Francisco del Rosario Sánchez para niños
Datos para niños Francisco Del Rosario Sánchez |
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Presidente de la República Dominicana |
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27 de febrero de 1844-1 de marzo de 1844 | ||
Predecesor | José Núñez del Carmen | |
Sucesor | Tomás Bobadilla | |
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9 de junio de 1844-12 de julio de 1844 | ||
Predecesor | Tomás Bobadilla | |
Sucesor | Pedro Santana | |
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Presidente de la Junta Central Gubernativa |
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9 de junio de 1844-12 de julio de 1844 | ||
Predecesor | Tomás Bobadilla | |
Sucesor | Pedro Santana | |
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Información personal | ||
Nacimiento | 9 de marzo de 1817 Ciudad de Santo Domingo, Provincia de República Dominicana , Imperio Español |
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Fallecimiento | 4 de julio de 1861 (44 años) San Juan de la Maguana, Imperio Español |
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Nacionalidad | española (1817-1821), dominicana (1821-1822), haitiana (1822-1844), dominicana (1844-1861) y española (1861) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Abogado, presidente, militar y político | |
Años activo | desde 1837 | |
Rango militar | General | |
Miembro de | La Trinitaria y Francmasonería | |
Francisco del Rosario Sánchez (Ciudad de Santo Domingo,9 de marzo de 1817 - San Juan de la Maguana, 4 de julio de 1861), fue un abogado, y político dominicano. Es junto a Juan Pablo Duarte y Ramón Matías Mella, uno de los Padres Fundadores de la República Dominicana.
Sánchez fue líder y estratega político de la guerra dominicana y contraatacó la ocupación haitiana, tomó las riendas de la lucha tras la ausencia de Duarte y proclamó la independencia en el Baluarte San Genaro el 27 de febrero de 1844.
Contenido
Familia y primeros años
Sánchez nació el 9 de marzo de 1817 en la ciudad de Santo Domingo, durante el periodo de 12 años bastante conocido por los dominicanos como España Boba. Este período estuvo plagado de una crisis tanto económica como cultural, en vista de que, cuando Juan Sánchez Ramírez consiguió que la "Junta de Bandillo" a finales de 1808 decidiera volver a España o reincorporarla tras vencer al gobernador Jean-Louis Ferrand en la Batalla de Palo Hincado, quien aplicó el Tratado de Basilea en 1804, mediante el cual España cedió la parte este de la Isla a Francia en 1795. España estaba bajo la invasión napoleónica, lo que impidió cumplir con los requerimientos de la colonia reconquistada.
Sánchez era hijo de Olaya del Rosario Belén (1791–1849), una mujer mulata de tez clara con antepasados tanto europeos (canarios) como africanos, [2] y Narciso "Seño Narcisazo" Sánchez Ramona (1789– 1869), un hombre alto que descendía mayoritariamente de esclavos. Por su diferente condición racial y socioeconómica (siendo la de su esposa Olaya, mucho mayor a la de él), tuvieron que casarse tras una autorización especial del alcalde de la ciudad.
Su madre era peluquera y fabricaba peines, mientras que su padre trabajaba en el comercio de carnes, vendiendo y criando ganado. Sus apellidos estaban invertidos debido a que sus padres aun no estaban casados al momento de su nacimiento, haciéndolo oficialmente en 1819.
Sánchez tuvo seis hijos con varias mujeres diferentes, siendo la primera, Felicita Martínez, con quien procreó a Mónica, nacida el 30 de enero de 1838, cuando Sánchez tenía 20 años. Tiempo después procreó a María Gregoria (Goyita), nacida el 30 de noviembre de 1841, con María Evarista Hinojosa. Luego, con Leoncia Leydes Rodríguez, nacida en Curazao, tuvo a Leoncia. Posteriormente con Mercedes Pembrén Chevalier, procreó a Petronila.
El 4 de abril de 1849 se casó con Balbina de Peña Pérez, con quien procreó a Juan Francisco y Manuel de Jesús. Su hijo Juan Francisco fue ministro de Hacienda en el gobierno de Ulises Heureaux y formó parte del gabinete de gobierno del también presidente Carlos Morales Languasco. Manuel de Jesús, en cambio, murió en la infancia.
Sánchez, el mayor de 11 hermanos, creció en una familia muy nacionalista. Recibió su educación primero de su madre, y luego del sacerdote peruano Gaspar Hernández, un patriota que animó al joven Sánchez a seguir los pasos de su familia. También fue influenciado por su padre y su tía, María Trinidad Sánchez, ambos involucrados en el movimiento "Revolución de Los Alcarrizos", una resistencia temprana que intentó liberar a los dominicanos del dominio haitiano bajo la dictadura de Jean-Pierre Boyer, quien invadió en 1822. y puso toda la isla bajo su control. Desafortunadamente, esta conspiración finalmente fue descubierta por Boyer, quien ordenó que todos los involucrados fueran ejecutados. Narciso, sin embargo, fue encarcelado. Esta acción no solo causó sufrimiento a Olaya, sino que también se acumuló en un temor y una preocupación duraderos por sus hijos y su esposo, quien ahora era señalado como enemigo por los haitianos. A medida que el joven Sánchez creció emulando los pasos revolucionarios de su padre, sus amarguras y preocupaciones trascenderían hacia el futuro.
Su infancia transcurrió en el marco del período de la ocupación haitiana en la parte oriental de la isla, que se inició en 1821 tras el fracaso de la iniciativa independentista del ilustrado José Núñez de Cáceres, a la que los historiadores denominan la "Independencia Efímera". "
En su juventud, Sánchez acompañaba a su padre en las labores de administración de fincas agrícolas, lo que le permitía relacionarse con personas de diferentes clases sociales. El historiador Ramón Lugo Lobatón describió a Sánchez como un hombre esbelto, de singular porte, finos modales, educación y cuidadosa forma de hablar, que tocaba diversos instrumentos musicales y recitaba poesías y conquistó el corazón de la curazoleña, Leoncia Rodríguez, con quien tuvo descendencia. Sus habilidades le abrieron las puertas en Curaçao, donde vivía uno de sus exiliados y era profesor de español.
Su entrada en La Trinitaria
Un día, mientras asistía a clases de filosofía, se le acercó Juan Pablo Duarte, quien también asistía a estas clases y quedó inmediatamente intrigado por el nivel intelectual de Sánchez. En 1838, Duarte fundó el movimiento La Trinitaria, una organización nacionalista que pretendía llevar la libertad al pueblo dominicano, que durante este tiempo vivía en la tiranía bajo el dominio haitiano. El objetivo principal de este movimiento era no solo derrocar el gobierno haitiano de Santo Domingo, sino también establecer un estado independiente libre de cualquier potencia extranjero. Al ver a Sánchez como un candidato perfecto para la membresía, Duarte no lo pensó dos veces antes de reclutarlo. Sánchez había viajado a Estados Unidos y Europa cuando era joven. Su visión de la causa fue la típica meta republicana del Siglo de la ilustración.
Con su contratación, Sánchez no tardó en destacar por su laboriosidad y determinación. Poco a poco fue conquistando una posición de liderazgo en la organización, convirtiéndose en una figura fundamental en el trabajo diario para lograr los objetivos que le dieron origen.[1] Finalmente, no solo demostraría ser un activo vital para la causa, sino que también le permitiría ganarse la confianza de Duarte en él, poniendo toda su confianza en el joven revolucionario.
Sin embargo, la situación se intensificó cuando el nuevo presidente haitiano, Charles Rivière-Herard, quien previamente se había aliado con los dominicanos para derrocar a Boyer, marchó a Santo Domingo al frente de 10.000 efectivos para arrestar a los trinitarios tras descubrir sus planes. Al enterarse de esta acción, Sánchez abandona inmediatamente Los Llanos y se dirige directamente a Santo Domingo, cruzando a nado el río Ozama para notificar a Duarte de la llegada de Herard. Desafortunadamente, muchos miembros del movimiento, incluido Duarte, fueron arrestados.
Líder suplente de Duarte
El exilio de Juan Pablo Duarte se produjo en la última y más crucial etapa de la lucha. Pero fue cuando Duarte estaba exiliado y escondido en Venezuela que Sánchez se convirtió en la presencia central de la revuelta dominicana. En 1843, cuando Duarte se exilió en Curazao por temor a ser atacado o encarcelado por las autoridades haitianas, Sánchez, entonces de 25 años, asumió la dirección del movimiento independentista La Trinitaria, donde presidió las reuniones del grupo y amplió los contactos con representantes del sector social más importante de la ciudad, con la colaboración del colega Ramón Matías Mella, pero para evitar ser sometido por los haitianos, Sánchez difundió el rumor de que había muerto de una enfermedad.
La labor revolucionaria de Sánchez fue intensa. Originalmente, el tenía la intención de consumar la independencia a fines de 1843 con solo las fuerzas trinitarias. Esto hizo que Sánchez, junto con Vicente Celestino Duarte, solicitara en carta la asistencia de Duarte: [6]
"Después de vuestra marcha, todas las circunstancias han sido favorables, de modo que sólo nos ha faltado una combinación para haber asestado el golpe. Hasta la fecha está el negocio en el mismo estado en que lo dejasteis: por lo que os pedimos, aunque sea a costa de una estrella del cielo, los siguientes materiales: dos mil o mil o quinientos fusiles, por lo menos: cuatro mil cartuchos, doscientos o trescientos de plomo; quinientas lanzas o lo que pueda conseguir."
Sánchez tomó la delantera como principal impulsor del movimiento independentista, manteniendo contacto con Duarte a través de sus familiares. Si bien fue educado y aprendió por sí mismo latín y francés más adelante en su vida, se le recuerda principalmente como un hombre de acción. En las diligencias que se desarrollaron poco antes de la proclamación de la independencia el 27 de febrero de 1844, Sánchez fue elegido por sus pares como Comandante en Armas y Jefe de la Junta de Gobierno en la naciente república. Esto fue todo un reconocimiento y un testimonio de sus virtudes. A principios de enero de 1844, Sánchez redactó el manifiesto de independencia, que fue entregado al conservador Tomás Bobadilla, para su publicación, por sugerencia de Mella.
En uno de los párrafos del manifiesto, Sánchez denota su firme decisión de lograr el objetivo contenido en el juramento trinitario:[1]
"Creemos haber demostrado con constancia heroica, que los males de un gobierno deben sufrirse mientras sean soportables, antes que hacer justicia aboliendo formas; pero cuando una larga serie de injusticias e injurias, continuando con el mismo fin, denotan el designio de reducirlo todo al despotismo y a la más obsoleta tiranía, es derecho sagrado de los pueblos y su deber el sacudirse el yugo de la tal gobierno y prever nuevas garantías que aseguren su futura estabilidad y prosperidad" y agrega: “Hace veintidós años, el Pueblo dominicano, por una de esas fatalidades del destino, está sufriendo la más ignominiosa opresión…"
Proclamación de la independencia
Reunidos en la casa de Sánchez, el 24 de febrero, los integrantes de La Trinitaria discutieron sobre los planes de levantamiento, que acordaron fijar para el 27 de febrero. Un día después, los rebeldes fueron enviados a varios puntos del país para la finalidad de ultimar los acuerdos tomados durante la reunión. Además de Sánchez y Mella, asistieron a esa reunión Vicente Celestino Duarte (hermano de Duarte), José Joaquín Puello, los de La Concha (Jacinto y Tomás), Juan Alejandro Acosta y otros. A propuesta de algunos de sus compañeros, entre los que se encontraban Félix Mercenario, Manuel María Valverde, Manuel Jiménez y Mariano Echavarría, se acordó que Sánchez presidiera la Junta de Gobierno que habría de dirigir los destinos de la naciente república.
Esa noche del 27 de febrero, Sánchez y sus hombres marcharon hasta la punta de la Puerta del Conde. Mella, recién llegado a la ciudad, disparó al aire su legendario trabuco, mientras Sánchez izaba la primera bandera dominicana independiente, gritando a todo pulmón la consigna nacional, "Dios, Patria, Y Libertad", proclamando al mundo el nacimiento de una nueva nación independiente: La República Dominicana. Sánchez tenía apenas 26 años cuando esto ocurrió.
Nacimiento de la República Dominicana
Según lo acordado, su primer acto después de la declaración de independencia fue asumir la presidencia de la Junta Central de Gobierno, diseñada para gobernar sobre la nación a raíz de su independencia. El objetivo principal de esta junta era liderar al país contra los próximos ataques de los haitianos, quienes rechazaron la noción de que la República Dominicana sea un estado independiente. Sánchez fue informado que durante este tiempo, Haití se estaba preparando para un avance militar en el país, decidido a reunificar la isla una vez más. Esto precipitaría en una serie de invasiones durante los próximos 12 años. Sánchez cedió su cargo a Bobadilla después de cumplir 24 horas en el cargo.
Sánchez había previsto que sus predecesores siguieran los ideales de Duarte de mantener un estado independiente libre de cualquier potencia extranjera. Pero estas ideas fueron arrojadas al suelo debido a que los bandos opuestos sintieron que la nueva nación no era financieramente ni económicamente capaz de resistir por sí misma, especialmente a raíz de las próximas amenazas de los haitianos. Y así, esto comenzó una nueva era para la República Dominicana contaminada con enfrentamientos políticos violentos.
Por ejemplo, al descubrir el intento de Bobadilla de anexar la nueva nación a Francia, Sánchez, junto con Mella, encabezó una revuelta que posteriormente desplazó a Bobadilla y reinstaló a Sánchez como presidente en junio de 1844. Simultáneamente, Sánchez sería derrocado en otro golpe de Estado dirigido por el caudillo burgués, Pedro Santana. Santana inmediatamente declaró traidores de la patria a Sánchez, Mella y Duarte, que acababan de regresar al país, y fueron obligados a exiliarse. Esta acción sería el inicio del enfrentamiento entre los trinitarios independentistas y los sectores anexionistas de la nación.
Sin embargo, la tragedia ocurrió mientras estaba a bordo de un barco que se estrelló frente a la costa de Irlanda. Los supervivientes, entre los que se encontraban Sánchez y Mella, se encontraron en Dublín. En diciembre de 1844, se mudaron a los Estados Unidos y luego se establecieron en Curazao.
Su vida en Curazao fue muy simple. Tomó un trabajo como maestro, donde enseñaba español y otras materias en compañía de compañeros de su amigo, Juan José Illás. Esto le permitió conocer a Leoncia Rodríguez, una mujer curazaona, con quien entabló una relación sentimental, concibiendo así una hija. Sin embargo, Sánchez había recibido la trágica noticia de que su tía, María Trinidad Sánchez, había sido ejecutada por Santana por negarse a nombrar a los conspiradores en su contra el 27 de febrero de 1845, exactamente un año después de la independencia de Haití. El medio hermano mayor de Sánchez, Andrés, Nicolás de Barías y José del Carmen Figueroa también fueron baleados.
En 1848, Manuel Jiménez, el nuevo presidente electo, concedió una amnistía que permitió el regreso de Sánchez y muchos de los patriotas exiliados al país. Sánchez regresó a la República Dominicana durante un momento muy crucial. Había regresado justo a tiempo para encontrar que sus padres, Olaya del Rosario y Narsisso Sánchez, aún estaban vivos. Sin embargo, a principios de febrero de 1849, Olaya del Rosario enfermó gravemente. Anhelando disfrutar de su presencia, tanto Sánchez como su padre llegaron al acuerdo de que su fin estaba cerca. Continuó a su lado hasta su desafortunada muerte el 2 de marzo de 1849. Antes de su muerte, Sánchez se reencontró con su antigua novia, Balbina Peña, y luego se casó con ella. Los dos permanecerían casados hasta la muerte de Sánchez.
A su regreso, Sánchez ocupó muchos cargos importantes durante los gobiernos de Jimenes, Santana y Buenaventura Báez. Fue nombrado Comandante de Armas de la ciudad de Santo Domingo por Jiménez. Sirviendo como Defensor Público, en la Corte de Apelaciones y la Corte Suprema, su caso más prolífico fue el caso de Santana contra el general de guerra Antonio Duvergé, en el que tuvo lugar durante la campaña de Santana en 1849. Aunque Duvergé sería absuelto, esto no facilitó la tensión entre él y Santana debido a sus planes anexionistas.
Por esta época, Pedro E. Pelletier y Pedro Ramón de Mena se acercaron a Sánchez, conspiradores que organizaron un grupo que buscaba derrocar a Santana y reinstalar a Báez como presidente. Más temprano, el 25 de marzo, fracasó una rebelión que pretendía derrocar a Santana. Aparentemente, Duvergé estuvo involucrado en esa conspiración. Como resultado, Duvergé, su hijo de 23 años, Tomás de la Concha, y muchos otros fueron ejecutados por orden de Santana el 11 de abril de 1855. Cuando esto fracasó, Sánchez sería exiliado a Curazao por segunda vez. Se le permitiría regresar en 1856.
Sin embargo, fue durante este período que el desorden político y económico asoló a la nación caribeña. Con la Guerra de Independencia Dominicana llegando a su fin, el país había heredado una gran cantidad de deuda debido al fuerte gasto de las guerras por parte de Santana, así como al tesoro en bancarrota que quedó durante el tiempo de Báez en el cargo. El desgobierno del poder de Santana combinado con el régimen corrupto de Báez dejó un efecto devastador en la economía de la nación. Esto, junto con los temores constantes de otro ataque de los haitianos, justificó que la nación se anexionara a una potencia extranjera. Sánchez, como era de esperar, protestó enérgicamente contra esto, y por última vez, en 1859, fue exiliado y desterrado del país, esta vez a Santo Tomás.
Ocupación española (1861-1865)
Finalmente, en 1861, Santana llegó a un acuerdo con España para reintegrar a la República Dominicana al estado colonial a cambio de privilegios honorarios. Esta acción enfureció a Sánchez, pero sin recursos, poco podía hacer. Durante este tiempo, intentó obtener el apoyo de varios otros países, pero fue en vano. Sin otra opción, Sánchez terminó viajando a Haití, donde pidió apoyo al presidente Fabre Geffrard para liberar a la República Dominicana del neocolonialismo español. Aunque inicialmente escéptico, finalmente accedió a brindar ayuda a los rebeldes debido a la posibilidad de que España extendiera su poder al resto de la isla. Con ello logró reclutar a otros dominicanos exiliados y obtener recursos para organizar una fuerza de 500 hombres.
Antes de ingresar a la República Dominicana, publicó su manifiesto final el 20 de enero de 1861. En él, dirigió una proclama al pueblo dominicano, en la que denunciaba a Pedro Santana como enemigo y traidor de la patria. Con su misión ahora establecida, Sánchez, junto con sus seguidores, que incluían a sus compañeros trinitarios Pedro Alejandro Pina, Timoteo Ogando y José María Cabral, se separó de Haití y se fue a la República Dominicana.
Captura de Sánchez
Entrando por Hondo Valle, (en la actual provincia de Elías Piña), el 1 de junio de 1861, Sánchez encabezó su fuerza en un intento de derrocar a Santana, encaminándose hacia Santo Domingo. Fernando Taveras tomó la ruta por Neiba, mientras que Cabral tomó la ruta por Las Matas de Cruz. Sánchez logró cruzar Vallejuelo con facilidad y finalmente llegó a El Cercado. Reconocido por las autoridades, logró la cooperación de la prestigiosa familia De Oleo.
Sin embargo, al mismo tiempo, España se enteró de la participación de Haití en la expedición y amenazó con invadir si el apoyo continuaba, lo que provocó que Geffrard retirara su apoyo. Este repentino giro de los acontecimientos fue recibido por primera vez por Cabral, quien inmediatamente regresó a un lugar seguro en Haití. Una vez que esta noticia llegó a oídos de Sánchez, también emprendió su regreso a Haití, no sin antes mantener abierta la amistad con los capos locales de la ciudad.
Pero Sánchez desconocía que los habitantes de El Cercado, que antes se habían aliado con él, también le habían retirado su apoyo. Se habían dado por perdidos ante el fracaso de su empresa, y resolvieron salvarse del castigo del gobierno. Este acto finalmente sellaría el destino de Sánchez. Cuando Sánchez se fue a Haití, se sorprendió de que Santiago De Oleo no estuviera presente.
En cuanto a De Oleo, sabía la ruta exacta por donde seguirían Sánchez y sus compañeros, por lo que le tendió una emboscada. Como estaba previsto, cuando Sánchez llegó a la salida de El Cercado, caminó directo hacia una emboscada, lo que derivó en un violento enfrentamiento. Los hombres resistieron, pero al final, la mayoría fueron capturados. En la pelea, Sánchez resultó herido en la ingle y Ogando le ofreció un caballo para llevarlo de regreso a Haití. Sánchez, sin embargo, se negó y finalmente también fue capturado. Luego fue entregado a las fuerzas de anexión, ahora dirigidas por Santana, quien en un intento de explotar las acciones rebeldes de Sánchez como traicioneras, decretó que él y sus seguidores capturados fueran juzgados y sentenciados en julio de 1861.
Juicio y muerte
Durante el juicio, Sánchez pidió que se perdonara la vida de sus seguidores a cambio de la suya, pero fue en vano.
Antes de que le dispararan, Sánchez pidió que lo envolvieran con la bandera dominicana, y al escuchar la orden "Fuego" Sánchez gritó aún más fuerte, en referencia al fin de la República y al patriota polaco Tadeo Kosciuszko:
"¡Acaba con Polonia!"
Sánchez, dos veces héroe y padre fundador de la República Dominicana, fue ejecutado el 4 de julio de 1861 en San Juan de la Maguana, a la temprana edad de 44 años. Entre otros estaban: Félix Mota, Domingo Piñeyro Boscán, Rudecindo de León, Francisco Martínez, Julián Morris y Morris, Juan Erazo, Benigno del Castillo, Gabino Simonó Guante, Manuel Baldemora, José Antonio Figueroa, Pedro Zorilla, Luciano Solís, José Corporán (o Ciprián), Juan Gregorio Rincón, José de Jesús Paredes, Epifanio Jiménez (o Sierra), Juan Dragón, León García y Juan de la Cruz.
Eventos posteriores
La ejecución de Sánchez conmocionó a toda la isla. Envió un mensaje claro a los patriotas sobre el destino de cualquiera que se atreviera a desafiar el dominio español. Sin embargo, la lucha por la independencia continuó aumentando a medida que surgía una nueva era de patriotas y se unía a la causa, desencadenando así el interludio de la Guerra de Restauración Dominicana.
Tras la muerte de Sánchez, su hermana, Socorro, fue exiliada a Santo Tomás durante dos años. Cuando regresó a la República Dominicana en 1863, fue encarcelada durante un año por hablar abiertamente contra el régimen.
Gregorio Luperón, entonces patriota puertoplatense de 22 años, manifestó su oposición a la presencia española en República Dominicana y fue detenido. Sin embargo, logró escapar de la prisión y buscó refugio en los Estados Unidos y luego en Haití. Regresó al país a través de Monti Cristi, donde comenzaría su rebelión contra el dominio español, y Pedro Santana, quien en ese momento gobernaba el país bajo una dictadura militar, en apoyo de España.
Duarte, al enterarse de la anexión del país a España, regresó a su tierra natal una vez para participar en la lucha por la independencia. Mella, a pesar de su desmoronamiento financiero y enfermedad, también se unió a la causa para liberar a la República Dominicana de España.
Finalmente, estas acciones, así como las de muchos otros, valieron la pena. En 1865, la reina Isabel II, al darse cuenta de que no podía enfrentarse a los dominicanos, retiró su apoyo y retiró las tropas restantes del país, restaurando así la independencia de la nación y poniendo fin a la última amenaza española a la República Dominicana. Sánchez nunca vivió para ver que esto sucediera.
Legado
Un himno nacional titulado "Himno a Francisco del Rosario Sánchez" está dedicado a su legado.
El legado de Sánchez está grabado para siempre en la memoria de la República Dominicana. Sus contribuciones a la política, el nacionalismo y los ideales de un estado dominicano independiente lo marcaron como un verdadero ícono para la nación. Algunos historiadores lo han acreditado como el verdadero padre de la patria debido a su condición de líder del movimiento independentista tras el exilio de Duarte en Venezuela. Muchos dominicanos incluso lo consideran el más fuerte de los padres fundadores. Valiente, honesto, audaz y descarado, las cualidades de Sánchez lo distinguen de muchos patricios, haciendo el acto honorable de sacrificar su vida por la nación.
- Está sepultado en un mausoleo, Altar de la Patria, en la Puerta del Conde junto a Duarte y Mella, en el lugar del inicio de la Guerra de la Independencia.
- En la provincia de Samaná, la ciudad de Sánchez lleva su nombre en su honor.
- Muchas escuelas en la República Dominicana llevan su nombre en su honor.
- Calles en muchas partes de la República Dominicana llevan su nombre.
- Un barrio de Santiago de Los Caballeros lleva su nombre en su honor.
- En San Juan de la Maguana, (en la actual provincia de San Juan), el lugar donde fue ejecutado Sánchez, un parque lleva su nombre junto con una estatua conmemorativa dedicada a su legado.
- Sánchez está representado únicamente en el billete y la moneda de 5 pesos dominicanos; también aparece representado en el billete de 100 pesos dominicanos junto a Duarte y Mella.