Francisco Hernández de Córdoba (explorador de Yucatán) para niños
Datos para niños Francisco Hernández |
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![]() Pintura de Francisco Hernández de Córdoba en el Museo Histórico Naval, Veracruz, México.
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Información personal | ||
Nombre en español | Francisco Hernández de Córdoba | |
Nacimiento | 1475 Córdoba, España |
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Fallecimiento | 1517 Sancti Spiritus, Cuba |
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Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Explorador y conquistador | |
Lealtad | ![]() |
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Rango militar | jefe de expedición | |
Conflictos | Chakán Putum | |
Francisco Hernández de Córdoba (nacido en Córdoba, España, alrededor de 1475, y fallecido en Sancti Spíritus, Cuba, en 1517) fue un conquistador español. Es conocido por la importante expedición que lideró entre febrero y mayo de 1517. Durante este viaje, se registró el "descubrimiento" de la Península de Yucatán para el Imperio español.
Contenido
La expedición de Hernández de Córdoba a Yucatán
Francisco Hernández de Córdoba era un hombre con muchos recursos en la isla de Cuba. El gobernador de la isla, Diego Velázquez de Cuéllar, lo nombró líder de una expedición. Su misión era explorar los mares al oeste de Cuba y buscar nuevas islas o costas.
La expedición salió de Cuba en febrero de 1517. Según algunos relatos, partió del puerto de Ajaruco, en la provincia de La Habana. Otros dicen que fue desde Santiago. Una tormenta desvió sus barcos hacia una costa desconocida. Allí, los habitantes se acercaron con gestos amigables. Cuando los españoles preguntaron por el nombre del lugar, los mayas respondieron "in ca wotoch", que significa "esta es mi casa". Por eso, los españoles llamaron a ese lugar Punta de Catoche, que hoy conocemos como Cabo Catoche.
Durante este viaje, los españoles se dieron cuenta por primera vez de la existencia de culturas avanzadas en América. Los mayas tenían "casas de cal y canto" (edificios de piedra) y una organización social compleja. Esto les dio esperanzas de encontrar oro.
Hernández de Córdoba encontró muchos pueblos habitados. Tuvo algunos encuentros pacíficos, pero la mayoría fueron hostiles. Era muy difícil para los españoles conseguir agua debido a los ataques. En un lugar llamado Champotón (Chakán Putum), el ataque fue muy fuerte. Muchos expedicionarios murieron y casi todos resultaron heridos, incluyendo Hernández de Córdoba, por flechas y lanzas.
El piloto Antón de Alaminos decidió entonces navegar hacia la Florida. Él conocía esa zona porque había estado allí en 1512 con Juan Ponce de León. En Florida, solo se detuvieron para conseguir alimentos y agua antes de regresar a Cuba.
Francisco Hernández de Córdoba no pudo ver el impacto de su viaje. Murió en 1517, solo dos semanas después de regresar de su difícil expedición. Falleció a causa de las heridas y la sed que sufrió. También se sintió decepcionado al saber que Diego Velázquez había elegido a Juan de Grijalva para liderar la siguiente expedición a Yucatán.
Las noticias de la expedición animaron a Velázquez. Él pensó que había oro en los pueblos descubiertos. Por eso, organizó otras dos expediciones. La primera fue con Juan de Grijalva en 1518, y la segunda con Hernán Cortés en 1519. Esta última expedición terminó explorando gran parte de Mesoamérica durante la Conquista de México.
Este artículo se enfoca en la expedición que descubrió Yucatán. De la vida de Hernández de Córdoba antes de 1517, solo se sabe que vivía en Cuba. Probablemente participó en la conquista de la isla. Era un hacendado con recursos y tenía amistades que lo ayudaron a financiar su expedición.
¿Cuál fue el objetivo de la expedición de Hernández?
Bernal Díaz del Castillo fue un cronista que participó en el viaje de Hernández de Córdoba. Él cuenta que la expedición se organizó porque un grupo de españoles en Cuba quería "ocupar sus personas" y buscar nuevas tierras. Llevaban tres años en Cuba y sentían que no habían logrado nada importante.
Algunos historiadores creen que el objetivo principal era encontrar personas para trabajar en las haciendas de Cuba. Otros, como Madariaga, piensan que el propósito era más noble: descubrir nuevas tierras y hacer cosas memorables.
El gobernador Diego Velázquez prestó un barco para la expedición. Él quería que fueran a unas islas cercanas a Honduras, llamadas Guanaxes. Su idea era que trajeran personas de esas islas para trabajar. Sin embargo, Bernal Díaz del Castillo afirma que los expedicionarios se negaron a hacer eso, diciendo que "no lo manda Dios ni el rey". A pesar de esto, el gobernador les dio el barco.
La presencia de Antón de Alaminos, un piloto muy experimentado que había viajado con Cristóbal Colón, sugiere que la expedición tenía un objetivo más allá de solo buscar personas. También iba un funcionario llamado Bernardino Íñiguez, cuyo trabajo era registrar los tesoros encontrados y asegurar que se cumplieran las leyes. Esto indica que se esperaba explorar y encontrar riquezas.
Es posible que la expedición de Hernández de Córdoba descubriera Yucatán por accidente, debido a una tormenta. O quizás, a pesar de las ideas iniciales de Velázquez, el viaje se planeó principalmente para descubrir y explorar. También es posible que buscara ambos objetivos.
Años después, Francisco Cervantes de Salazar escribió que Hernández de Córdoba le dijo a su piloto: "No voy yo a buscar personas para trabajar, sino en demanda de alguna buena isla, para poblarla y ser Gobernador de ella". Esto sugiere que su intención era descubrir y gobernar nuevas tierras.
El descubrimiento de Yucatán: El "Gran Cairo"
El 8 de febrero de 1517, dos barcos y un bergantín, con más de 100 personas, salieron de Cuba. El capitán era Francisco Hernández de Córdoba y el piloto principal, Antón de Alaminos.
Navegaron por la costa de Cuba hasta el 20 de febrero. Luego, se adentraron en el mar abierto.
Sufrieron una fuerte tormenta durante dos días y noches, que puso en peligro los barcos. Después de la tormenta, tuvieron 21 días de buen tiempo. Finalmente, vieron tierra y una gran ciudad cerca de la costa. Era la primera vez que veían una población tan grande en América, con casas "de cal y canto" (de piedra). Los españoles, al ver su tamaño y organización, la llamaron El Gran Cairo, como la famosa ciudad de Egipto.
Este momento se considera el "descubrimiento" de Yucatán. Sin embargo, es importante recordar que otros españoles ya habían estado allí. En 1511, un barco naufragó cerca de Yucatán, y algunos de sus ocupantes se salvaron. Cuando Hernández llegó, dos de esos náufragos, Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero, ya vivían con los mayas. Hablaban su idioma y Gonzalo Guerrero incluso se había adaptado a su cultura. También es posible que el piloto Antón de Alaminos ya conociera esta tierra.
Algunos historiadores, como Michel Antochiw Kolpa, sugieren que la península de Yucatán pudo haber sido visitada antes por navegantes portugueses. Además, el mapa más antiguo que muestra Yucatán es de 1513, cuatro años antes del viaje de Hernández de Córdoba. Esto indica que la región ya era conocida de alguna manera.
¿De dónde vienen los nombres "Yucatán" y "Catoche"?
Los barcos más pequeños se adelantaron para ver si podían acercarse a la costa de forma segura. El 4 de marzo de 1517, los españoles tuvieron su primer encuentro con los habitantes de Yucatán. Diez canoas grandes se acercaron a los barcos. Los mayas, con "cara alegre y muestras de paz", se comunicaron por señas. Prometieron que al día siguiente traerían más canoas para llevar a los españoles a tierra.
Este fue uno de los pocos encuentros pacíficos. Se dice que en este momento nacieron los nombres Yucatán y Catoche. La historia, quizás una leyenda, cuenta que los españoles preguntaron el nombre de la tierra. Los mayas respondieron algo como "no entiendo lo que dices" o "esas son nuestras casas". Los españoles, al escuchar estas palabras, llamaron a la región "Yucatán" (que significaría "no te entiendo") y al cabo, "Catoche" (que significaría "nuestras casas").
Fray Diego de Landa en su libro Relación de las cosas de Yucatán confirma que Catoche viene de cotoch, que significa "nuestras casas, nuestra patria". Sin embargo, no confirma que Yucatán signifique "no entiendo".
Bernal Díaz del Castillo también habla de esto. Él confirma la etimología de Catoche. Para Yucatán, da una explicación diferente. Dice que dos mayas capturados, Julianillo y Melchorejo, hablaron del pan en Cuba. Los españoles mencionaron su pan de "yuca" (una palabra caribeña, no maya), y los mayas dijeron que al suyo le llamaban "tlati". De la combinación de "yuca" y "tlati", los españoles habrían creído que les decían el nombre de su tierra: Yuca-tán.
Es probable que la historia del "no te entiendo" la contara por primera vez Fray Toribio de Benavente, conocido como Motolinía. Él escribió que los mayas respondían "Tectetán, Tectetán" (que significa "No te entiendo") a las preguntas de los españoles. Los cristianos, al no entender, dijeron: "Yucatán se llama esta tierra".
Batalla de Catoche y exploración de Campeche
Al día siguiente, los mayas regresaron con más canoas. Los españoles vieron que la costa estaba llena de nativos y sintieron que el desembarco podría ser peligroso. Aun así, bajaron a tierra, pero con sus propios botes y armados con ballestas y escopetas.
Sus temores se confirmaron. El líder maya les había preparado una emboscada. Muchos mayas los atacaron con lanzas, hondas y flechas. Los españoles lograron escapar gracias a la sorpresa que causaron sus espadas y armas de fuego. Pudieron regresar a sus barcos, pero sufrieron los primeros heridos de la expedición.
Durante esta batalla de Catoche, ocurrieron dos cosas importantes. Primero, capturaron a dos mayas, a quienes llamaron Julianillo y Melchorejo. Ellos se convertirían en los primeros intérpretes para los españoles en tierra maya. Segundo, el sacerdote González exploró una pirámide y unos templos. Encontró objetos "de medio oro, y lo más cobre", lo que despertó el interés de los españoles en Cuba.
Al menos dos soldados murieron por las heridas de esta batalla.
De vuelta en los barcos, Antón de Alaminos decidió navegar lentamente y con cuidado, solo de día, porque creía que Yucatán era una isla. Además, comenzaron a sufrir por la falta de agua dulce. Los recipientes no eran buenos y perdían agua, lo que los obligaba a desembarcar a menudo para rellenarlos.
Cuando fueron a tierra para buscar agua, cerca de un pueblo que llamaron Lázaro (hoy Campeche), los mayas se acercaron de forma pacífica. Repitieron una palabra misteriosa: "Castilian". Más tarde se supo que esto se debía a la presencia de Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero, los náufragos. Los españoles encontraron un pozo de piedra y pudieron llenar sus recipientes. Los mayas los llevaron a su pueblo, donde vieron más edificios y muchos ídolos. También conocieron a los sacerdotes mayas, con sus túnicas blancas. Estos sacerdotes les indicaron que la amistad no duraría: reunieron a muchos guerreros y encendieron unos carrizos secos, señalando que si no se iban antes de que el fuego se apagara, los atacarían. Los hombres de Hernández se retiraron a sus barcos con el agua, logrando escapar sin ser atacados.
La "mala pelea" en Champotón
Navegaron unos seis días con buen tiempo y cuatro con tormenta. El agua dulce se les acabó de nuevo. En una situación extrema, se detuvieron a recoger agua en un lugar llamado Chakán Putum o Champotón. Apenas habían llenado sus recipientes, se vieron rodeados por muchos grupos de mayas. Pasaron la noche en tierra, con mucha precaución.
Esta vez, los españoles decidieron luchar. El resultado fue muy malo: ochenta españoles resultaron heridos al inicio de la batalla. Los mayas seguían llegando con refuerzos. Aunque las espadas y armas de fuego los asustaban al principio, los mayas aprendieron a atacar a distancia con flechas para evitar las espadas. Al grito de Calachumi (que significaba "al jefe"), los mayas atacaron especialmente a Hernández de Córdoba, quien recibió diez flechazos. Los españoles también notaron que los mayas querían capturar personas vivas. Dos fueron tomados prisioneros y no se les volvió a ver.
Llegó un momento en que solo quedaba un soldado sin heridas. El capitán estaba casi inconsciente. Decidieron entonces romper el cerco de los mayas y regresar a los botes para llegar a los barcos, sin poder llevarse el agua. Afortunadamente, los mayas no habían quitado los botes. Los atacaron con flechas y piedras mientras huían, y los botes se volcaron. Los supervivientes tuvieron que nadar o aferrarse a los botes, pero finalmente fueron rescatados por el barco más pequeño.
Al pasar lista, se dieron cuenta de que faltaban cincuenta compañeros, incluyendo los dos capturados. El resto estaba muy herido, excepto un soldado llamado Berrio. Cinco más murieron en los días siguientes y sus cuerpos fueron arrojados al mar.
Los españoles llamaron a ese lugar "costa de la mala pelea", y así apareció en los mapas por un tiempo.
La sed y el regreso por Florida
Los expedicionarios regresaron a los barcos sin agua dulce. Además, habían perdido a más de cincuenta hombres, muchos de ellos marineros. Esto, junto con la gran cantidad de heridos, les impedía manejar los tres barcos. Quemaron el barco más pequeño en alta mar, después de pasar sus velas y anclas a los otros dos.
La sed se volvió insoportable. Bernal Díaz del Castillo cuenta que se les agrietaban las lenguas y gargantas. Algunos soldados murieron por beber agua de mar. Desembarcaron quince hombres en un lugar llamado Estero de los lagartos, pero solo encontraron agua salobre, lo que aumentó su desesperación.
Los pilotos Alaminos, Camacho y Álvarez decidieron ir a Florida en lugar de directamente a Cuba. El piloto Alaminos recordaba su viaje a Florida con Juan Ponce de León y creía que era la ruta más segura. Sin embargo, advirtió que los mayas de Florida eran muy combativos. Efectivamente, veinte personas que desembarcaron en busca de agua fueron atacadas. Bernal recibió su tercera herida del viaje, y Alaminos una flecha en la garganta. Uno de los vigías, Berrio, el único ileso de Champotón, desapareció. Pero lograron regresar al barco con agua dulce, lo que alivió el sufrimiento de los demás. Uno de ellos, según Bernal, bebió tanta agua que se hinchó y murió días después.
Con agua, se dirigieron a La Habana con los dos barcos restantes. A pesar de las dificultades (los barcos estaban dañados y algunos marineros se negaban a bombear el agua), lograron desembarcar en el puerto de Carenas (La Habana), dando por terminado el viaje.
En algún momento entre 1517 y 1518, los españoles dejaron abandonada una perra de caza en la isla de Términos (hoy isla del Carmen). Esta perra fue recuperada más tarde por la expedición de Cortés.
Consecuencias del descubrimiento de Yucatán
El descubrimiento de El Gran Cairo en marzo de 1517 fue un momento muy importante para los españoles en América. Hasta entonces, no habían encontrado nada que se pareciera a las historias de Marco Polo o a las promesas de Colón. El Gran Cairo era lo más cercano a ese sueño de grandes civilizaciones. Cuando las noticias llegaron a Cuba, los españoles se emocionaron y crearon nuevas ideas sobre el origen de estos pueblos.
La importancia de las noticias, objetos y personas que Hernández llevó a Cuba se notó en la rapidez con la que se preparó la siguiente expedición. Diego Velázquez se la encargó a Juan de Grijalva, un pariente suyo. Las noticias de que había oro en esa "isla" de Yucatán, confirmadas por Julianillo (el maya capturado en Catoche), impulsaron el proceso que llevaría a la Conquista de México por la tercera flota, la de Hernán Cortés.
Véase también
En inglés: Francisco Hernández de Córdoba (Yucatán conquistador) Facts for Kids
- Descubrimiento de la península de Yucatán
- Anexo:Cronología de la exploración y colonización de América del Norte