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Diego de Landa para niños

Enciclopedia para niños

Diego de Landa Calderón, de la Orden Franciscana, nació el 12 de noviembre de 1524 en Cifuentes, Castilla. Fue un misionero y líder religioso español en la región de Yucatán, en lo que hoy es México. Se convirtió en el segundo obispo de Yucatán, sirviendo desde 1572 hasta 1579. En la península maya, se le conoció como "El Misionero de la Cruz".

Diego de Landa es muy importante por haber escrito una de las obras más valiosas para entender la cultura maya: la Relación de las cosas de Yucatán. Este libro sigue siendo una fuente clave para los estudiosos de hoy. También es recordado por un evento en Maní, donde se investigaron y castigaron prácticas religiosas diferentes a las cristianas, lo que llevó a la destrucción de muchos objetos y escritos mayas. Por estos hechos, fue investigado y enviado de vuelta a España, pero luego regresó a Yucatán para ocupar el cargo de obispo.

Datos para niños
Diego de Landa
Archivo:Diego de Landa
Retrato anónimo del siglo XVI conservado en el Monasterio de Izamal, Yucatán.

Retrato anónimo del siglo XVI conservado en el Monasterio de Izamal, Yucatán.

Obispo de Yucatán
17 de octubre de 1572-29 de abril de 1579
Predecesor Francisco de Toral
Sucesor Gregorio de Montalvo Olivera
Información religiosa
Ordenación sacerdotal 1541 o 1542
Información personal
Nombre Diego de Landa
Nacimiento 12 de noviembre de 1524
Cifuentes, Corona de Castilla
Fallecimiento 29 de abril de 1579
Mérida, Nueva España
Alma mater Convento de San Juan de los Reyes

La Vida de Diego de Landa

Sus Primeros Años y Estudios en España (1524-1549)

Diego de Landa Calderón nació en una familia importante de Cifuentes. Se cree que estudió en el convento franciscano de su pueblo entre 1529 y 1541. Cuando era adolescente, a los dieciséis o diecisiete años, decidió unirse a la Orden de San Francisco. Ingresó en el Monasterio de San Juan de los Reyes en Toledo, donde estudió Humanidades, Filosofía, Historia y Teología.

Después de ser ordenado sacerdote, Landa se unió a un grupo de misioneros. Su objetivo era viajar a las nuevas tierras de México para enseñar la fe cristiana a los pueblos indígenas. En 1549, partió hacia Yucatán, una región conocida como Mayab, donde los conquistadores y colonos necesitaban misioneros.

Su Trabajo Misionero en Yucatán

En agosto de 1549, Diego de Landa y otros frailes llegaron a Yucatán. Landa fue asignado al convento de Izamal. Rápidamente, Diego de Landa demostró una gran habilidad para aprender la lengua maya. Los cronistas de la época mencionan que fue el que más rápido y mejor dominó este idioma. Fray Luis de Villalpando, quien fue el primero en estudiar el idioma yucateco, le ayudó en esta tarea. Landa mejoró las reglas de Villalpando, creando un sistema tan completo que sorprendió a muchos.

Gracias a su dominio del maya, Landa pudo viajar por las comunidades indígenas de la península. Su misión era enseñar la religión católica. Recorrió muchas provincias, llegando incluso a lugares remotos. Su esfuerzo resultó en la conversión y bautismo de muchos indígenas. También fundó varios pueblos para que los mayas, que vivían dispersos, pudieran reunirse en comunidades organizadas.

El Misionero de la Cruz: Dedicación y Carácter

Diego de Landa era conocido en la provincia como "El Misionero de la Cruz". En 1551, fue elegido para un cargo importante en la Orden y se dedicó intensamente a su labor misionera en el convento de Conkal. Los cronistas de la época, como Bernardo de Lizana y López de Cogolludo, destacan su fortaleza de carácter, su valor y su rigor en la enseñanza. Logró muchas conversiones gracias a su entusiasmo y constancia.

En 1553, fue elegido guardián del convento de Izamal. Se encargó de reconstruir el convento, que en ese momento solo tenía chozas de paja. Decidió construirlo en el cerro más alto de la zona, un lugar que antes había sido un santuario maya. Landa impulsó la construcción, incluso ayudando personalmente a conseguir madera y piedras con los indígenas.

Durante su tiempo en Izamal, hubo una gran escasez de maíz y mucha hambre en la región. Diego de Landa ordenó que el maíz almacenado por los religiosos se distribuyera entre los necesitados. Se cuenta que el maíz del granero no se agotó durante los seis meses que duró el hambre, lo que algunos consideraron un milagro.

Landa se preocupó por los indígenas, tratando de reducir los impuestos y las cargas de trabajo que soportaban. También intentó combatir las costumbres que consideraba negativas. Sus decisiones, aunque buscaban un buen fin, a veces causaron problemas con los colonos españoles, quienes sentían que Landa se excedía en sus funciones.

Viajó a Guatemala para informar sobre los abusos que sufrían los mayas. Gracias a su gestión, se logró reducir el tributo que los indígenas pagaban anualmente. En 1561, fue elegido el primer provincial de Yucatán y Guatemala, el cargo más alto dentro de la Orden en la región. Esto le dio una gran autoridad, ya que aún no había un obispo en la provincia.

Los frailes, incluyendo a Landa, sabían que eran pocos frente a la gran población maya. Entendían que la fe cristiana aún no estaba completamente arraigada. Por eso, les preocupaba mucho cualquier señal de que los indígenas volvieran a sus antiguas prácticas religiosas.

La Investigación en Maní

En mayo de 1562, se encontraron objetos religiosos mayas en una cueva cerca del pueblo de Maní. Este descubrimiento fue comunicado a Diego de Landa, quien lo vio como una señal de que las antiguas prácticas religiosas estaban muy extendidas. Decidió investigar la situación y se trasladó a Maní. Informó al alcalde mayor, Diego Quijada, quien le dio su apoyo. Las autoridades temían que el retorno a las antiguas ceremonias pudiera llevar a levantamientos.

En junio de 1562, Landa llegó a Maní e inició una investigación. Se decidió interrogar a la población en general y a los líderes de la comunidad de forma más detallada. Varios frailes se distribuyeron por los pueblos cercanos para investigar y aplicar sanciones a los involucrados. El cronista Fray Pedro de Landa escribió: "Hallamos gran número de estos libros, y porque no tenían cosa en que no hubiese superstición y falsedades del demonio, se los quemamos todos”.

La investigación se llevó a cabo activamente. Las informaciones obtenidas de los indígenas revelaron diferentes ritos que se habían practicado. Como resultado, muchos líderes y gobernadores de diferentes pueblos fueron arrestados. El 11 de julio de 1562, se dictaron las sentencias. La mayoría de los indígenas fueron castigados con multas, cortes de pelo o algunas sanciones físicas. Otros fueron enviados a servir en conventos o casas de españoles por varios años. A los líderes más involucrados se les aplicaron sanciones más severas, incluyendo la pérdida de sus cargos y servicios obligatorios.

El 12 de julio se celebró un evento público en Maní, donde se anunciaron las sentencias. Durante este proceso, se destruyeron numerosos libros y objetos religiosos mayas. Landa escribió: "Hallámosles gran número de libros de estas sus letras, y porque no tenían cosa en que no hubiese superstición y falsedades del demonio, se los quemamos todos, lo cual sentían a maravilla y les daba pena". Se calcula que se destruyeron muchos documentos que contenían registros de la civilización maya. Solo se conocen cuatro libros originales mayas que sobrevivieron a este evento.

La Relación con el Obispo Toral

El proceso de Maní generó un conflicto entre los franciscanos y el alcalde mayor, por un lado, y el recién nombrado primer obispo de Yucatán, Francisco de Toral, por el otro. La sociedad de Yucatán se dividió. Los opositores al proceso estaban preocupados por la posibilidad de que los castigos excesivos causaran rebeliones o que los indígenas huyeran. También les preocupaba el gran poder de los frailes.

Cuando el obispo Francisco de Toral llegó a la diócesis en agosto de 1562, fue informado de lo sucedido en Maní. Encontró una población indígena muy inquieta y una sociedad española dividida. Toral asumió las investigaciones, desautorizando lo que Landa y los frailes habían hecho. Según Toral, los indígenas habían recibido "tormento" en lugar de enseñanza, y esto los había llevado a la desesperación.

La relación entre Landa y Toral se volvió tensa. Landa defendía sus métodos como necesarios para conocer la magnitud de las prácticas religiosas mayas. Sin embargo, el obispo Toral, conmovido por los castigos, creía que los indígenas eran demasiado nuevos en la fe cristiana para ser sometidos a tales rigores. Pensaba que esto podría destruir su frágil cristianización.

En su obra Relación de las cosas de Yucatán, Diego de Landa menciona que el obispo Toral liberó a personas que habían sido encarceladas y castigadas. Landa creía que estas personas habían sido castigadas por sus propias acciones o por abusos de los colonos, no por la labor misionera de los frailes.

Las Ideas de Landa

Diego de Landa tenía creencias muy firmes sobre la cultura local. Pensaba que existía una red oculta de líderes religiosos mayas que querían recuperar la independencia de su pueblo. Landa creía que era su deber exponer estas prácticas antes de que los indígenas volvieran a sus antiguas tradiciones.

Landa afirmaba tener pruebas de prácticas religiosas mayas que consideraba "idólatras", aunque a veces esta información se obtenía mediante métodos severos. Los críticos de Landa pidieron que se detuvieran sus actividades.

Landa nunca dudó de la necesidad de sus métodos. Estaba convencido de la existencia de influencias negativas en Yucatán. Creía en la importancia de convertir a las personas a la fe cristiana y terminar con las costumbres que consideraba contrarias a ella.

El Juicio contra Diego de Landa

Después de los eventos en Maní, las investigaciones religiosas comenzaron a afectar las actividades de los colonos, quienes se quejaron. Por esta razón, Landa fue enviado a España por el obispo Francisco de Toral, quien no estaba de acuerdo con los métodos de Landa.

Gaspar Antonio Chi, un noble maya de Maní, fue testigo de los eventos en su ciudad natal. Cuando el obispo Toral llegó a Yucatán, Chi se ofreció como traductor y le informó sobre las acciones de Diego de Landa, que consideraba demasiado severas. Con esta información, el obispo Toral inició un proceso contra Landa, quien fue llamado a España para dar su versión de los hechos.

En España, un grupo de expertos investigó las acciones de Landa. En 1569, se le amonestó por su rigidez, pero se le absolvió de las acusaciones. Sin embargo, el obispo Toral no permitió su regreso a Yucatán.

Diego de Landa, Segundo Obispo de Yucatán y Tabasco

Cuando el primer obispo de Yucatán, Francisco de Toral, falleció en 1571, el rey Felipe II propuso a Landa para el obispado de Yucatán en 1572. Fue confirmado por el Papa y consagrado en Sevilla. Landa regresó a Campeche en octubre de 1573, acompañado por treinta franciscanos que había solicitado al Rey. Fue recibido con alegría por los habitantes y los indígenas. La antigua división en torno a su persona parecía haber sido olvidada.

Como obispo, Landa organizó la Iglesia en su diócesis, estableciendo normas para los sacerdotes y exigiendo que conocieran la lengua maya. Sus visitas le permitieron entender las necesidades de la Iglesia en Yucatán y Tabasco. Aunque su carácter se había calmado después de su estancia en España, reaccionó con firmeza ante los desafíos a su autoridad, los abusos contra los indígenas y las prácticas que consideraba incorrectas. Esto le causó nuevos conflictos con las autoridades y los españoles.

Landa falleció el 29 de abril de 1579, a los cincuenta y cuatro años, después de haber sido fraile franciscano durante 38 años y obispo durante casi 6 años. Fue enterrado en Mérida, en la iglesia del convento de San Francisco. Sus restos fueron enviados posteriormente a España, a la capilla de su familia en Cifuentes. Sus restos desaparecieron durante la guerra civil española en 1936.

Obras de Diego de Landa

En 1566, Diego de Landa escribió su famosa obra Relación de las cosas de Yucatán. Este libro es una fuente muy valiosa de información sobre la cultura maya. En él, describe esta civilización, la llegada de los exploradores españoles a Yucatán y la conquista. También detalla la geografía, la historia, la fauna y la flora de Yucatán, así como las costumbres y comportamientos de los mayas.

La obra de Landa se perdió poco después de ser escrita. Sin embargo, en 1862, una versión fue encontrada por el abate francés Charles Etienne Brasseur de Bourbourg en Madrid. Brasseur tradujo la obra al francés y la publicó en París en 1864.

Archivo:De Landa alphabet
Página 45 del manuscrito de la Relación de las cosas de Yucatán, que muestra el sistema de escritura maya.

Landa también escribió otras obras, como Doctrina Cristiana (1574) en lengua maya, destinada a enseñar la fe a los indígenas, e Informe contra Idolorum (1639).

Información sobre la Cultura Maya

Los informes de Landa son importantes para entender la cultura maya, aunque también describen la destrucción de parte de ella bajo su gobierno. Entre los documentos que se cree fueron influenciados por las autoridades religiosas de Yucatán, dirigidas por Landa, se encuentra el Popol Vuh.

Landa creía que en las inscripciones mayas se podían ver "prácticas diabólicas". Sobre los escritos mayas, Landa escribió:

Usaban también esta gente de ciertos caracteres o letras con las cuales escribían en sus libros sus cosas antiguas y sus ciencias, y con ellas, y figuras, y algunas señales en las figuras entendían sus cosas, y les daban a entender y enseñaban. Hallámosles grande número de libros de estas sus letras, y porque no tenían cosa, en que no hubiese superstición y falsedades del demonio se los quemamos todos, lo cual a maravilla sentían y les daba pena
Diego de Landa, Manuscrito de Relación de las cosas de Yucatán, siglo XVI

El investigador Yuri Knorozov, en los años 1950, propuso que el lenguaje maya era un silabario, lo que permitió empezar a descifrar la escritura de los códices mayas que sobrevivieron.

Archivo:2014-01-03 Chichén Itzá, Cenote Sagrado 01 anagoria
Cenote sagrado de Chichén Itzá.

Se cree que los mayas usaban los cenotes (pozos naturales) para ceremonias. Sin embargo, según las cartas de Landa, los conquistadores españoles también usaron los cenotes para controlar a los indígenas, por lo que aún hoy se encuentran restos humanos en estas formaciones.

Landa también describió objetos de metal que los mayas usaban, como hachas y cascabeles, aunque no creía que conocieran la metalurgia en su vida diaria.

En los relatos de Landa, existen algunos errores sobre los nombres de lugares en Yucatán. Por ejemplo, él creía que el nombre "Yucatán" venía de "Ci u t’ann" que significaba "ellos lo dicen", pero el significado correcto es "no entiendo". La raíz más aceptada para "Yucatán" es "Yuk'al-tan mayab", que significa "todos los que hablan la lengua maya".

Los escritos de Diego de Landa, Diego López de Cogolludo y otros cronistas de la época fueron muy importantes para entender las culturas de Yucatán. Sin embargo, estos relatos no tenían el enfoque científico de la historia moderna. A menudo, contaban situaciones que exaltaban la religión cristiana y a las autoridades españolas.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Diego de Landa Facts for Kids

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Diego de Landa para Niños. Enciclopedia Kiddle.