbera y romana.
Un ejemplo importante es el yacimiento arqueológico de El Acequión. Este lugar es de la Edad de Bronce y es uno de los más grandes de la región. También se encontraron las Esfinges gemelas de El Salobral en 1901. Estas esfinges tenían un significado especial. Se creía que protegían las tumbas de los saqueadores y ayudaban a las almas a viajar al más allá. Una de las esfinges que se conserva en España aún tiene restos de pintura roja, un color que se consideraba "el color de la vida". Se calcula que estas esfinges son de finales del siglo VI antes de Cristo.
Gracias a algunos objetos de cerámica, se piensa que Albacete pudo haber surgido en la época de Al-Ándalus. Comenzó como una pequeña aldea, llamada البسيط Al-Basit (que significa "La Llanura"). Ya se menciona en documentos del siglo IX. Durante casi toda la Edad Media, dependió de la cercana ciudad de Chinchilla de Monte-Aragón. También hay documentos de esa época que hablan de un antiguo castillo en la zona, de la época del Califato.
Se cree que la primera vez que se menciona la ciudad fue en el año 928. En ese momento, Al-Udri habla de la derrota de uno de los hijos del rebelde Ibn as-Satid en Al-Basit.
En 1146, cerca de lo que hoy es Albacete, ocurrió la batalla de al-Luŷŷ. En esta batalla, el rey Sayf al-Dawla perdió su corona y su vida a manos de soldados del reino de Castilla.
Después de la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212, los reyes cristianos avanzaron por los territorios de La Mancha. La pequeña Al-Basit fue tomada en 1241 por Pelayo Pérez Correa, bajo el reinado de Fernando III "el Santo" de Castilla. En 1269, Albacete se convirtió en una aldea que dependía de Chinchilla de Monte-Aragón, dentro del gran Concejo de Alarcón.
Una figura importante en la historia de esta región fue don Manuel, hermano del rey Alfonso X el Sabio. Él logró tener un gran señorío después de la conquista de los reinos musulmanes.
El señor del Marquesado de Villena se esforzó mucho en repoblar la zona. En 1375, Albacete obtuvo el título de villa independiente de Chinchilla, gracias al Privilegio de Villazgo. Sin embargo, el señorío de Villena tuvo muchos problemas en los años siguientes. Durante cinco años, las tierras de Albacete fueron escenario de un conflicto entre los seguidores de los Reyes Católicos y los de Juana la Beltraneja. El fin del Marquesado de Villena comenzó en 1475.
Durante los siglos XIV y XV, se construyeron tres fortalezas en los puntos más altos de la villa. Una estaba en la actual plaza de las Carretas, otra en la zona de Villacerrada, y la tercera en el Cerrillo de San Juan.
Finalmente, los Reyes Católicos ganaron el conflicto. La Corona tomó el control de todas las villas, expropió el Marquesado y las encomiendas de la Orden de Santiago. Las ciudades vieron reducidos sus derechos y privilegios.
Albacete en la Edad Moderna: Crecimiento y cambios

Durante la Guerra de las Comunidades de Castilla, Albacete fue leal a Carlos I al principio. Pero a finales de septiembre de 1520, hubo una revuelta en la ciudad. Las autoridades fueron expulsadas y reemplazadas por otras elegidas por los vecinos.
Luego, la ciudad volvió a apoyar al rey a principios de diciembre. En marzo de 1521, Albacete envió soldados para ayudar al prior de San Juan, que luchaba contra la rebelde Toledo.
Durante el siglo XVI, Albacete siguió creciendo poco a poco. Llegó a tener 5000 habitantes. En 1526, Carlos I regaló el señorío de Albacete a su esposa, la emperatriz Isabel de Portugal. Esto permitió que se instalaran varias órdenes religiosas en la zona. También se empezó a construir la iglesia de San Juan, que más tarde se convertiría en catedral.
¿Cómo funcionaba el gobierno de Albacete en los siglos XVI y XVII?
Albacete formaba parte de una región más grande llamada "corregimiento de abajo". El gobierno de Albacete estaba formado por regidores, dos alcaldes y un alguacil mayor. Estos oficiales participaban en las reuniones del concejo, que se celebraban los sábados por la mañana en la Plaza Mayor.
Los cargos se elegían cada año, pero con el tiempo, las familias más ricas de la ciudad lograron mantener el control de estos puestos. Los alcaldes se encargaban de la justicia, y el alguacil mayor ejecutaba sus decisiones.
Los regidores eran muy importantes. Al principio eran elegidos, pero a partir de 1543, el Rey empezó a vender estos cargos a cambio de dinero. Esto hizo que el número de regidores aumentara mucho, no por necesidad, sino para que la Hacienda Real recaudara fondos. A pesar de las multas, muchos regidores no asistían a todas las reuniones, ya que vivían en sus fincas y solo iban a las más importantes.
Cada regidor recibía un salario muy pequeño. Sin embargo, el poder que les daba el cargo era muy grande. Podían tomar decisiones sobre impuestos, el suministro de alimentos (como aceite, pescado o carne) y la gestión de los bienes del concejo.
Otros oficiales se encargaban de que se cumplieran las normas. Los alcaldes de Hermandad vigilaban el orden fuera de la ciudad. Los veedores y apeadores resolvían conflictos de tierras. Los fieles se aseguraban de que las normas del mercado se respetaran.
En el siglo XVIII, Albacete estaba formada por tres zonas principales: Alto de la Villa, El Cerrico y la Cuesta. La ciudad tenía unos 8000 habitantes. Durante la guerra de sucesión española, Albacete apoyó a Felipe V de España. En septiembre de 1710, Felipe V concedió a la ciudad el permiso para organizar una feria, aunque ya se celebraba desde el siglo XIV.
Para esta feria, se decidió construir un recinto permanente en el lugar conocido como Santa Catalina. Allí ya había una comunidad de franciscanos, que al principio se opusieron a la construcción.
Albacete en la Edad Contemporánea: Siglos XIX, XX y XXI
El siglo XIX: Cambios y progreso

A finales del siglo XVIII, Albacete era un lugar con muchas aguas estancadas, lo que causaba enfermedades. Por eso, las autoridades planearon proyectos para drenar estas aguas. En 1805, se empezó a construir el Real Canal de María Cristina.
La Guerra de Independencia española (1808-1812) afectó mucho a la ciudad. Las autoridades se trasladaron a las sierras de Alcaraz y del Segura para coordinar la resistencia contra el ejército francés, que saqueó la ciudad varias veces.
Durante este siglo, también hubo varias epidemias de cólera que frenaron el crecimiento de la población. Sin embargo, ocurrieron hechos importantes para el futuro de la ciudad. En 1833, se creó la actual provincia de Albacete, y la ciudad se convirtió en su capital. Además, en 1834 se estableció la Real Audiencia Territorial, un tribunal que abarcaba varias provincias. La llegada del ferrocarril en 1855, con la línea entre Alcázar de San Juan y Cartagena, también fue un gran impulso para Albacete.
En 1862, la reina Isabel II otorgó a Albacete el rango de ciudad.
En 1888, se inauguró el alumbrado eléctrico. También comenzaron a instalarse las primeras fábricas y talleres. La desamortización de Mendizábal (un proceso de venta de bienes de la Iglesia) permitió usar antiguos conventos para crear plazas, como la del Altozano, y cambiar la forma de la ciudad.
El siglo XX: Desarrollo y desafíos
Al inicio del siglo XX, en 1900, Albacete tenía 21.512 habitantes. La ciudad creció muy rápido, lo que llevó a la construcción de nuevas infraestructuras. También se crearon el "Banco de Albacete" y una caja de ahorros. Se desarrollaron pequeñas industrias como la metalurgia, la cuchillería y la alimentación, lo que impulsó el aumento de la población, que llegó a casi 42.000 habitantes en 1930.
La historia de la aviación en Albacete comenzó en la segunda década del siglo XX. En 1916, se construyó un aeródromo a las afueras de la ciudad. Este centro se convirtió en la sede de la Compañía Española de Aviación (CEA), que formaba a los pilotos. Esto trajo un aire de modernidad e innovación a la ciudad.

Durante la Guerra civil española, Albacete fue muy importante por su ubicación estratégica como centro de comunicaciones. Se convirtió en el Cuartel General de las Brigadas Internacionales. La ciudad sufrió mucho por los bombardeos. Hoy en día, se pueden visitar los refugios antiaéreos de la Plaza del Altozano, que han sido restaurados como Centro de Interpretación de la Paz.
Después de la guerra, Albacete siguió creciendo. En 1944, superó los 64.200 habitantes.
Cuando Castilla-La Mancha obtuvo su autonomía, Albacete se convirtió en 1982 en la sede del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. Además, a partir de 1985, se empezó a construir el Campus Universitario de la ciudad.
El siglo XXI: Modernidad y reconocimiento
El siglo XXI ha traído a Albacete una importante red de infraestructuras. En 2010, la ciudad celebró el III Centenario de la Feria de Albacete. Esta feria fue declarada de Interés Turístico Internacional.
Para saber más
- Al-Basit
- Historia de Castilla-La Mancha
- Historia de España
- Regionalismo manchego.